un genio del arte picTOrico
universal
El Greco, cuyo nombre real era
Doménikos Theotokópoulos en italiano y
español como Dominico Greco nació en Candia, entonces parte de la República de
Venecia y ahora conocida como Heraklion, en la isla de Creta, Grecia el 1 de
octubre de 1541 conocido como el Greco («el griego»).
Doménikos Theotokópoulos,
conocido mundialmente como El Greco, fue un destacado pintor renacentista y uno
de los grandes maestros de la pintura española. Desarrolló un estilo artístico único y visionario que dejó una marca
indeleble en la historia del arte.
Descendiente de una próspera
familia. Su padre, Geórgios Theotokópoulos, fue comerciante y recaudador de
impuestos.
No se sabe nada sobre su madre
o su primera esposa, también griega.
Su hermano mayor, Manoussos
Theotokópoulos, también fue un rico comerciante y pasó los últimos años de su
vida en la casa en Toledo de El Greco.
A lo largo de su vida, El
Greco vivió en diversas ciudades europeas y finalmente se estableció en Toledo,
España, donde creó muchas de sus obras más conocidas.
Desde temprana edad, mostró un
talento innato para el arte y comenzó a estudiar pintura en Creta. Se cree que
recibió influencias de la escuela de iconografía bizantina que era prominente
en la región.
En el año 1566, a la edad de
25 años, El Greco se trasladó a Venecia, Italia, un importante centro artístico
de la época.
Allí, estudió bajo la tutela
de maestros venecianos y desarrolló su estilo, que reflejaba la rica tradición
artística de Venecia. Realizó retratos y obras religiosas en esta etapa,
mostrando un dominio de la técnica y el color.
Adopta el nombre artístico "El
Greco" (que significa "El Griego") en referencia a su origen
griego.
En diciembre de 1566, el Greco
pidió permiso a las autoridades venecianas para vender una «tabla de la Pasión
de Cristo ejecutada sobre fondo de oro» en una subasta.
Este icono bizantino del joven
Doménikos fue vendido por el precio de 70 ducados de oro, igual valor que una
obra de Tiziano o Tintoretto de la misma época
Entre 1570 y 1577, El Greco se
estableció en Roma, donde continuó su formación artística.
Entró en contacto con las
obras maestras del Renacimiento italiano.
En esta etapa, experimenta con
una variedad de estilos y se familiariza con la obra de artistas renombrados
como Miguel Ángel y Rafael.. Su estilo comenzó a evolucionar.
Realizó varias obras
influenciadas por el estilo veneciano de la época, incluyendo retratos y obras
religiosas.
El Greco llegó a Toledo, España, donde pasaría la mayor parte de su vida y desarrollaría su estilo característico.
Toledo era un centro religioso
y cultural importante, y El Greco encontró numerosos encargos para pinturas
religiosas y retratos en esta ciudad.
En 1576 el artista abandonó
Roma y tras pasar por Madrid llegó a Toledo en la primavera o quizá en julio de
1577. Fue en esta ciudad donde produjo sus obras de madurez.
El Greco no planeaba establecerse en Toledo, pues su objetivo era obtener el favor de Felipe II y hacer carrera en la corte.
Toledo, además de ser la
capital religiosa de España, por aquella época era también una de las ciudades
más grandes de Europa.
Los primeros encargos
importantes en Toledo le llegaron de inmediato: el retablo mayor y dos
laterales para la iglesia de Santo Domingo el Antiguo de Toledo.
La
Asunción de la Virgen
La
Trinidad
A estos retablos pertenecen La
Asunción de la Virgen (Art Institute de Chicago) y La
Trinidad (Museo del Prado). También le contrataron simultáneamente El
expolio, para la sacristía de la catedral.
En La Asunción, basada en la
composición de la Asunción de Tiziano (iglesia de Santa María dei Frari,
Venecia), aparece el estilo personal del pintor, pero el planteamiento es
plenamente italiano.
También hay referencias al
estilo escultural de Miguel Ángel en La Trinidad, de tintes renacentistas italianos
y un marcado estilo manierista.
