IGUALES OPORTUNIDADES PARA TODOS
Informe
mundial sobre la discapacidad (OMS)
Más de mil millones de personas viven en todo el
mundo con alguna forma de discapacidad; de ellas, casi 200 millones
experimentan dificultades considerables en su funcionamiento.
En los años futuros, la discapacidad será un motivo
de preocupación aún mayor, pues su prevalencia está aumentando. Ello se debe a
que la población está envejeciendo y el riesgo de discapacidad es superior
entre los adultos mayores, y también al aumento mundial de enfermedades
crónicas tales como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y
los trastornos de la salud mental.
En consecuencia, la Organización Mundial de la
Salud y el Grupo del Banco Mundial han producido conjuntamente este Informe
mundial sobre la discapacidad, para proporcionar datos destinados a la
formulación de políticas y programas innovadores que mejoren las vidas de las
personas con discapacidades y faciliten la aplicación de la Convención de
Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que entró
en vigor en mayo de 2008.
En todo el mundo, las personas con discapacidad
tienen peores resultados sanitarios, peores resultados académicos, una menor
participación económica y unas tasas de pobreza más altas que las personas sin
discapacidad. En parte, ello es consecuencia de los obstáculos que entorpecen
el acceso de las personas con discapacidad a servicios que muchos de nosotros
consideramos obvios, en particular la salud, la educación, el empleo, el
transporte, o la información. Esas dificultades se exacerban en las comunidades
menos favorecidas.
El Informe mundial sobre la discapacidad reúne la
mejor información disponible sobre la discapacidad con el fin de mejorar la
vida de las personas con discapacidad. Ofrece a los gobiernos y la sociedad
civil un análisis exhaustivo de la importancia de la discapacidad y de las
respuestas proporcionadas, basado en las mejores pruebas disponibles, y
recomendar la adopción de medidas de alcance nacional e internacional.
La visión que nos impulsa es la de un mundo
inclusivo en el que todos podamos vivir una vida de salud, comodidad y
dignidad. Les invitamos a que utilicen los datos de este informe para
contribuir a hacer realidad esa visión.
Recomendaciones
Aunque
muchos países han empezado a adoptar medidas para mejorar la vida de las
personas con discapacidad, es mucho lo que queda por hacer. Las pruebas
presentadas en este Informe señalan que muchos de los obstáculos a que se enfrentan
las personas con discapacidad son evitables, y que pueden superarse las desventajas
asociadas a la discapacidad. Las nueve
recomendaciones siguientes son transversales, y están guiadas por las
recomendaciones más específicas que aparecen al final de cada capítulo.
Ponerlas
en práctica requiere la implicación de diferentes sectores
(salud,
educación, protección social, trabajo, transporte, vivienda) y de diferentes agentes
(gobiernos; organizaciones de la sociedad civil, incluidas las organizaciones
de personas con discapacidad; profesionales; el sector privado; personas con
discapacidad y sus familias; el público general; el sector privado, y los
medios de comunicación).
Es
esencial que los países adapten las medidas recomendadas a sus contextos específicos.
Cuando los países adolecen de recursos limitados, algunas de las intervenciones
prioritarias, especialmente las que requieren asistencia técnica y creación de
capacidad, pueden incluirse en el marco de la cooperación internacional
1:
Posibilitar el acceso a todos los sistemas y servicios convencionales
Las
personas con discapacidad tienen necesidades ordinarias: de salud y bienestar, de
seguridad económica y social, de aprendizaje y desarrollo de aptitudes. Esas necesidades
pueden -y deberían- quedar satisfechas por los programas y servicios convencionales.
Por medio
del proceso de transversalización de la discapacidad, los gobiernos y otras
partes interesadas afrontan los obstáculos que impiden que las personas con
discapacidad participen, en condiciones de igualdad con otros, en cualquier actividad
o servicio previstos para la población general, como educación, salud, empleo y
servicios sociales. Para conseguirlo, pueden estar indicados cambios de leyes,
políticas, instituciones y entornos. La transversalización de la discapacidad no
solo satisface los derechos humanos de las personas con discapacidad: también puede
ser más rentable.
La
transversalización de la discapacidad exige un compromiso a todos los niveles,
asumido por la totalidad de los sectores e integrado en las leyes, normas, políticas,
estrategias y planes, nuevos y existentes. Adoptar el diseño universal y realizar
adaptaciones razonables son dos estrategias importantes. La transversalización
también requiere una planificación eficaz, recursos humanos e inversión
financiera suficiente, acompañada de medidas específicas, como programas y servicios
orientados (véase la recomendación 2), para asegurar que se satisfagan adecuadamente
las necesidades diversas de las personas con discapacidad.
