Una
educadora adelantada a su tiempo
La familia se trasladó a Roma cuando tenía 12 años para que pudiera tener una buena educación.
En un principio habían pensado
que estudiara magisterio, la única salida profesional para las mujeres de la
época pero ella se planteó otras opciones.
Estudió ingeniería a los
catorce años, después biología.
En un Congreso Internacional de Mujeres en Londres (1890) denunció las condiciones de vida de las maestras rurales en Italia y de los niños forzados a trabajar en las minas en Sicilia. Relacionó así el feminismo con las reivindicaciones sociales y, al exponer sus ideas sobre el rol de la mujer como promotora del cambio, insistió en su derecho a la educación, el conocimiento, el trabajo fabril e intelectual, al voto y a decidir sobre la vida en pareja y las condiciones de la maternidad
En 1890, Montessori se graduó en la escuela técnica científica de Roma y decidió estudiar medicina en la Universidad de Roma, una opción poco probable para una mujer en ese momento.
En 1894 ganó un premio bien remunerado por un trabajo sobre patología general, en 1895 ganó una plaza como asistente médico en un hospital de mujeres y otra en uno de hombres sin recursos.
A pesar de las dificultades
económicas y sociales, a los 26 años, en 1896, se convirtió en una de las
primeras mujeres en obtener el título de medicina en Italia. Más tarde estudió
antropología y obtuvo un doctorado en filosofía, época en la que asistió a uno
de los primeros cursos de psicología experimental. Desarrolló su propia
clasificación de enfermedades mentales.
Maria entabló relación con
grupos feministas en lucha por los derechos políticos y civiles de la mujer y
en otoño de 1896 apenas licenciada en medicina fue invitada a formar parte de
la delegación italiana que asistiría en Berlín al Congreso sobre los Derechos
de las Mujeres.
Hablo en nombre de seis millones de mujeres italianas —expresó Montessori— que trabajan en fábricas y granjas durante dieciocho horas al día por una paga que suele ser la mitad de la que reciben los hombres por realizar el mismo trabajo, y a veces incluso menos.
También defendió el derecho de
las mujeres solteras a entrar al mundo del trabajo y su derecho a decidir sobre
el matrimonio y el control de sus bienes, enarbolando desde entonces la bandera
de la equidad salarial entre mujeres y hombres.
El 31 de marzo de 1898 María tuvo un hijo en secreto con su colega Giuseppe Montisano, que fue cuidado en el campo por una familia a las afueras de Roma.
María lo visitaba con cierta frecuencia pero hasta que Mario Montessori tuvo 15 años no supo que era su madre.
Ella nunca lo reconoció públicamente como su hijo. En algún momento lo presentó como su sobrino y más tarde como hijo adoptivo.
A partir de esta intervención el ministro de educación, Guido Bacelli, le propuso realizar una serie de conferencias en Roma para presentar sus ideas sobre la educación de estos niños.
Posteriormente se fundó una escuela estatal de ortofonía de la que Montessori fue directora entre 1899 y 1901.
En este periodo integró un grupo
de profesorado especializado en la observación y la educación de menores con
discapacidad.
Entre 1898 y 1900 trabajó con niños considerados perturbados mentalmente.
Se dio cuenta de que estos niños tenían potencialidades que, aunque estaban disminuidas, podían ser desarrolladas y que eran dignos de una vida mejor sin representar una carga para la sociedad.
En este momento decidió dedicarse a los niños durante el resto de su vida. Observó a los niños de una institución para niños «ineducables» jugando con las migajas de la comida, porque no había ningún objeto más en el sitio.
Vio que no se las comían, sino que las manipulaban y se dio cuenta de que lo que les hacía falta eran objetos para tocar, que el ser humano tiene necesidad de actividad, de realidad, de cultivar su inteligencia y personalidades.
María Montessori prepara el
Ambiente para sus alumnos
Más tarde se trasladó a Londres y París para estudiar nuevas metodologías.
