La Dama de los
Retratos
Maria Anna Angelika Katharina
Kauffmann conocida como  Angelica
Kauffman nació en Coira, Cantón de los Grisones, Suiza el 30 de octubre de 1741.
Fue una niña prodigio que
producía retratos por encargo cuando era adolescente, del periodo neoclásico
centroeuropeo. 
Fue una de las fundadoras de
la Royal Academy of Arts de Londres.
Si bien nació en Suiza, creció en Schwarzenberg, en Vorarlberg (Austria), de donde era oriunda su familia. Su padre, Johann Josef Kauffmann, era pobre y un pintor mediocre, pero aparentemente muy bueno enseñando a su precoz hija.
Gracias a su madre, Cleophea
Lutz, aprendió varios idiomas y desde pequeña leía sin cesar y mostraba un
destacado talento para la música.
Cuando tenía trece años, Kauffman pintó este exquisito autorretrato para demostrar que tenía el mismo talento para la música y la pintura.
En un doble mensaje, muestra con orgullo sus talentos además de revelar desde el principio que está interesada en la autoinvestigación y el descubrimiento.
Su paleta de rosa helado y azul pastel
recuerda mucho a la pintura rococó de principios del siglo XVIII y a artistas
como Jean-Antoine Watteau. De hecho, Kauffman, a esta edad, ya conocía bien la
historia del arte y había frecuentado galerías de arte con su influyente padre
artista.
Reconocida como una niña
prodigio se destacó sobre todo con la pintura, al punto que, ya con doce años,
su fama de buena pintora atrajo a obispos y nobles que posaban para ella. 
En 1754 su padre se la llevó
con él a Milán. Los viajes a Italia se repitieron posteriormente y de mayor
duración.
En 1763 y 1764 visitaron Roma.
Y de Roma marcharon a Bolonia y Venecia, siendo reconocida en todos los lugares
a los que iba tanto por su talento como por su encanto personal. 
En agosto de 1764 Johan
Winckelmann escribió desde Roma a su amigo Franke mencionando la excepcional
popularidad de la pintora. 
Estaba entonces Angelica pintando su retrato, de medio cuerpo, del que también hizo un aguafuerte. Hablaba italiano además de alemán, dice Winckelmann; e igualmente se expresaba con facilidad en francés e inglés, de modo que fue muy conocida entre los británicos que visitaban Roma. «Puede considerársela bella», añade, «y cantando puede igualarse a nuestros mejores virtuosos».
Retrato de David Garrick, en el año 1764.
Una de sus primeras obras fue
un retrato de David Garrick, expuesto el año de su llegada en el «Gran
salón del Sr. Moreing en Maiden Lane». 
La posición de Lady Wentworth
le abrió las puertas de la alta sociedad inglesa a Angelica, que fue bien
recibida en todas partes incluida la casa real británica.
Su amigo más fiel, sin
embargo, fue el pintor sir Joshua Reynolds. 
En su cuaderno de notas, aparece
con frecuencia el nombre de la pintora como Miss Angelica o Miss Angel.
En el año 1766 él la pintó, y
ella le devolvió la atención con su Retrato de Sir Joshua Reynolds. 
Otra prueba de su cercanía a
Reynolds se encuentra en su variación de la obra de Guercino titulada Et in
Arcadia ego, un tema que Reynolds repitió unos años más tarde en su retrato
de la Señora Bouverie y la Señora Crewe.
Cuando, alrededor de noviembre de 1767, ella fue víctima de un engaño para casarla a escondidas con un aventurero que se hacía pasar por conde sueco (el Conde de Horn), Reynolds la sacó del embrollo.
Debido a los buenos oficios de
Reynolds, sin duda alguna, Angelica fue una de las fundadoras de la Royal
Academy, estando entre los firmantes de la famosa petición al rey para que estableciera
una Academia Real de Pintura y Escultura. 