2:
Invertir en programas y servicios específicos para las personas con
discapacidad
Aparte de
los servicios convencionales, algunas personas con discapacidad pueden requerir
acceso a medidas específicas, como rehabilitación, servicios de apoyo o
formación. La rehabilitación -incluidos los dispositivos auxiliares, como
sillas de ruedas o audífonos- mejoran el funcionamiento y la autonomía. Una
serie de servicios comunitarios de asistencia y apoyo debidamente regulados
puede satisfacer las necesidades de cuidado y hacer posible que las personas
con discapacidad vivan autónomamente y participen en la vida económica, social
y cultural de su comunidad. La formación y rehabilitación profesionales pueden
brindar oportunidades en el mercado laboral.
Aunque es
necesario disponer de más servicios, también se necesitan unos servicios
multidisciplinarios mejores, más accesibles, flexibles, integrados y bien coordinados,
sobre todo en los procesos de transición, como entre los servicios pediátricos
y los destinados a los adultos. Hay que revisar los programas y servicios
existentes para valorar su rendimiento e introducir cambios que mejoren su cobertura,
eficacia y eficiencia. Los cambios deberían basarse en pruebas objetivas sólidas,
ser apropiados para la cultura y otras características locales, y ensayarse en
el ámbito local.
3:
Adoptar una estrategia y un plan de acción nacionales sobre discapacidad
Una
estrategia nacional sobre discapacidad presenta una visión consolidada e integral
a largo plazo para mejorar el bienestar de las personas con discapacidad, y
debería abarcar tanto las áreas de políticas y programas convencionales como los
servicios específicos para las personas con discapacidad. La formulación, aplicación
y vigilancia de una estrategia nacional deberían aunar a todo el espectro de
sectores y partes interesadas.
El plan
de acción articula la estrategia a corto y mediano plazo, estipulando medidas y
calendarios concretos para su puesta en práctica, definiendo objetivos, designando
organizaciones responsables y planificando y asignando los recursos necesarios.
La estrategia y el plan de acción deberían estar informados por un análisis de
la situación, teniendo en cuenta factores tales como la prevalencia de la
discapacidad, las necesidades de servicios, la situación social y económica, la
eficacia y deficiencias de los servicios actuales, y los obstáculos ambientales
y sociales. Se necesitan mecanismos para clarificar a quién corresponde la
responsabilidad en materia de coordinación, toma de decisiones, vigilancia y
presentación de informes periódicos, y control de recursos
3:
Adoptar una estrategia y un plan de acción nacionales sobre discapacidad
Una
estrategia nacional sobre discapacidad presenta una visión consolidada e integral
a largo plazo para mejorar el bienestar de las personas con discapacidad, y debería
abarcar tanto las áreas de políticas y programas convencionales como los
servicios específicos para las personas con discapacidad. La formulación, aplicación
y vigilancia de una estrategia nacional deberían aunar a todo el espectro de
sectores y partes interesadas.
El plan
de acción articula la estrategia a corto y mediano plazo, estipulando medidas y
calendarios concretos para su puesta en práctica, definiendo objetivos, designando
organizaciones responsables y planificando y asignando los recursos necesarios.
La estrategia y el plan de acción deberían estar informados por un análisis de
la situación, teniendo en cuenta factores tales como la prevalencia de la
discapacidad, las necesidades de servicios, la situación social y económica, la
eficacia y deficiencias de los servicios actuales, y los obstáculos ambientales
y sociales. Se necesitan mecanismos para clarificar a quién corresponde la
responsabilidad en materia de coordinación, toma de decisiones, vigilancia y
presentación de informes periódicos, y control de recursos.
4:
Asegurar la participación de las personas con discapacidad
Las
personas con discapacidad tienen a menudo perspectivas únicas acerca de su discapacidad
y su situación. Al formular y poner en práctica políticas, leyes y servicios,
hay que consultar con personas con discapacidad y lograr su participación activa.
Las organizaciones de personas con discapacidad pueden necesitar procesos de
generación de capacidades y recibir apoyo para emancipar a sus miembros y
abogar por sus necesidades.
Las
personas con discapacidad tienen derecho a controlar su vida, y, por tanto, deben
ser consultadas sobre cuestiones que les incumban directamente, bien sea salud,
educación, rehabilitación o vida comunitaria. Puede ser necesario apoyar la
toma de decisiones para hacer posible que algunos individuos comuniquen sus necesidades
y elecciones.
