Francesco Tonucci, conocido como Frato, nació en Fano el 5 de
julio de 1940, 25 días después de la declaración de guerra de Mussolini.
Es un pensador, psicopedagogo y
dibujante italiano. Es autor de numerosos libros sobre el papel de los niños en
el ecosistema urbano y de artículos en revistas italianas y extranjeras.
Su padre Bruno, venía de una
familia muy pobre, sus padres eran jardineros y analfabetas y por eso no había
podido terminar la escuela primaria.
Para sobrevivir, desde niño había
realizado los más diversos trabajos: aprendiz de zapatero, mesero de hotel,
dependiente de una reventa de aceite, tutor.
Finalmente obtuvo el título de
enfermero, lo que le permitió ejercer esta profesión en el Fano INAM hasta la
edad de la jubilación.
Su madre, Amelia Muratori, era
ama de casa y había desarrollado grandes habilidades domésticas: cocinera,
modista, bordadora. Se habían casado en 1938.
Inmediatamente después de la
boda, se habían alojado en un muy pequeño departamento alquilado, no lejos del
Arco de Augusto, fuera de las murallas medievales de Fano. Paolo nació en 1939,
al año siguiente Francesco, Giovanni en 1941 y Marco en 1944.
Su primer recuerdo, cuando tenía
tres años, es el bombardeo de su ciudad que presenció desde la casa de sus
abuelos maternos. Un recuerdo fantasmagórico, por el efecto de las bengalas y
las bombas, y al mismo tiempo
extraordinario por la noche pasada de pie con tanta gente en el refugio, una
cueva excavada en el cauce del río.
En 1944 la ciudad fue evacuada y
la familia se mudó a un pueblo vecino por unos meses. La casa colonial, los
juguetes que construyó el abuelo carpintero y el baño en un cobertizo exterior
recuerdan esa época.
Francesco Tonucci en el año 1942
En Fano continuaron viviendo en
el pequeño apartamento hasta que tuvieron derecho, unos diez años después, a
una vivienda pública propia.
Después de la guerra recuerda a
las tropas aliadas, los negros, vistos por primera vez, los escoceses que
desfilaron con el kilt al son de las gaitas. Recuerde los neumáticos
estadounidenses y los jabones desinfectantes regalados por los soldados aliados
que acampaban cerca de la casa de sus abuelos.
A la edad de cinco años en el jardín de infancia. Observe cómo ninguno de los niños o maestros sonríe frente a la cámara.
Durante el jardín de infancia las maestras solían ir a su clase para ver sus dibujos hechos con tiza en la pizarra. La escuela primaria dejó solo unos pálidos recuerdos de aburrimiento, de miedo por la varita de la maestra, de admiración por los niños mayores repitentes del orfanato,, que con la cabeza rapada y una capa en lugar de abrigo , resistían sin miedo a los golpes de la varita de los maestros.
A los seis años,
frente a la casa, regresando de la escuela primaria con amigos. Siempre fuimos
solo sin adultos desde el primer grado y con ellos Giovanni fue al jardín de
infancia.
Tanto la escuela es un recuerdo descolorido y gris, como el juego es animado y colorido.
Después de comer y de hacer los
deberes, salimos de casa. Una casa en la Via Flaminia, por tanto con peligros
concretos, pero había que salir de todos modos porque la casa no dejaba jugar a
los cuatro niños y la madre hacía todo lo que tenía que hacer entre cocinar,
coser, lavar, planchar.
Por supuesto que había reglas: de
tiempo, espacio, comportamiento, pero dentro de esas reglas eran libres de
elegir compañeros, juegos y lugares.
Jugamos mucho, siempre jugamos,
en todos los climas y en todos los lugares disponibles.
Hubo juegos en el asfalto,
aceras, tierra, pasto y árboles. Jugaron en las ruinas de la guerra, jugaron
con la arena del mar. Había juegos de ciudad y de campo, en casa de los
abuelos.
Se jugaba con figurillas, con
canicas (inicialmente terracota), con tapones de botella, con cañas, con
bellotas, con barro o con papel. Las tijeras eran una de las principales
herramientas del juego.
También se jugaba en casa,
recortando pegatinas o inventando historias que involucraban a los cuatro
hermanos en eventos interminables, durante años y años.
A los 21 años como
líder de Acción Católica realizando un encuentro en un campamento de verano.
