LA BELLEZA DE LOS HAIKUS
Kobayashi Issa nació el 15 de junio de 1763 en Kashiwabara, provincia de Shinano.
Su nombre era Kobayashi Nobuyuki, pero desde muy pequeño se le llamó Yatarō.
Fue un escritor japonés, considerado como uno de los más destacados autores de haikus del período Edo (1600-1868).
Nació en el seno de una familia de agricultores de clase media de la pequeña aldea de Kashiwabara, antigua provincia de Shinano, actual prefectura de Nagano.
Su madre falleció de forma inesperada, cuando él contaba con apenas tres años de edad, hecho que recordaría de vez en cuando en su obra:
Su nombre era Kobayashi Nobuyuki, pero desde muy pequeño se le llamó Yatarō.
Fue un escritor japonés, considerado como uno de los más destacados autores de haikus del período Edo (1600-1868).
Nació en el seno de una familia de agricultores de clase media de la pequeña aldea de Kashiwabara, antigua provincia de Shinano, actual prefectura de Nagano.
Su madre falleció de forma inesperada, cuando él contaba con apenas tres años de edad, hecho que recordaría de vez en cuando en su obra:
“Mi madre muerta.
Al mirar el océano,
al mirar...”
Con este hecho comenzó la larga lista de desgracias que se darían a lo largo de su vida.
Pasó a vivir con su abuela que se encargó de su educación y es en ese momento cuando entró en contacto con el haiku y con los textos budistas, gracias a un poeta local llamado Shinpo.
Cuando Kobayashi tenía siete años de edad, su padre contrajo matrimonio de nuevo y su madrastra empiezó a someterle a todo tipo de maltratos y humillaciones. Estos sufrimientos dejaron una huella profunda en su espíritu lo que hizo que estas experiencias aparecieran en su obra.
Su situación se agrava con dos hechos desgraciados para él, el nacimiento de su hermanastro y cuatro años después, la muerte de su abuela.
En 1777, a los catorce años de Kobayashi, frente a la situación de maltrato, su padre no ve otra solución que enviarle a la capital, Edo, donde trabajaría como aprendiz en un templo y estudiaría haiku.
Sus días se alternaban entre su trabajo en un templo budista y sus estudios con los poetas Mizoguchi Sogan y Norokuan Chikua, en la escuela de haiku Katsushika. Su talento no tardó en salir a la luz y Seibi Natsume se convirtió en su mecenas.
En el año 1790, tras la muerte de Nirokuan Chikua, maestro de la escuela, fue elegido para sucederlo.
Un año más tarde decidió renunciar al cargo de maestro ya que sentía que su estilo moderno del haiku no se ajustaba a los límites administrativos que se esperaba de él.
Al abandonar la escuela fue visitar a su padre y empezó después a recorrer el país a pie, con la cabeza afeitada como un monje. Así llevó una vida errante en la que asumió la doble condición de monje y poeta.
Pasó a vivir con su abuela que se encargó de su educación y es en ese momento cuando entró en contacto con el haiku y con los textos budistas, gracias a un poeta local llamado Shinpo.
Cuando Kobayashi tenía siete años de edad, su padre contrajo matrimonio de nuevo y su madrastra empiezó a someterle a todo tipo de maltratos y humillaciones. Estos sufrimientos dejaron una huella profunda en su espíritu lo que hizo que estas experiencias aparecieran en su obra.
Su situación se agrava con dos hechos desgraciados para él, el nacimiento de su hermanastro y cuatro años después, la muerte de su abuela.
En 1777, a los catorce años de Kobayashi, frente a la situación de maltrato, su padre no ve otra solución que enviarle a la capital, Edo, donde trabajaría como aprendiz en un templo y estudiaría haiku.
Sus días se alternaban entre su trabajo en un templo budista y sus estudios con los poetas Mizoguchi Sogan y Norokuan Chikua, en la escuela de haiku Katsushika. Su talento no tardó en salir a la luz y Seibi Natsume se convirtió en su mecenas.
En el año 1790, tras la muerte de Nirokuan Chikua, maestro de la escuela, fue elegido para sucederlo.
Un año más tarde decidió renunciar al cargo de maestro ya que sentía que su estilo moderno del haiku no se ajustaba a los límites administrativos que se esperaba de él.
Al abandonar la escuela fue visitar a su padre y empezó después a recorrer el país a pie, con la cabeza afeitada como un monje. Así llevó una vida errante en la que asumió la doble condición de monje y poeta.
En el año 1791, Yatarō con veintiocho años de edad, firmaba sus poemas con los seudónimos Kobayashi Ikyo o Nirokuan Kikumei.