5:
Mejorar la capacidad de recursos humanos
La
capacidad de recursos humanos puede mejorarse a través de una educación, formación
y contratación eficaces. Una revisión del conocimiento y las competencias del
personal en áreas pertinentes puede proporcionar un punto de partida para
formular medidas apropiadas que permitan mejorarlos. En los currículos y programas de acreditación vigentes debería
incorporarse la formación pertinente en materia de la discapacidad, que incluya
los principios de los derechos humanos. Debería impartirse formación dentro del
servicio a los actuales profesionales responsables de la prestación y gestión
de los servicios. Por ejemplo, reforzar la capacidad de los trabajadores de
atención primaria de salud -y asegurar la disponibilidad de personal
especializado cuando se requiera- contribuye a una asistencia sanitaria eficaz
y asequible para las personas con discapacidad.
Muchos
países carecen de personal suficiente en campos como la rehabilitación y la
educación especial. Elaborar pautas para la formación de los diferentes tipos y
niveles de personal puede contribuir a abordar este déficit de recursos. En ciertos
contextos y sectores pueden ser pertinentes las medidas para mejorar la conservación
del personal.
6:
Proporcionar financiación suficiente y mejorar la asequibilidad
La
financiación suficiente y sostenible de los servicios prestados por el sector público
es imprescindible para asegurar que éstos lleguen a todos los beneficiarios potenciales
y sean de buena calidad. Algunas medidas que pueden contribuir a mejorar la
prestación de servicios son adjudicarlos a contratistas externos, reforzar las
alianzas entre los sectores público y privado y delegar el control de los presupuestos
a las personas con discapacidad para que compren directamente la asistencia que
necesitan. Durante la elaboración de la estrategia nacional sobre la
discapacidad y los planes de acción conexos, deberían estudiarse y financiarse debidamente
la asequibilidad y sostenibilidad de las medidas propuestas.
Con el
fin de mejorar la asequibilidad de los bienes y servicios para las personas con
discapacidad y compensar los costos adicionales asociados a la discapacidad, deberían
tenerse en cuenta la ampliación de la cobertura de los seguros sanitarios y
sociales -asegurando que las personas pobres y vulnerables con discapacidad se beneficien
de redes de protección social orientadas a la pobreza- y la introducción de
exenciones de honorarios, tarifas reducidas de transporte y reducciones en los impuestos
y aranceles sobre importaciones de productos médicos duraderos y tecnologías
auxiliares.
7:
Fomentar la sensibilización pública y la comprensión de la discapacidad
El
respeto y comprensión mutuos contribuyen a una sociedad inclusiva. Por consiguiente,
es fundamental mejorar la comprensión pública de la discapacidad, oponerse a
las percepciones negativas y representar la discapacidad en su justa medida.
Recopilar
información sobre el conocimiento, creencias y actitudes acerca de la discapacidad
puede ayudar a identificar deficiencias en la comprensión pública que puedan
superarse mediante educación e información pública. Los gobiernos, organizaciones
benéficas y asociaciones profesionales deberían estudiar la puesta en marcha de
campañas de marketing social que ayuden a cambiar las actitudes frente a las
cuestiones estigmatizadas, como el VIH, las enfermedades mentales o la lepra.
La participación de los medios de comunicación es crucial para el éxito de
estas campañas y para asegurar la divulgación de historias positivas sobre personas
con discapacidad y sus familias.
8:
Mejorar la recopilación de datos sobre discapacidad
En el
plano internacional, es necesario desarrollar metodologías para recopilar datos
sobre las personas con discapacidad. Estas metodologías deben ensayarse en
diferentes culturas y aplicarse de forma congruente. Es necesario normalizar los
datos y compararlos internacionalmente para medir y vigilar los progresos realizados
en las políticas sobre discapacidad y en la aplicación de la CDPD en los ámbitos
nacional e internacional.
En el
plano nacional, la discapacidad debería incluirse en la recopilación de datos.
Las
definiciones uniformes de discapacidad, basadas en la CIF, pueden posibilitar la
obtención de datos comparables internacionalmente. Como primer paso, pueden recopilarse
datos del censo nacional de población, de acuerdo con las recomendaciones del
Grupo de Washington sobre medición de la discapacidad y la Comisión de Estadística,
ambos pertenecientes a las Naciones Unidas. Un planteamiento rentable y
eficiente consiste en incluir preguntas sobre discapacidad -o un módulo sobre
discapacidad- en las encuestas por muestreo existentes. Los datos también deben
desglosarse por características de la población para determinar patrones,
tendencias e información sobre subgrupos de personas con discapacidad.
