LA MUERTE DE LIBER ARCE
14 de agosto: Día de los
Mártires Estudiantiles
El 14 de agosto se conmemora
el Día de los Mártires Estudiantiles en recuerdo del fallecimiento de Líber
Arce, estudiante de la Facultad de Odontología, quien recibió un disparo de la
policía en una movilización de estudiantes en 1968, en reclamo por el boleto
estudiantil. Luego de este episodio, estudiantes de distintas instituciones
educativas fueron perseguidos y asesinados, tras actividades que los vinculan a
su militancia en el movimiento estudiantil.
Fotografía
de marcha hacia el sepelio de Líber Arce
Marcha hacia el atrio de la
Universidad de la República, donde fue velado Líber Arce | Autor: Partido por
la Victoria del Pueblo | Licencia: Licencia Creative Commons
Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
En la madrugada del día 9 de
agosto son allanados el edificio central de la Universidad de la República, las
facultades de Agronomía, Arquitectura, Medicina y la Escuela de Bellas Artes,
sin orden judicial, en busca de datos que permitieran encontrar al secuestrado
Pereira Reverbel.
Mientras se realizaron estos
procedimientos no se permitió el ingreso de las autoridades universitarias a
los locales. El Consejo Directivo Central de la Universidad de la República
denuncia el allanamiento, al mismo tiempo se suceden varios enfrentamientos
callejeros entre la policía y los estudiantes en los alrededores de los locales
allanados, que dejan un saldo de 5 estudiantes heridos, uno de ellos en estado
de coma.
Ese mismo día el poder
Ejecutivo solicita a la Cámara de Senadores la venia para destituir a los
miembros del Consejo Central de la Universidad de la República y se establece
la censura previa a los comunicados de esta Universidad. Este hecho quedará
registrado en una carta al Semanario “Marcha”, la cual es publicada por este Semanario
el día 15 de agosto con el título “LA UNIVERSIDAD AMORDAZADA” .
El 10 de agosto, la Asamblea
General debate sobre los sucesos en la Universidad y al mismo tiempo se lleva a
cabo una reunión del Claustro Universitario que emite una declaración de apoyo
al Rector y al Consejo Directivo Central. Se nombra una Comisión de tres
juristas para estudiar los casos de docentes que ocupan cargos en el Poder
Ejecutivo. La jornada universitaria se cierra con una conferencia de prensa del
Dr. Maggiolo, Rector de la Universidad de la Republica.
El día siguiente estará
signado por la liberación de Dr. U. Pereira Reverbel, el debate parlamentario y
desacuerdos dentro del partido de gobierno sobre la orientación que estaba
tomando el Poder Ejecutivo. El presidente
Jorge Pacheco Areco, que ocupó ese cargo merced al síncope cardíaco que causó
la muerte del general Gestido, había comenzado su gestión, en diciembre de
1967, con un decreto de fecha 12 de diciembre que clausuró el matutino Epoca y
el semanario socialista El Sol, y declaró disueltos e ilegales al Partido
Socialista, la Federación Anarquista Uruguaya, el Movimiento Revolucionario
Oriental, el Movimiento de Acción Popular Uruguayo y el Movimiento de Izquierda
Revolucionaria.
En junio del año siguiente
(1968) el Poder Ejecutivo ante la ola de
paros (bancos oficiales, empleados públicos) y la violencia callejera, decretó
medidas prontas de seguridad, régimen excepcional que sería sin embargo una
constante en su accionar. Al amparo de esa disposición constitucional, el
gobierno implementó su programa económico, que tendía a beneficiar a las clases
dominantes (ejemplo por demás elocuente será la integración de su gabinete con
hombres representativos de la banca, del gran comercio, de la industria y del
sector agroexportador) en perjuicio de los asalariados. En previsión de la
resistencia que esa política económica generaría, fueron las medidas de
seguridad el modo de permitir al gobierno desatar una represión contra el
movimiento popular. Fue también entonces que la censura a la prensa y la
clausura de diarios empezaron a ser moneda corriente.
Esa represión estuvo dirigida
particularmente hacia las organizaciones estudiantiles (FEUU y FES) y la CNT
que, bajo la consigna clásica de "obreros y estudiantes, unidos y adelante",
enfrentaban los desbordes autoritarios del gobierno, como
la congelación de salarios, el ataque a los fueros sindicales, la
militarización a bancarios y funcionarios, al tiempo que la Universidad era
ahogada económicamente y su autonomía amenazada.
En este contexto la respuesta
del gobierno a las manifestaciones de protesta consistía en la presencia
policial que reprimirá estas acciones.