En su primer catálogo de 1769
ella aparece con «R. A.» después de su nombre (un honor que compartió con otra
mujer, Mary Moser); y contribuyó con la pintura Entrevista de Héctor y
Andrómaca y otras tres composiciones clásicas.
Su amistad con Reynolds fue criticada en 1775 por el académico Nathaniel Hone en su cuadro satírico El prestidigitador, en el que atacaba la moda del arte renacentista italianizante; se mofaba de Reynolds, y se apreciaba una caricatura de Kauffmann desnuda, que más tarde Hone repintó. La obra fue rechazada por la Royal Academy.
Desde 1769 hasta 1782,
Angelica exhibió sus pinturas en la exposición anual, enviando a veces hasta
siete cuadros, generalmente con temas clásicos (Ariadna abandonada por Teseo)
o alegóricos. 
Una de las más notables fue Leonardo
expirando en los brazos de Francisco I, de 1778. 
En 1773 fue escogida por la
Academia, con otros, para decorar la Catedral de san Pablo, y fue ella quien,
con Biagio Rebecca, pintó la antigua sala de lectura de la Academia en Somerset
House.
Sus mejores trabajos eran los de pintura de historia, la categoría más lucrativa dentro de la pintura académica del siglo XVIII.
Bajo la dirección de Reynolds,
la Academia hizo un gran esfuerzo para promocionar la pintura de historia entre
un público, el inglés, que estaba más interesado en encargar y comprar retratos
y paisajes. 
A pesar de la buena fama como
pintora que Kauffmann disfrutaba en la sociedad inglesa y de su éxito como
artista, se sentía frustrada por la relativa apatía que los ingleses sentían
hacia la pintura histórica. 
Finalmente optó por dejar
Inglaterra y marcharse al continente donde este género era apreciado y mejor
pagado.
Es probable que su fama decayera algo como consecuencia de su desafortunado primer matrimonio;
Pintó su Autorretrato con traje típico de Vorarlberg, en el año 1781.
Este año después de la muerte de su primer marido (del que estuvo separada durante largo tiempo), se casó con Antonio Zucchi, artista veneciano por entonces residente en Inglaterra.
En 1782 murió su padre.
Poco después ella se retiró a
Roma, donde trabó amistad, entre otros, con Goethe, quien dijo que ella
trabajaba más duro y lograba más que ningún otro artista que él conociese, pero
siempre impaciente, quería hacer más (Viaje italiano de Goethe, 1786-1788)
y vivió durante 25 años, en gran parte, de su antiguo prestigio.
Angelica Kauffman, Autorretrato con busto de Minerva , ca. 1784. ©BÜNDNER KUNSTMUSEUM, COIRA
Pintó La muerte de Alcestis,
en el año 1790.
Hubo un momento en la carrera
de Kauffman en el que parecía que estaba destinada a convertirse en músico.
Hija de un pintor, recibió educación artística y desde el principio fue vista
como un prodigio musical apreciado por su voz de soprano. Sin embargo, al final
se convirtió en pintora, y esta pintura alegoría su lucha por elegir entre las
dos profesiones, con la artista en el centro flanqueada por figuras
personificadas que representan la música y la pintura. El que representa la pintura
sostiene una paleta en una mano y con la otra señala a Kauffman hacia un templo
grecorromano, lo que indica su movimiento hacia el neoclasicismo. La obra
reside ahora en la colección del Nostell Priory en Wragby, Inglaterra.
Autorretrato dudando entre las
artes de la música y la pintura, 1791
En el año 1795 murió su
segundo marido. 
Siguió contribuyendo a la Academia de manera intermitente, exponiendo por última vez en 1797.
Anna Escher von Muralt.
Hacia 1800 pintó Anna Escher von Muralt.
Falleció en
Roma el 5 de noviembre del año 1807 y fue honrada con un espléndido funeral
organizado por el escultor Canova. Toda la Accademia di San Luca, con
eclesiásticos y virtuosos, la siguió la comitiva fúnebre hasta donde sería
inhumada, la iglesia de Sant'Andrea delle Fratte, y, como en el sepelio de
Rafael, dos de sus mejores pinturas fueron exhibidas en la procesión.