A lo largo de su infancia, adolescencia y juventud tuvo una gran importancia en su formación la militancia en Acción Católica, en la que desempeñó roles de responsable de la organización de momentos de formación, actividades asociativas y recreativas así como los quince días de campamento en los Dolomitas que se organizaban cada año y que el mismo esperaba durante todo el año.
Después de terminar la secundaria, sin mucho interés por estudiar y con malos resultados, decide, junto a su familia, dejar el bachillerato e inscribirse en el Instituto Magistral para convertirse en maestro de primaria.
Esta elección, ciertamente menos exigente, cambia por completo su relación con la escuela. Empieza a tener buenos resultados y termina los cuatro años con una nota muy alta en el examen de madurez logrando así participar en dos becas: la Picena para la Universidad La Sapienza de Roma y la de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán.
Gana los dos y se decide por Milán, donde podrá disfrutar de una plaza
gratuita en el Augustinianum University College.
Por primera vez deja su pequeña
ciudad para vivir en una ciudad grande, desconocida, hostil, fría y brumosa,
pero que forma parte de la intensa vida social del Colegio. Se matricula en
Pedagogía y en los cuatro años de durísimo estudio recibió una sólida formación
filosófica teniendo como profesores a personas como Bontadini y Vanni Rovighi.
Siendo cardenal, dice, no permite el beso del anillo por parte de un pontífice y siete meses después se convierte en Papa Pablo VI.
En Salò, sobre el lago di Garda
con la novia Mariuccia Zuccarelli.
Mariuccia Zuccarelli, su compañera de la Universidad, acepta el mismo puesto. En Salò conoce la escuela por primera vez como profesor y se enamora de Mariuccia.
Se compromete con ella y va a conocer su familia y su pueblo, Cervara di Pontremoli, en medio de los castaños de la alta Lunigiana. Inmediatamente lo elige como su pueblo.
Vivirá una segunda experiencia escolar en una escuela secundaria estatal, en un pueblo cercano a Fano, entendiendo que un buen maestro debe ser interesante y creativo para no aburrir a los alumnos y además justo, para premiar a los merecedores y castigar a los incapaces.
El servicio militar por
18 meses como subteniente de una compañia de Carristi se inserta entre las dos
experiencias escolares.
Aunque no le interesa la vida
militar, prefiere el rol de oficial que
le asegura el salario necesario para su futuro matrimonio.
Antes de casarse, conoció accidentalmente a Luigi Meschieri, profesor de psicología en Urbino, quien le propuso unirse al Instituto de Psicología CNR en Roma como investigador. Tonucci no sabe lo que significa CNR y pide tiempo. Se informa y acepta esta posibilidad. Llega el verano de 1966 pero no llegan noticias de Meschieri.
En julio de 1966 se casó con Mariuccia ya su regreso de su luna de miel se encontró con el telegrama de Meschieri ofreciéndole una beca en Roma mientras esperaba que el concurso con el cual ingresará en el CNR.
Cargan el Fiat 500 (su primer
auto) con todo lo que puede contener y que será necesario para vivir en una
nueva ciudad (ropa, sartenes, libros, colores, herramientas básicas, una cocina
de gas, platos y setas) y parten rumbo a Roma, donde comienza su segunda vida.
Comienza a trabajar en el CNR colaborando con compañeros que estudian problemas de aprendizaje escolar y dibuja personajes para una prueba para niños que valida y publica junto con otro colega mayor.
En el verano de 1967 lee "Carta a un maestro" de la escuela de Barbiana que provoca su conversión pedagógica. Se derrumban las certezas sobre el maestro bueno y justo, entiende que la escuela no puede fallar, que debe promover y que esto lo cambia todo.
Pero el maestro, Don
Lorenzo Milani murió hace unos meses. Propone el libro a un grupo de amigos con
los que en 1968 abre un programa extraescolar para ayudar a los niños con
dificultades económicas y culturales del barrio. En ese mismo año, para hacer
más directa y eficaz la comunicación de sus investigaciones y reflexiones sobre
la escuela, nacieron sus primeros dibujos animados, que firmó con el seudónimo
de Frato.
Colaboró con Gianni Rodari. Fue
dibujante de la Reforma Escolar bajo la dirección de Lucio Lombardo Radice
quien siempre apreció y defendió su sátira. También fueron admiradores
importantes e insólitos de sus dibujos animados René Zazò, uno de los padres de
la psicología francesa, Miret Magdalena en España y Norberto Bobbio. Con Mario
Lodi colaboró durante unos diez años en la edición de la serie “Working
Library” para la que escribió algunos folletos.
