Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

miércoles, 30 de octubre de 2024

30 DE OCTUBRE DE 1910 NACÍA MIGUEL HERNÁNDEZ GILABERT

 

Amor, Lucha y Poesía: La

 Vida  Trágica de Miguel

 Hernández




Miguel Hernández Gilabert, nació el 30 de octubre de 1910 en Orihuela, Alicante.

Fue un poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36, Miguel Hernández mantuvo una mayor proximidad con la generación del 27.

Su vida estuvo marcada por su compromiso político y su participación activa en la Guerra Civil Española.

Hernández fue el tercer hijo de Miguel Hernández Sánchez y Concepción Gilabert.

El matrimonio tuvo siete hijos, de los que sólo sobrevivieron cuatro: Vicente, Elvira, Miguel y Encarnación.

Su familia se dedicaba a la cría de ganado caprino, lo que motivó que se trasladaran de la casa donde Miguel nació (calle San Juan, n.º 82) a una más grande y acorde con el negocio familiar (calle de Arriba, n.º 73), ubicada en las afueras y convertida en casa museo.

Su padre aspiraba a ascender socialmente, logrando ser nombrado «alcalde de barrio»; su madre, por su parte, era una mujer enfermiza (padecía bronquitis crónica) y a menudo debía guardar cama.

Miguel desde joven, trabajó con su padre en el pastoreo de cabras y comenzó su educación formal a los nueve años en un colegio religioso.


Miguel y sus tres hermanos

Fue escolarizado desde 1915 hasta 1916 en el centro de enseñanza «Nuestra Señora de Monserrat».

Entre los años 1918 a 1923 recibió educación primaria en las escuelas del Amor de Dios.

En 1923 pasa a estudiar el bachillerato en el colegio de Santo Domingo de Orihuela, regentado por los jesuitas, que le proponen para una beca con la que continuar sus estudios, que su padre rechaza.

En 1925 abandonó los estudios por orden paterna para dedicarse en exclusiva al pastoreo. Mientras cuidaba el rebaño, Hernández leía con avidez y escribía sus primeros poemas.

Su interés por la literatura lo llevó a profundizar en la obra de algunos clásicos, como Garcilaso de la Vega o Luis de Góngora, que posteriormente tuvieron una marcada influencia en sus versos, especialmente en los de su etapa juvenil. También conoció la producción de autores como Rubén Darío o Antonio Machado. Participó en las tertulias literarias locales organizadas por su amigo Carlos Fenoll, y después con Ramón Sijé.

A pesar de las dificultades, su pasión por la lectura y la escritura nunca cesó, y a los veinte años se trasladó a Madrid en busca de oportunidades literarias.

Por entonces, el canónigo Luis Almarcha Hernández inició una amistad con Hernández y puso a disposición del joven poeta libros de San Juan de la Cruz, Gabriel Miró, Paul Verlaine y Virgilio entre otros.

Sus visitas a la biblioteca pública eran cada vez más frecuentes y empezó a formar un improvisado grupo literario junto a otros jóvenes de Orihuela en torno a la tahona de su amigo Carlos Fenoll.

Los principales participantes en aquellas reuniones eran, además de Hernández y del propio Carlos Fenoll, su hermano Efrén Fenoll, Manuel Molina y José Marín Gutiérrez, futuro abogado y ensayista que posteriormente adoptaría el seudónimo de «Ramón Sijé» y a quien Hernández dedicó su célebre Elegía.

Desde ese momento, Ramón Sijé se convirtió no solo en su amigo, sino también en su compañero de inquietudes literarias.

Los libros fueron su principal fuente de educación lírica, convirtiéndose en una persona totalmente autodidacta en este aspecto. Los grandes autores del Siglo de Oro: Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Pedro Calderón de la Barca, Garcilaso de la Vega y, sobre todo, Luis de Góngora, oficiaron como sus principales maestros.

