Joaquín era un niño delgado, pálido, sensible y nervioso, como decían los suyos "era todo pellejo y huesos". Muy inteligente, dotado de un gran poder de asimilación, se formó en buena parte por su cuenta, leyendo vorazmente.
De adolescente dirige su interés hacia el dibujo y la pintura, actividades que emprende con decidida vocación. Se sabe que su vocación por el arte fue algo personal ya que en la familia no había antecedente alguno que lo orientara en tal dirección.
En el año 1887 viaja a Buenos Aires para someterse a un tratamiento antirrábico. Se entusiasma con el viaje en barco y la contemplación de nuevos lugares y paisajes.
Nuevamente y, cuando había rehecho su fortuna, una disposición del gobierno uruguayo, prohibiendo determinadas importaciones lo arruinó de nuevo.
Por estas circunstancias el padre decide volver a la tierra de sus padres.
En julio de 1891 embarcó en Montevideo con su esposa e hijos hacia Génova y seguidamente rumbo a Barcelona.
Llegados a Barcelona, se dirigen a la estación ferroviaria, para tomar el tren que los lleve a Mataro.
Joaquín tiene diecisiete años y se siente deslumbrado por todo lo nuevo que le toca vivir, la gran ciudad vista de pasada y la villa nativa de su padre. Observa curioso el taller de la familia de cordelería escucha atentamente el incomprensible lenguaje en el que su padre conversa con sus tíos y sobrinos, aquel catalán que al poco tiempo hablará a la perfección e incluso años más tarde utilizará literariamente; el bello paisaje de Maresme, su vegetación sus montañas, sus playas y la incomparable luz que habrá de influir posteriormente y de un modo decisivo en la concepción clásica de una etapa de la evolución pictórica.
Asiste a la escuela nocturna de Artes y Oficios para tomara lecciones de dibujo con Josep Vinardell. Aquí se inicia en la pintura.
En el año 1894 en Barcelona, Torres estudia en la Academia de Bellas Artes y en la Academia Baixas. Allí se integró en el grupo de intelectuales catalanes liderados por el pensador Eugenio D´Ors, quien afirmaba que Cataluña estaba llamada a continuar en el siglo recién comenzado la tradición clásica y humanista de la cultura mediterránea, retomando las formas e ideas de la antigüedad griega. Imbuido de estas tesis,
Torres García pintó en el salón de San Jorge de la Diputación de Barcelona varios murales, hoy desaparecidos, que representaban imágenes de una mítica Arcadia con figuras humanas de porte clásico.
Entre los años 1895 y 1896 realiza ilustraciones para diversas revistas, así como carteles de anuncio al estilo francés En un número extraordinario del diario barcelonés "La Vanguardia" reproduce un dibujo suyo: una escena callejera costumbrista llamada "La compra de turrones" y al cabo de pocos días presenta una variada colección de dibujos en el Salón de Exposiciones del mismo diario.
Durante el año 1897 da clases de dibujo. Frecuenta «Els Quatre Gats», café de reunión de los intelectuales y artistas catalanes.
Localización: Abadía de Montserrat. Barcelona
Entre los años 1904 y 1905 Torres García trabaja una temporada en las obras del templo de la Sagrada Familia, a las órdenes de Antonio Gaudí, aunque se desconoce la naturaleza de su aporte a la obra.
En 1904, poco después de trabajar a las órdenes de Gaudí realiza con Iu Pascual, su compañero de trabajo en la Catedral Mallorquina una exposición en el "Círculo Artístico de Sant Luc" con gran apoyo de la crítica especializada. En mayo de 1904 publica un artículo en la revista "Universitat catalana" donde sostiene que nunca la forma artística debe consistir en una copia de la realidad, revelando así el idealismo de su concepto del arte.
En 1906 se le presenta a Torres García la primera oportunidad de realizar un trabajo personal: pintar óleos de escenas idílicas de la vida campesina en una estancia de la residencia del Barón de Rialp.
Prontamente recibe otro encargo, se trataba de la seis grandes lienzos para decorar la Capilla del Santísimo de la Iglesia Neoclásica de San Agustín de Barcelona.
En el año 1907 se interesa en los primitivos italianos y en el arte Helenístico.
Enseña en «Mont d Or», un centro de educación infantil progresista.
En el año 1908 pinta frescos en varias iglesias. También se presenta otra gran oportunidad para Torres García, pintar una estancia del ayuntamiento de Barcelona, realiza allí escenas alusivas a la actividad comercial y mercantil de la ciudad. Su obra generó algunas voces de descontento "su modernidad desagradó a los rutinarios".
En el año 1909 contrae matrimonio con Manolita Piña de Rubiés.
Durante el año 1910 viaja a París donde contempla los Murales de Puvis de Chavannes.