Luego de los primeros años,
colaborando en la investigación con colegas más experimentados, comienza a
ingresar a la escuela como investigador, ingresando a los procesos de
enseñanza, proponiendo experimentos y promoviendo la formación docente. Durante
unos años siguió la escuela primaria de Paliano (Frosinone), publicando
artículos que despertaron un gran interés en el Instituto Jean-Jacques Rousseau
de Ginebra en la época que dirigía Jean Piaget.
Es miembro del Comité Científico
del Jardín de Infancia Experimental del Estado de Corea en Livorno para el que
propone cambios educativos y dirige la formación del personal.
Durante cinco años sigue las
actividades didácticas de dos clases de una escuela primaria en Turín,
estudiando en particular el problema de la evaluación.
En representación de la provincia
de Arezzo, acompaña la experiencia de apertura del hospital psiquiátrico (según
la ley de Basaglia) con la formación de profesores y operadores de centros
municipales de párvulos y preescolares.
Participó como consultor pedagógico y colaborador en el guión para la realización de la película para televisión El "Diario de un maestro" de Vittorio de Seta, que se emitió en cuatro episodios en febrero de 1972 con una audiencia muy alta, dando vida a un gran debate nacional.
Entre los años 70 y 90 se
convirtió en jefe del departamento de Psicopedagogía del Instituto en el Jardín
Zoológico de Roma y se dedicó, con sus colegas, especialmente a la
investigación en educación ambiental.
En particular, lleva a cabo el programa ANDREA (Archivo Nacional de Documentación e Investigaciones de Educación Ambiental) con encargo e importante financiamiento de los Ministerios de Ambiente y Educación Pública.
Con el apoyo del Departamento de Estudios de
Roma, organiza un curso de formación de tres años en didáctica de las ciencias
naturales para 24 profesores de 12 escuelas primarias romanas. Al final del curso
se instala un laboratorio de ciencias en cada una de las escuelas, del que se
encargan los profesores.
El Departamento realiza diversas investigaciones sobre el desarrollo del conocimiento científico en los niños con una intensa participación de las clases escolares obligatorias.
A finales
de la década de los 90, recibió del Primer Ministro Romano Prodi el cargo de
presidente de la Comisión de Televisión y Menores para la redacción del Código
de Autorregulación. El Código es redactado y aprobado por todas las cadenas de
televisión públicas y privadas.
Ha trabajado en diferentes períodos desde el retrato, el estudio de las figuras, el paisaje, el arte sacro, utilizando diversas técnicas gráficas y pictóricas.
Experimentó con cerámica, escultura.
Durante este largo viaje, en la
década de 1960 conoció en Asís a William Congdon, pintor estadounidense del
grupo de Pollock, que lo acompañó como maestro y que en un momento le propuso
ir a Nueva York a sus expensas para estudiar con su maestro de cuadro. No tuvo
el valor de interrumpir sus estudios y elegir la pintura definitivamente.
En la década de 1980, La Nuova Italia le propuso ilustrar libremente los tres volúmenes de la antología para el "Proyecto de lectura" de la escuela secundaria utilizando diversas técnicas.
Produce más de 1000 dibujos en blanco y negro y el trabajo es el más
vendido en la historia de la escuela italiana de posguerra.
Tras esta edición, se publica una
segunda edición en color, completamente renovada en los dibujos, y
posteriormente una tercera antología. Los derechos de autor de estas obras
siguen siendo, con mucho, el ingreso económico más importante de su vida.
También en los años 80 y gracias
también a los ingresos de la antología, pudo restaurar una antigua casa
familiar en Cervara que se convirtió en su estudio. Un lugar de deseo, creado
respetando las tradiciones constructivas locales ligadas a la piedra y la madera
de castaño, donde los retratos de los ancianos del pueblo, sus libros y donde
pasa todo el tiempo posible jugando con la madera, los colores y materiales
diversos. Su estudio y el bosque de Cervara donde le encanta ir en busca de
setas, no siempre con suerte, son sin duda los lugares que más ama.
En 1975, en una conferencia de
MCE en Brescia, entregó uno de sus primeros libros a un participante español.
Ese año muere Franco y estalla la democracia en España.
Su libro es traducido y
publicado. Fue invitado a Barcelona por la Asociación Rosa Sensat para
presentarlo y realizar un seminario sobre jardín de infancia en septiembre de
1976.