Su primera incursión literaria como joven poeta se fecha hacia 1925, y es fiel reflejo de su compromiso con la sencillez del mundo rural que le rodea, el monte, el paisaje, los animales, la huerta, los árboles…. Es una poesía colorista, recargada, en donde se aprecia la influencia de la obra de Góngora y de Rubén Darío.

Miguel comienza publicando versos en revistas y diarios locales, como “El Pueblo de Orihuela”, “Voluntad” y “Destellos”, y posteriormente en el diario La Verdad de Murcia, donde ve la luz su primer libro poético con el apoyo moral y literario de su amigo Ramón Sijé (Pepe Marín) y financiero del sacerdote Luis Almarcha (425 pesetas de la época).

Su pasión creciente por la escritura le lleva a pensar en comprar una máquina de escribir y dejar de molestar así al vicario, que era quien le pasaba a limpio sus versos.

Eladio Belda, administrador del semanario social y agrario El Pueblo de Orihuela, le aconseja comprar una de segunda mano, portátil, de la marca Corona, cuyo precio es de 300 pesetas.

El joven Miguel

Miguel Hernández estrena su máquina de escribir el 20 de marzo de 1931. A partir de entonces, subirá cada mañana al monte, hasta la Cruz de la Muela, con el hatillo al hombro y la máquina de escribir para componer poemas hasta altas horas de la tarde.​

En 1931, la ciudad de Elche (Orfeón ilicitano) le concede su primer y único premio poético, y a finales de dicho año realiza su primer desplazamiento a Madrid, llenó de ilusión, inocente esperanza y necesidad de aventura. El fracaso de este primer viaje le obliga a volver al pueblo con la desilusión debajo del brazo, pero con la certeza de que la poesía es en su vida un camino sin retorno.


Miguel Hernández en la revista «Estampa», Madrid 22 de febrero de 1932.

En 1933 publica "Perito en Lunas", que no obtiene el respaldo esperado, y a partir de 1934 visitará Madrid en varias ocasiones, hasta establecerse allí en 1935 en busca del reconocimiento que se le resiste, conocedor de que es en la capital donde se concentra la flor y nata de la literatura del momento.

Ya había conocido con anterioridad a Federico García Lorca, e irá conociendo en la capital a Rafael Alberti, Vicente Aleixandre y Pablo Neruda, pero todavía arrastra la influencia católica de su amigo Sijé, y su producción literaria mantiene un marcado acento religioso.

En otoño de ese mismo año inicia oficialmente sus relaciones con Josefina Manresa.





En esta época, entre 1933 y 1935, Miguel publica en la revista madrileña “Cruz y Raya”, de José Bergamín, y en la oriolana “El Gallo Crisis”, que dirige su amigo Sijé.

Escribe el auto sacramental “Quien te ha visto y quien te ve, y sombra de lo que eras”, inspirado por la espiritualidad de Calderón, pero, después de varios viajes a Madrid, pronto empieza a asumir como propia la influencia literaria e ideológica de Neruda y de “La Escuela de Vallecas” (la pintora Maruja Mallo, y los artistas Benjamín Palencia y Alberto Sánchez).

Miguel estabiliza durante ese año su presencia en Madrid al conseguir trabajo en la edición de la enciclopedia “Los Toros”, que el empresario José María de Cossío prepara para Espasa-Calpe, y se adentra en la élite literaria de la Generación del 27 de la mano de Neruda y Aleixandre principalmente, que lo arropan como a un hermano menor.

El poeta oriolano consolida su nueva personalidad al descubrir y asumir un nuevo mundo literario e ideológico. Rompe con sus creencias religiosas y evidencia su distanciamiento conceptual respecto de su amigo Sijé.

Escribe en esta época “Los hijos de la piedra”, influido por la estética del Grupo de Vallecas, y va madurando personal y literariamente en el marco de un entorno cultural que le cautiva.

De hecho, la aparición del libro de Aleixandre “La destrucción o el amor” causa en Miguel un enorme impacto, y le da pie para adentrarse en uno de los grandes temas hernandianos, el amor.

