Dante Quinterno nació en Buenos Aires,
Argentina el 26 de octubre de 1909.
Fue un creador de historietas,
empresario editorial, agropecuario y productor y director del primer dibujo
animado en colores de Argentina "Upa en Apuros" en 1942. Entre sus
creaciones destacan Patoruzú, Isidoro Cañones y, Patoruzito, personajes
entrañables que forman parte del imaginario colectivo argentino y países
limítrofes.
Proveniente de una familia numerosa:
su padre, Martín Quinterno, su madre, Laura Raffo, y sus tres hermanas, Celia,
Luisa y Laura. Su abuelo paterno, Pedro, era de origen piamontés y se había
instalado en la zona de San Vicente, donde adquirió chacras para dedicarse al
cultivo y comercialización de frutales.
Posteriormente
aparecieron otras publicaciones: Patoruzito (1945), en el que colaboraron
Eduardo Ferro, José Luis Salinas y Alberto Breccia entre otras figuras;
Andanzas de Patoruzú (1956), Correrías de Patoruzito (1958),Pepín
Cascarón(1960), Locuras de Isidoro (1968) y Patoruzito Escolar (1971).
Para el 20 de noviembre de 1942,
Patoruzú también llega a la pantalla grande cuando se estrenó en el cine
Ambassador el corto de 15 minutos “Upa en apuros”, siendo este el primer dibujo
animado argentino en colores.
En la década del 50 ya multimillonario, se alejó del dibujo e hizo un gran
cambio en su vida. Al parecer sus años de infancia en los campos de San Vicente
hizo que se volcara al trabajo rural. De esta forma, empezó a adquirir campos
en las zonas de Cañuelas, Coronel Brandsen y Trenque Lauquen, convirtiéndose
paulatinamente en productor ganadero y forestal, razón por la cual fundó la
revista especializada Dinámica Rural.
Igualmente continuó en forma
ininterrumpida con la publicación de sus historietas y personajes a través de
su Editorial y licenciataria;
Para el 20 de noviembre de 1942,
Patoruzú también llega a la pantalla grande cuando se estrenó en el cine
Ambassador el corto de 15 minutos “Upa en apuros”, siendo este el primer dibujo
animado argentino en colores.
En la década del 50 ya multimillonario, se alejó del dibujo e hizo un gran
cambio en su vida. Al parecer sus años de infancia en los campos de San Vicente
hizo que se volcara al trabajo rural. De esta forma, empezó a adquirir campos
en las zonas de Cañuelas, Coronel Brandsen y Trenque Lauquen, convirtiéndose
paulatinamente en productor ganadero y forestal, razón por la cual fundó la
revista especializada Dinámica Rural.
Igualmente continuó en forma
ininterrumpida con la publicación de sus historietas y personajes a través de
su Editorial y licenciataria; Editorial Universo S.A. y Los Tehuelches S.A.
A pesar de su perfil bajo y de esquivar la vida publica, no puedo evitar caer
en la tentación de asistir a la entrega de dos premios. En 1996 fue condecorado
con la Medalla de oro de la Cámara de Diputados de la Nación (por su
trayectoria), y en 1999 fue distinguido por la Legislatura de la Ciudad de
Buenos Aires.
Falleció en Buenos Aires el 14 de mayo
de 2003, y fue sepultado en el Cementerio de la Recoleta.