Desde entonces ha regresado a España todos los
años, varias veces al año, hasta ahora viajando por toda ella, incluidas las
islas.
Luego de unos años en los que se
expresa en italiano, comienza a hablar español que mejorará gracias a los
encuentros y la lectura de novelas en lugar de estudiar.
En 1988, al tener que participar
en una conferencia internacional en Florianópolis, Brasil, le preguntó a su
amiga Emilia Ferreiro si podía aprovechar la oportunidad para visitarla en
México, donde vive. Ella responde que en ese momento estará en Argentina, su
tierra natal, por un año sabático.
Debido a esta coincidencia llega
luego a Argentina donde regresará una veintena de veces, invitado por
diferentes realidades para conferencias, cursos de formación, conferencias.
El 20 de noviembre de 1989 en
Nueva York, las Naciones Unidas aprobaron la Convención sobre los Derechos del
Niño, que fue ratificada por Italia en 1991.
En mayo de 1991 nació en Fano el
proyecto "La ciudad de los niños", del que es director científico.
En mayo de 1991, el Ayuntamiento
de Fano organizó una semana dedicada a los niños, denominándola "La ciudad
de los niños" y pidió a Tonucci que asumiera la dirección científica.
Acepta siempre que no sea solo un
evento anual, sino un proyecto político de transformación de las ciudades
tomando al niño como parámetro. La propuesta es conocida y adoptada por varios
municipios italianos, se crea una primera red nacional a la que se adhieren
Viareggio, S. Giorgio a Cremano, Palermo y varias ciudades cercanas a Fano.
En 1996, de acuerdo con el
Ayuntamiento de Fano, la coordinación del proyecto y la red, ahora
internacional, se trasladó al CNR de Roma y el proyecto "La ciudad de las
niñas y los niños" se convirtió en el programa de investigación de Tonucci
hasta la fecha.
En 1996 publicó "La ciudad
de los niños" y en 2002 "Si los niños dicen: ¡basta!".
Los dos libros describen el
proyecto y, también publicados en España y Argentina, favorecen su difusión. En
particular, en Argentina es contratado como proyecto insignia por Hermes
Binner, alcalde de Rosario quien, quien luego se convirtió en gobernador de la
Provincia de Santa Fe, crea una red provincial y da vida a una red
latinoamericana que incluye a varios países. Hoy se estima que las ciudades de
la red internacional son más de doscientas en una decena de países. Un número
bajo, pero acorde con el alto compromiso de cambio que el proyecto requiere de
los administradores que lo contratan.
El libro "La ciudad de los
niños" se ha traducido hasta ahora a ocho idiomas.
Viñeta de Francesco
Tonucci, Frato, (1998).
En enero del año 2017 Mariuccia,
la mujer de su vida, lo abandona repentinamente, después de cincuenta años de
vida juntos y comienza la tercera fase de su vida, la del dolor y la soledad.
Pero animado por el obsequio más bonito que le
deja a él, a sus tres hijos y con lo que ellos a su vez le dieron: los nietos
Federico y Nina. Sus hijos, nietos y el trabajo, siempre intenso a favor de los
derechos del niño, lo obligan a continuar en su Instituto, en sus viajes, con
sus libros y con sus viñetas.
En 2003 fue nombrado profesor
honorario de la Pontificia Universidad Católica de Lima (Perú);
En el año 2011 recibió la medalla
de oro al mérito educativo de la Junta de Andalucía (España);
En 2011 fue nombrado doctor
honoris causa de la Universidad Nacional de La Plata, a propuesta de la
Facultad de Arquitectura y Urbanismo;
En el año 2012 fue nombrado
doctor honoris causa de la Universidad Nacional del Litoral de Santa Fe;
En 2014 recibió el Premio Marta
Mata de la Asociación "Rosa Sensat" de Barcelona;
En el año 2015 fue invitado como
ponente en el pleno del ICOT 2015 en Bilbao;
En 2016 fue nombrado doctor
honoris causa por la Universidad de Lleida (España);
En el año 2016 recibió el
Lifetime Achievement Award de la revista Psicologia e scuola (Florencia);
En 2017 fue nombrado doctor
honoris causa por la Universidad de Oviedo (España);
En el año 2017 recibió el premio
Andersen Lifetime Achievement Award (Italia);
En el mismo 2017 publicó el libro
"Las niñas y los niños piensan de otra manera" y lo dedicó a "a
mi amor"
Fue nombrado doctor honoris causa
por la Universidad Católica de Córdoba (Argentina) en 2018.
