EL PINTOR NEOCLÁSICO
Retrato
de Vicente López Portaña. Esta obra es una copia realizada por el pintor Bernardo
López, que era hijo de Vicente López, del autorretrato que este último hizo de
sí mismo en el año 1840.
Vicente
López Portaña, nació en la calle del Mar de Valencia, Valencia, España, el 19
de septiembre de 1772.
Fue
un pintor español del neoclasicismo.
Sus
padres, pertenecientes a una familia de linaje hidalgo, fueron Cristóbal López
Sanchordi,-de oficio pintor- y Manuela Portaña Miró.
Vicente
fue bautizado en la Iglesia de los Santos Juanes.
Quedó
huérfano muy pronto, primero su padre y más tarde su madre, por lo que quedó al
cuidado de sus abuelos Cristóbal López Planells y Mariana Sanchordi Planells
ambos relacionados también con el mundo de la pintura.
El
14 de febrero de 1768 el rey Carlos III creaba en Valencia la Real Academia de
Bellas Artes de San Carlos, institución académica, que desde su fundación,
impartió las enseñanzas de las tres Nobles Artes: Pintura, Escultura y
Arquitectura. Los estudios se organizaban bajo la denominación de menores y
mayores. Los primeros eran denominados “Principios y Estampas” o “Primeros
rudimentos” y los segundos constituían las especialidades de Pintura, Escultura,
Arquitectura y Grabado.
En
1784 se añadieron los “Dibujos de Flores
y Ornatos aplicados a los tejidos”, debido a la importancia adquirida por la
industria de la seda durante las últimas décadas del siglo XVIII.
El rey Ezequías hace
ostentación de sus riquezas ante los legados del rey de Babilonia- 1789 - Óleo sobre
lienzo, 86 x 136.5 cm
Ingresa en el Museo
como primer premio de la Academia de San Carlos.
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La Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando (RABASF) es una institución integrada en el
Instituto de España. Fue creada por Real Decreto de 12 de abril de 1752 y su
sede está en Madrid (España).
Los
Reyes Católicos recibiendo una embajada del rey de Fez
En
este mismo año de 1879 obtiene una beca de la Academia para viajar a Madrid y continuar
estudios en la Corte y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. La obra
por la que es elegido lleva por título Tobías el joven restablece la vista de
su padre que se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Valencia.
Ingresa a la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando de Madrid, y al año siguiente obtuvo un primer puesto en
el concurso organizado allí con la obra Los
Reyes Católicos recibiendo una embajada del rey de Fez.
Durante
su estancia en la Academia madrileña recibió la influencia academicista, sobre
todo de parte de Anton Raphael Mengs y de Mariano Salvador Maella, de este
último su visión del barroco y el colorismo de su obra, y el perfeccionismo
analítico y precisión en el dibujo en los estudios o bocetos para sus pinturas.
Así
mismo, en los 13 años de permanencia en ese lugar, fue influido por dos de los
grandes maestros del barroco, Luca Giordano y Corrado Giaquinto, influencia que
se puede apreciar claramente en los frescos y decoraciones que llevó a cabo en
diversos sitios reales.
Fernando VII con el
hábito de la Orden de Carlos III. 1808. Ayuntamiento. Valencia
En
1792 volvió a su ciudad natal, Valencia Ya con un enorme prestigio, fue requerido para realizar numerosos encargos de pintura religiosa, tanto en óleo
como frescos, e incontables retratos y proyectos de monumentos y dibujos para
grabar.
Sobre
todo cuadros religiosos y conjuntos murales para iglesias valencianas, además
de retratos, proyectos de monumentos y gran cantidad de dibujos para grabar,
permaneciendo en Valencia durante la Guerra de la Independencia, época en la
que, además de realizar el retrato de cuerpo entero de Fernando VII con el
hábito de la orden de Carlos III (Ayuntamiento de Valencia y Museo Municipal de
Játiva, Valencia), retratará en varias ocasiones al mariscal Soult y a otros
militares franceses.
Fiel a su estética y formación, y como primer pintor de cámara de la joven Isabel II, inicia en esos años por encargo real una monumental pintura de la historia clásica con el tema de Ciro el Grande ante los cadáveres de Abradato y Pantea, obra ambiciosa y singular, hoy desaparecida, que dejó inconclusa.
Hasta su vejez, conservó inalterables sus excepcionales dotes técnicas, que le permiten continuar su incansable actividad de pintor y dibujante hasta pocos días antes de su muerte, en que concluye el retrato del General Narváez (Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V)
En 21 de enero de 1795 contrae matrimonio en la Iglesia de los Santos
Juanes con Vicenta María Piquer Grafión .
