“Yo
soy aquel que ayer no más decía
el
verso azul y la canción profana,
en
cuya noche un ruiseñor había
que
era alondra de luz por la mañana”.
(Fragmento
de Cantos de vida y esperanza)
Rubén Darío. Nació en Metapa,
República de Nicaragua, el 18 de enero de 1867.
Su nombre completo es Félix
Rubén García Sarmiento. Su familia paterna era conocida como los Daríos, y por
ello adopta apellidarse Darío.
Fue un poeta, periodista y
diplomático, y está considerado como el máximo representante del modernismo
literario en lengua española.
Es, quizás, el poeta que ha
tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo xx en el
ámbito hispano, y por ello es llamado «príncipe de las letras castellanas».
Fue el primer hijo de Manuel
García y Rosa Sarmiento, quienes se habían casado en León en 1866, tras
conseguir las dispensas eclesiásticas necesarias, pues se trataba de primos
segundos.
La conducta de Manuel,(su
padre) aficionado al alcohol y a las mujeres, hizo que Rosa, embarazada,
tomara la decisión de abandonar el hogar conyugal y refugiarse en la ciudad de
Metapa, en la que dio a luz a su hijo, Félix Rubén.
Casa
natal de Rubén Darío en Metapa (Nicaragua)
El matrimonio se reconcilió y
Rosa llegó a dar a luz a otra hija de Manuel, Cándida Rosa, quien murió a los
pocos días.
La relación se deterioró otra
vez y Rosa abandonó a su marido para ir a vivir con su hijo en casa de su tía Bernarda
Sarmiento, quien vivía con su esposo, el coronel Félix Ramírez Madregil, en la
misma ciudad de León.
Rosa Sarmiento conoció poco
después a otro hombre, y estableció con él su residencia en San Marcos de
Colón, en Honduras dejando a Ruben con Bernarda y Félix.
La niñez de Darío transcurrió
en León, criado por sus tíos abuelos Félix y Bernarda, a quienes consideró en
su infancia sus verdaderos padres (durante sus primeros años firmaba sus
trabajos escolares como Félix Rubén Ramírez).
Apenas tuvo contacto con su madre, que residía en Honduras, y con su padre, a quien llamaba «tío Manuel».
Sobre sus primeros años hay
pocas noticias, aunque se sabe que a la muerte del coronel Félix Ramírez, en
1871 (Darío tenía 4 años), la familia pasó apuros económicos, e incluso se
pensó en colocar al joven Rubén como aprendiz de sastre.
Fue un lector precoz según su
propio testimonio, aprendió a leer a los tres años.
Asistió a varias escuelas de
León antes de pasar, en 1879 y 1880, a educarse con los jesuitas.
De formación humanística, es
un lector y escritor precoz.
Pronto empezó también a
escribir sus primeros versos, se conserva un soneto escrito por él en 1879.
Publicó por primera vez en un
periódico poco después de cumplir los 13, la elegía Una lágrima, que apareció
en el diario El Termómetro, de la ciudad de Rivas, el 26 de julio de 1880.
En sus poemas juveniles,
publicados se muestra muy independiente y progresista, defendiendo la libertad,
la justicia y la democracia.
Con 14 años empieza su
actividad periodística en varios periódicos nicaragüenses.
Poco después colaboró también
en El Ensayo, revista literaria de León, y alcanzó fama como «poeta niño». En
estos primeros versos, sus influencias predominantes eran los poetas españoles
de la época: Zorrilla, Campoamor, Núñez de Arce y Ventura de la Vega.
A los 15 años viaja a El
Salvador y es acogido bajo la protección del presidente de la república Rafael
Zaldívar a instancias del poeta guatemalteco Joaquín Méndez Bonet, secretario
del presidente.
En esta época conoce al poeta
salvadoreño Francisco Gavidia, gran conocedor de la poesía francesa, bajo cuyos
auspicios intentó por primera vez adaptar el verso alejandrino francés a la
métrica castellana, rasgo distintivo tanto de la obra de Rubén Darío como de
toda la poesía modernista.
De vuelta en Nicaragua, en
1883, se afinca en Managua donde colabora con diferentes periódicos.
En 1886, con 19 años, decide
trasladarse a Chile, en donde pasa tres años trabajando como periodista y
colaborando en diarios y revistas como «La Época» y «La Libertad Electoral» (de
Santiago) y «El Heraldo» (de Valparaíso). Aquí conoce a Pedro Balmaceda Toro,
escritor e hijo del presidente del gobierno de Chile, quien le introduce en los
principales círculos literarios, políticos y sociales del país, y le ayuda a
publicar su primer libro de poemas «Abrojos» (1887) animándole a presentarse a
varios certámenes literarios. En Chile amplía sus conocimientos literarios con
lecturas que influyen mucho en su trayectoria poética como los románticos
españoles y los poetas franceses del siglo XIX.
