Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

miércoles, 22 de noviembre de 2023

22 DE NOVIEMBRE DIA INTERENACIONAL DE LA MUSICA

 

La MUsica es el

lenguaje universal de

la humanidad



El 22 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Música, como una fecha dedicada a todos los músicos y amantes de la música.

Esta fecha también se conoce como Día Internacional del Músico y en muchos países se celebra el 1 de octubre. Sirvan ambas fechas para rendir homenaje al arte de la música.

Posteriormente se establecieron otras fechas para la conmemoración del DIA DE LA MÚSICA se  supone que para despegarla de la fecha religiosa (Santa Cecilia) y ser abarcativa a todos los credos.

La UNESCO en 1975 estableció el Día Internacional de la Música el 1 de octubre, fecha se estableció para conmemorar sus diversas manifestaciones y su trascendencia a nivel internacional.  Seguramente

Su creación fue idea de Lord Yehudi Menuhin para promover la música entre todos los sectores de la sociedad y los ideales de paz y amistad entre los pueblos de la UNESCO; alentar el intercambio de experiencias y la apreciación mutua de sus valores estéticos; y promocionar las actividades de International Music Council, sus organizaciones internacionales miembros y comités nacionales, así como su política de programas en general.

Este día de celebración varía según el país, pero el motivo de festejo es el mismo. Algunos países europeos lo festejan el 22 de noviembre, pero en Francia se celebra el 21 de junio, mientras en Uruguay se celebra el 10 de octubre.

Sea cual sea la fecha es una oportunidad que se nos presenta para honrar a todos los músicos y los estilos que disfrutan y comparten todas las personas. El sentido es unir y compartir un mismo sentimiento a través de sus diversas manifestaciones artísticas, específicamente la música, como símbolo de igualdad, ya que todos pueden identificarse con ella.

 

¿Por qué se celebra el Día de la Música el 22 de noviembre?

Santa Cecilia con un coro de Ángeles. Anónimo. Siglo XVII

La fecha del 22 de noviembre conmemora la muerte de Santa Cecilia, patrona de los músicos.

Esta mártir cristiana fue retratada en el siglo XV por los artistas de la época, siempre tocando el arpa u otros instrumentos musicales. Por ello se le ha vinculado tanto a este arte de la música.

Las primeras celebraciones se remontan al Edimburgo de 1695.

Posteriormente se unieron a las celebraciones países como Alemania, España y Francia.

En América Latina, fue Brasil, el país pionero en celebrar una fiesta el 22 de noviembre, comenzando entre 1919 o 1920, extendiéndose posteriormente al resto de los países iberoamericanos.




SANTA CECILIA

El culto de Santa Cecilia de Roma se difundió ampliamente a causa del relato de su martirio, que la ensalza como ejemplo de la mujer cristiana.

Una frase del acta de su martirio, según la cual Santa Cecilia cantó durante el tormento, le valió ser patrona de los músicos.

El Papa que la nombró patrona, dijo que había “demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos.

Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música”.

Las agrupaciones musicales, coros y orquestas la celebran como patrona el 22 de noviembre.

Virgen, santa y mártir romana, patrona de los músicos. A pesar de ser una de las santas más populares de todos los tiempos, es muy poco lo que se conoce sobre ella.

Durante más de mil años, Santa Cecilia ha sido una de las mártires de la primitiva Iglesia más veneradas por los cristianos.

Su nombre figura en el canon de la misa. Las "actas" de la santa afirman que pertenecía a una familia patricia de Roma y que fue educada en él, cristianismo.

Desde muy joven, y de acuerdo con las costumbres y tradiciones de las familias patricias romanas, Cecilia debió iniciarse y tocar algún instrumento musical, probablemente la lira, la cítara o algún tipo de arpa de las utilizadas por las damas de la sociedad romana.

Solía llevar un vestido de tela muy áspera bajo la túnica propia de su dignidad, ayunaba varios días por semana y había consagrado a Dios su virginidad.

Pero su padre, que veía las cosas de un modo diferente, la casó con un joven patricio llamado Valeriano. El día de la celebración del matrimonio, en tanto que los músicos tocaban y los invitados se divertían, Cecilia se sentó en un rincón a cantar a Dios en su corazón y a pedirle que la ayudase.

Cuando los jóvenes esposos se retiraron a sus habitaciones, Cecilia, armada de todo su valor, dijo dulcemente a su esposo: "Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio sí me respetas, el ángel te amará como me ama a mí." Valeriano replicó: "Muéstramelo. Si es realmente un ángel de Dios, haré lo que me pides." Cecilia le dijo: "Si crees en el Dios vivo y verdadero y recibes el agua del bautismo verás al ángel." Valeriano accedió y fue a buscar al obispo Urbano, quien se hallaba entre los pobres, cerca de la tercera mojonera de la Vía Apia. Urbano le acogió con gran gozo.

Entonces se acercó un anciano que llevaba un documento en el que estaban escritas las siguientes palabras: "Un solo Señor, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todo y en nuestros corazones."

