Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

martes, 3 de septiembre de 2024

EL 3 DE SETIEMBRE DE 1791 NACÍA ANA MICAELA MONTERROSO

 Amor, Lealtad y Patriotismo

Carbonilla sobre papel, autor desconocido. 56x43,5 cm, Museo del Cabildo de Montevideo

Ana Monterroso nace en Montevideo el 3 de septiembre de 1791.

Fue una mujer nacida en la Banda Oriental, que tuvo un importante rol en la conformación de Uruguay como República.

Según consta a fojas 38 del Libro Sexto de Bautismo de la Iglesia Matriz de Montevideo, esa niña era hija legítima de don Marcos Monterroso, natural de la Villa de Fefiñanes en el Arzobispado de Santiago de Galicia y doña Juana Paula Bermúdez natural de esta ciudad, siendo sus abuelos paternos don Manuel Francisco Bermúdez y doña María Ignacia Artigas, prima hermana del Prócer José Gervasio Artigas.

Fueron sus padrinos don Miguel Rian y doña Joaquina de los Santos, y testigos don Gerónimo Vianqui y Joaquín Pelegrin. Todos estos datos están consignados en el citado libro de bautismo, por el Teniente Cura don Pedro de Pagola.

La abuela de Ana Monterroso, Ignacia Artigas, era hermana de Martín José, y en consecuencia tía de nuestro prócer. Siendo tan reducido el número de habitantes, no más de 10.000 en el Montevideo de aquel entonces, no es raro que existieran esos lazos familiares entre distintas familias.

Monterroso estuvo involucrada en la política de la época, entregando y gestionando correspondencia uruguaya en resistencia a los portugueses.

La época en que le tocó vivir, fines del siglo XVIII , se caracterizó por grandes cambios.

La ciudad de Montevideo sufrió grandes transformaciones: se construyeron la iglesia Matriz y el Cabildo, se abrieron calles, se amplió el puerto y comenzó la demolición de las murallas.

Vivió en Montevideo, Buenos Aires, Río Grande del Sur, incluso en cautiverio con su marido.

Estuvo a cargo de los negocios familiares durante las épocas en que Lavalleja se encontraba en el interior, preso o desterrado. Durante los períodos en que era cabeza de familia también se encargaba de asuntos políticos.

Se vinculó con las organizaciones clandestinas que funcionaron en Montevideo contra el dominio portugués y luego brasileño.

También conspiró contra Rivera en la primera presidencia.


Óleo sobre tela "Juan Antonio Lavalleja" realizado por el pintor Jean Philippe Goulu (1786-1853).

En el año 1812 el sitio de Montevideo provoca que Marcos Monterroso y su familia se trasladen a Buenos Aires, regresando a Montevideo recién en junio de 1814. 

Al fallecer el padre, tanto Ana como su madre se trasladan a Florida en el año 1817. Para entonces la joven ya había establecido un cálido romance con Juan Antonio Lavalleja, romance que culminará con una boda que tiene un ribete inesperado. 

El matrimonio se realizó por poder, porque Juan Antonio estaba enfrentado a las tropas portuguesas por orden de Artigas y Ana no pudo reunirse con él sino hasta más tarde. El representante de Lavalleja fue su compadre, Rivera.

El cura Francisco Oubiña lo relata según acta que dice lo siguiente en su peculiar lenguaje eclesiástico: “En veintiuno de octubre de mil ochocientos diez y siete habiéndose publicado las conciliares proclamas en tres días festivos al Ofertorio de la Misa Popular, y no resultando impedimento alguno para contraer matrimonio don Juan Antonio Lavalleja, Comandante de la División del señor don Fructuoso Rivera, e hijo legítimo de don Manuel Lavalleja y doña Ramona de la Torre, natural de esta Banda Oriental, con doña Ana Monterroso, hija legítima de don Marcos Monterroso y doña Juana Paula Bermúdez, vecina de Montevideo, yo don Francisco Rafael Oubiña Cura Vicario interino de esta Villa de la Florida, desposé por palabra de presente a los referidos Juan Antonio y doña Ana, asistiendo a la ceremonia por éste el dicho don Fructuoso en virtud de poder jurado que tenía de él, cerciorado yo antes de sus mutuos consentimientos de que por mí fueron preguntados y siendo de ello testigos el Mayor don Felipe Duarte y el Capitán don Ramón Mansilla, de la dicha División: y para que conste lo firmo. Francisco Oubiña.”

