Narradora para Niños
Beatrix Potter, o Helen Beatrix Potter nació el 28 de julio de 1866.
Fue una escritora e ilustradora, y naturalista británica, de literatura infantil.
Su padre, Rupert Potter, era abogado, aunque pasaba la mayor parte de su tiempo en clubes de caballeros, sin ejercer la profesión. Su madre se dedicaba a hacer y recibir visitas. Ambos progenitores vivían de las herencias de sus respectivas familias. Beatrix y su hermano Bertam fueron educados por niñeras e institutrices.
Beatrix era una tímida niña rica, que vivía en su mansión londinense, sin más compañía que sus mascotas, a las que retrataba sin cesar. A sus favoritos, los conejos, los sacaba a pasear con correa.
Los veranos en el campo lo eran todo para la pequeña Beatrix. A los 16, en 1882, visitó por primera vez al Distrito de los Lagos, donde veranearía intermitentemente durante 20 años. Se sintió como un animal liberado de su jaula, e inmediatamente cayó bajo el hechizo del paisaje.
Desde temprana edad, Beatriz dibujaba figuras de animales y plantas que encontraba en su entorno. Este trabajo era alentado sobre todo por su institutriz, y por su madre, y siguió dibujando a lo largo de toda su vida.
Sus tiernos dibujos esconden una mujer nada ñoña que se rebeló contra su tiempo y lo que se esperaba de ella. Igual que el paisaje que la inspiró, que guarda intensidades insospechadas bajo una bucólica belleza de vallas blancas y pastos ordenados.
Cuando creció, sus padres no se interesaron por su educación y si le encargaron el hogar, dificultando su formación profesional.
Su diario escrito en el transcurso de su adolescencia y adultez es considerado hoy una autobiografía de Beatrix Potter, En él, habla de la soledad y la depresión que sentía al crecer, alejada de sus compañeros y al no recibir mucha atención de sus padres.
En una de las muchas fiestas que daban en el castillo, Beatrix conoció al vicario Hardwicke Rawnsley, que años después fundaría el National Trust, una de las primeras organizaciones benéficas para la defensa del medio ambiente y el patrimonio, propietaria de un tercio del actual parque nacional. Amigo, vecino y discípulo del filósofo John Ruskin, padre del socialismo cristiano (su casa museo se encuentra en Coniston), Rawnsley inculcó en la joven Potter la necesidad de defender la tradición rural de la zona frente a la creciente especulación turística.
Durante una de esas temporada de verano en el lago Windermere –en el Distrito de los Lagos, que luego la contaría entre sus habitantes permanentes–, Beatrix conoció al cartero del pueblo, Charlie Macintosh, y descubrió que ambos sentían la misma pasión por los líquenes y los hongos. Al volver a Londres, la relación no se enfrió, pero sí cambió levemente de forma: Charlie le hacía llegar paquetes rellenos de paja que envolvía, muestras de hongos para que ella estudiara y dibujara. Ella hacía las tareas con pasión, observaba y anotaba, dibujaba y teorizaba, hasta que, con ayuda de su tío Sir Henry Roscoe, se decidió a presentar ante el Real Jardín Botánico de Kew su hipótesis sobre la manera de criar esporas.
La base para sus proyectos e historias fueron los pequeños animales que introducía furtivamente en la casa o que veía durante las vacaciones familiares en Escocia.
Realizó cientos de estudios de setas y hongos existen más de 400 dibujos que dibujó con la esperanza de publicarlos en círculos científicos. Su detalle técnico es apabullante. "Mucha gente sabe dibujar, pero tú tienes el don de la observación", decía el pintor prerrafaelita Millais, amigo de la familia. Bajo el microscopio, Beatrix investigó las esporas y la relación de los hongos con las algas. A pesar de colaborar con varias eminencias, las sociedades botánicas rechazaron una y otra vez sus aportaciones, negándose a escucharla por ser mujer.
Potter fue una de primeras personas en sugerir que los líquenes eran una relación simbiótica entre los hongos y las algas, convirtiéndose en una persona conocida y respetada en el ámbito de la Micología. Pero su único intento de publicar fue dificultado, y su tío tuvo que leer el trabajo ante la sociedad científica, ya que no se admitían mujeres..
A los dos años había vendido 50.000 libritos.
Potter había encontrado su nicho en el mundo artístico y continuó publicando todos sus libros con Warne & Co.
El personaje más famoso de sus obras fue Peter Rabbit.
Como una visionaria del merchandising en 1903 produjo y patentó el Peter Rabbit de juguete, del cual recibió muchos réditos. Nunca se debe haber imaginado que sus personajes seguirían estando presentes en los objetos más insólitos.
El libro y las obras que lo siguieron fueron muy bien recibidos y ella comenzó a obtener unos ingresos propios de sus ventas.
Beatrix y su editor, Norman Warne iniciaron una relación sentimental, que mantuvieron en secreto, pues sus padres eran contrarios a que se casara con cualquiera que necesitara trabajar para vivir.