En el año 1792 abandonó definitivamente el nombre de Yataro y adoptó el nombre literario de Issa.
"Con la primavera
Yataro renació
convertido en Issa"
En los años posteriores vivió en diferentes ciudades, conoció la legendaria Kioto, Osaka, Matsuyama, Nagasaki y otras muchas. Irónicamente si bien su fama como poeta se acrecentaba, Issa conoció durante muchos años la pobreza viviendo de forma frugal, pasando hambre y frío. Años en los que se vio obligado a trabajar duramente y a realizar frecuentes viajes. Incluso volvió alguna vez a su tierra natal.
“Cuánto disfruto
de todos mis viajes...
¡Pero qué frío!”
Tras un viaje por el suroeste del Japón en 1795, Issa publicó su libro de poemas Tabishui.
Este vida de monje poeta duró hasta 1801, cuando muere su padre víctima de la fiebre tifoidea, quien antes de morir le pidió que regresara a Kashiwabara y se radicara definitivamente en la tierra que le vio nacer. Pero los problemas que surgieron en la partición de la herencia, con su madrastra y hermanastro, no le permitieron cumplir este propósito hasta 1813.
En el año 1814 contrajo matrimonio, con lo que dio lugar a una unión marcada por la desgracia: vio morir a todos los hijos que iba teniendo incluida su propia esposa en 1823. Pero, lejos de endurecer su corazón, el dolor que experimentó por esta pérdidas le convirtió en uno de los hombres más justos y piadosos de su tiempo, del que se contaba que hasta sufría cuando, por accidente, pisaba algún caracol.
En 1824 vuelve a casarse, pero el matrimonio es un fracaso y sólo dura unos pocos meses.
En el año 1826 se casó por tercera y última vez.
En el año 1814 contrajo matrimonio, con lo que dio lugar a una unión marcada por la desgracia: vio morir a todos los hijos que iba teniendo incluida su propia esposa en 1823. Pero, lejos de endurecer su corazón, el dolor que experimentó por esta pérdidas le convirtió en uno de los hombres más justos y piadosos de su tiempo, del que se contaba que hasta sufría cuando, por accidente, pisaba algún caracol.
En 1824 vuelve a casarse, pero el matrimonio es un fracaso y sólo dura unos pocos meses.
En el año 1826 se casó por tercera y última vez.
Granero reconstruído donde vivió sus últimos años
Kobayashi Issa
Kobayashi Issa
En esta época, Issa empieza a tener problemas de salud y los últimos meses de su vida los pasa viviendo en un viejo granero sin ni siquiera ventanas tras un incendio que termina con su casa.
Muere así el 5 de enero de 1827, con sesenta y tres años de edad, sin llegar a conocer a su hija Yata, que sería su única descendiente. El epitafio de su tumba, como no podía ser de otra forma, sería uno de sus haikus:
Muere así el 5 de enero de 1827, con sesenta y tres años de edad, sin llegar a conocer a su hija Yata, que sería su única descendiente. El epitafio de su tumba, como no podía ser de otra forma, sería uno de sus haikus:
“Después de todo
esta va a ser mi casa:
cinco pies de nieve.”
ALGUNOS HAIKUS
El haikus es un tipo de poesía japonesa. Consiste en un poema breve, generalmente formado por 17 sílabas, tres versos de cinco, siete y cinco moras respectivamente. Comúnmente se sustituyen las moras por sílabas cuando se traducen o componen en otras lenguas. La poética del haiku generalmente se basa en el asombro y el arrobo que produce en el poeta la contemplación de la naturaleza.
El Haiku japonés no tiene título ni rima y se puede prescindir de mayúsculas y puntos.
La esencia del Haiku es "cortar" (kiru) mediante la yuxtaposición de dos ideas o imágenes separadas por un kireji que es el término "cortante" o separador.
Tradicionalmente, un Haiku debe contener también una referencia directa o indirecta a la estación del año, frecuentemente mediante el uso de un kigo o palabra que evoca las estaciones. Los saijiki son listas extensas de palabras "kigo" en japonés, que el poeta puede utilizar.
El Haiku japonés no tiene título ni rima y se puede prescindir de mayúsculas y puntos.
La esencia del Haiku es "cortar" (kiru) mediante la yuxtaposición de dos ideas o imágenes separadas por un kireji que es el término "cortante" o separador.
Tradicionalmente, un Haiku debe contener también una referencia directa o indirecta a la estación del año, frecuentemente mediante el uso de un kigo o palabra que evoca las estaciones. Los saijiki son listas extensas de palabras "kigo" en japonés, que el poeta puede utilizar.