De regreso a Roma continuó con sus observaciones, elaboró un método fundamentado en los principios de Jean Marc Gaspard Itard y Édouard Séguin e inició una serie de nuevas experiencias en el ámbito de la lecto-escritura, un método que resultó positivo en menores con discapacidad.
El conjunto de sus investigaciones le dio posibilidad de
ocupar la cátedra de antropología pedagógica en la Universidad de Roma, en la
que se dedicó a la enseñanza durante varios años.
Placa recordatoria
Gradualmente fue desplazando su interés inicial por los niños con discapacidad intelectual hacia los niños en edad escolar. A partir de este desplazamiento, el mes de enero de 1907 Montessori fundó la primera Casa dei Bambini, un lugar donde los niños y niñas tuvieron la oportunidad de aprender siguiendo sus innovadores métodos.
De hecho, la fundación de este primer centro fue impulsada básicamente por el Instituto Romano dei beni stabili, un organismo social que pretendía impulsar la rehabilitación del barrio de San Lorenzo de la capital italiana mediante la construcción de edificios modernos, ya que los habitantes de este barrio vivían en una gran precariedad higiénica.
El director de este organismo E. Talamo conocía las experiencias de Montessori como médico y como educadora y creyó oportuno confiarle la dirección de un centro de formación para niños.
En realidad el centro era una institución pedagógica orientada a los menores de tres a seis años que residían en los inmuebles del Instituto Romano.
Así lo cuenta María Montesori «Era el 6 de enero de 1907 cuando se inauguró la primera
escuela para niños de tres a seis años, no con mi método, pues entonces no
existía todavía: pero se inauguró aquella escuela donde mi método debía nacer
un poco después.
Aquel día, no se componía más
que de unos cincuenta chiquillos pobrísimos, de aspecto rústico y tímido,
algunos lloraban, casi todos, hijos de analfabetos y sometidos a mis cuidados.
El proyecto inicial era reunir
a los hijos de los inquilinos de una casa de vecindad, en un barrio obrero,
para impedir que quedaran abandonados por la calle y la escalera, ensuciando
las paredes y sembrando el desorden.
En la misma casa se dispuso
una habitación para este objeto y fui encargada de esta institución, que
«podría tener un excelente porvenir». Por una sensación indefinible, sentí
confusamente en mi interior que se iniciaba una obra grandiosa de las que
hablaría todo el mundo así se anunció con énfasis en la inauguración.
Todos los que acudieron a la
inauguración quedaban asombrados y decían: ¿por qué la Montessori exagera tanto
la importancia de un asilo para niños pobres?
Comencé mi obra como un
campesino que hubiera guardado separadamente la buena semilla y le ofrecieran
un campo fecundo donde sembrarla con toda libertad.
Pero no fue así; apenas removí
los terrones de aquella tierra virgen, encontré oro en lugar de grano. La
tierra ocultaba un tesoro precioso. Ya no era el aldeano que habíase imaginado:
era como el talismán que Aladino tenía entre las manos, sin saberlo, una llave
capaz de descubrir inmensos tesoros ocultos.
Los únicos gastos posibles
eran los ordinarios en una empresa de escasos recursos, es decir, los muebles y
objetos absolutamente necesarios. Por esa razón, se comenzó por fabricar muebles
y adquirir algunos objetos.
La Casa de los niños, no era una verdadera escuela: era una especie de máquina de contar, puesta a cero al iniciarse una labor. Sin medios para crear el ambiente de los niños, con bancos y mesas escolares, con los muebles de uso corriente en las escuelas, se preparó un mobiliario sencillo como el de una habitación cualquiera de una casa.
Al mismo tiempo, hice fabricar
un material científico exactamente igual al que yo usaba en una institución de
niños con discapacidad mental, el cual por haber sido utilizado para ese objeto
nadie pensó que pudiera llegar a ser un material escolar. No hay que imaginar
que el «ambiente» de la primera Casa de los niños fuera amable y gracioso como
el que presentan en la actualidad estos colegios. «
Al aceptar, María Montessori se propuso dos objetivos: por un lado procurar una vida mejor a quienes allí residían, basada en la higiene y la armonía familiar y social; por otra, perseguía una finalidad pedagógica.
