Fotografía
de la artista sueca Hilma af Klint (1862-1944) en su estudio de Hamngatan en
Estocolmo.
Hilma af Klint nace el 26 de
octubre de1862 en el Palacio Karlberg en Solna, Suecia.
Fue una pionera del arte
abstracto sueca especialmente conocida por ser pionera del arte abstracto.
Creó sus primeros cuadros abstractos en 1906,
antes que Vasili Kandinski —quien hasta 1911 no publicó De lo espiritual en el
arte—, Piet Mondrian y Kazimir Malévich.
Los padres de Hilma af Klint
fueron Victor af Klint y Mathilda af Klint (de soltera Sonntag).
Victor af Klint era un almirante de la Marina
sueca proveniente de una destacada tradición naval en la que varios de sus
antepasados fueron oficiales navales, ingenieros y cartógrafos.
Mathilda era la madre de Hilma
y se sabe que la familia era acomodada y valoraba la educación artística, lo
que permitió a Hilma acceder a estudios en artes desde joven.
La familia tuvo varios hijos
antes que Hilma, incluyendo una hermana llamada Hermina cuya muerte temprana
influyó en el interés de Hilma por el espiritismo y lo esotérico.
La familia residía
inicialmente en un castillo en Solna y veraneaba en casas solares en islas
cercanas a Estocolmo, mostrando un nivel alto de vida y posición social.
Creció en una familia
acomodada que valoraba la educación.
Hilma af Klint realizó sus
estudios primarios y secundarios en Suecia, aunque los detalles específicos de
estas etapas educativas no son ampliamente documentados.
En 1879, Hilma af Klint
participó por primera vez en sesiones de espiritismo, un movimiento espiritual
que estuvo muy en boga a finales del siglo XIX y que tuvo una profunda
influencia en su vida y obra.
Estas sesiones espiritistas
formaban parte de prácticas en las que se intentaba establecer contacto con
espíritus o entidades del más allá, con la creencia de acceder a conocimientos
y mensajes superiores.
Para Hilma, estas experiencias
no solo fueron espirituales sino también creativas, pues canalizaba mensajes e
instrucciones que recibía en estado de trance o escritura automática, lo que la
llevó a un cambio radical en su producción artística.
En estos estados, recibía indicaciones de seres espirituales, como el famoso "Amaliel", con quien sentía que colaboraba para crear una nueva forma de arte visual, libre de las limitaciones académicas tradicionales.
Hilma af Klint comenzó su
educación artística formal en la Tekniska Skolan (Escuela Técnica) de Estocolmo
en 1880, donde también tomó clases de pintura de retrato.
En esta época empezó a
interesarse más profundamente por el espiritismo, influida además por la muerte
de su hermana Hermina, que acentuó su interés por lo espiritual.
Luego, entre 1882 y 1887,
continuó sus estudios en la Real Academia Sueca de Bellas Artes (Kungliga
Akademien för de fria konsterna) en Estocolmo, formando parte de una de las
primeras generaciones de mujeres artistas entrenadas académicamente en Europa.
En la academia, desarrolló
técnicas clásicas y naturales para trabajos de retrato y paisajes, destacándose
y recibiendo un estudio para crear junto a otros artistas en el barrio bohemio
de Kungsträdgården en Estocolmo.
Allí aprendió el arte del retrato y el paisaje, llegando a ser una de las alumnas más brillantes de la Academia.
Hilma
af Klint en su estudio de Estocolmo, 1885.-Picture Alliance
Fotografía
de Hilma af Klint en 1901.
'Eftersommar',
un cuadro de paisaje de estilo naturista pintado por Hilma af Klint en 1903.
“Grupo IV, Los Diez Más Grandes, No. 3, Juventud,” de 1907.Fotografía de Albin Dahlström; cortesía del Moderna Museet, Estocolmo
Fotografía del altar donde “Las cinco” practicaban sus sesiones de espiritismo
Entre 1896 y 1907, Hilma formó
parte de un grupo llamado "Las Cinco" (De Fem), que practicaba
sesiones espiritistas todos los viernes, realizando dibujos automáticos y
desarrollando un lenguaje simbólico profundamente ligado a lo esotérico y a la espiritualidad.
A través de esta conexión con el espiritismo,
Af Klint desarrolló una abstracción pionera basada en conceptos como la
dualidad, el género, la unión de lo masculino y femenino, y otros temas
espirituales que rompían con el arte tradicional de la época.
Evolution,
No. 13, Group VI, 1908
Entre los años 1906 y 1915 crea
la serie principal de su vida, su obra más emblemática, "Las
pinturas para el templo", surgió directamente de estas
experiencias espirituales y se considera uno de los primeros conjuntos
abstractos de la historia del arte, donde la espiritualidad guiaba tanto la
forma como el contenido.