Los homenajes post mortem
dedicados a Angelica Kauffman para mantener vivo su recuerdo incluyen:
Un funeral de envergadura en
Roma organizado por el famoso escultor Antonio Canova, presidente de la
Accademia di San Luca, a la cual Kauffman también pertenecía. 
Dos de sus pinturas fueron
llevadas en procesión durante sus exequias en la iglesia de San Andrea delle
Fratte, donde fue enterrada. 
Johann Peter Kaufmann: Retrato de Angelika Kauffmann, busto de mármol, 1808, Roma, exposición Protomoteca Capitolina
Además, un busto suyo fue
colocado junto al de Rafael en el Panteón en Roma, un honor significativo que
reconoce su importancia artística y cultural.
La Royal Academy of Arts de
Londres, de la cual fue miembro fundadora, ha realizado homenajes recientes,
como una exposición en 2024 dedicada a su vida y obra, destacando su rol
pionero como mujer artista en el neoclasicismo.
El Museo Angelika Kauffmann es
un museo en Schwarzenberg, Austria, dedicado a la vida y obra de la pintora
suiza Angelica Kauffman. Se estableció en 2007 en una casa histórica de
Bregenzerwald, para honrar a la que se considera «la gran hija de
Schwarzenberg». Presenta exposiciones temáticas que cambian anualmente y un
amplio programa de eventos.
Ariadna abandonada por Tese - Museo de Huston
Autorretrato del artista
dudando entre las artes de la música y la pintura - - Museo de Berlín
Su obra se conserva y expone
en museos prestigiosos alrededor del mundo, incluyendo su autorretrato en el
Museo de Berlín y varias piezas en la colección del Museo del Prado, lo que
contribuye a la preservación y difusión de su legado artístico.
En su tiempo y después, fue reconocida por intelectuales y artistas como Johann Wolfgang von Goethe, la Emperatriz Catalina la Grande y otros, lo que también se refleja en la memoria histórica y cultural que la mantiene presente.
Aunque su reconocimiento póstumo fue menor en comparación con otros artistas, estos gestos y la continuidad de su presencia en exposiciones y museos aseguran que su legado siga siendo valorado y conocido.
LEGADO
El legado artístico dejado por
Angelica Kauffman perdura hoy principalmente en su papel como una pionera del
neoclasicismo y como una de las primeras mujeres en alcanzar gran
reconocimiento en el mundo del arte académico del siglo XVIII.
 Su obra destaca por combinar la precisión
técnica del neoclasicismo con una sensibilidad femenina que aporta dulzura,
elegancia y una visión humanista a sus pinturas.
Kauffman fue especialmente
reconocida por su dominio en la pintura de historia y el retrato. Sus obras
tienen composiciones equilibradas, figuras idealizadas y un uso armonioso del
color. 
Además, trabajó con alegorías
y escenas narrativas que transmiten valores morales y educativos propios del
espíritu neoclásico, ejemplificado en obras como "Cornelia, madre de los
Gracques" y "Electre y Oreste". 
Su retrato de Johann Wolfgang
von Goethe es un ejemplo de su capacidad para capturar la interioridad
psicológica de sus modelos.
Su legado también consiste en
haber abierto puertas para las mujeres en el arte, siendo una de las primeras
miembro fundadora de la Royal Academy en Londres, un hecho notable en una época
dominada por hombres. 
Su obra y su influencia
inspiraron a generaciones de artistas posteriores, contribuyendo a que la
pintura histórica y el retrato fueran géneros accesibles para las mujeres
artistas.
Además, su arte sigue presente
en colecciones de museos importantes y en exposiciones que rememoran su figura
como una artista esencial del neoclasicismo, asegurando la supervivencia de su
nombre y trabajo en la historia del arte.
FUENTES
https://www.royalacademy.org.uk/


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