Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

martes, 5 de agosto de 2025

5 DE AGOSTO DE 1858 NACÍA JAVIER DE VIANA

NARRADOR DE NUESTRA VIDA CRIOLLA




Javier de Viana nació en Canelones, el 5 de agosto de 1868

Fue un escritor y político periodista uruguayo de filiación blanca.

 Los padres de Javier de Viana fueron José Joaquín de Viana y Desideria Pérez.

Por parte de su padre, provenía de una familia de alta alcurnia en la historia uruguaya: era descendiente directo de José Joaquín de Viana, quien fue el primer gobernador político y militar de Montevideo y mariscal del ejército real durante la época colonial.

 La familia Viana formaba parte de la aristocracia criolla y participó activamente en los principales acontecimientos del país tanto en la Colonia como en el periodo de la Independencia.

Su padre, José Joaquín, siguió la tradición militar familiar, desempeñándose como mayor del ejército durante el gobierno de Bernardo Berro, alineado a la corriente oribista blanca.

Sin embargo, al momento de la infancia de Javier, la familia vivía en un entorno modesto en la villa de Guadalupe (hoy Canelones), y José Joaquín ejercía funciones más sencillas, probablemente como empleado policial del pueblo.

 Su madre, Desideria Pérez, se sabe que era de origen más sencillo y pertenecía a una familia de pequeños propietarios en Guadalupe.

Doña Desideria tuvo dos hermanos, Nicasio (quien fue como un padre para Javier tras la temprana muerte de José Joaquín) y Antonio Pérez.

La familia materna no poseía la distinción ni renombre de los Viana, pero sí un entorno rural y de trabajo que influyó en la formación del escritor.

Javier de Viana creció con la conciencia de pertenecer a un linaje ilustre por el lado paterno, pero criado en un entorno rural y de recursos limitados, aspecto que marcó profundamente su sensibilidad y mirada literaria sobre el campo y la sociedad uruguaya.

La infancia de Javier de Viana transcurrió en un ambiente rural en el departamento de Canelones, en la zona que hoy es la ciudad de Canelones, pero que en su nacimiento era aún conocida como la villa de Guadalupe.

 Pasó sus primeros años, desde que tenía aproximadamente un año hasta los 12 años, en una estancia en el departamento de Florida que pertenecía a la familia Ponce de León, donde vivió inmerso en el entorno del campo y la vida rural, que más tarde influiría profundamente en su obra literaria.

 Durante su infancia, Uruguay atravesaba un período de anarquía política marcado por la crisis financiera y conflictos entre partidos, situación que también formó parte del contexto que marcó su juventud.

A los 12 años, en 1880, se trasladó a Montevideo con su tío Ezequiel para estudiar en el liceo Elbio Fernández.

Su adolescencia estuvo marcada por una fuerte presencia de la vida rural pero también por los acontecimientos políticos y sociales que sacudían al Uruguay en ese momento, como las insurrecciones y revueltas del país.

En el año 1885, Javier de Viana comenzó a publicar sus primeros textos en la revista estudiantil Primeros Rasgos, que estaba vinculada a su etapa universitaria y formativa en Montevideo.

Esta revista fue un ámbito inicial donde pudo expresar sus observaciones y vivencias, plasmando los contrastes y la realidad que conocía desde su infancia rural.

Las publicaciones en Primeros Rasgos constituyeron sus primeras experiencias como escritor y constituyen el inicio formal de su actividad literaria.

En ellas ya se encuentran los primeros indicios de su interés por retratar el campo y las costumbres rurales de Uruguay, un tema que sería el eje central de su obra posterior.

 Este primer paso en la escritura fue un punto clave en su vida porque le permitió comenzar a forjar un estilo literario que mezclaba la sensibilidad hacia el ambiente rural con una perspectiva crítica sobre los cambios sociales que atravesaba el país.