Urbano preguntó a Valeriano: "¿Crees esto?" Valeriano respondió que sí y Urbano le confirió el bautismo. Cuando Valeriano regresó a donde estaba Cecilia, vio a un ángel de pie junto a ella. El ángel colocó sobre la cabeza de ambos una guirnalda de rosas y lirios.

Poco después llegó Tiburcio, el hermano de Valeriano y los jóvenes esposos le ofrecieron una corona inmortal si renunciaba a los falsos dioses.

Tiburcio se mostró incrédulo al principio y preguntó: " ¿Quién ha vuelto de más allá de la tumba a hablarnos de esa otra vida?" Cecilia le habló largamente de Jesús. Tiburcio recibió el bautismo, y al punto vio muchas maravillas.

Desde entonces, los dos hermanos se consagraron a la práctica de las buenas obras. Ambos fueron arrestados por haber sepultado los cuerpos de los mártires. Almaquio, el prefecto ante el cual comparecieron, empezó a interrogarlos.

Las respuestas de Tiburcio le parecieron, desvaríos de loco. Entonces, volviéndose hacia Valeriano, le dijo que esperaba que le respondería en forma más sensata. Valeriano replicó que tanto él como su hermano estaban bajo cuidado del mismo médico, Jesucristo, el Hijo de Dios, quien les dictaba sus respuestas.

En seguida comparó, con cierto detenimiento, los gozos del cielo con los de la tierra; pero Almaquio le ordenó que cesase de disparatar y dijese a la corte si estaba dispuesto a sacrificar a los dioses para obtener la libertad. Tiburcio y Valeriano replicaron juntos: "No, no sacrificaremos a los dioses sino al único Dios, al que diariamente ofrecemos sacrificio."

El prefecto les preguntó si su Dios se llamaba Júpiter. Valeriano respondió: "Ciertamente no. Júpiter era un libertino infame, un criminal y un asesino, según lo confiesan vuestros propios escritores."

Valeriano se regocijó al ver que el prefecto los mandaba azotar y hablaron en voz alta a los cristianos presentes: "¡Cristianos romanos, no permitáis que mis sufrimientos os aparten de la verdad! ¡Permaneced fieles al Dios único, y pisotead los ídolos de madera y de piedra que Almaquio adora!"

A pesar de aquella perorata, el prefecto tenía aún la intención de concederles un respiro para que reflexionasen; pero uno de sus consejeros le dijo que emplearían el tiempo en distribuir sus posesiones entre los pobres, con lo cual impedirían que el Estado las confiscase. Así pues, fueron condenados a muerte.

La ejecución se llevó a cabo en un sitio llamado Pagus Triopius, a seis kilómetros de Roma. Con ellos murió un cortesano llamado Máximo, el cual, viendo la fortaleza de los mártires, se declaró cristiano.

Cecilia sepultó los tres cadáveres.

Después fue llamada para que abjurase de la fe.

En vez de abjurar, convirtió a los que la inducían a ofrecer sacrificios. El Papa Urbano fue a visitarla en su casa y bautizó ahí a 400 personas, entre las cuales se contaba a Gordiano, un patricio, quien estableció en casa de Cecilia una iglesia que Urbano consagró más tarde a la santa.

Durante el juicio, el prefecto Almaquio discutió detenidamente con Cecilia. La actitud de la santa le enfureció, pues ésta se reía de él en su cara y le atrapó con sus propios argumentos.

Finalmente, Almaquio la condenó a morir sofocada en el baño de su casa. Pero, por más que los guardias pusieron en el horno una cantidad mayor de leña, Cecilia pasó en el baño un día y una noche sin recibir daño alguno.

Entonces, el prefecto envió a un soldado a decapitarla. El verdugo descargó tres veces la espada sobre su cuello y la dejó tirada en el suelo. Cecilia pasó tres días entre la vida y la muerte. En ese tiempo los cristianos acudieron a visitarla en gran número.

La santa legó su casa a Urbano y le confió el cuidado de sus servidores. Fue sepultada junto a la cripta pontificia, en la catacumba de San Calixto.

 

Esta historia tan conocida que los cristianos han repetido con cariño durante muchos siglos, data aproximadamente de fines del siglo V, pero desgraciadamente no podemos considerarla como verídica ni fundada en documentos auténticos.

La razón original del culto de Santa Cecilia fue que estaba sepultada en un sitio de honor por haber fundado una iglesia, el "titulus Caeciliae".



 Basílica de Santa Cecilia en Trastevere


En 1599, el cardenal Sfondrati restauró la iglesia en honor a la Santa en Transtévere y volvió a enterrar las reliquias de los cuatro mártires. Según se dice, el cuerpo de Santa Cecilia estaba incorrupto y entero, por más que el Papa Pascual había separado la cabeza del cuerpo, ya que, entre los años 847 y 855, la cabeza de Santa Cecilia formaba parte de las reliquias de los Cuatro Santos Coronados. 

