Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

viernes, 14 de junio de 2024

14 DE JUNIO DE 1928 NACÍA JOSÉ FERNANDO BONAPARTE

 

EL MAESTRO DEL

 MESOZOICO

 


José Fernando Bonaparte nació en la ciudad de Rosario el 14 de junio de 1928.

Fue un reconocido paleontólogo Argentino y apodado como «el maestro del mesozoico» realizó grandes investigaciones que aportaron en el conocimiento sobre la diversidad de la fauna mesozoica de Sudamérica y como era distinta a Norteamérica.

Entre sus hallazgos podemos citar a dinosaurios conocidos como Abelisaurus, Saltasaurus, Carnotaurus, Amargasaurus entre otros.

Si bien los fósiles de vertebrados mesozoicos eran conocidos desde el siglo XIX, el abordaje teórico, la intensidad de los trabajos de campo propiciados por los novedosos descubrimientos y los estudios científicos realizados por Bonaparte no tienen precedente en la paleontología sud americana, pudiéndose trazar un paralelo con lo que fueron los hermanos Ameghino, para el estudio de los mamíferos cenozoicos argentinos, y Othniel C. Marsh y Edward D. Cope, para el desarrollo de la paleontología norteamericana.

Hijo de Héctor Elías Bonaparte Lacroix y Margarita Ibarrola, “Bona”. Su padre era comerciante viajero.

En el año 1939, luego de vivir en distintas ciudades del país, su familia se instaló en la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires.

Allí despertó su pasión por los fósiles. Con poco más de 10 años conoció a Don Andrés Canessa, quien atesoraba una colección de fósiles de mamíferos del Pleistoceno. Don Andrés era un reconocido naturalista viajero del Museo de La Plata que trabajó junto a Francisco P. Moreno, Florentino y Carlos Ameghino y Clemente Onelli, entre otros, y fue catalizador para que la búsqueda de fósiles en las barrancas del Río Luján y aledaños fuera la nueva actividad del joven Bonaparte.

Inauguración del Museo Popular de Ciencias Naturales Carlos Ameghino. Entre los presentes, el joven José Fernando Bonaparte (Imagen gentileza de Tulio Ortiz)


Museo Municipal de Ciencias Naturales “Carlos Ameghino”.


El 26 de octubre de 1947, luego de varios años de colecta de material paleontológico y arqueológico, y con el objetivo de exponer sus hallazgos, “Bona” y sus amigos y colegas de entonces, Italo y Octimio Landi, Albor Ungaro, Aníbal Cueto, Juan Arnaldo Pisano y Rodolfo Capaccio, fundaron en Mercedes, un museo que actualmente se conoce como el Museo Municipal de Ciencias Naturales “Carlos Ameghino”.

José Bonaparte, Albor Úngaro y amigos. Con el Ford T de la foto viajaría a Tucumán a asumir su cargo en el laboratorio del Instituto Miguel Lillo (Imagen gentileza de Museo Carlos Ameghino)

En asociación con otros museos regionales, como el de Luján (con José A. Mignone) y el de San Antonio de Areco (con Carlos Merti), realizaron viajes de campo, reuniones científicas y publicaciones locales, además de un importante intercambio epistolar con paleontólogos de importantes instituciones argentinas (e.g., Carlos Rusconi, Osvaldo Reig) y del extranjero.



En el año 1958, aunque no poseía una formación académica formal, el dinamismo y la visibilidad de Bonaparte fueron fundamentales para que el destacado paleontólogo y biólogo evolutivo Osvaldo Reig lo invitara a formar parte de sus viajes de campo y de la preparación de los fósiles triásicos de San Juan, en el recién formado Laboratorio de Vertebrados Fósiles del Instituto “Miguel Lillo” (IML) de Tucumán.

Inmediatamente, Reig lo incentivó para dedicarse a la investigación, comenzando con el estudio de los cinodontes triásicos, dando inicio a su carrera científica vinculada al Mesozoico. 