La experiencia en esta revista lo consolidó como un joven con inquietudes literarias y sociales, preparándolo para su posterior desarrollo como autor y periodista comprometido con las causas políticas y culturales del Uruguay.

Así, la publicación en Primeros Rasgos fue la primera ventana pública de su voz literaria y el marco donde inició su carrera de escritor, vinculada a la formación universitaria y el contexto cultural de Montevideo en la década de 1880.

Javier de Viana participó activamente en la Revolución del Quebracho en 1886 siendo apenas un joven de 17 años.

Tomó las armas junto a otros militantes del Partido Blanco en un levantamiento armado contra el gobierno autoritario de Máximo Santos, que en ese momento encabezaba el país con un régimen marcado por el despilfarro, la represión política y la violación de las libertades constitucionales.

La Revolución del Quebracho fue una insurrección breve, que duró apenas un día (el 31 de marzo de 1886), y se saldó con una fuerte derrota de los insurgentes, con más de 200 muertos y numerosos prisioneros.

Aunque fue una derrota, la revuelta marcó un quiebre en el proceso político militarista que dominaba Uruguay y dejó una profunda huella en los participantes y en la historia nacional.

Javier de Viana no solo fue combatiente, sino también cronista de la campaña.

Años después, publicó una serie de crónicas en forma de relatos titulados Recuerdos de una campaña o Crónicas de la Revolución del Quebracho, donde describe con detalle la experiencia del combate, la dureza del ambiente rural, la camaradería, las dificultades y el idealismo de los revolucionarios.

En sus escritos destaca la dureza física de la marcha, las condiciones precarias, la esperanza y la resistencia a pesar de la inferioridad ante un ejército mejor armado y organizado.

Viana recuerda momentos como la marcha a pie con un costal con víveres, las escaramuzas en medio del campo, la vida durante la campaña y el abatimiento final tras la derrota, con un profundo sentido crítico hacia las injusticias políticas que motivaron el movimiento pero también con una sensibilidad propia de alguien que vivió el conflicto de manera directa desde la juventud.

Esta experiencia temprana fue decisiva tanto para su vida política como para su desarrollo literario, ya que sus relatos de la Revolución del Quebracho reflejan su compromiso y conocimiento de las causas y consecuencias de los conflictos rurales y políticos de su país

En 1890, Javier de Viana inició estudios en la Facultad de Medicina de Uruguay, en Montevideo.

 Sin embargo, tuvo que abandonar la carrera por razones económicas alrededor de los 22 años, es decir, aproximadamente en 1890 mismo o poco después, y su creciente dedicación a otras actividades políticas y literarias que marcaron su vida y obra, lo que indica que sus estudios fueron interrumpidos temprano.

Tras abandonar Medicina, se trasladó a Treinta y Tres.

A partir de ese momento, su vida tomó un rumbo más activo en la política y el periodismo, particularmente en la ciudad de Treinta y Tres, donde empezó a dirigir el periódico político La Verdad.

Esta interrupción de sus estudios fue definitiva, pues nunca retomó la medicina, dedicándose plenamente a su labor literaria y política.

 La decisión de abandonar la carrera médica también estuvo motivada por sus convicciones personales y el contexto político y social de la época, que lo involucró de forma directa en revoluciones y en la defensa de sus ideales políticos.

 Nunca retomó los estudios de Medicina, dedicándose plenamente a la literatura y la política. Esta decisión fue crucial para su desarrollo como escritor y figura pública.

En el año 1894, Javier de Viana regresó a Montevideo.

Ya en Montevideo, colaboró activamente en el periodismo, escribiendo para algunos de los medios más importantes de la ciudad, entre ellos los diarios El Nacional y El Heraldo.

A través de estas colaboraciones, Viana pudo expresar sus ideas políticas y literarias, al tiempo que se involucraba en el ambiente cultural y político de la capital.

