Blog de Arinda

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viernes, 26 de enero de 2024

EL 26 DE ENERO DE 1892 NACÍA ELIZABETH "BESSIE" COLEMAN



la niña de Texas que soñaba con una vida mejor mientras recogía algodón en los albores en el siglo xx




Elizabeth “Bessie” Coleman nació en Atlanta, Texas, el 26 de enero de 1892.
Fue la primera mujer afroamericana piloto de la historia y la primera persona de ascendencia afroestadounidense que obtuvo una licencia internacional de piloto.

Fue la décima de los trece hijos de George y Susan Coleman.
Su padre era mitad Cherokee y mitad afroamericano, y su madre era afroamericana. Ambos se dedicaban a la cosecha de algodón.
Cuando Elizabeth tenía dos años, su familia se mudó a Waxahachie, Texas , donde vivió hasta los 23 años.
Comenzó a asistir a la escuela para negros, en Waxahachie, a los seis años teniendo que caminar cuatro millas cada día para llegar a  ella.
Le encantaba leer y se destacó como un excelente estudiante de matemáticas.
Su madre valoraba mucho la educación por eso se aseguraba que sus hijos aprovechearan las bibliotecas ambulantes que pasaban por su pueblo dos o tres veces al año.
Completó los ocho grados en su pequeña escuela de una habitación.
La rutina de Elizabeth era, de la escuela, las tareas domésticas, la iglesia y la cosecha del algodón.

En 1901, la vida de Elizabeth tomó un giro dramático porque su padre dejó a su familia. Regresó a Oklahoma , o Territorio Indio , como entonces se llamaba, para encontrar mejores oportunidades pero Susan y su familia no fueron con su padre.
A los 12 años, Bessie fue becada y aceptada en la Escuela de la Iglesia Bautista Misionera. Cuando cumplió dieciocho años, tomó sus ahorros y se matriculó en la Universidad de Oklahoma Colored Agricultural y Normal (ahora llamada Langston University ) en Langston, Oklahoma .
Ella estudió un año, antes de que tuviera que abandonar la universidad y volver a casa ya que se le había terminado el dinero.



En 1916 a la edad de 23 años, se mudó a Chicago , Illinois, donde vivíió con sus hermanos.
En Chicago, trabajó como manicurista en el White Sox Barber Shop. Allí escuchó historias de pilotos, que vueltos de la Primera Guerra Mundial, contaban sobre sus experiencias de vuelo durante la guerra.
Ella tomó un segundo trabajo como gerente de un chili parlor para conseguir dinero más rápido y así convertirse en piloto.
Las escuelas de vuelo estadounidenses no admitían ni mujeres ni negros, y ningún aviador estadounidense negro la entrenaría.
Robert S. Abbott , fundador y editor del Defensor de Chicago , la animó a estudiar en el extranjero.
Antes de viajar aprendió francés en la escuela Berlitz en Chicago, retiró los ahorros que había acumulado con su trabajo como manicurista y gerente de un chili parlor, y con el apoyo financiero adicional de Abbott y otro empresario afroamericano, Jesse  Binga se fue a París desde Nueva York el 20 de noviembre de 1920. 


 
Licencia de Piloto Internacional

A Bessie le tomó siete meses para aprender a volar. Ella fue la única estudiante de raza negra en su clase, aprendió a volar en un avión de 27 pies que era conocido por fallar con frecuencia, a veces en el aire. Durante su formación Coleman fue testigo de la muerte de un compañero de estudios en un accidente de aviación, que ello lo describió como un “golpe terrible” a sus nervios.
Pero el accidente no impidió que en junio de 1921, la Federación Aeronáutica Internacional le concediera una licencia de piloto internacional.



Al regresar de la escuela de vuelo de Francia en 1921, Bessie se dio cuenta que podía ganar dinero haciendo trucos en el aire para entretener a la gente para llegar en algún momento a ser piloto comercial. Pero necesitaba más entrenamiento para aprender, y de nuevo no pudo encontrar a nadie para que le enseñe en América, así que regresó a Francia por un año.


Pasó los dos primeros meses en Francia completando un curso avanzado en aviación, luego partió a los Países Bajos para reunirse con Anthony Fokker , uno de los diseñadores de aviones más distinguidos del mundo. También viajó a Alemania, donde visitó la Corporación Fokker y recibió capacitación adicional de uno de los principales pilotos de la compañía.



La piloto de acrobacias Bessie con un Curtis JN-4 "Jenny" biplano.