El martirio de Santa Cecilia, de Stéfano Maderno (1576-1636), en la Basílica de Santa Cecilia, en Roma.


Se cuenta que, en 1599, se permitió ver el cuerpo de Santa Cecilia al escultor Maderna, quien esculpió una estatua de tamaño natural, muy real y conmovedora. "No estaba de espaldas como un cadáver en la tumba," dijo más tarde el artista, sino recostada del lado derecho, como si estuviese en la cama, con las piernas un poco encogidas, en la actitud de una persona que duerme." La estatua se halla actualmente en la iglesia de Santa Cecilia, bajo el altar próximo al sitio en el que se había sepultado nuevamente el cuerpo en un féretro de plata. Sobre el pedestal de la estatua puso el escultor la siguiente inscripción: "He aquí a Cecilia, virgen, a quien yo vi incorrupta en el sepulcro. Esculpí para vosotros, en mármol, esta imagen de la santa en la postura en que la vi." De Rossi determinó el sitio en que la santa había estado originalmente sepultada en el cementerio de Calixto, y se colocó en el nicho una réplica de la estatua de Maderna.

Santa Cecilia es muy conocida en la actualidad por ser la patrona de los músicos. Sus "actas" cuentan que, al día de su matrimonio, en tanto que los músicos tocaban, Cecilia cantaba a Dios en su corazón.

Al fin de la Edad Media, empezó a representarse a la santa tocando el órgano y cantando.

"Santa Cecilia" de Nicolas Poussin

La pintura "Santa Cecilia" es una obra del pintor francés Nicolas Poussin, realizada alrededor de 1635. Actualmente, se encuentra en el Museo del Prado en Madrid, España

. En esta obra, Poussin representa a Santa Cecilia, patrona de la música, tocando un instrumento de teclado, posiblemente un clavicordio, mientras dos ángeles sostienen la partitura. Además, un amorcillo levanta una cortina sobre la santa, y otros dos ángeles cantan cerca del instrumento y una columna clásica.

. La pintura es una pieza de gran calidad, con un dibujo seguro, colorido refinado y elegancia compositiva.

. Se cree que la pintura fue adquirida por el rey Felipe V, quien adquirió diversas obras de Poussin

 

Santa Cecilia tocando el órgano, cuadro de Matteo Rosselli (1620).


La pintura "Santa Cecilia" del pintor Matteo Rosselli, realizada alrededor de 1615-1620, se encuentra en el Museo dell'Opera del Duomo en Prato, Italia

. En esta obra, Santa Cecilia está representada tocando el órgano, coronada por un ángel.

. Matteo Rosselli fue un pintor italiano del final del Contramanierismo florentino y del inicio del Barroco temprano

. Su obra incluye frescos y pinturas al óleo, y se le encargaron numerosas obras para palacios e iglesias en Florencia y otras ciudades italianas.

. La pintura de Santa Cecilia es una de las obras destacadas de Rosselli y muestra su estilo distintivo, caracterizada por la expresión patética de los rostros, la fluidez en la pincelada y un rico y brillante cromatismo. 


Pintura Santa Cecilia de Guido Reni

La "Santa Cecilia" de Guido Reni muestra a la santa en un entorno celestial, rodeada de ángeles y con un gesto que sugiere la inspiración divina. Cecilia sostiene un instrumento musical, generalmente una arpa, que simboliza su conexión con la música y su papel como patrona de los músicos. La pintura de Reni captura la elegancia y la espiritualidad, y ha sido elogiada por la habilidad del artista para representar la luz y la suavidad.

 La obra de Guido Reni sobre Santa Cecilia es un ejemplo destacado de la temprana pintura barroca y refleja la influencia de la Contrarreforma en la representación de temas religiosos. La pintura original se encuentra en la Pinacoteca Nazionale de Bolonia, Italia.


Santa Cecilia de Artemisia Gentileschi


«Santa Cecilia» es una obra temprana de la pintora barroca Artemisia Gentileschi, descrita como «una gran excepción en la historia del arte, una pintora exitosa en una época en la que el arte estaba bajo dominio masculino».

El cuadro fue pintado hacia 1620. Muestra a la santa, patrona de la música, tocando un laúd, detrás de un órgano, un atributo de dicha figura religiosa. Actualmente se encuentra en la Galleria Spada de Roma; pertenece a la colección Spada desde el siglo xvii.


"Santa Cecilia" de John Melhuish Strudwick

La pintura de "Santa Cecilia" del pintor John Melhuish Strudwick es una obra que representa a Santa Cecilia, patrona de la música. 

John Melhuish Strudwick fue un pintor prerrafaelita inglés conocido por sus obras que a menudo representan temas literarios y mitológicos, con un estilo detallado y romántico.

FUENTES

https://www.diainternacionalde.com/

https://www.primeroscristianos.com/

https://www.primeroscristianos.com/

https://glissandoo.com/

https://musicaantigua.com/

https://www.aciprensa.com/

https://www.biografiasyvidas.com/

 

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