Para casarse con Ana, Lavalleja contradijo la voluntad de sus padres. 

Ana Monterroso y su esposo tuvieron diez hijos, muchos de los cuales vivieron menos que ella.

Ana tuvo mucha influencia sobre su marido, quien la consideraba su mano derecha.

Ella se encargaba de distribuir las cartas a los aliados de Lavalleja, organizar reuniones e informarlo de todo lo que ocurría en la ciudad durante las luchas contra Rivera.

En los escasos tiempos de paz organizaba salones en su casa.

Ana Monterroso representa a las mujeres que acompañaron la revolución, pero no fue la única.

Muchas de ellas, a pesar de ser anónimas, fueron muy importantes en este proceso.

En algunos casos participando solo como compañeras de los caudillos, en otros siendo ellas mismas líderes militares, las mujeres tienen un capítulo importante en la lucha por la independencia de la región.

En el año 1821 se producía la invasión de nuestro territorio por un poderoso ejército portugués, con la complicidad del gobierno porteño que en ningún momento defendió a la Provincia Oriental, sino que además impidió que las otras provincias de la Liga Federal colaboraran con las disminuidas fuerzas artiguistas.

No obstante el Gral. Artigas se empeñó en darle combate a los portugueses, y entre otras disposiciones designó a Rivera como jefe de todas las fuerzas situadas al sur del Río Negro. Pero la superioridad lusitana era más que evidente, y así fue que los principales jefes artiguistas fueron muriendo o cayendo prisioneros, situación esta última que debió sufrir Lavalleja cumpliendo su prisión en la Isla das Cobras,

Juan Antonio Lavalleja fue capturado por las fuerzas portuguesas el 10 de octubre de 1826 durante la Guerra del Brasil (también conocida como la Guerra de Cisplatina), que enfrentó a las provincias del Río de la Plata, incluyendo Uruguay, contra el Imperio de Brasil.

Después de su captura, Lavalleja fue llevado como prisionero a la Isla de las Cobras, una isla prisión en la bahía de Río de Janeiro, Brasil acompañado de su esposa Ana.

Permaneció en prisión en la Isla de las Cobras durante aproximadamente un año, hasta que fueron liberados en 1827.

Su liberación fue parte de las negociaciones que llevaron al fin de la Guerra del Brasil y a la independencia de Uruguay.

Su esposo Juan Antonio Lavalleja  murió el 22 de octubre de 1853 en Montevideo, Uruguay.

El  Gobierno  en  pleno,  con  la  cabeza  descubierta,  procedió  a  transportar  el  cuerpo  venerable  a  su  morada,  ubicada  escasamente  a  un centenar  de  metros  del  Fuerte.  Y  en  la  señorial  residencia  construido  por  de  Mello,  Doña  Ana  Monterroso  de  Lavalleja  serena  y  estoicamente,  con  el  mismo  temple  que  supo  mostrar  a  través  de  tantas jornadas  de  la  gesta  emancipista,  recibió  los  despojos  del  esposo.

Desde Yaguarón llegaron las condolencias de Rivera. Doña Ana Monterroso procede a realizar  la  última  voluntad  de  su  esposo:  entregar  a  Melchor  Pacheco  la  espada  de Sarandí.

Ana Micaela Monterroso de Lavalleja falleció en Buenos Aires el 28 de marzo de 1858 y fue enterrada en el Cementerio de La Recoleta.

FUENTES

https://es.wikipedia.org/

https://maibybetancourt.com/

http://contenidoseducativosdigitales.edu.uy/

 


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