Del matrimonio nacen dos hijos Bernardo
y Luis, ambos dedicados a la pintura pero sin el prestigio y la calidad de su
padre. El matrimonio residió en la calle del Mar hasta el fallecimiento de su
esposa y su marcha a Madrid como pintor de la Corte
Carlos IV y su familia
homenajeados por la Universidad de Valencia. 1802. Ó Museo del Prado.
En el año 1802 pinta el óleo Carlos IV y su familia
homenajeados por la Universidad de Valencia. Durante la visita del Rey a
Valencia en 1802, la Universidad Literaria de esa ciudad regaló al manorca este
cuadro que muestra a la propia Universidad, encarnada en una joven matrona,
presentando a la familia real a las distintas facultades: Teología, Derecho,
Filosofía o Medicina. Les acompaña la diosa Minerva, que señala hacia la Paz, la
Victoria y la Abundancia, que sobrevuelan la simbólica recpción
En
1814 muere su esposa
El
26 de julio de 1814 Fernando
VII llamó al artista valenciano a la corte, nombrándole el 1 de marzo del año
siguiente su Primer Pintor de Cámara, por su estilo realista, respetuoso y
objetivo con sus personajes, captados con un personal sentido realista
-heredado de la tradición naturalista valenciana, a través de los lienzos de
Ribalta y Ribera,- además de su extraordinaria maestría en la reproducción de
las calidades de los tejidos y en la suntuosidad de las joyas y oropeles. Desde
entonces se convirtió en el pintor más solicitado de la aristocracia y
burguesía adinerada madrileñas, alternando su trabajo en Palacio con su
actividad docente, los puestos oficiales y sus encargos particulares
El infante Antonio
Pascual de Borbón, Museo del Prado. Madrid.
Entre
los años 1815-16, época en que López pinta en el mismo formato varios retratos
de la familia real al acceder al puesto de primer pintor de cámara crea la
obra Retrato de busto, ante un fondo neutro, El infante Antonio Pascual de Borbón (1755-1817). El Infante viste
uniforme de gala de capitán general. Sobre el pecho luce el toisón de oro, las
grandes cruces de Carlos III e Isabel la Católica y la de Caballero de
Santiago. El retratado había de tener, por tanto, unos 60 años. Lo tenía
Fernando VII en la pieza de su antedormitorio y llegó al Prado en 1847,
directamente del Palacio Real, al ser seleccionado por José de Madrazo para su
proyecto del Museo Iconográfico.
Alegoría de la
donación del casino a la Reina Isabel de Braganza por el Ayuntamiento de
Madrid. Boceto. Vicente López. 1817. Colección Masaveu. Oviedo
En
1818 pinta la Alegoría de la
donación del casino a la reina Isabel de Braganza por el Ayuntamiento de
Madrid (Prado), contribuyendo decisivamente en esos años al proyecto del Real
Museo de Pinturas, designado por la Corona para seleccionar y restaurar los
cuadros que había de constituirlo, y cuya dirección artística asumirá desde
1823.
El pintor
Francisco de Goya y Lucientes
En
el año 1826 realizó el retrato El pintor
Francisco de Goya y Lucientes (Prado), sin duda, su obra más conocida y la
efigie más emblemática del pintor aragonés, con destino a la galería de
artistas contemporáneos del Museo.
En 1828, como
Director del programa decorativo del Palacio Real de Madrid, pinta para
uno de sus techos la Alegoría de la
institución de la orden de Carlos III, multiplicándose en esos años su
actividad retratística.
También pinta el retrato de María Josefa Amalia de Sajonia, reina de España .
Aquí la reina aparece peinada con el cabello recogido con peineta de carey y bucles a ambos lados de la frente, luce la banda y cruz de la orden de María Luisa. La forma en que está realizado el retrato y la madurez del semblante de la reina, notablemente más adulto que la imagen juvenil que retratara López hacia 1819, como la moda de su peinado, contribuyen a fechar la obra hacia 1828, cuando la soberana contaba 23 años, uno antes de su muerte
También pinta el retrato de María Josefa Amalia de Sajonia, reina de España .
Aquí la reina aparece peinada con el cabello recogido con peineta de carey y bucles a ambos lados de la frente, luce la banda y cruz de la orden de María Luisa. La forma en que está realizado el retrato y la madurez del semblante de la reina, notablemente más adulto que la imagen juvenil que retratara López hacia 1819, como la moda de su peinado, contribuyen a fechar la obra hacia 1828, cuando la soberana contaba 23 años, uno antes de su muerte
Doña María Cristina de
Borbón, reina de España (cuarta esposa de Fernando VII). 1830, Museo del Prado. Obra de Vicente Lopez.