En 1888 publica en Valparaíso el poemario «Azul», considerada como el punto de partida del Modernismo. Esta fama le permite obtener el puesto de corresponsal del diario «La Nación» de Buenos Aires.
Entre 1889 y 1893 vive en varios países de Centroamérica ejerciendo como periodista mientras sigue escribiendo poemas.
Rubén Darío se casó con Rafaela Contreras Cañas en el año 1890 en San Salvador.
Ese año salio una segunda
edición de Azul… que incluía prólogo de Juan Valera y nuevos poemas.
En el año 1891 nació su primer hijo
Rubén Darío Contreras.
En 1892 marcha a Europa, y en Madrid, como miembro de la delegación diplomática de Nicaragua en los actos conmemorativos del Descubrimiento de América, conoce a numerosas personalidades de las letras y la política españolas y en París entra en contacto con los ambientes bohemios de la ciudad.
El poeta desembarcó en La Coruña el 1 de agosto de 1892, precedido de una celebridad que le permitiría establecer inmediatas relaciones con las principales figuras de la política y la literatura españolas.
La tragedia lo golpea y su felicidad se vio
ensombrecida por la súbita muerte de su esposa, acaecida el 23 de enero de
1893, lo que no hizo sino avivar su tendencia, ya de siempre un tanto
desaforada, a trasegar formidables dosis de alcohol.
Precisamente en estado de
embriaguez fue poco después obligado a casarse con aquella angélica muchacha
que había sido objeto de su adoración adolescente, Rosario Emelina Murillo,
quien le hizo víctima de uno de los más truculentos episodios de su vida.
Al parecer, el hermano de
Rosario, un hombre sin escrúpulos, pergeñó el avieso plan, sabedor de que la
muchacha estaba embarazada. En complicidad con la joven, sorprendió a los
amantes en honesto comercio amoroso, esgrimió una pistola, amenazó con matar a
Rubén si no contraía inmediatamente matrimonio, saturó de whisky al cuitado,
hizo llamar a un cura y fiscalizó la ceremonia religiosa el mismo día 8 de
marzo de 1893.
Entre 1893 y 1896 reside en Buenos Aires, y allí publica dos libros cruciales en su obra: «Los raros» y «Prosas profanas y otros poemas», que supuso la consagración definitiva del Modernismo literario en español.
El periódico argentino «La Nación» le envía como corresponsal a España en 1898, y sus crónicas terminarían recopilándose en un libro, que apareció en 1901, titulado «España Contemporánea. Crónicas y retratos literarios».
En 1898 viajó a España como corresponsal del periódico argentino La Nación, para escribir sobre las impresiones del pueblo español a propósito de la guerra entre España y EE. UU.
El embaucado Ruben hubo de resignarse ante los hechos, de su boda obligada, pero no consintió en convivir con el engaño, y en adelante sería perseguido por su pérfida y abandonada esposa Rosario, buena parte de su vida.
Rubén conoció en Madrid a una mujer de baja condición,
Francisca Sánchez, la criada analfabeta de la casa del poeta Francisco
Villaespesa, en la que encontró refugio y dulzura.
Francisca Sánchez y su hijo
Con Francisca tuvieron cuatro hijos, de los cuales solo uno sobrevivió.
Francisca Sánchez era española. Amado Nervo, Manuel Machado y su propio esposo la enseñaron a leer.
En España, el autor despierta la admiración de un grupo de jóvenes poetas defensores del Modernismo como Juan Ramón Jiménez, Ramón María del Valle-Inclán y Jacinto Benavente.
En 1902, en París, conoce a un joven poeta español, Antonio Machado, declarado admirador de su obra.
En 1903 es nombrado cónsul de Nicaragua en París.
EL libro Tierras solares,
fue publicado en 1904, está dividido en dos partes: la primera, «Tierras
solares», cubren su estancia en Andalucía entre diciembre de 1903 y febrero de
1904.
Abarca desde Barcelona, adonde
llegó por tren desde París, se embarcó para Málaga, y allí pasó las Navidades
con su mujer Francisca Sánchez.
Luego siguió a Granada,
Córdoba, Sevilla, Algeciras y Gibraltar, más una breve escapada a Tánger, única
vez en su vida que puso pie en sus añoradas tierras de las mil y una noches.