LOS PERSONAJES DE DANTE QUINTERNO
Patoruzú
La identidad de Patoruzú sufrió varios retoques durante los primeros años. Comenzó
como un personaje humilde, taciturno e ignorante, a cargo de un tutor porteño
de más educación; las historietas iniciales emplearon este contraste para
destacar la paralela diferencia de actitudes entre el malicioso tutor, que
daría eventualmente lugar a otro personaje duradero, Isidoro Cañones , y el
bondadoso e ingenuo indio. Sin perder la esquemática contraposición moral,
Quinterno retocaría posteriormente la historia, transformando a Patoruzú en un
poderoso aunque benévolo estanciero. Su generosidad con el dinero y la avaricia
de los malvados sería las más de las veces el eje de la dinámica de las
historias. Desde el comienzo contó con una fuerza prodigiosa, que se
complementaría en el transcurso de su evolución con otros sentidos y
habilidades sobrehumanos, en especial la fiereza y el olfato. Por otra parte,
aunque los primitivos rasgos con los que el cacique tehuelche apareció por
primera vez en 1928 difieren bastante de los actuales, su fisonomía se
consolidó a partir de 1936, con la publicación de su propia revista. Es así
que, físicamente, el personaje fue evolucionando con su personalidad. Al
principio poseía una figura gruesa, desgarbada y algo encorvada, pero con los
años se consolidó como un delgado, musculoso y erguido indio. Su indumentaria
consiste en un poncho amarillo, pantalones arremangados en la botamanga,
ojotas, una vincha recogiendo la recia cabellera negra larga hasta los hombros,
una pluma y unas eficientes boleadoras que penden de su cinto. Patoruzú posee
una fuerza física inquebrantable que proviene de tres componentes diferentes
combinados, uno es una privilegiada alimentación infantil (el hueso del sagrado
buey Apis que su padre le dejó), otro son sus baños en las aguas termales de
las tierras de la Patagonia, y el tercero es la fuerza de sus antepasados que
emana ni bien la necesita. Las armas de Patoruzú son el arco y la flecha, que
sólo son utilizadas como arma de duelo, manejándolas con gran destreza, las
boleadoras, que usa meramente para detener al enemigo y nunca como arma
contundente, y sus propio puños, que son su arma principal. Posee una enorme
nariz (fuente de constantes bromas) que le proporciona un excelente olfato, lo
que lo convierte en un gran rastreador, ya que además cuenta con un prodigioso
sentido de la orientación. Es capaz también de correr a enormes velocidades (se
lo ha visto patear un centro y cabecearlo él mismo en un partido de fútbol).
Sus pulmones logran provocar verdaderos vendavales cuando cree conveniente dar
un gran soplido y los dedos gordos de sus pies tienen una forma peculiar que
caracteriza a todo su linaje, están erguidos, apuntando hacia arriba. Patoruzú
resuelve con frecuencia sus problemas acudiendo a la pura fuerza física, y,
gracias a ello, se arroja impulsiva y descuidadamente en el peligro, y sale
airoso la mayoría de las veces. Patoruzú posee una pluma en su cabeza que
indica su posición de cacique. Esta característica la instaura él, porque en
realidad los caciques deben llevar tres plumas, pero, por respeto a su padre,
él sólo lleva una. Muchas veces su ingenuidad le jugó una mala pasada, y su
complejo de fealdad fue una eterna traba en su relación con las mujeres, aunque
alguna vez se enamoró. Alguna vez Dante Quinterno definió a su indio Patoruzú
como "un hombre simple
y sencillo, que es la antítesis del egoísmo, sumamente modesto, jamás
presuntuoso y de gran sensibilidad, dentro de su fuerte carácter
masculino" .
Isidoro Cañones
Como se mencionó anteriormente, Isidoro apareció por primera vez como
propietario de un circo, donde Patoruzú derrotaría a su luchador estrella
(Juaniyo). Luego de eso, ante un Isidoro quebrado económicamente, una gitana
leería en la mano de Patoruzú que Isidoro estaría destinado a acompañarlo, y
éste termina apadrinándo al indio. Con el correr del tiempo, se fijará la identidad
de Isidoro; es la contraparte urbana, sibarita y holgazana del indio bonachón e
íntegro, y las tretas que elabora para vivir de su fortuna son uno de los
principales motores del desarrollo dramático. La personalidad de Isidoro es la
antítesis del modelo de moral y rectitud que caracteriza al indio Patoruzú,
pero su simpatía lo hizo tan popular que en 1940 surgió como protagonista de su
propia revista. Es así como la personalidad de Isidoro aparece desdoblada,
según se trate de su participación en las aventuras de Patoruzú (donde
generalmente se lo menciona solamente como "padrino"), donde es un
personaje irresponsable, timbero, interesado, vago, y desvergonzado, o en su propia
historieta, donde es el más famoso playboy de la noche de Buenos. Tanto
Patoruzú como el aristocrático tío de Isidoro (el Coronel Urbano Cañones)
intentan infructuosamente que Isidoro tome el buen camino, pero sin éxito.