De regreso a Estados Unidos en 1922, Bessie comenzó a trabajar como piloto de acrobacias en todo el país realizando “acrobacia aérea, caminar sobre el ala y paracaidismo”. Actuaba solamente si los negros también formaban parte del público.

Elizabeth operando una radio de vuelo en Chicago Illinois


Por su intrepidez apodaron a Elizabrth como la “Reina Bess”. Donde actuaba atraía a grandes multitudes. Ella también daba conferencias acerca de volar en diversos lugares del país, a menudo el público era de raza negra que en ese tiempo no sabía mucho sobre aviación.

En 1923, poco después de ahorrar suficiente dinero para compara su propio avión, Bessie sufrió un accidente aéreo del cual sobrevivió.  
Frente a 10,000 personas, el motor de su avioneta falló y se fue en picada contra el piso. Ella terminó con algunas costillas rotas, una pierna rota y múltiples heridas.

Después del accidente, Coleman le dijo a los reporteros que “le digan al mundo que ella volverá”.

Fue dada de alta del hospital tres meses después del accidente y volvió alzar vuelo.

Desde el inicio de sus acrobacias comenzó a ahorrar dinero de sus espectáculos.
Ella había soñado con la construcción de una escuela de vuelo para entrenar a los futuros pilotos de raza negra, sueño que quedó trunco por su prematura muerte.

Coleman murió trágicamente en un accidente durante un ensayo en Jacksonville, Florida, el 30 de abril de 1926. Sólo tenía 34 años.

El avión que estaba volando lo había comprado recientemente, y su dueño anterior no le había realizado un buen mantenimiento.
Su mecánico y agente de publicidad, William Wills estaba volando el avión y Coleman no tenía puesto el cinturón de seguridad porque iba a realizar un salto en paracaídas al día siguiente y quería poder asomarse a la carlinga para otear mejor el terreno.
A unos 10 minutos de vuelo, el avión se fue en picada y se dio la vuelta. Coleman fue arrojada desde el avión a 2,000 pies y murió al impactar con la tierra. Willis no pudo dominar el avión y murió al estrellarse en el suelo.
Se descubrió que una llave que se usaba para reparar el motor se había deslizado dentro de la caja de engranajes y la había atascado.


El 2 de mayo de 1926 se llevó a cabo su funeral, en Jacksonville, Florida, con la presencia de cinco mil dolientes. Varios de ellos, incluyendo a Ida B. Wells, eran miembros prominentes de la sociedad afroamericana. Tres días más tarde, sus restos llegaron a Orlando, donde miles de personas más asistieron al funeral en la Iglesia Baptista Misionera Monte Zion; su último viaje, el 5 de mayo, fue a Chicago, donde se llevó a cabo un servicio en su memoria en la Iglesia Baptista Peregrina. Aproximadamente diez mil personas pasaron junto al ataúd durante todo el día y toda la noche. Después de sus servicios funerarios, fue sepultada en el Cementerio Lincoln


HOMENAJES

Su legado ha sido honrado en varios lugares que llevan su nombre, incluyendo la biblioteca pública de Chicago, las carreteras en el aeropuerto O’Hare de Chicago, la rotonda en el Aeropuerto de Niza en Francia, la Escuela Media Bessie Coleman en Cedar Hill Texas y Bessie Coleman bulevar en Waxahachie, Texas.

Ella fue incluida en el Salón de la Fama Nacional de Aviación en 2006.

Sello postal 

Monedas conmemorativas de oro y plata



Libro "Black Wings" ("Alas negras") pubicado en 1934 y dedicado  a Bessie Coleman. William J. Powell escribió: "Gracias a Bessie Coleman, nosotros hemos superando algo mucho peor que las barreras raciales. Hemos superado las barreras que había dentro de nosotros mismos y nos hemos atrevido a soñar"



Placa inscrita que honra a Bessie Coleman en la High School secundaria de Paxon en Jacksonville, la Florida

William J. Powell se convirtió en un talentoso visionario y promotor de la participación de los negros en la aviación.

Powell (extremo derecho), un exitoso propietario de varias estaciones de servicio para automóviles en Chicago, se mudó a Los Ángeles para aprender a volar. A principios de la década de 1930, Powell había organizado el Bessie Coleman Aero Club para promover la conciencia sobre la aviación en la comunidad negra. Tanto hombres como mujeres podían postularse. Crédito: Archivos del Museo Nacional del Aire y el Espacio, Institución Smithsonian.



FUENTES

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