La suma de influjos, sobre todo de los clásicos religiosos, como San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, y también de Quevedo, así como de los contemporáneos, como el futuro premio Nobel Vicente Aleixandre, darán como resultado “El rayo que no cesa”, un conjunto de sonetos amorosos que constituye uno de los poemarios más bellos de la obra hernandiana.

El ambiente cultural de cambio hace mella en el poeta, y ello influye en un progresivo distanciamiento afectivo respecto de Josefina, al tiempo que se le relaciona con la poetisa murciana María Cegarra, y con la pintora Maruja Mallo.

A finales de año recibe el mazazo de la muerte de su querido amigo Ramón Sijé, y ello tiene como resultado literario una de las elegías más profundas, dramáticas y desgarradoras de la literatura española, la "Elegía" a Ramón Sijé


Miguel Hernández en la Gran Vía de Madrid con su hermana Elvira y su sobrina.

En el año 1936 Miguel es ya un hombre ideológicamente maduro y políticamente comprometido. Con el estallido de la Guerra Civil, el poeta se alista en el Ejército de la República, y es nombrado comisario cultural en el frente.




Se integra en el 5º Regimiento a las órdenes de “El Campesino”, y combate en los frentes de Madrid, Andalucía, Extremadura y Aragón.

En las trincheras conoce al brigadista cubano Pablo de la Torriente, a quien dedica una elegía tras su muerte.


Miguel Hernández con Josefina Manresa en Jaén, en marzo de 1937.

El 9 de marzo de 1937 contrae matrimonio civil con Josefina Manresa y posteriormente (septiembre del mismo año) realiza un viaje a Rusia como integrante de la delegación española enviada por el Gobierno de la República para asistir al V Festival de Teatro Soviético.

Miguel se convierte en esta época en un poeta de trinchera, social y políticamente comprometido, y ello se refleja en su poesía.

En el año 1937, contrajo matrimonio con Josefina Manresa, y juntos enfrentaron las adversidades de la guerra y la posterior represión franquista. 

En 1937 publica “Viento del Pueblo” (dedicado a Vicente Aleixandre), todo un ejemplo de poesía heroica de exaltación popular.

1939

En el año 1939 publica “El hombre acecha”, se vuelve más intimista, y refleja las miserias humanas catapultadas por el dolor, la guerra y el odio. Miguel se repliega sobre sí mismo, y son la soledad y la muerte las que marcan la pauta de su poesía.

La última etapa de la vida de Miguel fue un cúmulo de despropósitos que convirtió su existencia en un auténtico calvario.

Su primer hijo, Manuel Ramón, murió en otoño de 1938 lo que lo afectó enormemente.

 La guerra estaba prácticamente perdida, y el miedo a la muerte y a la represión era más que patente en la época.

Es una época de amargura, tan sólo aliviada por la noticia del nacimiento de su segundo hijo, Manuel Miguel.

Su vía crucis personal comienza cuando, finalizada la guerra, intenta escapar a pie por la frontera portuguesa.

En el año 1939 es detenido y llevado a la comisaría de Rosal de la Frontera, su primera cárcel. Miguel sufre vejaciones, humillaciones y torturas, e inicia un recorrido carcelario que le lleva a las prisiones de Huelva, Sevilla, Torrijos (Madrid), Orihuela, de nuevo Madrid, Palencia, Ocaña y Alicante.


Certificado de defunción de Miguel Hernández, el 28 de marzo de 1942.



Miguel es condenado a muerte, y posteriormente se le conmutó la pena por la de 30 años de prisión gracias a gestiones de amigos como Neruda, .

A esta etapa pertenece su “Cancionero y Romancero de Ausencias”, un conjunto poético marcado por la amargura, la soledad y el intimismo.

En cautiverio, Miguel escribe hermosísimos poemas, como “Nanas de la cebolla”, dedicado a su hijo.

El poema es todo un canto de esperanza y de libertad lanzado al mundo desde una realidad de muerte.