Norman le propuso matrimonio por carta en julio de 1905. En la correspondencia entre ambos se siguen llamando con formalidad por el apellido. Contra la voluntad de sus padres, Beatrix aceptó y se prometieron en secreto. En agosto, Norman, de 37 años, murió repentinamente de anemia.
Este episodio separó a Beatrix de sus padres que no la comprendían y no la apoyaban.
Potter escribió 23 libros. Fueron publicados en pequeño formato, fácil de manejar y leer por los niños. Dejó de escribir alrededor de 1920 debido a su mala visión, aunque su última obra, El Cuento del Pequeño Cerdito (The Tale of Little Pig Robinson), se publicó en 1930.
Después de su extensa carrera como escritora popular, y un par de meses después de la muerte de Warne, Beatrix se compró una casa en Near Sawrey con las ganancias de sus libros. Hill Top Farm era una modesta granja de arquitectura vernácula del siglo XVII. Su jardín, su porche y la deliciosa aldea en la que se encuentra aparecen en infinidad de sus acuarelas.
Beatrix Potte, con 47 años, se casó con su abogado, William Heelis, con quien no tuvo hijos. El matrimonio se mudó permanentemente a Castle Cottage, muy cerca de su amada Hill Top. "Hill Top era su lugar, su casa de muñecas a medida", explica Graham Wilkinson, guía de un tour sobre la autora. "No quería cambiar nada, ni meter un marido. Era donde iba a pintar y a estar sola"
A finales del siglo XIX, éste era el destino de moda entre la jet set victoriana, que pretendía construir bungalós improductivos donde había granjas, destruyendo el paisaje y el entramado social de la zona. No lo consiguieron, en parte gracias a Rawnsley y a Potter. El distrito, hoy protegido, permanece congelado en el tiempo. Sin postes eléctricos ni construcciones que se salgan de la arquitectura tradicional. Todas las cabinas telefónicas siguen siendo rojas.
Beatrix murió en Sawrey, (Lancashire) el 22 de diciembre de 1943.
Tuvo Beatrix un último compromiso con la tierra que la inspiró durante años. Dejó sus cenizas a su granjero de confianza para que las esparciese en un lugar secreto
Sus libros, todavía hoy siguen cautivando a los niños de todo el mundo
El cuento de la ardilla Nutkin - ( The Tale of Squirrel Nutkin ) (1903)
El Sastre de Gloucester - (The Tailor of Gloucester, 1903)
La historia de Benjamin Bunny -( The Tale of Benjamin Bunny ) (1904)
La historia de dos ratones malos -(The Tale of Two Bad Mice) (1904)
La historia de la Sra. Tiggy-Winkle -( The Tale of Mrs. Tiggy-Winkle) (1905)
La historia de la tarta y Patty-Pan –( The Tale of the Pie and the Patty-Pan )(1905)
El cuento del Sr. Jeremy Fisher – (The Tale of Mr. Jeremy Fisher (1906)
La historia de un conejo mal feroz- ( The Story of A Fierce Bad Rabbit (1906)
La historia de Miss Moppet - (The Story of Miss Moppet (1906)
El cuento de Tom Kitten - (The Tale of Tom Kitten (1907)
El cuento de Jemima Puddle-pato- ( The Tale of Jemima Puddle-Duck (1908)
La historia de Samuel bigotes o, el Pudding Roly-Poly – (The Tale of Samuel Whiskers or, The Roly-Poly Pudding (1908)
El cuento de los conejitos Flopsy –('The Tale of the Flopsy Bunnies (1909)
El cuento de jengibre y encurtidos – (The Tale of Ginger and Pickles (1909)
La historia de la Sra. Tittlemouse – (The Tale of Mrs. Tittlemouse (1910)
El cuento de Timmy flexiona – (The Tale of Timmy Tiptoes (1911)
El cuento del Sr. Tod – (.The Tale of Mr. Tod (1912)
El cuento de Pigling Bland – (The Tale of Pigling Bland (1913)
Manzana es Dapply rimas – (Appley Dapply's Nursery Rhymes (1917)
La historia de Johnny ciudad-ratón – (The Tale of Johnny Town-Mouse (1918)
Rimas de Cecily perejil – (Cecily Parsley's Nursery Rhymes (1922)
El cuento de Robinson de pequeño Cerdo – (The Tale of Little Pig Robinson (1930)
Vivían con su madre bajo las raíces de un abeto muy grande.
¡Hala! Iros a jugar pero no hagáis travesuras. Yo voy a salir.
Entonces la señora Coneja cogió la cesta y el paraguas y se fue andando por el bosque a la panadería. Allí compró una barra de pan moreno y cinco bollos.
Pelusa, Pitusa y Colita de Algodón, que eran unas conejitas muy buenas, se fueron por el camino a coger zarzamoras.
Primero se comió unas lechugas, después unas judías verdes y por último…¡se zampó unos rabanitos!
Después le dolía la tripa de tanto comer y se fue a buscar unas ramitas de perejil.