Las figuras son alargadas y
dinámicas, dispuestas en zigzag. Sorprende el tratamiento anatómico y humano a
figuras de carácter divino, como Cristo o los ángeles. Los colores son ácidos,
incandescentes y mórbidos y, junto con un juego de luces en contraste, dotan a
la obra de un aire místico y dinámico.
El giro hacia un estilo
personal, diferenciándose de sus maestros, comienza a surgir en su trabajo,
utilizando colores menos convencionales, agrupamientos más heterodoxos de
personajes y proporciones anatómicas únicas.
El
martirio de San Mauricio
El martirio de San Mauricio
(1580-82). Encargado por Felipe II para el monasterio de El Escorial, el cuadro
no gustó al monarca.
Estas obras establecerían la
reputación del pintor en Toledo y le dieron gran prestigio.
Tuvo desde el principio la confianza de Diego de Castilla, así como clérigos e intelectuales de Toledo que reconocieron su valía.
El expolio- Catedral de Toledo
Pero en cambio, sus relaciones comerciales con sus
clientes fueron desde el inicio complicadas a causa del pleito sobre el valor
de El expolio, pues el cabildo de la catedral lo valoró en mucho menos de lo
que pretendía el pintor.
El
martirio de San Mauricio y la legión tebana
En la Alegoría mostró su
capacidad para combinar complejas iconografías políticas con motivos ortodoxos
medievales.
Ninguna de estas dos obras gustó al rey, por lo que no le hizo más encargos.
Faltándole el favor real, el Greco decidió permanecer en Toledo, donde había sido recibido en 1577 como un gran pintor.
Poco se sabe de la mujer de El Greco. Conocemos su nombre, Jerónima de las Cuevas y que le dio al genial pintor su único hijo, Jorge Manuel nacido en 1578 (un año después de su llegada a Toledo).
A partir de aquí todo son conjeturas, excepto que no llegaron a casarse.
Algunos estudiosos, entre lo que se encuentra Gregorio Marañón, creen que murió pronto (puede que incluso durante el parto).
Otra hipótesis, recogida
por el mismo autor, es que al tener un hijo fuera del matrimonio, pasara el
resto de sus días recluida en un convento.
Para defender estas teorías se apoyan, entre otros datos, en la ausencia de cualquier rastro femenino en el inventario de su hogar hecho poco después de su muerte.
Sobre el linaje de doña Jerónima volvemos al terreno de las especulaciones. Para unos se trataba de una mujer de alta alcurnia mientras que para otros, era de sangre morisca.
Se cree que Jerónima de las Cuevas fue retratada en el cuadro La dama de armiño, único retrato no religioso en el representa a una mujer.
Hay autores que defienden la teoría de que este cuadro no pertenece al Greco sino a Alonso Sánchez Coello o incluso a Tintoretto y que podría tratarse de la Duquesa de Béjar.
El 10 de septiembre de 1585
arrendó tres habitaciones en un palacio del marqués de Villena, que estaba
subdividido en apartamentos. Allí residió, salvo el periodo entre 1590 y
1604, el resto de su vida.
En 1585 está documentada la presencia de su ayudante en el periodo romano, el pintor italiano Francisco Preboste, y había establecido un taller capaz de producir retablos completos, es decir, pinturas, escultura policromada y marcos arquitectónicos de madera dorada.
El 12 de marzo de 1586 obtuvo el encargo de El entierro del conde de Orgaz, hoy su obra más conocida.
El cuadro, realizado para la iglesia de Santo Tomé en Toledo, se encuentra todavía en su lugar.
Muestra el sepelio de un noble toledano en 1323, que según una leyenda local fue enterrado por los santos Esteban y Agustín.
El pintor representó en la comitiva de forma anacrónica a personajes locales de su tiempo, incluyendo también a su hijo. En la parte superior, el alma del muerto asciende al cielo, densamente poblado de ángeles y de santos.
El entierro del
conde de Orgaz muestra ya su característica elongación longitudinal de las
figuras, así como el horror vacui (miedo al vacío), aspectos que se harían cada
vez más acusados a medida que el Greco envejecía. Estos rasgos provenían del
manierismo, y persistieron en el trabajo del Greco aunque habían sido
abandonados por la pintura internacional algunos años antes.