Ese mismo año, ya casado con Manolita Piña, parte a Bruselas con el objetivo de montar el pabellón uruguayo de la Exposición Universal, pinta allí escenas dedicadas a las principales fuentes de riqueza de su país: la ganadería y la agricultura. Tanto en el viaje de ida como de vuelta se detuvo en París donde intercambio ideas y contempló la obra de sus amigos pintores. A su retorno a mediados de 1910 expone en la sala "Faianç Catala", la acogida de la prensa y el público es tibia, solo algún crítico elogia la armonía de sus grises pero con reticencias.
En el año 1911 por razones de economía el matrimonio Torres-Piña se instala en Vilasar del Mar, el pintor encuentra allí un aislamiento fecundo. La sugestión de aquel paisaje ribereño contribuye a despertar en su espíritu un fervor por lo clásico. Por ello al nacer en Vilasar su primera hija le asigna el nombre de Olimpia,
En el correr del año 1913 nace su hijo Augusto en Tarrasa.
Expone en las Galerías Dalmau de Barcelona.Viaja a Florencia y Roma a estudiar pintura al fresco. Es comisionado para decorar el Salón San Jorge, en el Palacio de la Generalitat de Cataluña. El encargo será interrumpido y el trabajo realizado será cubierto con otras pinturas.
Publica su primer libro de teoría artística «Notes sobre Art».
En el año 1914 construye su casa en Tarrasa a la que llama Mon Repòs (mezcla de templo clásico y de casa de campo catalana). La decora al fresco. Realiza sus primeros juguetes de madera con un sentido pedagógico.
En el año 1915 nace su hija Ifigenia en Tarrasa. Publica su segundo libro «Diàlegs».
Durante el año 1916 cambia en el contenido y en la estética de su pintura buscando respuestas en la vida actual y cotidiana.
Realiza ilustraciones para la revista "Un enemic del poble".
Comienza la fabricación de juguetes didácticos en madera.
Ente 1919 y 1920 Expone con Rafael Barradas. Continúan sus publicaciones sobre arte.
En el año 1920 abandona Cataluña, rumbo a Nueva York. Decepcionado del movimiento noucentista catalán Torres García se aleja de la antigüedad, abandonando las figuras helenizantes, para sumergirse en su propia época y buscar respuestas en la actualidad. Pasa a desarrollar un estilo completamente diferente. Tal fuerza adquiere este espíritu de renovación artística que este período se conoce con el nombre de «crisis del 17».
Se retrae del mundo pictórico y público, recluyéndose en la casa que él mismo construyera en Tarrasa -Mon Repòs- para lanzarse al ensayo de una nueva técnica sostenida por el principio de que la pintura debe ser algo por sí misma y no mera imitación.
El año 1926 es un período de gran riqueza artística. Se rodea de artistas que cada noche hacen tertulias de pintura en su casa. Expone en diferentes galerías.
Su arte comienza a ser reconocido; vende todo lo que produce.
Durante los años 1927 y 1928 se ve influido por el arte primitivo y por el arte negro. Conoce a Theo van Doesburg y a Piet Mondrian.
En el año 1929 tiende a la abstracción. Pinta sus primeras obras constructivas.
Forma el grupo artístico «Cercle et Carré» junto a Seuphor y otros artistas de vanguardia.
Durante sus años parisinos pudo haber sido completamente feliz de no haber sentido de un modo acuciante la preocupación económica. El crack de 1929 y la consecuente crisis económica mundial, lo hacen pensar en trasladarse a España donde acababa de instaurarse la República Española, pensando sobre todo en sus amigos influyentes ahora en el nuevo régimen.
Durante los años 1930 y 1931 trabaja la sección aúrea en sus estudios de relaciones geométricas. Comienza a desarrollar su concepto de Universalismo Constructivo.
En el año 1932 escribe «Raison et Nature» A causa de la Crisis europea, el mercado artístico parisiense se retrae. Se instala en Madrid, pensando que allí podrá interesar su arte.
Entre los años 1932 y 1934 intenta formar una escuela y un museo constructivos, pero sus ideas no serán bien acogidas. Realiza exposiciones y dicta una serie de Conferencias.
Se relaciona con destacadas personalidades del ambiente artístico. Dirige su atención hacia el arte precolombino del continente americano.
En el año 1934 se radica en Montevideo. La cuidad lo recibe en forma entusiasta.
Escribe su autobiografía «Historia de mi Vida». Continúa escribiendo sobre teoría del arte.
Durante el año 1935 crea la Asociación de Arte Constructivo (A.A.C.) centro intelectual e importante escuela de arte dentro de la tendencia contemporánea, desde donde pretende contribuir a la cultura del país.
En el año 1936 publica «Círculo y Cuadrado», continuando la experiencia iniciada en París con «Cercle et Carré»
El Monumento Cósmico es una
escultura creada por el artista uruguayo Joaquín Torres García.
Es la representación de la
comunión del hombre con el orden cósmico a través de los símbolos universales y
arquetípicos.