El tío Gregorio estaba de rodillas plantando unas coles. Pero en cuanto vio a Perico se lanzó tras él con el rastrillo en alto, gritando:
-¡Al ladrón!
Perico estaba muerto de miedo. Corría por el huerto de acá para allá sin encontrar la verja por donde había entrado. Perdió uno de los zapatos en un lecho de coles.
Y el otro en un campo de patatas.
Perico se dio por vencido y comenzó a llorar. Pero unos gorriones muy simpáticos que volaban por allí, al oír los sollozos de Perico, se dirigieron a donde él estaba y le pidieron que hiciera un último esfuerzo.
Corriendo a más no poder, se metió en la caseta de las herramientas y, de un salto, se escondió en la regadera. Habría sido un escondite perfecto si no fuera porque…, estaba llena de agua.
El tío Gregorio sabía que Perico se escondía en algún lugar de la caseta, así es que fue levantando los tiestos uno por uno para ver si lo encontraba.
De pronto, Perico estornudó -¡a… a… achís!- y el tío Gregorio se le vino de nuevo encima.
Estaba a punto de pisarle cuando Perico, de un salto, se escapó por la ventana, tirando unos cuantos tiestos.
Perico se sentó a descansar. Estaba sin aliento, temblaba de miedo y no tenía la menor idea del camino que debía seguir. Además, estaba empapado por haberse metido en la regadera.
Después de un rato, comenzó a rondar por los alrededores, dando pequeños saltitos -plop, plop, plop- y mirando a ver qué veía.
Por fin, encontró una puerta en la tapia que rodeaba al huerto, pero estaba cerrada, y no había sitio para que un conejito tan gordo como él se escurriera por debajo.
Pero vio un ratoncito que entraba y salía por debajo de la puerta, llevando guisantes y judías a su familia que vivía en el bosque. Perico le preguntó por el camino que conduce a la verja, pero el ratón, que en aquellos momentos se estaba comiendo un guisante, se atragantó. Sólo podía mover la cabeza de un lado para otro, y Perico se echó a llorar.
Trató de encontrar un camino a través del huerto, pero cada vez estaba más aturdido. Llegó al estanque donde el tío Gregorio llenaba sus regaderas. Había allí una gata blanca que miraba fijamente a los peces de colores. Estaba sentada sin moverse, pero, de vez en cuando, la punta de la cola se le estremecía como si estuviera viva. Perico se marchó sin dirigirle la palabra… ¡Había oído cosas terribles de los gatos en boca de su primo, el conejito Benjamín!
Pero al ver que no pasaba nada, decidió salir de su escondrijo y se subió a una carretilla para echar un vistazo. Lo primero que vio fue al tío Gregorio escardando cebollas. Estaba de espaldas a Perico y el conejito pudo ver que, más allá, estaba… ¡la verja!
Perico se bajó de la carretilla sin hacer ruido y echó a correr por una senda medio oculta entre matas de grosella.
El tío Gregorio le echó el ojo cuando Perico doblaba la esquina del huerto, pero era ya demasiado tarde. Perico se deslizó por debajo de la verja y llegó sano y salvo al bosque que había al otro lado.
Perico no paró de correr hasta que llegó a su casa, bajo las raíces del gran abeto.
Estaba tan cansado que se dejó caer en el suelo blando y arenoso de la madriguera y allí se quedó con los ojos cerrados. Su madre estaba cocinando y, al verlo llegar, se preguntó qué habría hecho con la ropa… ¡era la segunda chaqueta y el segundo par de zapatos que perdía en dos semanas!
-Una cucharada sopera antes de acostarte -tal como decía el médico.
En cambio, sus hermanas Pelusa, Pitusa y Colita de Algodón cenaron tan ricamente: sopas de leche con pan y, de postre, zarzamoras.
HOMENAJES
Sin embargo, el hincapié de la
película está puesto en el romance de Potter (Renée Zellweger) con el editor
Norman Warner (Ewan McGregor) y la amistad con la hermana de éste, Millie Warne
(Emily Watson).
En ese sentido me parece una
biografía muy reducida y una mirada recortada de lo que la vida de Potter fue.
Aunque no se habla de ella en
profundidad al menos se deja constancia de lo mucho que le importaba el ecologismo. Podría decirse que fue pionera en esto
y también en el feminismo, al no necesitar casarse para encontrar su lugar en
el mundo; algo absolutamente raro (y en cierta forma imposible en la Época
Victoriana).
Sobre los descubrimientos de
Beatrix en torno a la vida de los hongos, no hay casi nada; de hecho es un tema
que casi no se menciona.
Beatrix era una niña curiosa y
se convirtió en una joven profundamente estudiosa y apasionada de la vida de
los hongos. Tanto le interesaba este reino del mundo que observándolos aprendió
mucho acerca de ellos. Hizo detallados dibujos sobre numerosas especies y supo
dejar constancia de cómo se reproducían mediante la producción de esporas.
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