Primavera
En cada puerta,
La primavera ha empezado
Con el barro en los zuecos.
La primavera ha llegado
Con toda sencillez:
Un ligero cielo amarillo.
Cuando envejecemos,
Incluso la duración del día
Es causa de lágrimas.
Click, clack,
El hombre se acerca en la niebla. -
¿Quién es?
También hoy, también hoy,
Viviendo en la niebla,
Una pequeña casa.
Un día de niebla y bruma:
Sin duda los Habitantes del Paraíso
Están aburridos y lánguidos.
¡Flores de cerezo en la noche!
Cómo ángeles
Descendiendo del cielo.
Después de que oscureciera
Quise cambiar
La manera cómo lo injerté.
Una hermosa cometa
Se alza desde
La barraca del mendigo.
La urraca
Se limpia sus patas lodosas
En las flores del ciruelo.
Pequeño gorrión,
Apártate, apártate del camino,
El señor Caballo se acerca.
Un exhausto gorrión
En medio
De un montón de niños.
Echar arroz también
Es un pecado:
Las gallinas se pelean entre ellas.
El cervato
Se quita de encima a la mariposa,
Y sigue durmiendo.
La mariposa revoloteaba
Como desesperada
De este mundo.
La mariposa voladora:
Yo me siento
Una criatura del polvo.
No parece
Muy ansioso por florecer,
Este ciruelo en la puerta.
Nosotros, seres humanos,
Retorciéndonos entre
Las flores que se abren.
¡Qué extraño,
Estar tan vivo
Bajo las flores del cerezo!
Flores esparciéndose :
El agua que queremos beber,
En la niebla, lejos.
En la caída de las flores,
No ven ningún Buda,
Ninguna Ley.
Bajo la luna y las flores
Cuarenta y nueve años
De infructuoso vagabundeo.
Simplemente confía:
¿No revolotean así
También los pétalos?
En cada puerta,
La primavera ha empezado
Con el barro en los zuecos.
La primavera ha llegado
Con toda sencillez:
Un ligero cielo amarillo.
Cuando envejecemos,
Incluso la duración del día
Es causa de lágrimas.
Click, clack,
El hombre se acerca en la niebla. -
¿Quién es?
También hoy, también hoy,
Viviendo en la niebla,
Una pequeña casa.
Un día de niebla y bruma:
Sin duda los Habitantes del Paraíso
Están aburridos y lánguidos.
¡Flores de cerezo en la noche!
Cómo ángeles
Descendiendo del cielo.
Después de que oscureciera
Quise cambiar
La manera cómo lo injerté.
Una hermosa cometa
Se alza desde
La barraca del mendigo.
La urraca
Se limpia sus patas lodosas
En las flores del ciruelo.
Pequeño gorrión,
Apártate, apártate del camino,
El señor Caballo se acerca.
Un exhausto gorrión
En medio
De un montón de niños.
Echar arroz también
Es un pecado:
Las gallinas se pelean entre ellas.
El cervato
Se quita de encima a la mariposa,
Y sigue durmiendo.
La mariposa revoloteaba
Como desesperada
De este mundo.
La mariposa voladora:
Yo me siento
Una criatura del polvo.
No parece
Muy ansioso por florecer,
Este ciruelo en la puerta.
Nosotros, seres humanos,
Retorciéndonos entre
Las flores que se abren.
¡Qué extraño,
Estar tan vivo
Bajo las flores del cerezo!
Flores esparciéndose :
El agua que queremos beber,
En la niebla, lejos.
En la caída de las flores,
No ven ningún Buda,
Ninguna Ley.
Bajo la luna y las flores
Cuarenta y nueve años
De infructuoso vagabundeo.
Simplemente confía:
¿No revolotean así
También los pétalos?
Verano
Pobre, pobre, sí, pobre,
La más pobre de las provincias,
Siente este frescor!
No tengo nada, -
¡Más que esta tranquilidad!
¡Este frescor!
Ha puesto al niño a dormir,
Y ahora lava la ropa;
La luna de verano.
Sólo su sonido, -
Pero era una noche
Con un chaparrón de verano.
Desnudo,
Sobre un caballo desnudo
Bajo la lluvia torrencial.
Mi pueblo natal,
Estrujado por los bambúes,
Bajo las lluvias de verano.
Sólo una pequeña cascada,
Pero su sonido
Refresca la noche.
El cambio de ropa;
Cuidado con la cabeza
En esa puerta!