La fe en la dimensión
invisible y la exploración del mundo espiritual a través del arte fue la
esencia que marcó su carrera y la distinguió como una precursora del arte
abstracto en el mundo.
Estas pinturas abstractas se
hicieron sin bocetos previos y con gran rapidez. Utiliza formas geométricas,
símbolos esotéricos (conchas, serpientes, letras que simbolizan espíritu o
materia), colores pasteles, y líneas para representar lo invisible y lo
espiritual.
En 1908, Hilma af Klint
conoció a Rudolf Steiner, el líder de la antroposofía, cuando este impartía
conferencias en Estocolmo.
Ella le mostró sus pinturas
con la esperanza de que él pudiera interpretar y comprender el contenido
espiritual y simbólico de su obra.
Sin embargo, Steiner fue
crítico y le aconsejó que su arte era demasiado adelantado para la época,
recomendándole que nadie debía ver sus pinturas durante al menos 50 años para
que pudieran ser entendidas adecuadamente.
Este consejo impactó profundamente a Hilma af Klint, quien entonces decidió limitar ese tiempo de restricción a 20 años en lugar de 50.
Como consecuencia, se retiró
parcialmente de la escena pública y redujo su producción artística durante
algunos años, dedicándose también al cuidado de su madre ciega.
Este período fue clave para
que Hilma reafirmara su compromiso con un arte guiado por la espiritualidad y
la exploración del mundo invisible, manteniendo su obra oculta para futuras
generaciones hasta que el público estuviera preparado para recibirla.
Entre 1912 y 1915 Hilma af
Klint retomó y culminó el trabajo de su serie monumental "Las
pinturas para el templo", compuesta por un total de 193 obras.
Durante estos años, Hilma produjo estas pinturas siguiendo las indicaciones que
recibía en sus sesiones espiritistas, pero empezó a tomar mayor control sobre
la elección de colores y composición, incorporando un lenguaje visual más
propio.
Esta serie se caracteriza por
composiciones de gran formato, combinando formas geométricas, mandalas,
arabescos y símbolos relacionados con la espiritualidad y la evolución del alma
humana.
El árbol del conocimiento
Por ejemplo, en 1913-1915 creó
"El árbol del conocimiento", donde mezcla símbolos
cristianos con elementos místicos y teosóficos, representando la conexión entre
lo terrenal y lo divino.
Svanen
(El Cisne), No. 17, Grupo IX, Serie SUW, octubre de 1914 - marzo de 1915. Esta
obra abstracta nunca fue exhibida en vida de Af Klint
El
cisne, 1914.
Grupo
X, n.º 1, Retablo, 1915
Grupo
X, n.º 2, Retablo, 1915
Grupo
IX/SUW, El cisne, n.º 1, 1915
Grupo
IX/SUW, El cisne, n.º 7, 1915
Grupo
IX/UW, No. 25, La Paloma, No. 1, 1915
En 1915 terminó grupos clave
de la serie como "El cisne", que simboliza dualidades
como luz y oscuridad o lo masculino y femenino, y "La paloma",
representando al Espíritu Santo.
Estos años son fundamentales
porque Hilma consolidó un estilo abstracto único que buscaba expresar el mundo
espiritual mediante un lenguaje simbólico, lejos de las corrientes artísticas
contemporáneas, y nunca mostró estas obras al público pues consideraba que el
mundo no estaba preparado para entenderlas.
Este período fue decisivo para
establecer el legado de Hilma af Klint como pionera de la abstracción
espiritual en el arte.
Cuaderno,
2 al 11 de julio de 1919
El
punto de vista de Buda en la vida terrenal, No. 3a, Serie XI, 1920
En 1920, tras la muerte de su
madre, a quien había cuidado durante años debido a su mala salud y ceguera,
Hilma af Klint viajó a Suiza para reencontrarse con Rudolf Steiner, líder de la
antroposofía.
Durante este periodo, se unió
a la Sociedad Teosófica y se dedicó intensamente al estudio de sus textos y
enseñanzas.
En esta nueva etapa, su
interés se centró en explorar las grandes religiones del mundo y la
espiritualidad de la naturaleza a través de su arte, reflejando estos temas en
una serie de pinturas dedicadas a expresar estas dimensiones espirituales y
unificadoras.
Paralelamente, fue abandonando
gradualmente la pintura para profundizar en los estudios teosóficos y
espirituales, una inclinación que marcaría sus últimos años hasta su muerte en
1944.
Esta fase representa un cierre
a su carrera artística activa y un enfoque mayor en el desarrollo de su visión
espiritual y mística que había guiado gran parte de su obra, consolidando así
su legado como una pionera del arte abstracto espiritual y esotérico.
Planea un museo para exhibir
la dimensión espiritual de su arte.