Isidoro no sólo es haragán y vividor, sino además miedoso a más no poder,
enclenque y desconfiado. Sin embargo, su suspicacia y mundanidad desvelan las
más de las veces las trampas en las que, sin él, su ahijado hubiera caído. Es
célebre su odio hacia Patora, de cuyos requerimientos amorosos escapa
constantemente
Pampero:
En Agosto del año 1936 se produce el arribo del feroz caballo Pampero, fiel
flete del cacique (en la serie “Indeseables del Turf”). De origen salvaje y
criollo, Patoruzú lo domó sin riendas, frenos, ni estribos, a lo largo de dos
días con sus noches. Quizá porque jamás perdió su bravura, sería la montura adecuada
para la fuerza de Patoruzú. A partir de allí, este zaino cimarrón, de ojos
vivaces y patas firmes, mantuvo con el indio una irresistible corriente de
simpatía, comprensión y amistad. Pampero, poseedor de una excepcional
inteligencia, es un fiel compañero del indio en las buenas y en las malas, e
incluso, algunas veces, llegó a salvarle la vida. Por otra parte, el caballo no
deja que nadie más lo monte, y su intransigencia, teñida a veces de un toque de
mala fe, hace fallar muchas veces los incansables intentos de Isidoro de
aprovechar su velocidad en las carreras hípicas.
La Chacha:
Aparece en Diciembre de 1936, en la serie titulada "Al campo del
honor". Malhumorada y autoritaria, es el ama de crianza de Patoruzú (lo
crió cuando éste quedó huérfano). Es también su "ama de leche" (o sea
la nodriza que lo amamantó). Comparte con Ñancul la administración de las
posesiones del indio. Criolla patagónica, astuta y desconfiada, es famosa por
sus pocas pulgas. Su mayor virtud es la elaboración de unas míticas y
riquísimas empanadas (en un capítulo llegó a preparar 5.000 para los festejos
del casamiento dePatora, finalmente frustrado). Su arma más poderosa es el humo
de su eterna pipa (al estilo Popeye), donde quema yuyos extraños y secretos,
con los que logra ahuyentar a los malvados. De edad indefinible pero sin duda
venerable, y dotada de una nariz no menos prominente que la del indio, lleva el
cabello ralo en dos trenzas y viste vestidos de lunares recogidos y
arremangados para facilitarle las innumerables tareas que desempeña en la
estancia. Temperamental y viril, tiene una conflictiva relación con Ñancul, no
duda en golpear a los importunos (con sus poderosos y velludos puños), y
detesta a Isidoro por su holgazanería, que contrasta con su incesante
actividad.
Ñancul:
Aparecería por primera vez en Marzo de 1937, y llegaría una y otra vez, a
partir de ese momento, para ratificar las posesiones del Indio. Es el capataz
de las estancias de Patoruzú, aunque solo en lo formal, porque en la práctica,
y por sus pocas luces, es la Chacha quien, en realidad, se encarga (en ausencia
del cacique) de todos los asuntos de los campos patagónicos. Con ella, Ñancul
mantiene una relación de amor-odio típica de un matrimonio, aunque no lo sean.
Ñancul (cuyo nombre tiene origen Mapuche) es robusto, bigotudo, y está siempre
vestido a la manera gaucha (con pañuelo al cuello, bombacha de campo, rastra a
la cintura y botas de potro como calzado). Es incondicionalmente leal al indio,
pero algo obstinado.