El cambio de sirvientes;
Allí donde esté,
Las mismas flores del ciruelo.
El frescor de la noche,
Consciente de que la campana
¡Toca a muerte nuestras vidas.
El camino a Shinano;
Más alto y aún más alto
El canto de los plantadores de arroz.
A la sombra de un matorral,
Una mujer sola
Canta la canción de los plantadores.
Amamantando al niño en la cama,
La madre cuenta
Las mordeduras de las pulgas.
Mi cabaña es tan pequeña,
Pero, por favor, practicad vuestros saltos,
Pulgas mías!
Golpeando a la mosca,
Golpeo también
Una planta, en flor.
Todo está bien en el mundo;
Deja que otra mosca
Se pose en el arroz.
Un ser humano,
Una mosca,
En una espaciosa habitación.
"Hago Mi Aparición,
Yo, el Sapo,
Emerjo de Mi Matorral."
Esta mañana, un cielo rojo
Para ti, caracol :
¿Estás contento?
¿Cuándo llegó aquí,
Junto a mí,
Este caracol?
"La peonía era así de grande,"
Dice la niña,
Abriendo sus brazos.
Abriéndose paso entre la multitud,
Una amapola
En su mano.
Otoño
¿De quién es pues,
Hijos míos,
Esta roja, roja luna?
¿De quién es pues,
Hijos míos,
Esta roja, roja luna?
La brisa del otoño;
Se abren las flores escarlatas
Que la niña muerta quiso coger.
"No tendré nada más que ver
Con este sórdido mundo",
Y el rocío desaparece.
Se abren las flores escarlatas
Que la niña muerta quiso coger.
"No tendré nada más que ver
Con este sórdido mundo",
Y el rocío desaparece.
De las blancas gotas de rocío,
Aprende el camino
Hacia la Tierra Pura.
Visitando las tumbas:
El viejo perro
Va delante.
Aprende el camino
Hacia la Tierra Pura.
Visitando las tumbas:
El viejo perro
Va delante.
¡La gente, ya se sabe!
Pero ni siquiera los espantapájaros
Están rectos.
Saltamontes,
No hagas pedazos
Las perlas del brillante rocío.
Pero ni siquiera los espantapájaros
Están rectos.
Saltamontes,
No hagas pedazos
Las perlas del brillante rocío.
El anciano perro
Parece impresionado por el canto
De las lombrices bajo tierra.
Los dondiegos;
En los rostros de los hombres
Hay defectos.
La débil planta,
Al fin,
Tiene una vacilante flor.
Una simple hoja de la paulonia
Ha caído lentamente,
Esta mañana.
Nísperos silvestres,
La madre come
La parte amarga.
¡Qué grande, qué hermosa,
la castaña
A la que no pude llegar!
El ciruelo de mi cabaña;
No pudo evitarlo,
Floreció.
La madre come
La parte amarga.
¡Qué grande, qué hermosa,
la castaña
A la que no pude llegar!
El ciruelo de mi cabaña;
No pudo evitarlo,
Floreció.
Invierno
El anterior morador:
Sé muy bien
Todo el frío que pasó.
Al llegar a la puerta,
La campana del Templo Mii
Se queda helada.
Aún así, aún así,
Sumiso ante el Más Allá,
El fin de año.
La luna creciente
Está torcida y encorvada
Penetrante es el frío.
En la tempestad del invierno,
Alguien llama al masajista
En vano.
Sencillo y sincero,
El criado también
Barre la nieve de la puerta vecina.
Bajo la fría lluvia,
Por amor a los demás,
¡Ten Piedad Buda!
Este fuego de carbón;
Nuestros años decaen
Igual.
Música sagrada en la noche;
Hasta las hogueras
Caen revoloteando las hojas teñidas.
La gente es poca;
Una hoja cae aquí,
Cae allí.
El anterior morador:
Sé muy bien
Todo el frío que pasó.
Al llegar a la puerta,
La campana del Templo Mii
Se queda helada.
Aún así, aún así,
Sumiso ante el Más Allá,
El fin de año.
La luna creciente
Está torcida y encorvada
Penetrante es el frío.
En la tempestad del invierno,
Alguien llama al masajista
En vano.
Sencillo y sincero,
El criado también
Barre la nieve de la puerta vecina.
Bajo la fría lluvia,
Por amor a los demás,
¡Ten Piedad Buda!
Este fuego de carbón;
Nuestros años decaen
Igual.
Música sagrada en la noche;
Hasta las hogueras
Caen revoloteando las hojas teñidas.
La gente es poca;
Una hoja cae aquí,
Cae allí.
FUENTES
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