A pesar de las tremendas penalidades físicas padecidas en cautiverio, Miguel Hernández mantuvo siempre una integridad personal y una dignidad moral dignas de elogio (una simple carta de renuncia de sus convicciones políticas y de adhesión al nuevo régimen le hubieran permitido salir de la cárcel y recibir tratamiento médico en un sanatorio).


Elvira Hernández, hermana de Miguel, visita la tumba de su hermano




Miguel Hernández  murió el 28 de marzo de 1942 a causa de tuberculosis en el penal de Alicante, dejando un legado literario que incluye obras notables como El rayo que no cesa y Viento del pueblo

LEGADO Y HOMENAJES


Busto de Miguel Hernández en el Paseo de los Poetas, el Rosedal de Buenos Aires.

El poeta es hoy en día una referencia ineludible de las letras españolas por su valor literario y humano.

Su obra y su ejemplo de vida son reflejo de los grandes valores universales del ser humano: la lucha por la libertad, la justicia social y la solidaridad, ello unido a conductas ante la vida basadas en la sencillez, el esfuerzo personal continuo, el autodidactismo y el compromiso con los más desfavorecidos.

Hernández es considerado un símbolo del compromiso social y político en la literatura española. Su obra ha sido reconocida por su profundidad emocional y su conexión con las luchas del pueblo español durante tiempos difíciles. Su vida y trabajo continúan siendo objeto de estudio y admiración hasta hoy.


POEMAS

 

Vals de los enamorados y unidos hasta siempre

 

No salieron jamás

del vergel del abrazo.

Y ante el rojo rosal

de los besos rodaron.

 

Huracanes quisieron

con rencor separarlos.

Y las hachas tajantes

y los rígidos rayos.

 

Aumentaron la tierra

de las pálidas manos.

Precipicios midieron,

por el viento impulsados

entre bocas deshechas.

Recorrieron naufragios,

cada vez más profundos

en sus cuerpos sus brazos.

 

Perseguidos, hundidos

por un gran desamparo

de recuerdos y lunas

de noviembres y marzos,

aventados se vieron

como polvo liviano:

aventados se vieron,

pero siempre abrazados.

 

LA CARTA

El palomar de las cartas

abre su imposible vuelo

desde las trémulas mesas

donde se apoya el recuerdo,

la gravedad de la ausencia,

el corazón, el silencio.

 

Oigo un latido de cartas

navegando hacia su centro.

 

Donde voy, con las mujeres

y con los hombres me encuentro,

malheridos por la ausencia,

desgastados por el tiempo.

 

Cartas, relaciones, cartas:

tarjetas postales, sueños,

fragmentos de la ternura,

proyectados en el cielo,

lanzados de sangre a sangre

y de deseo a deseo.

 

Aunque bajo la tierra

mi amante cuerpo esté,

escríbeme a la tierra

que yo te escribiré.

 

En un rincón enmudecen

cartas viejas, sobres viejos,

con el color de la edad

sobre la escritura puesto.

Allí perecen las cartas

llenas de estremecimientos.

Allí agoniza la tinta

y desfallecen los pliegos,

y el papel se agujerea

como un breve cementerio

de las pasiones de antes,

de los amores de luego.

 

Aunque bajo la tierra

mi amante cuerpo esté,

escríbeme a la tierra,

que yo te escribiré.

 

Cuando te voy a escribir

se emocionan los tinteros:

los negros tinteros fríos

se ponen rojos y trémulos,

y un claro calor humano

sube desde el fondo negro.

Cuando te voy a escribir,

te van a escribir mis huesos:

te escribo con la imborrable

tinta de mi sentimiento.

 

Allá va mi carta cálida,

paloma forjada al fuego,

con las dos alas plegadas

y la dirección en medio.

Ave que sólo persigue,

para nido y aire y cielo,

carne, manos, ojos tuyos,

y el espacio de tu aliento.