También el pago de este cuadro motivó otro pleito: el precio en que fue tasado, 1200 ducados, pareció excesivo al párroco de Santo Tomé, que solicitó una segunda tasación estableciéndose en 1600 ducados.
El párroco solicitó entonces que no se tuviera en cuenta esta segunda tasación, aceptando el Greco cobrar solo 1200 ducados.
Los litigios sobre el precio de sus obras importantes fueron una característica constante en la vida profesional del Greco y han dado lugar a numerosas teorías para explicarlo.
A partir de 1580 pintó temas religiosos, entre los que destacan sus lienzos sobre santos:
San Juan Evangelista y San Francisco (h. 1590-1595, Madrid, colección particular),
Las lágrimas de san Pedro, La Sagrada familia (1595, Toledo, Hospital Tavera),
San Andrés y San Francisco (1595, Madrid, Museo del Prado)
y San Jerónimo (principios del siglo xvii d. C., Madrid, colección particular)
San Jerónimo (h. 1600). Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Otro san Jerónimo fechado en 1600 de gran calidad se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, comparable solo con el conservado en la National Gallery de Escocia.
También
realizó retratos como El caballero de la mano en el pecho (1585, Madrid, Museo
del Prado).
La crucifixión, del colegio de
María de Aragón (1597-1600). Esta iconografía habitual fue concebida con sus
figuras alargadas en una atmósfera nocturna y claustrofóbica.
Desde 1596 se produjo un gran aumento de encargos que se mantuvo hasta su muerte.
Las razones son varias: la reputación alcanzada por el artista en los años anteriores, el prestigio y amistad con un grupo de mecenas locales que le proporcionaron con regularidad encargos importantes y también, desde 1600, la participación en el taller de su hijo Jorge Manuel, que consiguió encargos en los pueblos cercanos a Toledo.
La última década del siglo xvi d. C. fue un periodo crucial en su arte pues en
él se desarrolló su estilo tardío.
Aunque le habían fallado los mecenas que inicialmente buscó, el rey Felipe II y la catedral, que le hubiesen proporcionado un cargo seguro y lucrativo, al final encontró sus mecenas en un grupo de hombres de iglesia cuyo objetivo era propagar la doctrina de la Contrarreforma, pues la carrera del Greco coincidió con el momento de la reafirmación católica contra el protestantismo propiciada por el Concilio de Trento, siendo el centro oficial del catolicismo español la Archidiócesis de Toledo.
Así, el Greco ilustró las ideas de la Contrarreforma, como se comprueba en su repertorio de temas: representaciones de santos, tal como defendía la Iglesia como intercesores de los hombres ante Cristo; penitentes que remarcaban el valor de la confesión que rechazaban los protestantes; la glorificación de la Virgen María, igualmente puesta en entredicho por los protestantes; por el mismo motivo se resaltaban los cuadros sobre la Sagrada Familia.
El Greco fue un artista que sirvió a los ideales de la Contrarreforma mediante el diseño de retablos que exponían y resaltaban las principales devociones católicas.
La fama del pintor atrajo a muchos clientes que solicitaban réplicas de sus obras más conocidas.
Estas copias realizadas en grandes cantidades por su taller, hoy todavía crean confusión en su catálogo de obras auténticas.
Se ven las dos pinturas
todavía in situ de El Greco: "San José con el Niño Jesús" y "La
Coronación de la Virgen" en la parte superior.
En 1597 se comprometió con otro
importante trabajo, tres retablos para una capilla privada de Toledo dedicada a
san José. A estos retablos pertenecen los cuadros San José con el Niño Jesús,
San Martín y el mendigo y la Virgen con el Niño y las santas Inés y Martina.
Sus figuras son cada vez más alargadas y retorcidas, sus cuadros más estrechos
y altos, su interpretación personalísima del manierismo alcanza su
culminación.
Retablo
Central y Retablos Laterales del Santuario de Nuestra Señora de la Caridad.
A través de su hijo, en 1603 consiguió un nuevo contrato para realizar el retablo del Hospital de la Caridad de Illescas.