En el año 2019 recibió el premio
Unicef International Lifetime Achievement Award (España).
El 25 de abril de 2020, durante la pandemia de Covid 19,
realiza un webinar para lanzar una propuesta educativa que implica una dinámica
de colaboración entre familia y docentes: "La casa como laboratorio".
¡70.000 personas asistieron a la reunión!
Actualmente Francesco Tonucci sigue
siendo un destacado pedagogo, psicopedagogo, dibujante y pensador italiano. A
sus 84 años, continúa siendo un referente en el campo de la educación y la
defensa de los derechos de los niños.
Mantiene su proyecto "La
Ciudad de los Niños", que comenzó en 1991 en su ciudad natal de Fano y se
ha extendido a diversos lugares del mundo. Este proyecto busca adaptar las
ciudades teniendo a los niños como protagonistas.
Sigue investigando sobre el
desarrollo cognitivo de los niños, su pensamiento, su comportamiento y la
metodología educativa. Sus investigaciones se centran en escuchar, comprender y
respetar a los niños, tanto en la organización de las ciudades como en el
ámbito educativo.
Continúa publicando libros y
artículos sobre educación y pedagogía, muchos de los cuales ilustra
personalmente con sus dibujos.
Participa activamente en
conferencias y charlas donde comparte su visión sobre la importancia de dar voz
a los niños y permitirles jugar y vivir experiencias libremente, en
contraposición a la sobrecarga de actividades y deberes escolares.
HOMENAJES
Desde 1980, las escuelas que
llevan su nombre han surgido en el extranjero, la primera en Sevilla en España.
Actualmente conocemos la Escola
publica F. Tonucci de Lérida y las infantiles de Almería y Huelva en España; el
Liceo de Bogotá y el Gimnasio de Cartagena de las Indias de Colombia; otros en
México. También hay aulas universitarias, espacios escolares y jardines
públicos que llevan su nombre.
En 1994 René Zazzo, uno de los
padres de la psicología francesa, quiso la publicación del libro de dibujos
animados "La solitude de l'enfant" en la serie científica Croissance
de l'enfant genèse de l'homme, dirigida por él para las Prensas Universitarias.
de France (PUF).
¡Aún en el tema de Frato, el
doctorado honoris causa de la Universidad de Oviedo en 2017 se otorga a
Francesco Tonucci y Frato!
TONUCCI Y LA
EDUCACIÓN
«Los chicos tienen que llegar a
la escuela con los bolsillos llenos, no vacíos, y sacar sus conocimientos para
trabajarlos en el aula. (...) El trabajo empieza dando la palabra a los niños.
Primero se mueve el niño; recién después el maestro. El maestro tiene que
conocer lo que saben los niños antes de actuar, porque si se procede antes,
seguro hace daño. (...) Si fueran escuchados, los niños podrían llevar a la
escuela su propio pensamiento. Lo normal es que un niño que tiene una
inteligencia práctica, hábil con las manos y que puede desarmar un motor, para
la escuela no vale nada. Vale sólo si sabe elaborar lógicamente datos. Esa
clasificación no tiene sentido. Esa actitud selectiva, de que hay pocos
lenguajes importantes y de que los demás no valen nada, conducen al niño al
fracaso».
Hay que escuchar a los alumnos
y confiar en ellos. Es importante tener confianza en la competencia y la
capacidad de los niños, en lo que saben, y escuchar su mundo interior, toda esa
información y esos saberes que traen consigo a la escuela. Ahora los niños solo
pueden escuchar al maestro, no se les da la palabra.
Las escuelas deben ser
democráticas, no igualitarias. Los estudiantes deben formarse como
ciudadanos libres y soberanos. Por eso hay que huir del esquema tradicional en
el que el profesor es quien tiene los conocimientos y los alumnos son vasos
vacíos que hay que llenar y, por lo tanto, todos iguales. Los estudiantes
acuden a la escuela con unos conocimientos y un saber que deben desarrollar, y
el profesor debe ser capaz de motivarles e impulsar el proceso.
La heterogeneidad en el aula
es buena. La diversidad, lejos de ser una dificultad o una barrera, es una
ventaja y una riqueza que debe aprovecharse. Ya sea cultural, de género, de
religión o raza… Incluso es interesante mezclar a niños con diferentes edades
en la misma clase, para sacar así el máximo partido a sus diferencias y
características propias.