Upa:
Debutó en el año 1937, en la serie “Upa y el misterio de la gruta”.
El nombre
de Upa viene de la interjección empleada por los niños pequeños para pedir que
los tomen en brazos.
Es un hermano menor de Patoruzú.
Según se contaba en ésta
serie, por haber nacido deforme y sietemesino, y al estar privado de los rasgos
atávicos de los Patoruzek (la fuerza sobrehumana, los pulgares desmedidos, y
sobre todo el vibrante grito de ¡Huija! proferido al ver la luz), su padre lo
encerró en una cueva para preservar el honor de la familia.
Es inexplicable
cómo sobrevive en la gruta hasta que su hermano mayor, ya adulto, lo descubre
allí y lo lleva consigo a la ciudad.
Al principo, su vocabulario se reducía a
una única palabra: "Turulú" y se comportaba casi como un bebé.
Con un
desmesurado aspecto físico (posee un vientre prominente, y es alto a pesar de
sus piernas cortas y rollizas), y con un acotado desarrollo intelectual, irá
cobrando más entidad y educación en tiras posteriores (sobre todo a partir de
1961), y en las definitivas es ya alumno de educación secundaria, aunque no ha
abandonado la afición por la leche; posee también algún vestigio de la fuerza
de los Patoruzek, aunque limitada a proporcionar “panzazos” a sus oponentes.
Usa, como Patoruzú, poncho, vincha y una pluma.
Es ingenuo, aunque no tanto
como su hermano, y tímido en extremo; habla con alguna dificultad, y es
cómplice de Isidoro en algunas de sus estratagemas, aunque su rectitud lo hace
desistir de ellas en cuanto los verdaderos propósitos de éste se hacen
patentes.
Patora:
Apareció en Diciembre de 1959,
en la tira "Solterita y Sabrosona".
Es la hermana menor del
cacique, y tiene como origen una historia menos truculenta que la de Upa.
Los hermanos la creían muerta
en su niñez, contagiada de viruela en una visita a Punta Arenas, donde vivía su
abuela "Patora Grande".
Pero en realidad la abuela la
había conservado consigo, y enviado luego a un convento para su educación,
donde había acabado su educación primaria.
Cuando aparece en escena por
primera vez, y para sorpresa de su familia, ya ha concluido sus estudios.
Apartada de los hombres por la fuerza, su salida del convento no hizo más que
despertar sus instintos románticos; tanto es así que Patora está obsesionada
por conseguir pareja, una tarea dificultosa dada su falta de encanto físico.
Inclusive, la fealdad de Patora generalmente puede más que la fortuna de su
hermano a la hora de enganchar marido.
Siendo enamoradiza de tiempo
completo (aunque con rasgos tanto masculinos como femeninos), la búsqueda de un
candidato que la corteje es siempre su única razón de ser.
Esta obsesión es, también, su
mayor frustración.
Así, las apariciones de Patora
en la historieta se reducen a una fórmula de comedia de enredos: se escapa del
convento, Patoruzú se enoja primero con ella pero luego la perdona, se enamora
perdidamente de algún rufián y luego todos deben impedir que haga alguna locura
(como casarse u obligar al novio a casarse); al final, salvada la situación, se
enamora de algún otro y Patoruzú la envía al convento de vuelta en avión.
Una vez se enamoró de Isidoro,
y se enemistó a muerte con éste cuando la rechazó inequívocamente, pero no
tiene siempre esa lucidez para percibir cuando no es deseada. Es dueña de una
personalidad tan fuerte como la de su hermano mayor, por lo cual suelen
pelearse, aunque siempre la sangre puede más y se reconcilian; esto no quita
que Patoruzú use la fuerza para castigarla, dándole nalgadas como si fuera su
padre.
En su forma de hablar es característica la
inexistencia del género masculino, sustituye todas los artículos "el"
por "la", y siempre se refiere a los hombres de quienes se enamora
como "mi tipo".