Estos años en Montevideo no fueron sencillos para él desde el punto de vista personal y económico; enfrentó depresiones económicas, conflictos legales que incluyeron incluso un período en prisión por desacato y escándalo, lo que refleja la intensidad y convicción con la que desempeñó su labor crítica y comprometida.

En 1894 contrajo matrimonio con María Eulalia Darriba, quien era viuda y tenía dos hijos.

Poco después del matrimonio, en 1895, nació su propio hijo, Gastón. Esta etapa marcó un cambio importante en su vida, consolidando su vida familiar paralelamente a su actividad literaria y periodística.

Además, poco tiempo después de casarse, se asoció con un emprendimiento rural bajo la denominación “León Liberti, Viana, Canale y Cía.”, intentando desarrollar actividades agropecuarias con una inversión significativa.

Sin embargo, esta experiencia como hombre de negocios fue poco exitosa, y finalmente se dedicó plenamente a su carrera de escritor y periodista1895

Participa en la fundación y desarrollo de El Fogón, la publicación más emblemática de la literatura gauchesca regional junto a otros escritores notables como Elías Regules y Antonio Lussich.

En el año 1896, Javier de Viana publicó su primer libro de relatos titulado Campo, que marcó un hito en la literatura uruguaya al retratar con un realismo profundo la vida campesina y rural del Uruguay de fines del siglo XIX.

Esta obra es una colección de once cuentos breves en los que Viana se centra en describir las costumbres, personajes, y paisajes de la campaña uruguaya, mostrando tanto su rudeza y dificultades como la grandeza y heroicidad de sus habitantes.

Campo fue recibido como una revolución literaria porque logró plasmar la esencia del hombre del campo, el gaucho, sin idealizaciones románticas, sino con un enfoque realista y naturalista.

A través de una técnica narrativa detallada y cuidada, Viana exploró la psicología de sus personajes, su relación con la naturaleza y las complejas dinámicas sociales y políticas de la época.

 Los relatos en Campo reflejan un período histórico de transición, en el que el gaucho tradicional estaba desapareciendo lentamente debido a los cambios sociales y económicos que imponían nuevas formas de vida y trabajo rurales.

El libro no solo es una representación descriptiva sino también un análisis cultural y psicológico de esta realidad, mostrando tanto la dureza de la vida rural como el impacto de la modernización y la política en el campo.

Entre los cuentos que componen el libro se encuentran títulos como "Última campaña", "El ceibal", "Por la causa", "La vencedura", "31 de marzo" y otros que exploran diferentes aspectos de esa vida rural y guerrera.

Campo consolidó a Javier de Viana como uno de los principales escritores del realismo y naturalismo en Uruguay, y fue un punto de partida para su posterior obra literaria que continuaría explorando las temáticas rurales, políticas y sociales del país.

En el año 1899, Javier de Viana publicó su única novela, Gaucha, que se centra profundamente en el ambiente rural y las costumbres del campo uruguayo.

Según el propio autor, la obra es un "ensayo de psicología nacional", donde busca sintetizar su visión de la realidad rural del país a finales del siglo XIX, utilizando un enfoque realista influenciado por el naturalismo francés.

 La novela narra la trágica historia de Juana, una mujer que encarna la mezcla cultural y racial característica del Uruguay rural de la época.

Juana es la protagonista de un relato de sufrimiento y desventura que refleja la brutalidad de ciertas costumbres y situaciones del campo.

La trama incluye temas como el amor fatal entre Juana, el matrero Lorenzo Almada, y otro pretendiente, Lucio, y finaliza con un desenlace trágico y violento, en un contexto de violencia y lucha por la supervivencia en la naturaleza agreste.

Gaucha no es solamente un estudio social o moral, sino que también utiliza la historia como pretexto para describir escenas pintorescas y brutales del ambiente rural, mostrando un mundo primitivo marcado por la lucha, la pasión y la tragedia.