Los niños deben participar en
la organización de la escuela. Igual que la ciudad debe planificarse
teniendo en cuenta a los niños y sus necesidades, los centros escolares tienen
que implicar en su gestión a los alumnos. Si el niño participa de forma activa
en la organización y en la toma de decisiones en el centro escolar, se sentirá
parte de éste, sentirá que es “su escuela” y su conducta y desempeño serán
mejores.
El aprendizaje tiene que ser
cercano y divertido. Los docentes deben escuchar a los niños para
enseñarles a partir de lo que ya conocen y teniendo en cuenta lo que les motiva
y les interesa. Además, deben ser capaces de aprovechar la capacidad de los
niños para concentrarse y esforzarse en aquello que les gusta y les divierte,
motivarles y apelar a su forma de trabajar, sus fortalezas y sus capacidades
concretas.
Necesitamos los mejores
maestros. Un buen profesor escucha a sus estudiantes, busca la excelencia,
personaliza el aprendizaje teniendo en cuenta la realidad del alumno y promueve
el trabajo en grupo en vez de la competencia, porque cree en la suma de
capacidades para lograr el éxito.
La lectura en voz alta en el
aula debería ser obligatoria. Leer en voz alta en clase es una de las
herramientas educativas más eficaces. Todos los docentes deberían leer a sus
alumnos durante al menos 15 minutos todos los días, con cierta teatralización,
haciéndoles partícipes de las historias y los personajes para transmitirles el
amor por la lectura.
El juego y el ocio son
importantes. Los momentos de libertad, esparcimiento y diversión fuera del
aula resultan fundamentales para el niño y, además, influyen de manera positiva
en el proceso de aprendizaje. Fuera del horario escolar, los estudiantes tienen
que disfrutar, libremente y sin adultos, de su tiempo de esparcimiento, juego y
actividades artísticas y culturales, como indica el artículo 31 de la
Convención sobre los Derechos del Niño . Además, estos momentos sirven para que
los niños descubran y formen su carácter, sus actitudes y su forma de
reaccionar ante el mundo.
Los deberes son un error.
Las tareas se piensan como ayuda, especialmente a los que más lo necesitan,
pero no consiguen este objetivo porque generalmente los niños que tienen más
dificultades no suelen contar en casa con el apoyo necesario para hacer los
deberes. Esa labor de enseñar y cubrir las lagunas educativas corresponde al
profesor, no a los deberes, y debe hacerse dentro del horario escolar.
FUENTES
https://es.francescotonucci.it/francesco/biografia
https://www.aulaplaneta.com/2017/08/02/recursos-tic/francesco-tonucci-vision-educativa-diez-puntos
1 comentario:
Hola, mi nombre es Pablo. Soy de Córdoba Argentina. Estudio Comuniacción Social.
Buscando info sobre "Frato" y sus impresionantes dibujos llegué aqui... Di una rápida vuelta y me parece un lindo espacio, lindas tu construcciones.. Mi interés puntual es ponerte al tanto de lo que por mis horizontes está pasando respecto a la educación y la educación artística en particualr. Resulta que se ha formulado desde el ejecutivo provincial un proyecto de ley de educacion que antenta contra los principios de laica, gratuita y publica, además de dismuniur considerablemente las cs. sociales y el arte en las escuelas reduciéndola a modalidad. Te comparto la inquietud, la lucha. Nosotros estamos organizados en lo que es la Interestudiantil, una asamblea que agrupo a estudiantes seecundarios, terciarios y universitarios. Hace dos meses estamos en las calles, tomando instituciones. Hemos logrado mucho: se pateo la entrada del proyecto al parlamento, se abrieron audiencias publicas, la Universidad Nac. de Córdoba se expidió en contra...sin embargo, nosotros exigiendo la anulación de este proyecto que no fue construido ampliamente sino por un consejo de Politicas Educativas donde participa la Iglesia, Empresas... Y proponemos la realizacion de un Congreso Pedagogico Provincial para construir un nuevo proyecto de Ley. Bueno, me colgué un poco. QUería comentarte. estamos viviendo un lindo procesos aqui y porque no congujarlo con latinoamérica. Sepan que estamos agitando mucho y reclamando la particiapcion en la construccion de una ley de educación!
Más info podrás encontrar en: www.estudiantazocba.blogspot.com
Cualquier cosa seguimos en contacto,regionalicemos la lucha por nuestra educación!!!!
saludos
pablo!
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