La interacción con Osvaldo Reig, Rodolfo Casamiquela, Rosendo Pascual, Sergio Archangelsky, Rafael Herbst, destacados zoólogos, geólogos y botánicos en Tucumán y los más sobresalientes paleontólogos y biólogos evolutivos extranjeros de entonces, como Alfred S. Romer, George G. Simpson, Alan Charig, Brian Patterson y Ernst Mayr, entre otros, le permitió absorber las bases teóricas necesarias para llevar adelante su actividad paleontológica.

En 1963 Bonaparte generó en poco tiempo una serie de publicaciones que le permitieron ingresar a la Carrera del Investigador Científico y Tecnológico (CIC) del CONICET.

En el año 1974 recibió de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) el título de Doctor honoris causa, en particular por los estudios sobre la fauna triásica.

Esto lo habilitó a ejercer como profesor en esa casa de estudios, desde 1975 hasta 1984.


Edificio del Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", principal museo de ciencias naturales de la República Argentina, ubicado dentro del Parque Centenario, en el barrio de Caballito (Buenos Aires).

En 1978, “Bona” se trasladó a Buenos Aires, donde estuvo a cargo de la Sección Paleontología de Vertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN) hasta su jubilación en 2004.

Luego de un corto plazo en el Instituto de Neurobiología de Buenos Aires y la Fundación de Historia Natural “Félix de Azara” (Buenos Aires), volvió a Mercedes en 2007, continuando su labor desde el museo que él fundó y, en los últimos años, desde su propia casa.

Desde el inicio de su carrera, Bonaparte fue capaz de llevar adelante tres aspectos fundamentales:

1) colecta y preparación de los fósiles;

2) publicaciones científicas y visibilidad internacional;

y 3) di vulgación de la paleontología.

A partir de la década de 1960, Bonaparte comenzó a realizar trabajos de campo sistemáticos en distintas localidades, focalizándose en rocas mesozoicas del norte, oeste y sur del país, y también de otros países (e.g., Brasil, Perú). Cada salida promediaba los dos meses, incluía prospecciones en distintas localidades y unidades geológicas, y el recorrido de miles de kilómetros en busca de material fósil. 

Por ejemplo, un viaje de Tucumán a Cerro Cóndor (localidad en el centro de Chubut, donde se encontraron importantes restos del Jurásico) significaba 2400 km de distancia y, durante el trayecto, “Bona” y colaboradores iban descubriendo nuevas localidades y recolectando material.

Facultad de Ciencias Naturales 

 Instituto Miguel Lillo (IML)

Un 11 de diciembre de 1930 nació el Instituto Dr. Miguel Lillo, sobre la base de un legado instituido a favor de la Universidad Nacional de Tucumán por el eminente sabio y naturalista tucumano, Miguel Ignacio Lillo

José F. Bonaparte en el Laboratorio de Vertebrados Fósiles del Instituto “Miguel Lillo” (década de 1960). 


Esta tenacidad resultó en el descubrimiento de numerosos sitios nuevos y fósiles que abarcan desde el Triásico al Paleoceno, enriqueciendo las colecciones del IML en Tucumán y luego del MACN en Buenos Aires.


José F. Bonaparte junto a su equipo de la Universidad Nacional de Tucumán (T. Fasola, M. Vince, J. M. Cari y J. C. Leal), en la Formación Los Colorados, La Rioja, en el año 1964.

Sus descubrimientos también sirvieron para fomentar posteriormente la creación de museos locales y enriquecer las colecciones provinciales, una vez sancionadas las distintas leyes de protección del patrimonio paleontológico, durante la década de 1990.

Su desempeño técnico no solo resultó en los trabajos de campo exitosos, sino también en la preparación de los especímenes colectados, el moldeado y copiado de los fósiles, y el montaje de los esqueletos. En cada institución que trabajó, supo generar un espacio para la divulgación de la paleontología con el armado de esqueletos y dioramas.

En Tucumán, coordinó el montaje del aetosaurio Neoaetosauroides, los dinosaurios Herrerasaurus, Riojasaurus y Saltasaurus, y el dicinodonte Ischigualastia.

Sala de Paleontología MACN

Bonaparte junto a un ejemplar de Amargasaurus cazaui en el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (Imagen gentileza de National Geographic)

En el MACN, reestructuró la sala de Paleontología (previamente destinada principalmente a fósiles del Cenozoico) con el montaje de los dinosaurios Patagosaurus, Piatnitzkysaurus, Carnotaurus, Amargasaurus, Kritosaurus y Patagopteryx, así como de otros animales mesozoicos (Lagosuchus, Pterodaustro y Caypullisaurus).

