Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

viernes, 27 de septiembre de 2024

EL 27 DE SETIEMBRE NACiÓ HILDA LÓPEZ

 

UNA ARTISTA DE SU TIEMPO



Hilda López nace en Montevideo el 27 de setiembre de 1922.

Fue una destacada artista uruguaya, relevante tanto por su producción pictórica como por su compromiso con la cultura y la expresión artística de su país.

Ese mismo año su familia se instaló en Solís de Mataojo, departamento de Lavalleja, para atender los negocios de su padre en esa localidad.

En su juventud, le interesó la obra de Carlos Federico Saez. En 1941 ingresó a la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad del Trabajo, teniendo como docente a Manuel Rosé.

En 1946 se casó con Alberto Angenscheidt con quien tuvo dos hijos, Eduardo y Virginia.

Entre 1952 y 1954 asistió al taller de Vicente Martín.


Puerto , 1958


En 1958 comenzó a trabajar con el pintor italiano Lino Dinetto.

Calles y puerto , 1959


Empezó a exponer en 1959 y a enviar obra al salón nacional y al municipal.

En la década del sesenta, la presencia en Montevideo del escultor español Jorge Oteiza marcó una influencia poderosa en sus trabajos.

Calle número 10 , 1960

Puerto


Esquila

En 1960 a los 37 años, realizó su primera exposición individual en la Galería Zaffaroni. A partir de ese momento participó en numerosas exposiciones y recibió premios oficiales por sus obras que pasaron a integrar colecciones públicas del país.

Continuó exponiendo en Uruguay, Estados Unidos, Argentina, Portugal y Brasil, hasta el año 1991.

Recibió varios premios a lo largo de su carrera entre los que destacamos los premios adquisición que conforman la colección de Hilda López de este Museo

En 1960 recibió el Premio adquisición XII Salón Municipal, Montevideo.

En el año 1961 recibió el Premio adquisición XIII Salón Municipal, Montevideo.

En 1961 es invitada a exponer en el Instituto Di Tella de Buenos Aires.

Tinta sobre papel- 68 x 40 cm 1962


En 1962 recibió el Premio adquisición XIV Salón Municipal, Montevideo.

En la década del sesenta, la presencia en Montevideo del escultor español Jorge Oteiza marcó una influencia poderosa en sus trabajos.

Fueron sus teorías sobre la estética del vacío y las de Romero Brest sobre el informalismo, con las que Hilda López alcanzó a redondear una primera producción conformando un universo plástico propio, cargado de enérgica violencia y áspera emoción, hecha en base a contrastes de blancos sonoros y negros intensos.

En el año 1963 escribió Los Poemas inéditos de Hilda López .

 

La ciudad en siete tiempos

 

Sin tiras de agua

sin blancos caseríos

árboles

entre calles disimuladas

invadieron en verde.

 

Quedó la ciudad ajena

alegre

algo tonta

con un bonete de cerro.

 

En 1964 participó en una muestra de artistas uruguayos en Portugal y participo en la exposición "Cerámica y anticerámica", con música experimental realizada en base a los ruidos de un taller de cerámica.

En 1965 es seleccionada para el envío uruguayo a la bienal de San Pablo. Las manchas que Hilda desplegaba con tinta negra sobre grandes superficies, llegaron a tener una vibración que delataba la fuerza con que creaba.

Sin título, 1967. Témpera Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay.


En el año 1967 recibió el Premio adquisición XV Salón Municipal, Montevideo. Esa etapa iría internándose en un universo visual más ensombrecido, donde el negro pesaba cada vez más a medida que la propia realidad también se oscurecía en un deterioro social, económico, político y cultural que desembocaría en el descalabro de fines de aquella década y comienzos de la siguiente.

En ese momento, la actividad plástica de Hilda se interrumpe, como si buscara desaparecer en medio de un paisaje real tan opresivo.

En 1973, clausurados por el gobierno de facto los cursos oficiales de formación artística, comenzó a dar clases. Su taller, así como los de Guillermo Fernández, Nelson Ramos y Hugo Longa, resistieron en tiempos difíciles y fueron determinantes en la formación de la siguiente generación de artistas uruguayos, consiguiendo la continuidad del proceso artístico nacional durante el período dictatorial.

 

Autorretrato, 1977. Óleo sobre tela 110 x 60 cm. Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay.

Una de sus obras más conocidas "Autorretrato", es una composición expresiva, sobre el monocromatismo de la figura surge la mancha roja cortante de la golilla. El clima simbólico de la obra refleja la situación que vivía su país en ese momento.

Retrato de Espínola Gómez, 1977. Óleo sobre tela de 80 x 110 Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay.


Retrato de Juan Zaffaroni, 1977. Óleo sobre tela 100 x 50 cm. Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo, Uruguay.


Estudio para autorretrato, 1977

 

En los años setenta, inició una nueva vertiente de creación, dotada de espíritu documental, que inaugura con "Los retratos", serie de efigies de uruguayos prestigiosos que asume un significado emblemático, culminando con las maletas abandonadas de "Los adioses" en un momento de pavorosa emigración, y continuando con el vacío humano de "Los pueblos", las penalidades sociales de "El campo" y la estampa de la niñez callejera en "El problema principal es la extrema pobreza", con lo que redondeó una secuencia testimonial que a lo largo de una década dio cuenta de los golpes que sufrió el país, cuyo semblante ella ilustraba con ojo tan penetrante.

En 1986 realizó un mural en piedra y cemento en homenaje a las víctimas de la dictadura en la Sede Central del Partido Comunista del Uruguay.


Hilda López, al centro, rodeada por Ricardo Casas, Katusha Sánchez, Linda Kohen y Eva Olivetti. Galería Cinemateca, 1993.

Dejó constancia de su época y puso la estética al servicio de la ética.

Las series realizadas por la artista, marcan el tiempo que vivía Uruguay:

 

Grafías (1963) muestra su destreza y temperamento en tinta sobre papel

Retratos y Coral (1978), trabajos en óleo y carbonilla, retratos de amigos y colegas, emblemáticos simbólicamente.

Los Adioses (1978), muestra maletas abandonadas que evocan la melancolía del desarraigo provocado por el exilio.

Pueblos (1981) denota el vacío humano.


Arrozal , 1983

Campo (1983) las penurias sociales del interior del país.

El problema principal es la pobreza (1988) redondea una secuencia testimonial del doloroso período de la dictadura militar en su país.

 

Fallece en Montevideo el 2 de junio de 1996.

 

HOMENAJES


Exposición de homenaje a Hilda López en sala María Freire.


 

FUENTE

http://museos.gub.uy/

https://blanes.montevideo.gub.uy/

https://es.wikipedia.org/

http://uruguayeduca.anep.edu.uy/

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