La obra generó polémicas por su realismo crudo y su acercamiento sin concesiones a la realidad rural, incluso haciendo cambios en ediciones posteriores para suavizar algunos aspectos considerados excesivamente fuertes para la época.

Esta novela es fundamental para entender la literatura del campo del Río de la Plata y la manera como Viana combinó la descripción minuciosa de los ambientes y personajes con una visión crítica de la sociedad y las condiciones de vida en el Uruguay rural.

En el año 1901, Javier de Viana publicó Gurí, una obra compuesta por una recopilación de relatos que profundizan en la infancia rural y la vida cotidiana en el campo uruguayo.

 El término "gurí" es una palabra del lunfardo y del habla rioplatense que significa niño o chico, y en este libro se enfoca precisamente en la mirada y experiencias de los niños en el entorno rural.

Los cuentos que integran Gurí delinean personajes infantiles que viven en las extensas cuchillas y estancias de la campaña, mostrando sus aventuras, juegos, sueños y también las dificultades y la dureza de la vida en el campo.

La obra refleja tanto el paisaje natural como las costumbres, tradiciones y códigos de la sociedad rural, entorno que Javier de Viana conocía en profundidad y que había retratado ya en otros textos.

Concretamente, Gurí es considerado una continuación y un complemento temático a su anterior libro Campo, pero con un tono más nostálgico y sensible que rescata la inocencia y la percepción infantil del mundo rural.

 A través de relatos como "En las cuchillas", "Sangre vieja" o "Por matar la cachila", Viana plasma un universo rural vivido desde la perspectiva de los gurises, con su particular manera de comprender la naturaleza, las personas y los conflictos de la vida diaria.

Esta obra también destaca por su lenguaje que mezcla el español con expresiones criollas y lugareñas, reforzando la autenticidad del ambiente y las voces narrativas.

 Además, las historias contienen un fuerte componente de crítica social y política, donde la infancia rural se inserta en un contexto de lucha, supervivencia y tradiciones profundas que influyen en la formación de los niños.

Gurí contribuye a afianzar a Javier de Viana como uno de los principales narradores del Uruguay rural y gauchesco, con un dominio particular para captar la esencia y complejidad de la vida en el campo a través de la mirada infantil.

En el año 1904, Javier de Viana se involucró activamente en la insurrección armada del Partido Blanco contra el gobierno colorado de José Batlle y Ordóñez, conocida como la Revolución de 1904, la última guerra civil significativa en Uruguay.

 Esta insurrección fue un intento de los blancos para recuperar el control político y defender sus intereses frente a las reformas y el creciente poder del partido colorado.

Durante la Revolución de 1904, Viana participó como combatiente en las filas blancas, combatiendo en un conflicto prolongado y sangriento que duró varios meses y movilizó a miles de personas.

Sin embargo, fue capturado por las fuerzas gubernamentales durante la contienda.

Pese a estar prisionero, logró escapar y se exilió en Buenos Aires, Argentina, donde permaneció varios años.

Este exilio le permitió continuar su carrera literaria, aunque marcado por la experiencia política y militar vivida.

El período en Buenos Aires fue económicamente difícil para Viana, pero fue muy productivo desde el punto de vista literario, publicando varios de sus relatos más reconocidos en revistas y periódicos argentinos.

La participación de Javier de Viana en la Revolución de 1904 no solo fue un episodio político relevante, sino que influyó profundamente en su obra literaria y en su compromiso con las causas del Partido Blanco y las tradiciones del campo uruguayo.

Este hecho marcó un antes y un después en su vida, definiendo su identidad como escritor comprometido con los valores rurales y nacionales desde una perspectiva crítica y apasionada

Entre los años 1910 a 1912 publica varias recopilaciones de relatos:

Macachines (1910)

Leña seca (1911)

Yuyos (1912).

En 1918, Javier de Viana regresó a Uruguay luego de pasar varios años en exilio en Buenos Aires, donde había sufrido penurias económicas, pero había continuado desarrollando su carrera literaria publicando en diversas revistas y periódicos.

