El pintor de las lunas
En Turín, Cúneo define un poco más su obra al entrar en contacto con la obra de Fontanesi, pintor italiano conocido por sus paisajes y escenas rurales, en una gran sala del Museo Cívico.
Fontanesi fue miembro del movimiento Macchiaioli, un grupo de pintores italianos que rechazaron la pintura académica en favor de un estilo más naturalista.
En la sala del Museo Cívico donde se exhibe la obra de Fontanesi, queda impresionado por las fantásticas visiones de plazas naturales indefinidas, con resplandores brillantes, truenos en los pantanos y nubes que lo introducen en el tema de los cielos.
Viajando a Venecia, recoge el color exaltado de sus pintores.
Atesora todos los conocimientos que considera válidos para desarrollar sus virtudes. Esas influencias lo despiertan y afirman las condiciones que desarrollará en su trabajo.
El artista es reconocido desde muy pequeño por un exacto conocimiento de sus propios valores.
En 1910 a su regreso a Montevideo expone lo que pintó en Europa, una serie de "jardines" y "lagos italianos", que muestran una composición de formas en grandes planos, muy decorados y con color exaltado.
En 1911 se traslada a París, estudiando en la Academia Vity con el colorista Anglada Camarasa y Van Dongen, portavoz del sol en un viaje a Marruecos, volviendo a pintar jardines.
En 1914 inició sus paisajes uruguayos en el Departamento de Treinta y Tres.
En 1917 realizó otro viaje a Europa y estudió en la Grande Chaumière de París .
Este viaje es breve pero influyente en la obra de Cúneo y, en consecuencia, en los demás pintores uruguayos que reciben a Cúneo a su regreso, ávidos de nuevos mensajes. El atractivo de ese momento para Cúneo fue Gauguin que en Tahití pintó una obra que podría ser una guía para la nuestra: era una cultura europea en un paisaje tan virgen como el uruguayo. De los franceses y sus seguidores toma el cuadro en largos planos de color separados para no ensuciarlos, a veces en el desarrollo de ese estilo deja el espacio vacío del lienzo entre los planos vecinos.
De regreso comienza su etapa de planificación pictórica realizando una serie de retratos y paisajes de la ciudad de Melo.
Se radicó en Cerro Largo, donde pintó obras de marcado estilo planista, que Cúneo compartía con otros artistas que habían pertenecido al Círculo de Bellas Artes, junto a Carmelo de Arzadun, Guillermo Laborde, Alfredo De Simone y Petrona Viera.
Otro de los viajes influyentes en Cúneo, para el posterior desarrollo de su propia obra, aunque no de tanta magnitud para su entorno, fue el que realizó en 1927. Las deformaciones expresionistas de Chaim Soutine, expresándose en una perspectiva emocional, ampliándola o reduciendo los objetos o moviéndolos según el grado de sugestión que el artista recibe de ellos, entra como una concepción selectiva favorable al temperamento romántico de Cúneo.
En Francia pinta una serie de paisajes de Cagnes con los que inaugura una exposición en París en la Galería Zak. La exposición de los paisajes de Cagnes tuvo el valor de la serie.
La obra de Cúneo está compuesta por un conjunto de series. Esta es una forma de trabajar.
Este artista no ejerce una postura muy propia de su generación, de los postimpresionistas, de los impresionables, de aquellos que, atentos al advenimiento de la gracia pictórica, registran los temas más variados y eventuales.
El artista inicia el tema elegido con el desconcierto de quien quiere que la originalidad sea su principal objetivo y la poderosa metáfora plástica.
Un estilo que se pule en la repetición, una concentración en el motivo repetido muchas veces y una exacerbación donde crece, se enriquece y luego desborda su formidable fantasía
En resumen, el nacimiento y ocaso de su serie. Así fueron las series "Los jardines y lagos italianos de Albano y Nemi", los "Paisajes de los Treinta y Tres", los de las "Islas" de árboles en las llanuras de pasto; los retratos experimentales de amigos, en su mayoría poetas y escritores, como "Telémaco Morales", "Doña de Dieste", "Nicolás Fusco Sanssone", etc.
Desde la época de Cagnes y durante un largo período de su obra, Cúneo se desvía en la creación de sus ritmos de la certeza de las verticales y las horizontales, componiendo sólo la base de las diagonales más adecuadas para traducir un mundo de inquietudes y miedos.
Ubicación: Colección Eduardo Constantini. Buenos Aires
Autor: José Cúneo Perinetti
Luna sobre el barranco (1933)
Descripción: Óleo sobre lienzo. 146x96cm.
Ubicación: Colección privada
Autor: José Cuneo Perinetti
Paisaje - 1937
Venecia -1938
En 1942 obtuvo el Gran Premio de Pintura en el Salón Oficial, el Primer Premio en la Exposición Nacional de Acuarela y el Premio de Pintura en la Bienal Nacional de Arte.
Arroyo Conventos, Cerro Largo -1944
Luna de los Carreros 1945
En 1945 Cuneo viajó a Salto con el objetivo de convalecer en casa de familiares.
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