. Fue erigido en el Parque JE
Rodó, frente al Museo Nacional de Artes Plásticas de Montevideo, entre 1937 y
1938
. La obra es considerada una
de las más importantes del artista y es un ejemplo de su estilo constructivista
. El monumento consiste en una
pared de granito de color rosa, inspirada en el Templo del Sol de Ollantaytambo
en Perú, en la que se encuentran los símbolos universales y arquetípicos
creados por Torres García
. La obra se encuentra en la
colección del Museo Nacional de Artes Visuales de Uruguay
Pinta "Indoamérica" un óleo sobre cartón. En esta obra pueden observarse relaciones con los muros de piedras incaicos, en cuanto al diseño que yace en la estructura. El colorido es monocromo, con predominio de una tonalidad terrosa, que es trabajada de modo diluido, aguado, como un color que fluctúa. Aparecen líneas que marcan como celdillas. Estos códigos, de signos y símbolos, nos recuerdan la idea de lo Originario y lo americano.
En el año 1939 pinta la serie de los retratos constructivos de Hombres Célebres, cuyas proporciones se basan en la sección Aurea.
Entre los años 1941 y 1942 publica «La ciudad sin nombre». Se forma el Taller Torres García (T.T.G.) Un taller de trabajo y de enseñanza colectiva.
Medidas: 106 x 75 cm
Colección Privada de la familia
"He dicho Escuela del Sur; porque en realidad, nuestro norte es el Sur. No debe haber norte, para nosotros, sino por oposición a nuestro Sur. Por eso ahora ponemos el mapa al revés, y entonces ya tenemos justa idea de nuestra posición, y no como quieren en el resto del mundo. La punta de América, desde ahora, prolongándose, señala insistentemente el Sur, nuestro norte. ”
Joaquín Torres García.- Universalismo Constructivo , Bs. As. : Poseidón, 1941.
"sobre el ángulo superior izquierdo, o sea, el punto de partida de lectura de los idiomas occidentales, aparecen alineados, uno tras otro, todos símbolos alquímicos; un poco más abajo, las fases de la luna, que significan cada una de las transformaciones del metal plata; hacia la derecha, arriba, el cuadrado (la tierra), el círculo sin punto central (el agua) y el triángulo (el otro de los elementos, el fuego); algo más abajo, la pareja humana, fusión del sol y de la luna, símbolo de unión; hacia el centro, la balanza, que es equilibrio. De improviso, esta posible lectura alquímica se interrumpe, pues toda la zona inferior de la tela está poblada por símbolos referidos a la actividad cotidiana. Arriba lo celeste, abajo lo terreno. No sería de extrañar que pudiera intentarse un cierto ordenamiento vinculado con la heráldica: los espacios mismos se convertirán en emblemáticos. Y así como en la vida real, aquí se entremezclan ambos campos. Torres García ni se compromete sólo con el idealismo, ni sólo con el materialismo".
En 1944 publica «Universalismo Constructivo», es el libro que reúne las 150 conferencias dictadas por Torres García desde su retorno al Uruguay en 1934 hasta 1943.
El 8 de agosto de 1949 fallece en Montevideo.
A la muerte del artista, en 1949, sus alumnos más cercanos continuaron con la publicación de la revista Removedor, creada en 1945, y mantuvieron la actividad de su taller, que se cerró en 1967.
Si bien mantuvieron las premisas básicas enunciadas por el maestro, sus discípulos buscaron lenguajes pictóricos individuales. Entre los más destacados están Augusto y Horacio Torres (sus hijos), Francisco Matto, José Gurvich, Manuel Pailós, Gonzalo Fonseca, Uruguay Alpuy, Edgardo Ribeiro, Manolo Lima, Alceu Ribeiro y Jonio Montiel. Varios de estos artistas vivieron largos años en el exterior, como Fonseca (radicado en Nueva York) y Alpuy (en París).
Los familiares y allegados, a Torres García, liderados por Manolita Piña, su viuda, tomaron la determinación de crear un museo que contuviera el legado del maestro, tanto de obras de arte como documental.
Montevideo. CP 11000
Tels.2 915 6544/2 916 23 63
. Muestra el trabajo de
Joaquín Torres García,
. El museo fue establecido en
1949 por Manolita Piña Torres, la viuda de Torres García, y ahora está dirigido
por la Fundación García Torres, una organización privada sin fines de lucro.
. El museo exhibe pinturas,
dibujos, escritos originales, archivos, objetos, muebles, fotografías, revistas
y publicaciones relacionadas con el artista.
. También alberga exhibiciones
rotativas con otros artistas contemporáneos.
El Museo Torres García es una
atracción popular en Montevideo, convenientemente ubicado en la vía peatonal de
la Ciudad Vieja, cerca de la Plaza de Independencia.
. Ofrece al visitante la
oportunidad de explorar el legado de uno de los artistas más importantes del
siglo XX.
. El sitio web del museo
ofrece más información sobre sus exhibiciones y eventos.
SELLOS POSTALES
BILLETE
FUENTES:
https://es.wikipedia.org
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