Este "Coronel en retiro", apareció por primera vez en Agosto de 1939,
en la serie denominada "El irascible Coronel". Siendo el tío de
Isidoro, es el único personaje (aparte de éste) que comparte las historias de
Patoruzú con las de Isidoro en sus propias tiras.
Es un "hombre de
honor", aristócrata conservador y reticente. Calvo, de enormes cejas e
impecablemente trajeado cuando no está de uniforme, el coronel es la
contrapartida absoluta de su sobrino, y cercano, en buena medida, al mismo
Patoruzú, ya que es recto, nacionalista, austero y rico.
Soltero, y forjado en
la rígida disciplina militar, busca, al igual que el indio (aunque también en
forma infructuosa), enderezar los hábitos de Isidoro, al que apostrofa con
vehemencia.
Cachorra:
Así, no pasó mucho tiempo antes de que el camino de Isidoro se cruzara
con el de la hermosa Cachorra en pleno viaje
a Mar del Plata, ciudad en la que nuestro Play Boy ha pasado noches
inolvidables, asomado alguna que otra vez por la playa con gafas oscuras.
Cachorra era tan "bandida" como Isidoro, y además su cómplice, pero
ante los ojos del Coronel Cañones se mostraba como una chica de familia,
estudiosa, responsable, recatada y trabajadora, y se convirtió en una mujer
recurrente en la vida de Isidoro.
Curiosamente, el abuelo de Cachorra, el
misterioso general Bazuka, nunca fue mostrado, pues siempre cuando Isidoro lo
iba a conocer, el militar estaba en el exterior.
EL LENGUAJE UTILIZADO POR PATORUZÚ
(extractado de
Wikipedia)
|
El
argot de Patoruzú es uno de sus rasgos más distintivamente campesinos, y se
aparta marcadamente del estándar rioplatense. No es, sin embargo,
particularmente realista; toma sus términos indistintamente del norte, el
oeste y el sur del país, y en algunos casos hasta del lunfardo traído a
Buenos Aires por los inmigrantes. Entre los más conocidos de sus términos se
encuentran:
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¡Ahijuna! =
Interjección que apocopa ¡Ah, hijo de una ...! sobreentendiéndose el insulto
a la madre. La elisión de la /d/ y la desaparición del hiato son típicas del
habla del interior de la Argentina, donde la influencia de los dialectos
peninsulares ha sido más perdurable que en el habla porteña.
Amalaya = Del quechua, "quiera Dios" o "así sea".
En el peculiar dialecto de Patoruzú, se usa para denotar sorpresa.
Canejo = Lunfardo, deformación eufemística de "carajo".
Chei = Del mapudungun che, "gente", el mismo origen que el
lunfardo "che".
Conchabo = Arcaísmo del español americano, "acordar,
especialmente en secreto". En Argentina tiene a veces el uso de
concertar un trabajo. Posiblemente del latín conclavari, "encerrarse
bajo llave".
Fiero = Feo. Metaplasmo que une la fealdad con la fiereza de la bestia
salvaje.
Gurí / Gurisa = Del guaraní, "niño" o "joven".
¡Huija! = Interjección de origen desconocido, empleada para arrear el
ganado. Patoruzú la usa como exclamación de alegría.
Jue' pucha = Apócope de hijo de pucha, mostrando la misma tendencia
antihiática ya mencionada.
Mandinga = Uno de los pocos vocablos de origen africano constatado en
el lunfardo, los malé o mandinga eran una tribu sudanesa apreciada por los
tratantes de esclavos por su fiereza y fuerza física. Con mezclados
admiración y desprecio, el lunfardo usa su nombre para mentar al diablo.
Patacones = Arcaísmo por dinero; era el nombre de la moneda de plata
de una onza en la época colonial.
Po = Apócope de pues, usado como muletilla, una práctica frecuente en
el español patagónico y chileno.
Sotreta = "Bribón" o "rufián", por extensión de su
sentido original de caballo inútil o de mala intención.