Por razones desconocidas aceptó que la tasación final fuera realizada por tasadores nombrados por el Hospital. Estos fijaron un precio muy reducido de 2410 ducados, lo que provocó un largo pleito que llegó hasta la Cancillería Real de Valladolid y al Nuncio papal de Madrid.
El litigio terminó en 1607 y, aunque se hicieron tasaciones intermedias entorno de los 4000 ducados, al final se pagó una cantidad similar a la establecida inicialmente.
El varapalo de Illescas afectó gravemente a la economía del Greco, que tuvo que
recurrir a un préstamo de 2000 ducados de su amigo Gregorio de Angulo.
A finales de 1607, el Greco se ofreció a terminar la capilla de Isabel de Oballe, que había quedado inconclusa por el fallecimiento del pintor Alessandro Semini. El artista, ya con 66 años, se comprometió sin gastos complementarios a corregir las proporciones del retablo y a sustituir una Visitación.
La Inmaculada Concepción para esta capilla es una de sus grandes obras tardías, los alargamientos y los retorcimientos nunca antes habían sido tan exagerados o tan violentos, la forma alargada del cuadro concuerda con las figuras que se elevan hacia el cielo, lejos de las formas naturales
Sus últimos retablos importantes incluyeron un retablo mayor y dos laterales para la capilla del Hospital Tavera, siendo contratado el 16 de noviembre de 1608 con un plazo de ejecución de cinco años. El quinto sello del Apocalipsis, lienzo para uno de los retablos laterales, muestra el genio del Greco en sus últimos años.
En agosto de 1612, el Greco y su hijo acordaron con las monjas de santo Domingo el Antiguo contar con una capilla para el enterramiento familiar.
Para ella, el artista realizó La Adoración de los pastores.
Es una obra maestra en todos sus detalles: los dos pastores de la derecha son muy alargados, las figuras manifiestan el estupor y la adoración de forma conmovedora.
La luz destaca dando a cada personaje
importancia en la composición. Los colores nocturnos son brillantes y con
fuertes contrastes entre el rojo anaranjado, el amarillo, el verde, azul y
rosa.
El 7 de abril de 1614 falleció con setenta y tres años, siendo enterrado en Santo Domingo el Antiguo.
Unos días después, Jorge Manuel realizó un primer inventario de los pocos bienes de su padre, incluyendo las obras terminadas y en ejecución que se hallaban en el taller.
Posteriormente, con motivo de su segundo matrimonio en 1621, Jorge Manuel realizó un segundo inventario donde se incluyeron obras no registradas en el primero.
El panteón debió ser trasladado antes de 1619 a San Torcuato,
debido a una disputa con las monjas de Santo Domingo, y fue destruido al
demolerse la iglesia en el siglo xix d. C..57
Su vida, llena de orgullo e independencia, siempre tendió al afianzamiento de su particular y extraño estilo, evitando las imitaciones. Coleccionó volúmenes valiosos, que formaron una maravillosa biblioteca. Un contemporáneo lo definió como un «hombre de hábitos e ideas excéntricos, tremenda determinación, extraordinaria reticencia y extrema devoción». Por estas u otras características, fue una voz respetada y un hombre celebrado, convirtiéndose en un artista incuestionablemente español. Fray Hortensio Félix Paravicino, predicador y poeta del siglo xvii d. C. español, escribió de él, en un conocido soneto: «Creta le dio la vida, y los pinceles / Toledo mejor patria, donde empieza / a lograr con la muerte eternidades»
Siglos posteriores: Aunque durante su vida no obtuvo el reconocimiento generalizado que merecía, su trabajo fue redescubierto y apreciado en el siglo XIX por artistas y críticos románticos.
Hoy en día, El Greco es considerado uno de los grandes maestros de la pintura del Renacimiento y un precursor del arte barroco.
Sus obras se exhiben en
museos de todo el mundo, y su influencia perdura en la historia del arte.
Sellos postales
Estatua de El Greco. Sitges,
Cataluña, España
http://www.xn--espaaescultura-tnb.es/
https://www.buscabiografias.com/
https://www.biografiasyvidas.com/
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