Incluso, realizó numerosas reproducciones de dinosaurios argentinos que se expo nen en los principales museos del mundo y en exposiciones itinerantes de dinosaurios y otros reptiles mesozoicos de Argentina, que dieron la vuelta al globo desde los años ‘90.

 En esta línea, supo conjugar también la escritura de varios libros de divulgación que relatan sus descubrimientos y son una fuente documental de la revolución que estos hallazgos produjeron en el conocimiento de la fauna del Mesozoico de América del Sur.



Su legado científico incluye más de 150 contribuciones, siete libros, el descubrimiento de numerosas localidades mesozoicas hoy clásicas en Argentina y Brasil, y el reconocimiento de aproximadamente 70 especies nuevas de vertebrados fósiles (la mayoría de ellas aún válidas), incluyendo temnospón dilos, lepidosauriomorfos, ornitosúquidos, aetosaurios, “rauisuquios”, “esfenosúquidos”, protosúqui dos, notosuquios, pterosaurios, sauropodomorfos (incluyendo formas triásicas, jurásicas y cretácicas), terópodos (incluyendo aves cretácicas), ornitisquios, dicinodontes, cinodontes traversodóntidos, probainognatios no mamalianos y mamíferos mesozoicos y paleógenos. Entre las especies creadas por “Bona” destacamos los lepidosauromorfos Cargninia enigmatica y Clevosaurus brasiliensis, los ornitosúquidos Riojasuchus tenuisceps y Venaticosuchus rusconii, el aetosaurio Neoaetosauroides engaeus, el “rauisúquio” Fasolasuchus tenax, el “esfenosúquido” Pseudohesperosuchus jachaleri, el pterosaurio Pterodaustro guinazui, los sauropodomorfos Mussaurus patagonicus, Riojasaurus incertus, Amargasaurus cazaui, Argentinosaurus huinculensis y Saltasaurus loricatus, los terópo dos Guaibasaurus candelariensis (aunque de posición filogenética aún incierta), Piatnitzkysaurus floresi, Alvarezsaurus calvoi, Noasaurus leali, Abelisaurus comahuensis y Carnotaurus sastrei, el ave Patagopteryx deferrariisi, los cinodontes Pascualgnathus polanskii, Chaliminia musteloides, Riograndia guaibensis y Brasilodon quadrangularis, y los primeros restos óseos de mamíferos mesozoicos sudamericanos Mesungulatum houssayi, Gondwanatherium patagonicum y Vincelestes neuquenianus (el más completo conocido hasta ahora), entre otros.

Algunos de estos taxones sobrepasaron el ámbito netamente académico y se instalaron en la cultura popular, compitiendo con los vertebrados mesozoicos más famosos del hemisferio norte, ganando espacio en libros infantiles y películas de ciencia ficción norteamericanas.


 Además de la descripción de nuevas especies y ocasionalmente  enteramente nuevos, Bonaparte desarrolló importantes interpretaciones sobre el aparato locomotor de los arcosaurios y el origen de los dinosaurios, la evolución de la complejidad vertebral entre los dinosaurios saurópodos, el origen de los mamíferos y su diversificación en el Cretácico, y la biogeografía del Mesozoico, reconociendo las faunas laurásicas y gondwánicas, así como otras interpretaciones bioestratigráficas y paleoecológicas de los variados grupos taxonómicos que estudió. Las colecciones paleontológicas generadas por Bonaparte y su equipo fueron y son aún la base de numerosos estudios, incluso tesis doctorales, y constituyen una referencia obligada para los estudiosos de las faunas de vertebrados del Mesozoico de Gondwana.