La principal innovación de la Casa dei Bambini era la de ofrecer a los pequeños un espacio adaptado donde podían vivir todo el día acompañados de una institutriz, los padres estaban invitados a entrar en el centro y seguir el trabajo de sus hijos e hijas siempre que respetaran las maneras y la propiedad de los menores.
En cuanto a la institutriz, tenía la obligación de residir en el edificio con el fin de facilitar la cooperación con los padres y madres en su tarea de educar a sus hijos.
Fue en este primer centro (luego trasladado como modelo a tantos otros alrededor del mundo) donde Montessori comenzó a aplicar los resultados de sus estudios, creando lo que conocemos como Método Montessori.
De esta pequeña escuela fundada en la calle Marsi, en Roma, surgió una obra que tuvo eco mundial en los medios educativos.
En esta época, resultaba extraordinario asociar el aspecto social y el pedagógico a la educación infantil, así como defender los derechos de los niños y niñas ante los adultos.
En 1908 asistió en Roma al Primer Congreso de Mujeres Italianas y presentó la ponencia, “La moral sexual en la educación”, sosteniendo la necesidad de la educación sexual para liberar a las mujeres del puritanismo y de la moral que las esclaviza “al rol de cuidadoras y madres, ignorantes de la vida y de sus problemas, infantiles en sus pensamientos y en sus conciencias”.
En 1909, Montessori publicó su obra fundamental sobre el método de la pedagogía científica aplicada a la educación de los niños: "Il metodo della pedagogía científica applicato all 'educazione infantil nelle case dei bambini".
Sus repercusiones fueron tan importantes que la obra fue traducida con gran rapidez a numerosos idiomas.
Organizó cursos internacionales en Roma sobre su método
Tras el éxito de la Case dei Bambini fundó cuatro nuevas escuelas en Roma, y dejó la escuela original para expandir el método, y en 1913 organizó cursos internacionales en Roma a los que asistieron un centenar de educadores de gran variedad de países, confesiones y afiliaciones políticas.
Todos aquellos profesionales que conocieron el método, ya fuera a través del libro o a través de alguno de los seminarios, contribuyeron a crear un clima favorable en los lugares de donde procedían.
Como fruto de esta propagación, la Società humanidad constituyó la Case dei Bambini de Milán en acuerdo a los principios montessorianos.
Multiplicó sus viajes por toda Europa, América y Asia, dictando conferencias y organizando cursos de formación, participando en congresos, estableciendo contactos con personalidades. Roma, Milán, Londres, París, Berlín, Ámsterdam, Barcelona, San Francisco, Madrás o Karachi son algunas de las ciudades donde se organizaron todos estos eventos.
Con todo esto llegó a formar personalmente a más de cinco mil estudiantes de todo el mundo.
Primera escuela Montessori en EEUUDurante la Primera Guerra Mundial se trasladó a menudo a Estados Unidos donde fundó un colegio para maestros. Con Alexander G. Bell, en ese momento considerado el inventor del teléfono, y su hija abrieron la primera Case dei Bambini en Estados Unidos.
Allí, las escuelas se multiplicaron y se formó la American Montessori Association que encabezaron el mismo Alexander G. Bell y Margaret Wilson, hija del presidente Wilson.
La entrada del método Montessori se interrumpió debido a la intervención del profesor William Kilpatrick que, en 1914, escribió el libro The Montessori System examined en el que declaró que la teoría Montessori había quedado obsoleta.
En 1914 escribe textos en los
que la autora defiende y promueve un modelo de «mujer nueva», consciente de su
potencial y artífice de su propio destino. En sus textos plantea la defensa del
derecho al voto y a la educación, el trato paritario en el trabajo y en el
matrimonio reflejando los primeros pasos de la emancipación femenina en Europa.