El 12 de agosto de 1968 será
un jornada inmersa en esta lógica; El diario “El Día” del 13 de agosto, en su 1ª
sección, realizaba la siguiente crónica de los sucesos del 12 de agosto: “ A
unos cincuenta metros de la entrada principal de la Facultad de Veterinaria se
produjo ayer un grave y lamentable episodio derivado de un enfrentamiento entre
un nutrido grupo de estudiantes –probablemente más de un centenar- y tres
funcionarios policiales dependientes de la Seccional 9ª que trataron de impedir
que aquellos realizaran una manifestación relámpago/…/Los dos agentes
permanecieron juntos al vehículos (un “jeep” de la 9ª) y el oficial se
adelantó. Su propósito al parecer, era parlamentar con los estudiantes. Se
produjo de inmediato un forcejeo entre él y varios de los manifestantes y
fueron arrojadas piedras sobre los tres policías. En determinado momento, por
efecto de algún puñetazo o una piedra, se vio caer al oficial quien entonces
hizo uso de su revólver de reglamento efectuando uno o más disparos. Uno de los
dos alcanzó a Liber Alvez Rissoto (sic), uruguayo, soltero, de 28 años de edad.
Al parecer la bala le penetró en el bajo vientre, por la región inguinal. Se
produjo seguidamente una tumultuosa escena y el oficial (que no volvió a usar
el revólver, por su voluntad o por haber agotado las balas) logró
retroceder/.../ Alvez Rissoto, que es estudiante de los cursos superiores fue
transportado al Hospital de Clínicas. Ingresó al block quirúrgico a la hora 1 y
45 y permaneció hasta la hora 17. Su estado es grave pues la bala en su
trayectoria habría afectado la masa intestinal”.
Otros consignan otra visión
sobre el acontecimiento, y no solo lo
enmarcan en el contexto de una ofensiva gubernamental contra las fuerzas de
cambio, cuya resistencia a las políticas antipopulares crecía en las calles,
fábricas y centros educativos. Ese día, un grupo de estudiantes de Odontología,
Enfermería y Veterinaria manifestaban desde la casa de estudios ubicada en
Alberto Lasplaces, rumbo a Avenida Rivera, fue interceptado por un escuadrón de
efectivos policiales de choque. En dicho momento, y sin que mediara ninguna
actitud agresiva por parte de los manifestantes, las fuerzas represivas
comienzan a disparar. Según los testimonios oculares de la época, desde una
distancia de no más de cuatro metros y abandonando previsibles intenciones
intimidatorias, Líber Arce fue baleado por la espalda. El estudiante recibió un
disparo en una pierna con orificio de salida en la ingle. El balazo, según el
dictamen médico conocido pocas horas después, le seccionó la arteria femoral
que irriga los miembros inferiores.
Algunos de los manifestantes,
al ver caer al estudiante en medio de un impresionante charco de sangre, se
dirigen hacia él para brindarle auxilio y aunque la Policía les permitió
acercarse, fueron encañonaron con revólveres y se les exigió que exhibieran sus
documentos, demorando el traslado del estudiante agredido hacia un centro
asistencial. Durante los incidentes acaecidos frente a la Facultad de
Veterinaria, resultaron heridos también otros cuatro estudiantes.
Líber Arce fue trasladado al
el Hospital de Clínicas, y al ingresar al mismo su estado era ya crítico. Sus
pulsaciones eran muy débiles y había perdido abundante sangre. La lucha del
equipo médico por salvarle la vida resultó casi titánica. Mientras era
intervenido quirúrgicamente, el joven entró dos veces en shock y estuvo a punto
de morir, aunque en ambas oportunidades fue reanimado. Tras horas de
incertidumbre, el equipo médico informó que se había logrado detener la
hemorragia y se practicó un injerto con el propósito de reparar la arteria
seccionada por el disparo.
Sin embargo, todos los
esfuerzos resultaron en vano: Líber Arce dejó de existir el 14 de agosto, en
medio de una intensa congoja colectiva. El legendario grito "obreros y
estudiantes unidos y adelante" sufre su más traumático golpe en una
jornada de sangre y conmoción.
El entierro de Líber Arce se
convirtió en un plebiscito contra el gobierno. Desde el edificio central de la
Universidad -donde había sido velado- partió una multitud calculada entre 200 a
300 mil personas que acompañó el cortejo acongojada en aquella tarde en que
Uruguay había sido sacudido por el hecho -inédito hasta entonces- de la muerte
de un estudiante en la calle.
El editorial de Carlos Quijano
en el semanario “Marcha” de ese mismo día no deja espacio para dobles
interpretaciones, “Herir a la Universidad, alzarse contra ella, pretender
avasallarla, es, lo sabemos, lo sentimos, lo comprobamos, herirnos a todos y a cada
uno de nosotros en algo que nos es entrañable y esencial, que misteriosamente
se confunde con nuestra razón (…) Troquelados, moldeados por la Universidad
estamos atados a ella de por vida. Y cuando vemos a los jóvenes que toman el
azaroso camino de la lucha desigual contra las fuerzas reaccionarias de siempre
para defender a la Universidad, a “su” Universidad, a “nuestra” Universidad,
los viejos tenemos que sentir tranquilidad y orgullo. Los relevos cumplen con
su deber que no ha dejado de ser también el nuestro”.
Manifestaciones estudiantiles del 5 de setiembre de 1968
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