 Al volver a Montevideo, se reinsertó en la vida cultural y política del país, trabajando como periodista para varias publicaciones, destacándose especialmente en el diario El País, uno de los medios más influyentes de la época.

Este retorno al país coincidió con un Uruguay que había avanzado institucionalmente y socialmente, con nuevas leyes laborales, el fortalecimiento de las instituciones públicas y importantes cambios económicos y sociales que transformaban la vida nacional.

Durante esos años finales en Uruguay, vivió en una casa sencilla en el pueblo de La Paz (Canelones), donde desarrolló sus obras literarias y continuó su actividad política hasta su muerte en 1926.

Entre los años 1919 a 1920 publica

Cardos, Abrojos, Sobre el recado (1919)

Bichitos de luz y Ranchos: costumbres del campo (1920).

 Además de su tarea periodística, Javier de Viana fue elegido diputado suplente por el departamento de San José en el año 1922, asumiendo la banca en 1923.

Desde esa posición, continuó representando los intereses rurales y defendiendo los valores vinculados al campo y al Partido Nacional, compromiso que lo acompañó durante toda su vida. 

En 1925, Javier de Viana publicó La biblia gaucha, considerada una recopilación y culminación de su extensa exploración literaria del mundo rural uruguayo y la vida del gaucho.

Esta obra es una especie de compendio que recoge cuentos, tradiciones y relatos que reflejan profundamente las costumbres, la religiosidad popular, la cultura y el entorno social del campo y la campaña del Uruguay.

La biblia gaucha es mucho más que una simple antología: representa una síntesis del universo rural que Viana había ido describiendo a lo largo de sus obras anteriores, desde Campo (1896) hasta Gurí (1901) y Gaucha (1899).

En ella se conjugan los elementos culturales, históricos y literarios que revelan la complejidad de la identidad rural uruguaya, especialmente la de los gauchos como símbolos de resistencia, tradición y arraigo.

 La obra se destaca por su riqueza lingüística, el uso del habla popular y criolla, así como por su mirada crítica pero también afectuosa hacia la vida dura y muchas veces injusta que llevaban los habitantes del campo.

La recopilación aborda temas como la lucha por la tierra, las rivalidades políticas, la vida cotidiana, las leyendas y la religiosidad folclórica.

Por su naturaleza integradora, La biblia gaucha se considera una obra fundamental dentro de la literatura gauchesca, pues sintetiza el mundo rural de forma integral, desde la óptica de quien fue uno de los máximos exponentes en la literatura del interior del país.

Publicada pocos años antes de la muerte de Viana, esta obra representa también su legado final y la consolidación de un estilo narrativo que influyó notablemente en la literatura uruguaya y del Río de la Plata

Fallece el 5 de octubre de 1956 en La Paz, Canelones (algunas fuentes marcan Montevideo como lugar de muerte), dejando un legado fundamental en la narrativa rural, realista y gauchesca del Uruguay moderno.


HOMENAJES


Tras su fallecimiento en 1926, Javier de Viana ha sido objeto de diversos homenajes póstumos en Uruguay para mantener vivo su recuerdo y valorar su aporte a la literatura y a la cultura nacional. Algunos de los homenajes y reconocimientos más destacados incluyen:

 

Busto y Placa en Canelones:

En la ciudad de Canelones, lugar de nacimiento de Viana, se inauguró un busto de bronce en su honor en la plazoleta Néstor Amaro, acompañado de una placa conmemorativa en el lugar donde estuvo su casa.

 Este homenaje fue realizado en 1982, en el marco de un acto oficial de reconocimiento a su figura literaria y cultural.

 

Biblioteca Javier de Viana:

En Montevideo existe una biblioteca pública que lleva su nombre, preservando y difundiendo su obra y promoviendo actividades culturales vinculadas a la literatura y el fomento de la lectura.