Tata = "Padre", del quechua.
|
HOMENAJES
“En un rincón de Buenos Aires puede verse a un superdotado tirar
centros para cabecearlos él mismo, provocar tornados con su soplido, detener
enemigos con las boleadoras, etc.
El que quiera presenciar tal espectáculo debe
dirigirse al predio de la calle Cochabamba, entre Sarandí y Combate de los
Pozos, en San Cristóbal (Ciudad de Buenos Aires), donde existe una plaza en
homenaje al superhéroe argentino por excelencia, y al género de la historieta
en general.
En realidad, la plaza se llama "Francisco Canaro", pero
los murales, con los personajes más clásicos de las historietas creadas por el
dibujante y guionista Dante Quinterno, son una de las principales atracciones
del lugar. Fueron realizados por dibujantes de la editorial Universo (empresa
que edita "Patoruzú") y arquitectos de la empresa Autopistas Urbanas,
supervisados por el propio Quinterno.
La plaza tiene una fuente, un anfiteatro,
mesas de ajedrez, areneros, y juegos para todos los chicos (incluso para los
que tienen capacidades diferentes).
Los niños están atentamente cuidados desde
inmensos murales por el cacique patagónico Patoruzú, el rico, poderoso,
generoso e ingenuo indio tehuelche, verdadero paladín de la justicia que surgió
de la creatividad de Quinterno y se ganó la admiración de los innumerables
lectores de sus historietas. Pero también están Isidoro Cañones (aquel play boy
de la noche porteña que compartía sus andanzas con su fiel y seguidora
compañera Cachorra), y por el resto de los personajes de Dante Quinterno: o sea
los hermanos de Patoruzú (Upa y Patora), la nodriza (la Chacha), el coronel
Urbano Cañones, el capataz Ñancul y el fiel caballo Pampero. También hay otros murales
en donde están las figuras de Isidorito y Patoruzito.”
Extraído de http://www.todohistorietas.com.ar
Comandante Piedrabuena (240 km de Rio Gallegos)
cuenta con un nuevo espacio de recreación para los más chiquitos con la
temática de personajes de historietas como Patoruzú e Isidoro Cañones.
El nuevo
Parque Temático Infantil “Dante Quinterno” rinde homenaje al creador de
varios personajes de historietas que han invitado a la lectura y recreación de
tantos niños y adolescentes.
Dante Quinterno es el creador de personajes como
Patoruzú, Don Fierro e Isidoro Cañones, los que son la inspiración de esta
nueva atracción turística en la ciudad.
Escultura
de Isidoro Cañones, que integra el recorrido turístico del barrio de San
Telmo, Paseo de la Historieta, en la intersección de la esquina de
Balcarce y Chile, Buenos Aires.
Dirección: José Luis Massa
Género: Animación
País: Argentina
Intérpretes
(voces): Dady Brieva (Isidoro Cañones), Luciana Salazar (Cachorra), Gustavo
Bonfigli (Coronel Cañones), Sebastián Costa (Manuel), Mariano Chiesa (Leandro
Maldonado), Miguel del Sel (Capitán Metralla).
Sinopsis: El Coronel Urbano Cañones, echa de la casa
por vago a Isidoro y le adelanta su herencia. EI lo festeja a su manera y sale
a recorrer el mundo con sus amigos, hasta que, poco después, se queda sin
dinero. Al mismo tiempo, victima de una trampa, el Coronel Urbano Cañones es
encerrado por traición a la patria. El Capitán Metralla, amigo del Coronel,
convoca a Isidoro para resolver la situación. Isidoro acepta el desafío,
consciente de que es la única forma de recuperar su herencia. Así, con la ayuda
deCachorra, su más fiel amiga, se convertirán en los más divertidos agentes
secretos para recuperar de un lejano reino oriental la fórmula del
biocombustible más poderoso del mundo, y salvar la honra de su Tío.
Para saber más visita http://www.todohistorietas.com.ar/quinterno.htm
FUENTES:
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