 

Y te quedarás desnuda

dentro de tus sentimientos,

sin ropa, para sentirla

del todo contra tu pecho.

 

Aunque bajo la tierra

mi amante cuerpo esté,

escríbeme a la tierra

que yo te escribiré.

 

Ayer se quedó una carta

abandonada y sin dueño,

volando sobre los ojos

de alguien que perdió su cuerpo.

Cartas que se quedan vivas

hablando para los muertos:

papel anhelante, humano,

sin ojos que puedan serlo.

 

Mientras los colmillos crecen,

cada vez más cerca siento

la leve voz de tu carta

igual que un clamor inmenso.

La recibiré dormido,

si no es posible despierto.

Y mis heridas serán

los derramados tinteros,

las bocas estremecidas

de rememorar tus besos,

y con su inaudita voz

han de repetir: te quiero.

 

MENOS TU VIENTRE

Menos tu vientre

todo es confuso.

 

Menos tu vientre

todo es futuro

fugaz, pasado

baldío, turbio.

 

Menos tu vientre

todo es oculto,

menos tu vientre

todo inseguro,

todo postrero

polvo sin mundo.

 

Menos tu vientre

todo es oscuro,

menos tu vientre

claro y profundo.

 

Cancionero y romancero de ausencias

1938-1941

 

EL PEZ MÁS VIEJO DEL RIO

EL pez más viejo del río

de tanta sabiduría

como amontonó, vivía

brillantemente sombrío.

Y el agua le sonreía.

 

 

 

Tan sombrío llegó a estar

(nada el agua le divierte)

que después de meditar,

tomó el camino del mar,

es decir, el de la muerte.

 

 

 

Reíste tú junto al río

niño solar. Y ese día

el pez más viejo del río

se quitó el aire sombrío.

Y el agua te sonreía.

 

 

 

Cancionero y romancero de ausencias

1938-1941

 

LA BOCA

 

Boca que arrastra mi boca:

boca que me has arrastrado:

boca que vienes de lejos

a iluminarme de rayos.

 

Alba que das a mis noches

un resplandor rojo y blanco.

Boca poblada de bocas:

pájaro lleno de pájaros.

Canción que vuelve las alas

hacia arriba y hacia abajo.

Muerte reducida a besos,

a sed de morir despacio,

das a la grama sangrante

dos fúlgidos aletazos.

El labio de arriba el cielo

y la tierra el otro labio.

 

Beso que rueda en la sombra:

beso que viene rodando

desde el primer cementerio

hasta los últimos astros.

Astro que tiene tu boca

enmudecido y cerrado

hasta que un roce celeste

hace que vibren sus párpados.

 

Beso que va a un porvenir

de muchachas y muchachos,

que no dejarán desiertos

ni las calles ni los campos.

 

¡Cuánta boca enterrada,

sin boca, desenterramos!

 

Beso en tu boca por ellos,

brindo en tu boca por tantos

que cayeron sobre el vino

de los amorosos vasos.

Hoy son recuerdos, recuerdos,

besos distantes y amargos.

 

Hundo en tu boca mi vida,

oigo rumores de espacios,

y el infinito parece

que sobre mí se ha volcado.

 

He de volverte a besar,

he de volver, hundo, caigo,

mientras descienden los siglos

hacia los hondos barrancos

como una febril nevada

de besos y enamorados.

 

Boca que desenterraste

el amanecer más claro

con tu lengua. Tres palabras,

tres fuegos has heredado:

vida, muerte, amor. Ahí quedan

escritos sobre tus labios.

 

 

FUENTES

https://www.argentina.gob.ar/noticias/miguel-hernandez-el-poeta-del-pueblo

https://uruguayeduca.anep.edu.uy/efemerides/430

https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Hern%C3%A1ndez

https://www.fundacioncnse.org/miguelhernandez/carta.php

https://www.cervantesvirtual.com/portales/miguel_hernandez/biografia/

https://www.zendalibros.com/miguel-hernandez-primer-poeta-de-espana/

 

 


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