ATLÁNTIDA PASADO PRESENTE Y
FUTURO
Atlántida fue concebida en la
década de 1910-20 como el primer balneario planificado cercano a Montevideo (a unos
45 km). Su diseño urbanístico y forestación le dieron identidad propia.
Auge en los años 30–50: atrajo
a turistas uruguayos, argentinos y europeos, en parte gracias a su cercanía, servicios ( en su momento muy modernos),
sus playas de aguas tranquilas y su ambiente de descanso.
En las décadas de 1950–70,
Atlántida era considerada un balneario-jardín, con un diseño urbano pensado
para casas bajas entre pinos y eucaliptos
Desde mediados del siglo XX,
el Estado y los inversores privados apostaron fuerte a Punta del Este, que fue
promocionado como destino internacional “estrella” de Uruguay.
Atlántida quedó asociada más
al turismo de cercanía (montevideanos de fin de semana o temporada) y perdió
atractivo para la inversión internacional.
Punta del Este se consolidó
como destino de glamour, jet set y grandes desarrollos inmobiliarios, algo que
Atlántida nunca buscó ni pudo replicar en escala.
Atlántida no recibió el mismo
nivel de inversiones en puertos, aeropuertos, hoteles de lujo o marinas. Eso
contribuyó a que quedara en “segundo plano”.
. Atlántida
tiene un potencial enorme, pero falta un modelo claro de desarrollo turístico
que combine infraestructura, gestión urbana y cultura de hospitalidad.
1) Potencial
no explotado
Ubicación estratégica: a 45
km de Montevideo y a 90 del aeropuerto internacional de Carrasco. Podría ser
“la primera puerta” de playa para turistas internacionales.
Patrimonio cultural: la
Iglesia Cristo Obrero (UNESCO), arquitectura balnearia histórica, tradición
forestal y urbanística.
Otros centros históricos- La
rambla antigua, Edificio Planeta, El águila de Villa Argentina (pertenece al
plano antiguo de Atlántida.) Hotel Atlántida
Entorno natural:
playas extensas, arbolado consolidado, clima benigno.
Complementariedad: se
puede vincular fácilmente con Montevideo (turismo urbano), Canelones
vitivinícola (enoturismo) y la Costa de Oro como un circuito.
Falta de un puerto deportivo
Este punto es clave: Canelones
tiene una costa marítima extensa (más de 65 km, desde el límite con Montevideo
hasta el de Maldonado) y sin embargo no tiene un puerto para yates o
embarcaciones deportivas.
Es una oportunidad perdida
enorme: un puerto deportivo en Atlántida podría atraer turismo náutico,
cruceros menores, generar servicios asociados (gastronomía, talleres, alquileres
náuticos) y dar visibilidad internacional.
Además, encajaría perfecto con
la marca Atlántida como balneario histórico que busca reposicionarse:
“balneario cultural, familiar y con un pequeño puerto boutique”.
Todo esto podría darle un
perfil propio —más cultural, histórico y
familiar.
2) Infraestructura
estancada
Espacios públicos: la
rambla y las playas requieren más inversión en accesibilidad, mantenimiento y
equipamiento moderno.
Alojamiento:
predominan casas de alquiler y hoteles de escala media. Falta oferta
diversificada (boutique, hostels bien gestionados, eco-lodges, etc.).
Estética urbana:
falta planificación del mobiliario, cartelería y ordenamiento de usos en la vía
pública, lo que da sensación de desprolijidad.
a-Plazas descuidadas, veredas
destrozadas, veredas inexistentes donde setos y muros particulares llegan a la
calle. La plaza principal con un reloj de sol destrozado y un antiestético kiosco
con grafitis.
b-Podas y restos de jardín en
la vía pública: es un problema recurrente en el balneario. Al
no existir un sistema regular y eficiente de recolección diferenciada, los
vecinos terminan acumulando ramas y bolsas en las veredas.
c- Iluminación y seguridad
La iluminación deficiente
afecta la percepción de seguridad, desalienta paseos nocturnos y limita la vida
social después del atardecer.
En un balneario, las ramblas,
plazas y arterias principales deberían estar bien iluminadas, con mobiliario
urbano moderno (bancos, bicicleteros, cestos).
Impacto en la imagen
turística:
La primera impresión de un
visitante es la limpieza y el orden. Parte de las veredas inexistentes o
intransitables. Puntos de las calles con restos vegetales, basura mal recogida
o acumulada dan una señal de abandono que contradice la identidad de balneario
turístico.
4)Cultura
del turismo
Capacitación insuficiente:
muchos comerciantes y prestadores no han recibido formación en atención al
cliente, hospitalidad o idiomas. Eso genera la percepción de frialdad o hasta
desdén en la atención.
Conciencia ciudadana: parte
de la población no asume que vivir en un balneario turístico implica cuidar la
estética, los espacios públicos y la hospitalidad como “tarjeta de
presentación”.
Autoridades locales:
parecen no tener una visión de mediano plazo del turismo.
5)Factores
sociales y urbanos:
Hay tensión entre residentes
permanentes y turismo: quienes se instalan por motivos económicos muchas veces
no tienen arraigada la identidad balnearia. Esto genera problemas de
convivencia y de “imagen” hacia el visitante.
La permisividad en uso de
calles (puestos improvisados, venta informal, ocupación de espacios) contribuye
a la percepción de desorden.
3) Oportunidades
de mejora
Plan maestro de revitalización
urbana: definir lineamientos de estética, espacio público y ordenamiento del
comercio ambulante.
Formación en hospitalidad:
programas de capacitación gratuita/subsidiada en atención al turista, idiomas,
hospitalidad, marketing digital para todos los prestadores locales.
Campañas de sensibilización
comunitaria: integrar a vecinos y comerciantes en la idea
de que el turismo bien gestionado genera trabajo y prosperidad.
Eventos ancla: festivales
culturales, gastronómicos o deportivos que pongan a Atlántida en agenda más
allá del verano.
Turismo de patrimonio:
reposicionar la marca Atlántida alrededor de la obra de Eladio Dieste y el
valor histórico de ser “el primer balneario internacional del Uruguay cercano a
Montevideo”.
Atlántida tiene todos los
ingredientes para ser un destino fuerte, pero su debilidad no está en los
recursos, sino en la gestión, la visión a futuro y la cultura turística.
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