En el año 1830 pinta el Retrato
de la reina María Cristina (1806-1878), quien fuera la cuarta esposa de Fernando VII
(1784-1833) y madre de Isabel II (1830-1904) En la obra la vemos luciendo la banda de la Orden de
María Luisa, la venera de la Orden del Águila y la Estrella de Isabel Teresa de
Austria. Cuadro encargado como retrato de bodas para su esposo y tío, fue
especialmente apreciado por el Monarca, quien lo colgó en su despacho.
Es una de las obras
más suntuosas de López, siendo el pintor especialmente minucioso en la
fisonomía de la Reina y en las calidades de telas y joyas, empleando su
característica técnica preciosista y pulida. La iluminación, concentrada en el
rostro y brazos de doña María Cristina, contribuye a otorgar cierto aire melancólico
a la composición.
Fernando VII
con el hábito de la orden del Toisón de Oro
En
1831 termina el retrato de Fernando VII
con el hábito de la orden del Toisón de Oro para la Embajada de España ante
la Santa Sede, quizá la pintura más imponente y sobrecogedora de este monarca,
mientras que su personalísimo estilo se va acomodando al lenguaje formal, que
no al espíritu, del pujante romanticismo de la época isabelina.
Virgen del Carmen con el
niño. 1832. Catedral. Tortosa. Tarragona
En el año 1832 pinta Virgen del Carmen con el
niño para la Catedral de Tortosa en Tarragona.
Ciro el Grande ante los
cadáveres de Abradato y Pantea (Boceto). 1839. Colección particular. Madrid
Fiel a su estética y formación, y como primer pintor de cámara de la joven Isabel II, inicia en esos años por encargo real una monumental pintura de la historia clásica con el tema de Ciro el Grande ante los cadáveres de Abradato y Pantea, obra ambiciosa y singular, hoy desaparecida, que dejó inconclusa.
José Gutiérrez de los Ríos.
1849. Museo del Prado. Madrid.
En
el año 1849 pinta el óleo retrato de José Gutiérrez de los Ríos .
José
Gutiérrez de los Ríos está retratado hasta las rodillas a sus sesenta y nueve
años, sentado en un sillón. Viste traje y corbata negros, chaleco marfil y un
bello broche en la pechera de la camisa. En la solapa luce la venera de
caballero de Montesa y de la botonadura del chaleco pende la leontina de su
reloj. Apoya el brazo derecho en un libro sobre varias cartas, en una de las
cuales se lee la dedicatoria, sobre un velador cubierto con un tapete. En esa
mano luce un espléndido anillo, sujetando en la derecha los lentes. Detrás, un
cortinaje parcialmente descorrido deja ver el ventanal que ilumina el interior
de la estancia.
Se trata de uno de
las mejores retratos masculinos de la última producción de López, que lo pintó
con setenta y siete años, pocos meses antes de su muerte, intentando traducir
en ella el nuevo lenguaje íntimo y elegante del retrato romántico, que había
impuesto desde hacía años en la Corte de Isabel II el joven Federico de
Madrazo. Así, junto a su ambientación luminosa, que envuelve al personaje en la
atmósfera cálida del gabinete en el que posa con una elegancia natural y
serena, resulta verdaderamente asombrosa la firmeza de su dibujo y la
extraordinaria riqueza de sus infinitos matices, resueltos con una factura
minuciosamente atenta y jugosa, de cuya calidad son pruebas bien elocuentes
detalles como el broche del breviario sobre la mesa, la descripción de las
lentes o la mano que reposa aristocráticamente sobre el libro, verdadera
lección académica del arte de pintar Hasta su vejez, conservó inalterables sus excepcionales dotes técnicas, que le permiten continuar su incansable actividad de pintor y dibujante hasta pocos días antes de su muerte, en que concluye el retrato del General Narváez (Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V)
Falleció
el 22 de julio de 1850, cuando era Primer Pintor de Cámara de Isabel II.
Escultura de Vicente López Portaña en Valencia.
Busto
en bronce dedicado al pintor valenciano Vicente Lopez Portaña Ubicación: Plaza
Temple. Valencia. Vicente Lopez Portaña[/b] (Valencia, 1772 - Madrid, 1850).
Se
trata de una obra del escultor valenciano José Esteve Edo colocado en un
pedestal e inaugurado el 30 de abril de 1974. Sobre el mismo y bajo el escudo
de la ciudad la leyenda: "Valencia al pintor Vicente Lopez / 1772 + 1850 /
Abril 1974".
FUENTES
El retrato español en el Prado. De Goya a Sorolla, Museo Nacional del Prado, 2007, p. 86).
http://www.jdiezarnal.com
http://www.foroxerbar.com
https://www.museodelprado.es
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