En 1926 exhibe una pequeña
parte de Las pinturas para el templo en una conferencia en Inglaterra.
Fallece el 21 de octubre de 1944
tras sufrir un accidente en tranvía, pocos días antes de cumplir 82 años.
Posterior a su muerte,
siguiendo su testamento, su obra permaneció oculta al público al menos por 20
años. Su gran contribución fue el haber creado cuadros abstractos antes de
Kandinsky, Mondrian y Malevich, con un enfoque que buscaba representar la
realidad espiritual invisible más que disolver la realidad física.
HOMENAJES
Tras su fallecimiento en 1944,
Hilma af Klint ha recibido múltiples homenajes que mantienen vivo su figura y
reconocimiento como pionera del arte abstracto:
Su obra permaneció oculta
hasta 1986, cuando por primera vez se organizó una exposición pública en Malmö,
Suecia, revelando al mundo su gran producción artística espiritual y abstracta.
Exposición
retrospectiva de la obra de Hilma af Klint en el museo Guggenheim de Nueva
York, 2018.
Desde entonces, sus pinturas
se han exhibido en instituciones de renombre internacional como el Centro
Pompidou en París, la Albertina de Viena, el Camden Art Centre en Londres, el
Museo Guggenheim de Nueva York y el Museo Guggenheim de Bilbao, cuyo homenaje
incluyó una gran muestra en 2024-2025.
Su nombre ha sido reivindicado en libros,
documentales y exposiciones específicas dedicadas a ella.
Hay proyectos y fundaciones
como la Fundación Hilma af Klint que preservan su legado y promueven el
conocimiento de su obra.
También se ha producido un
reconocimiento académico creciente, con premios y conferencias que llevan su
nombre en ámbitos de arte y espiritualidad, aunque no hay evidencia clara sobre
premios oficiales internacionales con su nombre.
Su figura ha inspirado
películas, teatro y documentales, consolidándola como un símbolo de la
abstracción desde una perspectiva espiritual.
No hay registros claros de
estatuas o sellos oficiales con su imagen, pero su impacto se mantiene fuerte
en exposiciones y el mercado del arte, así como en la cultura popular
relacionado con la historia del arte.
Estos homenajes reflejan la
puesta en valor de su historia y obra, que permaneció casi invisible durante
décadas y hoy la sitúan como una pionera visionaria reconocida mundialmente.
LEGADO
El legado artístico de Hilma
af Klint es primordialmente el haber sido una pionera radical del arte
abstracto, creando sus primeras obras abstractas en 1906, años antes que
Kandinsky, Mondrian y Malevich, que suelen ser nombrados como sus iniciadores.
Su obra no se basa en la
abstracción del color o la forma en sí misma, sino en la representación visual
de dimensiones espirituales e invisibles, utilizando símbolos, geometría,
colores vibrantes y composiciones que exploran temas metafísicos como la
dualidad, la totalidad del cosmos y el origen del mundo.
Su descubrimiento a finales
del siglo XX y la consiguiente reivindicación han cambiado radicalmente la
historia del arte moderno, reconociéndola como una figura fundamental en la
abstracción espiritual y una adelantada absoluta a su tiempo.
Los motivos espíritas y
esotéricos de Hilma af Klint influyen hoy notablemente en artistas
contemporáneos, quienes adoptan y revisitan su enfoque espiritual y simbólico
para explorar nuevas dimensiones en el arte. Su legado se traduce en una
inspiración para integrar la espiritualidad, el misticismo y lo invisible en la
creación artística, más allá del arte meramente visual o formal.
Las técnicas pictóricas de
Hilma af Klint que inspiran a artistas actuales incluyen principalmente el uso
del automatismo en la creación artística, donde la artista actuaba como médium
recibiendo mensajes y símbolos espirituales que plasmaba en sus obras, una
práctica que luego sería popularizada por el Surrealismo. Este enfoque de
permitir que la guía espiritual o el inconsciente guíen la mano es retomado hoy
por artistas que exploran lo místico y lo esotérico en sus procesos creativos.
FUENTES
https://es.wikipedia.org/wiki/Hilma_af_Klint#/media/Archivo:Hilma-af-Klint-uncropped.jpg
https://historia-arte.com/artistas/hilma-af-klint
https://www.newyorker.com/magazine/2018/10/22/hilma-af-klints-visionary-paintings
https://www.wim-network.org/hilma-af-klint-la-mujer-que-pintaba-para-el-futuro/
https://espiritudelarte.wordpress.com/2025/04/26/hilma-af-klint-1862-1944/
https://mujereslila.com/hilma-af-klint/
https://lapajareramagazine.com/inspiro-la-astronomia-la-obra-de-hilma-af-klint
https://joseluisabrain.blogspot.com/2015/08/hilma-af-klint-la-mujer-que-invento-la.html


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