Las
encuestas específicas sobre discapacidad también pueden ayudar a obtener
información más exhaustiva sobre las características de la discapacidad, como
la prevalencia, los problemas de salud asociados a la discapacidad, el uso y necesidad
de servicios, la calidad de vida, las oportunidades y las necesidades de rehabilitación.
9:
Reforzar y apoyar la investigación sobre discapacidad
La
investigación es esencial para aumentar la comprensión pública acerca de la problemática
de la discapacidad, informar las políticas y programas sobre discapacidad y
asignar recursos de manera eficiente.
En este
Informe se recomiendan diversos ámbitos de investigación sobre la discapacidad,
como el efecto de los factores ambientales (políticas, entorno físico, actitudes)
sobre la discapacidad y cómo medirlo; la calidad de vida y bienestar de las
personas con discapacidad; lo que funciona en la superación de los obstáculos en
diversos contextos; y la eficacia y resultados de los servicios y programas
para personas con discapacidad.
Es
necesario crear una masa crítica de investigadores especializados en discapacidad.
Asimismo, deberían reforzarse las aptitudes de investigación en una diversidad
de disciplinas, como epidemiología, estudios sobre discapacidad, salud, rehabilitación,
educación especial, economía, sociología y políticas públicas. También pueden ser
útiles las oportunidades de aprendizaje e investigación de carácter
internacional, conectando universidades de
países en desarrollo con otras en países de ingresos altos y medianos.
Traducir
las recomendaciones en la adopción de medidas
Para
poner en práctica las recomendaciones, se requiere que una amplia gama de
partes interesadas adopte un compromiso y unas medidas firmes. Aunque los gobiernos
nacionales desempeñan la función más significativa, otros agentes también
tienen papeles importantes. En los siguientes apartados se destacan algunas de
las medidas que pueden adoptar las diversas partes interesadas.
Los gobiernos pueden:
Examinar
y revisar las leyes y políticas existentes para cerciorarse de que sean coherentes
con la CDPD; examinar y revisar los mecanismos de cumplimiento y aplicación
coercitiva.
Examinar
las políticas, sistemas y servicios convencionales y específicos para la
discapacidad, con el fin de identificar lagunas y obstáculos y planificar la adopción
de medidas para superarlos.
Formular
una estrategia y un plan de acción nacionales sobre discapacidad, estableciendo
líneas claras de responsabilidad de los distintos sectores y mecanismos de
coordinación, vigilancia y notificación entre ellos.
Reglamentar
la prestación de servicios introduciendo normas y vigilar y asegurar su
cumplimiento.
Asignar
recursos suficientes a los servicios existentes de financiación pública, y
financiar de forma apropiada la aplicación de la estrategia y el plan de acción
nacionales sobre discapacidad.
Fijar
normas nacionales de accesibilidad y asegurar su cumplimiento en los nuevos
edificios, en el transporte y en la información y comunicación.
Introducir
medidas para asegurar que las personas con discapacidad estén protegidas contra
la pobreza y se beneficien adecuadamente de los programas convencionales de
mitigación de la pobreza.
Incluir
la discapacidad en los sistemas nacionales de recopilación de datos y
presentar, en la medida de lo posible, datos desglosados por discapacidad.
Emprender
campañas de comunicación para aumentar el conocimiento y la comprensión
públicos de la discapacidad.
Establecer
mecanismos para que las personas con discapacidad y terceras partes presenten
denuncias sobre cuestiones de derechos humanos y sobre leyes que no se aplican
o cumplen.
Los organismos de las Naciones
Unidas y las organizaciones de las Naciones Unidas para el desarrollo pueden:
Incluir
la discapacidad en los programas de ayuda para el desarrollo, utilizando un
enfoque de doble vía.
Intercambiar
información y coordinar acciones con el fin de acordar prioridades en las iniciativas
para adquirir enseñanzas y reducir la duplicación de esfuerzos
Proporcionar
asistencia técnica a los países para que generen capacidad y refuercen las
políticas, sistemas y servicios existentes; por ejemplo, compartiendo prácticas
buenas y prometedoras.
Contribuir
al desarrollo de metodologías de investigación comparables
internacionalmente.
Introducir
periódicamente datos pertinentes sobre discapacidad en las publicaciones
estadísticas.