Esta biblioteca funciona como centro cultural y punto de referencia para el estudio de su legado.

 

Publicaciones Póstumas y Ediciones:

Se publicaron y republicaron numerosas ediciones de sus obras clásicas, muchas de ellas con prólogos y estudios críticos que revalorizaron su contribución a la literatura rural, gauchesca y nacional.

Estas reediciones han ayudado a que su obra se mantenga vigente en el tiempo.

 

Reconocimiento en el Ámbito Académico y Literario:

 Escritores, historiadores y académicos uruguayos han destacado la importancia de Javier de Viana en la consolidación del realismo literario en Uruguay y su papel como cronista y defensor de la cultura del interior del país.

Su obra forma parte del canon literario nacional y se estudia en escuelas y universidades.

 

Homenajes en Fechas Conmemorativas:

Cada 5 de agosto, día de su nacimiento, se realizan actos, lecturas y celebraciones literarias para recordar su vida y obra, tanto en su Canelones natal como en Montevideo y otras ciudades.

 Estos y otros reconocimientos reflejan el valor permanente que se atribuye a Javier de Viana como una figura clave en la historia cultural del Uruguay, especialmente en lo que respecta a su representación del mundo rural y la identidad nacional

LEGADO 

El legado que Javier de Viana dejó y que perdura hasta el día de hoy es fundamental para la literatura y la identidad cultural uruguaya. 

Fue uno de los precursores del realismo y naturalismo en la narrativa rioplatense y un destacado representante de la literatura gauchesca, adulto a través de sus obras la vida rural y las costumbres del campo con una mirada profunda, realista y sin idealizaciones.

 Su obra literaria, compuesta por títulos emblemáticos como Campo (1896), Gaucha (1899), Gurí (1901), y La biblia gaucha (1925), entre otros, es un testimonio vivo de las transformaciones sociales, políticas y económicas que atravesaron el Uruguay rural a fines del siglo XIX y principios del XX. 

A través de cuentos, novelas y relatos, Viana capturó la esencia del gaucho, el campesino, y la vida en el interior, con un fuerte arraigo en la identidad nacional.

 Además de su aporte literario, su compromiso político con el Partido Blanco y su participación activa en episodios como la Revolución del Quebracho y la Revolución de 1904 reflejan su preocupación por la justicia social y las tradiciones del campo, aspectos que se trasladaron a su escritura de manera crítica y reflexiva.

Hoy, sus textos forman parte del canon literario uruguayo y son estudiados en escuelas y universidades, sirviendo como una ventana para entender la cultura y la historia rural del país. Su estilo, que combina un lenguaje coloquial y criollo con técnicas literarias modernas para la época, influyó en posteriores generaciones de escritores.

Su legado cultural también se mantiene vivo en homenajes como bibliotecas que llevan su nombre, monumentos y festivales literarios. 

Es reconocido no solo por su valor literario sino también por su contribución a la construcción de la identidad nacional y la valoración del mundo rural como base esencial de la sociedad uruguaya.

FUENTES

https://es.wikipedia.org/wiki/Javier_de_Viana

https://vidaiconica.com/biografia-de-javier-de-viana/

https://www.imcanelones.gub.uy/disfrutamos/lugares/javier-viana-1868-1926

http://www.autoresdeluruguay.uy/biblioteca/Javier_De_Viana/lib/exe/fetch.php?media=sum_scott_renee_-_la_familia_de_javier_de_viana_en_revista_de_la_biblioteca_nacional_n_23_diciembre_1983.pdf

https://autores.uy/autor/668

http://www.rettalibros.com/shop/catalogs/show_material_details/4361

https://bibliotecacentralsecundaria.edu.uy/pmb/opac_css/index.php?lvl=author_see&id=1808

https://letras-uruguay.espaciolatino.com/bula_piriz_roberto/javier_de_viana.htm

https://brecha.com.uy/viana-y-sanchez/





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Fuente: Wikipedia


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