 

Tras más de 70 años ininterrumpidos dedicados a la paleontología de vertebrados, Bonaparte recibió numerosas distinciones por su trayectoria:

El Arnold Guyot Memorial Award de la National Geographic Society (1989),

El Forschungspreisträger de la Fundación Alexander von Humboldt (1992),

El Premio Konex (1993)

El Premio Ángel Cabrera de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1994)

El Premio al Mérito Paleontológico de la Asociación Paleontológica Argentina (1996)

La Medalla Romer-Simpson de la Society of Vertebrate Paleontology (2008)

El nombramiento de Personalidad Destacada de la provincia de Buenos Aires (2012)

Asimismo, numerosas entidades dieron su apoyo a sus investigaciones y viajes de estudio (CONICET, Fundación Miguel Lillo, John Simon Guggenheim Memorial Foundation, National Geographic Society, Field Museum of Natural History, Deutsche Akademischer Austauschdienst, Universidad Autónoma de Madrid, Alexander von Humboldt-Stiftung, Ligabue Foundation, Fundação Zoobotânica-RS, Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico, etc.).

 Bonaparte contó siempre con colaboradores, a varios de los cuales orientó en sus estudios académicos, que lo acompañaron en las tareas de campo, preparación, montaje, estudio y divulgación de los descubrimientos.

Entre ellos, se destacan Galileo Scaglia, Martín Vince, Juan Carlos Leal, Jorge Leal, Tomás H. Fasola, Roberto Cei, José María Chani, Roberto Fernández Larrinaga, Jaime Powell, Orlando A. Gutiérrez, Miguel F. Soria (h), Fernando E. Novas, Luis M. Chiappe, Guillermo W. Rougier, Rodolfo Coria, Leonardo Salgado, Jorge Calvo, Roberto Abel, Oscar De Ferrariis, Ignacio Garate Zubillaga, Jorge F. Will, José Luis Gómez, Raúl Vacca, Pablo Puerta, Oscar Donadío, Adriana Albino, Andrea Arcucci, Bernardo González Riga, Silvana Montanelli, Ubaldo J., Adrián, Carlos y Juan J. Bonaparte, Sebastián Apesteguía, Marcelo Isasi, Daniel Hernández, Alejandro Kramarz, Diego Pol, Santiago Reuil, Adrián Giacchino, Cesar L. Schultz, Marina Bento Soares, Yamila Gurovich, Jorge L. Blanco, Fernando Chávez, Stella Alvarez, Rodrigo Paz, Agustín G. Martinelli y Analía M. Forasiepi, entre muchos otros.


 Algunas de las especies descriptas por José F. Bonaparte; de atrás hacia adelante: Ar gentinosaurus huinculensis Bonaparte y Coria, 1993, Pterodaustro guinazui Bonaparte, 1979, Saltasaurus lo ricatus Bonaparte y Powell, 1980, Amargasaurus cazaui Salgado y Bonaparte, 1991, Carnotaurus sastrei Bona parte,1985, Fasolasuchus tenax Bonaparte, 1981, Neoaetosauroides engaeus Bonaparte, 1967, Pascualgnathus polanski Bonaparte, 1966, Gondwanatherium patagonicum Bonaparte, 1986, Patagopteryx deferrariisi Alva renga y Bonaparte, 1992, Clevosaurus brasiliensis Bonaparte y Sues, 2006, Riograndia guaibensis Bonaparte, Ferigolo y Ribeiro, 2001, y Vincelestes neuquenianus Bonaparte, 1986. Dibujo realizado por Jorge L. Blanco. 


José F. Bonaparte en su casa, en la localidad de Mercedes, trabajando sobre el origen de los mamíferos (2015).

Su paso por el MACN dejó una huella imborrable, tanto por la incorporación en la colección de la Sección de Paleontología de Vertebrados de valiosos materiales, la inclusión de dinosaurios en la muestra permanente y los trabajos científicos que contribuyeron a la visibilidad de la institución en todo el mundo. Bonaparte tuvo un espíritu incansable, inagotable y un tanto indomable. Nunca alejado de la disciplina que lo apasionó, transmitió sus ideas y, por sobre todo, contagió su entusiasmo por el trabajo.

El 18 de febrero de 2020 falleció en Mercedes, Buenos Aires.

El momento de su muerte lo encontró escribiendo sobre las faunas del Triásico de América del Sur y sus ideas sobre el origen de los mamíferos.

FUENTES

http://www.scielo.org.ar/

https://www.researchgate.net/

https://es.wikipedia.org/

https://www.researchgate.net/

 

 


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