Las
organizaciones de personas con discapacidad pueden:
Apoyar a
las personas con discapacidad para que sean conscientes de sus derechos, vivan
de forma autónoma y desarrollen sus aptitudes.
Apoyar a
los niños con discapacidad y sus familias para asegurar su inclusión en el
sistema educativo.
Representar
las opiniones de sus miembros ante los proveedores de servicios y los
responsables de tomar decisiones de los ámbitos internacional, nacional y
local, y abogar públicamente por sus derechos.
Contribuir
a la evaluación y vigilancia de los servicios, y colaborar con investigadores
para apoyar investigaciones aplicadas que puedan contribuir al desarrollo de
servicios.
Fomentar
la sensibilización y comprensión públicas acerca de los derechos de las
personas con discapacidad; por ejemplo, mediante campañas y formación sobre
discapacidad e igualdad.
Realizar
auditorías de entornos, transporte y otros sistemas y servicios con el fin de
promover la eliminación de obstáculos
Los proveedores de servicios pueden
Llevar a
cabo auditorías sobre acceso, en colaboración con grupos locales de personas
con discapacidad, para identificar barreras físicas y de información que puedan
contribuir a su exclusión.
Asegurar
que el personal esté convenientemente cualificado en cuestiones de
discapacidad, proporcionando la formación necesaria e incluyendo a los usuarios
de los servicios en la preparación y realización de actividades de capacitación.
Elaborar
planes de servicios individuales en consulta con las personas con discapacidad
y sus familias, cuando sea necesario.
Introducir
sistemas de gestión de casos, derivación y mantenimiento electrónico de
registros para coordinar e integrar la prestación de servicios.
Asegurar
que las personas con discapacidad estén informadas de sus derechos y de los
mecanismos para formular denuncias.
Las instituciones docentes pueden:
Eliminar
obstáculos para la contratación y participación de estudiantes y personal con
discapacidad.
Asegurar
que los cursos de formación profesional incluyan información adecuada sobre la
discapacidad, basada en los principios de los derechos humanos
Efectuar
investigaciones sobre la vida de las personas con discapacidad y sobre los
obstáculos discapacitantes, en consulta con organizaciones de personas con
discapacidad.
El sector privado puede:
Facilitar
el empleo para las personas con discapacidad, asegurando que la contratación
sea equitativa, que se ofrezcan adaptaciones razonables y que los empleados que
resulten discapacitados en el desempeño de su trabajo cuenten con apoyo para
reintegrarse al mundo laboral.
Eliminar
los obstáculos al acceso a la micro financiación, de modo que las personas con
discapacidad puedan desarrollar sus propios negocios.
Desarrollar
una serie de servicios de calidad que apoyen a las personas con discapacidad y
sus familias en diferentes etapas de su ciclo vital.
Asegurar
que los proyectos de construcción, como espacios públicos, oficinas y
viviendas, incluyan un acceso adecuado para las personas con discapacidad.
Asegurar
que los productos, sistemas y servicios de la tecnología de la información y
comunicación sean accesibles para las personas discapacitadas.
Las comunidades pueden:
Poner en
entredicho y mejorar sus propias creencias y actitudes.
Promover
la inclusión y participación de las personas con discapacidad en la comunidad.
Asegurar
que los entornos comunitarios (como escuelas, áreas recreativas y centros
culturales) sean accesibles para las personas con discapacidad.
Oponerse
a la intimidación y violencia contra las personas con discapacidad.
Las personas con discapacidad y
sus familias pueden:
Ayudar a
otras personas con discapacidad mediante el apoyo entre pares, formación,
información y asesoramiento.
Promover
los derechos de las personas con discapacidad dentro de sus comunidades
locales.
Participar
en campañas de sensibilización y marketing social.
Participar
en foros (internacionales, nacionales, locales) dirigidos a establecer prioridades
para el cambio, influir en las políticas y configurar la prestación de
servicios.
Participar
en proyectos de investigación.
Conclusión
La CDPD
estableció un programa para el cambio. El Informe mundial sobre la Discapacidad
analiza la situación actual de las personas con discapacidad. Pone de relieve
las lagunas existentes en el conocimiento de este problema y hace hincapié en
la necesidad de llevar a cabo más investigaciones e impulsar la formulación de
políticas. Las recomendaciones aquí presentadas pueden contribuir a establecer
una sociedad inclusiva y favorable para el progreso de las personas con discapacidad.
FUENTES
http://www.who.int/
http://www.parlamento.gub.uy
http://www.oei.es/