Colegio Montessori en los Países Bajos, 1915. Fotografía recogida en el libro Van Holkema & Warendorf's Uitgevers Mij, Ámsterdam, 1916, que trata sobre el método Montessori
En 1915 realizó un viaje a
Estados Unidos en el que le acompañó por primera vez su hijo Mario Montesori
que contaba con 17 años.
Fue el comienzo de una asociación
permanente entre madre e hijo tanto en el trabajo como en la vida personal.
A su regreso de América en
1917 Mario se casó con Helen Christie y residieron en Barcelona.
Desde principios de la década
de los 20 su hijo ocupó un lugar cada vez más importante en la vida de
Motessori.
Asociación Montessori Internacional (AMI)
En 1929 ambos fundaron la
Asociación Montessori Internacional (AMI) para supervisar las actividades de
las escuelas de todo el mundo. Hasta su muerte el 10 de octubre de 1982
continuó dirigiendo la asociación.
En 1926 se fundó la Real
Escuela del Método Montessori con el apoyo de Mussolini, las escuelas y los
centros de formación a docentes se multiplicaron en Italia y se esparcieron en
varios países, entre ellos Alemania.
Posteriormente, ella renunció
a la ayuda de Mussolini a causa de su voluntad de adoctrinar a los niños con
una finalidad bélica, principio que resulta incompatible con el concepto de
libertad, tan fundamental en el método. Mussolini mandó cerrar todas las
escuelas, y Adolf Hitler hizo lo mismo en Alemania.
Cuando estalló la Guerra Civil española, la familia Montessori dejó Barcelona y volvió a emigrar para establecerse en los Países Bajos en 1936, año en que el gobierno fascista le obligó al exilio.
Colegio Montessori de Amsterdam
Se radicó en Holanda, concretamente
Ámsterdam, ciudad que les acogió, se convirtió en la sede de la Asociación
Montessoriana Internacional.
Allí conocen al banquero Pierson con quien
se asociaron para abrir una escuela.
Durante la Segunda Guerra
Mundial, Montessori y su hijo se refugiaron en la India, donde desarrollaron el
trabajo con niños mayores de seis años, iniciando la primaria Montessori.
Maria Montessori con su hijo Mario (izquierda) y el teósofo George Arundale con su esposa Rukmini Devi (derecha), en India
El viaje a la India fue por
invitación de la Sociedad Teosófica con sede en Madrás, llegando a Adyar,
Madrás en octubre de 1939.
María tenía previsto organizar
un curso de tres meses y regresar a Europa en 1940 pero la Segunda Guerra
Mundial hizo que prolongaran su estancia.
Debido a su condición de
italiano, Mario fue obligado por el gobierno británico (que en ese entonces
dominaba la India), a internarse en un campo de concentración (de trabajo) para
civiles en Ahmendnagar y también impusieron restricciones a los movimientos de
María Montessori.
Pero el 31 de agosto de 1940
(día del cumpleaños de María), los británicos liberaron a Mario.
Durante siete años, de 1939 a
1946, María Montessori permaneció en la India donde realizó 16 cursos de
capacitación y formó a más de un millar de profesores. Ella hablaba en italiano
y su hijo le traducía al inglés.
En 1946 regresó a Europa y
tras apaciguarse el conflicto volvió a integrarse en el círculo europeo,
regresando a Ámsterdam.
Mario se casó en segundas
nupcias con Ada Pierson, quien había cuidado de su familia mientras éste estaba
en la India.
María Montessori, acompañada
de su hijo Mario, llevó a cabo cursos y conferencias en Londres, Escocia, Roma,
Berlín, Ceilán, India, Pakistán, Países Bajos y Francia.
Estableció su residencia en
Noordwijk Aan Zee, Holanda
Allí muere el 6 de mayo de 1952 a los 82 años,.
Está enterrada en el
cementerio católico de dicha ciudad.
https://montessoriparatodos.es/
https://www.fundacionmontessori.org/
https://asociacionmontessori.net/
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