La segunda parte, «De tierras
solares a tierras de bruma», corresponde al viaje que hizo entre mayo y junio
de 1904 por Waterloo, Colonia, Bonn, Fráncfort, Hamburgo, Berlín, Viena y
Budapest, y ya de regreso Venecia y Florencia, por invitación de un ranchero
mexicano, Felipe López Negrete.
Iba a dedicar a su generoso
acompañante Cantos de vida y esperanza, pero como aún no encontraba
editor, lo hizo con Tierras solares.
Darío había entregado las
crónicas andaluzas a Juan Ramón Jiménez y Gregorio Martínez Sierra para su publicación,
y este último le escribió en septiembre de 1904: «Acaban de traerme ajustado
todo el original de Tierras solares: 160 páginas; es muy poco volumen, y para
que no parezca un folleto conviene añadir cuando menos tres crónicas nuevas,
con las cuales llegaríamos a las 200 páginas».
De esta circunstancia es que
nace el singular contrapunto del libro.
Tierras solares es, en toda su
primera parte, un regreso a los temas y preocupaciones de España contemporánea
y vuelve a esa tensión entre progreso y tradición, modernidad y marginalidad
que vivía la España de entonces.
En 1905 se desplaza a España como miembro de una comisión nombrada por el gobierno nicaragüense, con el fin de resolver una disputa territorial con Honduras, y ese año publica el tercero de los libros capitales de su obra poética: «Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros poemas», editado por Juan Ramón Jiménez.
Publicado en el año 1906
En 1906 participa, como secretario de la delegación nicaragüense, en la Tercera Conferencia Panamericana que tuvo lugar en Río de Janeiro.
Poco después es nombrado ministro residente en Madrid del gobierno nicaragüense de José Santos Zelaya hasta febrero de 1909.
El poeta nicaragüense Rubén Darío dictando una conferencia en el Coliseo josefino en 1912 en el teatro San José- Uruguay.
Rubén Darío en el vestíbulo
del Teatro Solís de Montevideo después de su conferencia, 1912
Entre 1910 y 1913 pasa por varios países de América Latina y en estos años redacta su autobiografía, que aparece publicada en la revista «Caras y caretas» con el título «La vida de Rubén Darío escrita por él mismo», y la obra «Historia de mis libros», esencial para el conocimiento de su evolución literaria.
En 1914 se instala en Barcelona,
donde publica su última obra poética de importancia, «Canto a la Argentina y
otros poemas».
Al estallar la Primera Guerra
Mundial viaja a América donde pasa una breve estancia en Guatemala.
Publicado en 1916
Retornó a la ciudad de su
infancia, León (Nicaragua), el 7 de enero de 1916
La
catedral-basílica de la Asunción, en la ciudad de León, en la que transcurrió
la infancia del poeta. Sus restos se encuentran sepultados en esta iglesia.
El 7 de Enero regresa a León
acompañado por su amigo el médico Luis Debayle.
Médicos amigos lo intervienen
quirúrgicamente el 8 de Enero sin conseguir mejoría.
El Obispo Simeón Pereira y
Castellón le administra la extrema unción el 10 de Enero.
El 31 de Enero dicta su
testamento declarando heredero universal a su hijo Rubén Darío Sánchez, que
reside en España al lado de su madre.
El 2 de Febrero es nuevamente
operado. A las siete de la tarde del 6 de Febrero comienza a agonizar y expira
a las 10:15 de la noche.
Cortejo
fúnebre de Rubén Darío (1916)
La universidad, el gobierno y
la iglesia le tributan una serie de homenajes que duran varios días y concluyen
con su entierro al pie de la estatua de San Pablo en la Catedral de León el 13
de Febrero.
Su muerte conmueve a la
intelectualidad del idioma; en numerosísimos poemas, artículos y discursos se
reconoce y exalta su calidad de clásico de la lengua española.
Después de la muerte de Rubén Darío, Francisca Sánchez se refugió en su pueblo natal, Navalsaúz, y guardó con amoroso cuidado las cartas del poeta.
HOMENAJE
Monumento a Rubén Darío en el Parque Forestal, Santiago, Chile.Glorieta
de Rubén Darío en Madrid
Monumento
a Rubén Darío en el Parque de Málaga, en la ciudad homónima
Estatua
a Rubén Darío en el Paseo Marítimo de Palma de Mallorca
Busto
de Darío esculpido por Edith Grøn, quien realizó más de treinta obras de arte
en su honor
Estación
de Rubén Darío del Metro de Madrid
FUENTES
https://www.biografiasyvidas.com/
https://www.buscabiografias.com/
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