Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

martes, 11 de noviembre de 2025

11 DE NOVIEMBRE DE 1939 NACÍA GRACIELA BEATRIZ CABAL

 

" Narradora de Sueños y Realidades Infantiles"



Graciela Beatriz Cabal nació el 11 de noviembre de 1939 en el barrio de Barracas, Ciudad de Buenos Aires.

Fue una destacada escritora argentina de literatura infantil y juvenil, además de docente, editora y periodista.

Formación: Fue maestra normal y se graduó en Letras en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Inicio profesional: Se desempeñó como maestra y trabajó como editora en el Centro Editor de América Latina (CEAL), siendo secretaria de redacción de numerosas colecciones.

Escritora: Publicó más de 60 libros destinados a niños, jóvenes y adultos, convirtiéndose en una gran referente de la literatura infantil argentina del siglo XX.

Obras destacadas: Entre sus obras más reconocidas están el libro infantil

"Jacinto" (1977), que fue censurado durante la última dictadura cívico-militar argentina;

la serie "Cosas de chicos" (1985, junto a Graciela Montes);

y "Secretos de familia," que recibió el Premio Especial Ricardo Rojas en 1989.

 

Labor en fomento a la lectura: Fue presidenta de la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina (ALIJA) entre 1993 y 1995, promoviendo la creación de bibliotecas escolares y el acceso a la lectura en todo el país.

Periodismo y guionismo: Colaboró escribiendo guiones para televisión, como en el ciclo "Argentina Secreta."

Premio y reconocimientos: En 2004 recibió el Premio Konex - Diploma al Mérito por su labor en literatura infantil. Fue también distinguida con premios nacionales e internacionales a lo largo de su trayectoria.

Colaboración editorial y cultural: Cofundó y codirigió la revista "La Mancha" entre 1996 y 1998, además de coordinar talleres y proyectos de lectura a nivel nacional y local.

Murió el 23 de febrero de 2004 en Buenos Aires tras una larga enfermedad.

Graciela Cabal es recordada por su compromiso con la promoción de la lectura, la defensa del papel social de la mujer y por una obra literaria que combina humor e ironía para cuestionar estereotipos sociales, destinada a lectores de todas las edades.

Su legado incluye una vasta producción literaria y un fuerte aporte a la cultura educativa argentina.​


UN CUENTO DE GRACIELA CABAL


Gatos eran

los de antes

Graciela Beatriz Cabal

Ilustraciones de Eugenia Nobati y Luciana Fernández



Gatos eran los de antes

 

Graciela Beatriz Cabal

Ilustraciones de Eugenia Nobati y Luciana Fernández



Loquelo


Al señor Achával

gatero de Merlo






En el barrio de San Cristóbal era cosa sabida: Flor, la gatita de tres colores, era una gatita muy de su casa.

—¡Nada de andar por ahí, callejean do! ¡Mirá que se va a enterar tu padre! —le repetía siempre su mamá.



Pero no era necesario. Porque a Florcita, la calle... ni fu ni fa. Además ella a su papá no le tenía miedo

Entre otras cosas porque apenas si lo había visto

una que otra vez. 

Sabía, eso sí, que su papá era un gato muy renombrado y muy valiente, que se había animado a entrar a la Casa el día que Florcita nació y que le había traído de regalo una lauchita a cuerda.

Vengo a ver a mi hija”, dicen que dijo aquella noche, mientras asomaba su enorme cabezota amarilla por la puerta del patio.






Pero esa era historia pasada.

La cuestión es que Florcita a su papá no le tenía ni un poquito de miedo.

“Pero, por otra parte”, pensaba Florcita, “¿para qué voy a ir a la calle? ¿En la Casa no tengo todos los días mi leche tibia? ¿No tengo mi almohadón peludo, justo al lado de la ventana? Y sobre todo,

¿en la Casa no la tengo a mi mamá? Sí señor: todo lo que necesito en la vida lo tengo en la Casa”.


 

 

 

 


Cacique era un gato callejero. El más bravo de

todos los gatos bravos del mercado de Pichincha.

Por algo era Cacique, el Jefe.

Y aunque Cacique era blanco, y aunque jamás

hablara de su vida privada, se sabía de buena

fuente que era hijo del Viudo, un gato negro y

pendenciero que había llegado del Parque de los

Patricios.

 

 




—¡De tal palo tal astilla! —decían las gatas cuando lo veían pasar a Cacique, rengo y magullado, después de alguna gresca.

Cacique comía salteado y ya ni se acordaba del gusto de la leche.



Pero eso a él lo tenía sin cuidado.

Porque Cacique no había nacido para la vida regalada.

Él había nacido para el peligro y la aventura.

Y el peligro y la aventura sólo se encuentran en la calle.




Estaba escrito que, tarde o temprano, Cacique y

Flor se conocerían. Porque a Cacique le gustaba

recorrer, una y otra vez, las calles del barrio.

Y porque Florcita se pasaba las horas mirando por

la ventana de la casa.

Fue un amor a primera vista, un verdadero flechazo.


Y los amores a primera vista –dicen– cambian

mucho la vida de los gatos.

Florcita ya no se interesaba por su laucha a cuerda.

—¡Quiero ver una laucha de verdad! —le había

gritado a su mamá, que la miró asustada.


Florcita ya no se conformaba con mirar la calle desde la ventana.

Y cada día tenía los ojos más verdes y más brillantes.

Es que, ya se sabe: el amor envalentona mucho a

las gatitas de su casa.


Cacique también andaba con el paso cambiado.

Ya no encontraba ninguna diversión en perseguir

a los gatos del baldío.

Ya no le gustaba revolver los tachos de la basura.

Y varias veces, casi sin dar se cuenta, había

ronroneando mientras se restregaba contra las

piernas de Don Victorio, el carnicero.












No hay comentarios: