JOHN FRANKLIN ENDERS
Sus padres fueron John Ostrom Enders, un banquero de Hartford, y Harriet Goulden Enders (de soltera Whitmore).
Era el mayor de cuatro hermanos.
El niño John Franklin Enders, que había nacido en cuna de oro, tuvo una infancia acomodada. Mostró una inclinación por la lectura desde temprana edad.
John Franklin recordaba de su niñez, haber conocido figuras de la literatura norteamericana, como Mark Twain, quien acudía a menudo a su casa para conversar con su padre, que estaba encargado de sus asuntos financieros.
Creció sin tener ninguna influencia de lo biológico o lo científico en general, dado que su padre era de profesión banquero y por supuesto su interés estaba centrado en los negocios, las finanzas y el comercio.
Si acaso, como dicen sus biógrafos y compañeros de equipo de trabajo (Weller y Robbins), visitaba su casa un tío médico retirado, que le hablaba de medicina, pero su influencia nunca fue determinante.
Hizo sus estudios primarios en una grammar school.
Entre los años de 1912 a 1915, ingresó a un internado.
Ya adolescente pensó que su futuro debía estar en la enseñanza del idioma inglés.
Habló con su padre, un acaudalado banquero de Connecticut, y no tuvo problemas con su aprobación, pese a que su progenitor hubiese deseado que emprendiera estudios que lo condujesen después a la actividad financiera. Pero no insistió. Respetó la decisión de su hijo.
Cuando tenía dieciocho años, en 1915, se matriculó en la Universidad Yale, donde asistió a clases hasta 1917.
En el año 1917 EE. UU. entró en la Primera Guerra Mundial.
El joven John se alistó en el ejército como reservista y aprendió a pilotar aviones. Sirvió como instructor de vuelo durante tres años.
A principios de 1918 se licenció como piloto y recibió el grado de alférez.
En el año 1919 o 1920 recibió una licenciatura en inglés.
Entre los años 1920 y 1921 intentó establecer una inmobiliaria en Hartford, pero, insatisfecho con esto, decidió continuar sus estudios.
En el año 1922 decidió que quería enseñar inglés y por eso entró en la Universidad Harvard.
Se graduó con una maestría en Literatura y Filología Inglesa en la Universidad.
Entre 1922 y 1925 hacer el doctorado e intentó escribir una tesis doctoral en Filología, pero no pudo decidirse por un tema.
Durante esos años estudió literatura inglesa y lenguas germánicas y celtas con la idea de convertirse en profesor de inglés, pero tampoco estaba satisfecho con esta carrera.
Posteriormente, se retiró desilusionado al tener tropiezos durante una disertación para obtener el doctorado.
Varios de sus amigos estudiaban bacteriología y biología, y estas materias comenzaron a interesarle.
Un compañero de cuarto, Hugh Kingsley Ward, quien estudiaba biología y más tarde se convirtió en profesor de bacteriología, le presentó al Dr. Hans Zinsser, jefe del Departamento de Bacteriología e Inmunología de Harvard.
Enders quedó fascinado al escuchar las clases de Zinsser y pasar tiempo en el laboratorio con Ward, lo que lo llevó a estudiar con Zinsser y abandonar sus estudios avanzados de literatura inglesa.
En 1927, antes de terminar su doctorado y cuando tenía treinta años, se casó con Frances Sarah Bennet, de Brookline, Massachusetts.Se especializó en Virología, con dedicación especial a las resistencias bacterianas, especialmente de la tuberculosis.
Al obtener el PhD. Su tesis de grado trató sobre la presentación de evidencias de que los fenómenos de anafilaxia bacteriana y de la hipersensibilidad tipo tuberculina eran totalmente distintos.
Quizás era el último estímulo que requería para convertirse en bacteriólogo e inmunólogo, y esta vez no tuvo dudas. Ya nadie ni nada lo apartarían de ese camino.
Por vez primera en su vida, estaba plenamente convencido de lo que quería ser y para ello dedicaría sus esfuerzos máximos por el resto de sus días.
John Franklin Enders había dado así fin a sus numerosas dubitaciones sobre su futuro y el tipo de vida que iba a seguir.
Desde 1930 hasta 1946, Enders permaneció en Harvard como miembro del personal docente.
Durante este período estudió, en primer lugar, la elucidación de ciertos factores relacionados con la virulencia bacteriana y la resistencia del organismo huésped.
Luego, en colaboración con Ward, Shaffer, Wu y otros, aclaró el efecto inhibidor de los polisacáridos capsulares específicos del tipo de Pneumococcus sobre el proceso fagocítico.
Este trabajo descubrió una nueva forma de polisacárido de tipo I y produjo evidencia de que el complemento desempeñaba un papel de tipo catalítico en la opsonización de bacterias por anticuerpos específicos.
En 1938, Enders comenzó a estudiar algunos de los virus de los mamíferos y, en 1941, en colaboración con Cohen, Kane, Levens, Stokes y otros, emprendió un estudio del virus de las paperas.
Este trabajo proporcionó pruebas serológicas para el diagnóstico de esta enfermedad y una prueba cutánea de susceptibilidad a la misma, y demostró el efecto inmunizador del virus de las paperas inactivado y la posibilidad de atenuar la virulencia de este virus al pasarlo a través de embriones de pollo.
Se demostró que las paperas a menudo se presentan en una forma que no es aparente, pero que, sin embargo, confiere una resistencia que es tan efectiva como la que confiere la enfermedad visible.
Durante la Segunda Guerra Mundial 1939 a 1946, Enders fue un asesor civil sobre enfermedades epidémicas para el secretario de Guerra.
En 1940 recibió con mucho pesar la noticia de la muerte de Hans Zinsser.
Se tuvo que hacer cargo del departamento de manera transitoria, lo cual lo recargó de trabajo administrativo, que no le gustaba en absoluto, no obstante tener que seguir atendiendo su labor docente.
En 1942 lo nombraron profesor asociado y la situación mejoró al nombrársele un escaso personal que le ayudara en sus tareas de investigación.
Por ese entonces comenzaba a trabajar sobre el virus del sarampión, y nombraron al Dr. Mueller para que se encargara de forma permanente del departamento, lo que le quitó a Enders un gran peso de encima.
Sin embargo, el nuevo jefe trajo consigo una manera de trabajar muy diferente a la que había en el laboratorio, razón por la cual comenzó a sentir malestar en el trabajo.
Frances Sarah Bennet, su esposa, murió sorpresivamente en 1943, como consecuencia de una miocarditis aguda.
En 1948 el virólogo John Enders dio el paso definitivo al inventar una manera de cultivar el virus de la polio en el laboratorio, sentando las bases para la creación de una vacuna.
En 1949 Enders, Thomas H. Weller y su nuevo colega Frederick C. Robbins descubrieron que el poliovirus puede cultivarse en células cultivadas.
Esto hizo posible que Jonas Salk y Albert Sabin pudieran cultivar suficientes cantidades de poliovirus como para poder crear sus vacunas contra la poliomielitis.
Por eso, Enders, Weller y Robbins recibirían el Premio Nobel
John F. Enders recibió también el premio Albert Lasker de Investigación Médica Básica en 1954.
El premio se le otorgó "por sus logros en el cultivo de los virus de la poliomielitis, las paperas y el sarampión".
Este trabajo hizo posible preparar grandes cantidades del virus de la polio, lo que a su vez hizo posible la producción masiva de la vacuna Salk de virus muertos y, posteriormente, la vacuna Sabin de virus vivos
[…] en virtud de su temperamento
y sus calificaciones académicas, uno de los pensadores más profundos en
virología. Un filósofo de las ciencias naturales, sus contribuciones han sido
deducciones de largo alcance cuyas intuiciones constituyen una guía para la
investigación de otros hombres, hipótesis que pasan por alto mil experimentos.
John Enders, Milan Milanovic, Anna Mitus, Samuel Katz y Donald Medearis desarrollan una vacuna contra el sarampión.
En el año 1960 las primeras personas que recibieron la vacuna para probarla en humanos eran, como escribió con lo que hoy parecería serena indiferencia un periodista de la New York Times, 1 500 niños con deficiencia mental en Staten Island en la ciudad de Nueva York y 4 000 niños nigerianos, donde la enfermedad era epidémica.
La vacuna fue autorizada en los
EE. UU. en 1963.
Recibe el premio de la Fundación Pessano y la Medalla Presidencial de la Libertad en 1963.
En 1968 una versión mejorada de la vacuna
contra el sarampión, desarrollada por Maurice Hilleman y sus colegas, se usó
por primera vez en EE. UU. y sigue siendo la única vacuna contra el sarampión
usado en el país norteamericano.
En sus últimos cuatro años de vida Enders investigó el VIH/sida.
Oficialmente se jubiló en 1967, pero continuó trabajando en la Universidad Harvard y en el hospital para niños de Boston hasta que tenía ochenta años.
Además fue nombrado jefe de la Unidad de Investigación de Virus en el hospital, cargo que ocupó hasta su muerte.
John Franklin Enders, falleció el 8 de septiembre de 1985 a la edad de 88 años. Murió en su residencia en Connecticut.
Después de su fallecimiento, se han realizado los siguientes homenajes para mantener vivo el recuerdo de John F. Enders:
Obituario en The New York Times
El 10 de septiembre de 1985, Lawrence K. Altman publicó un obituario en The New York Times titulado "John F. Enders, Virology Pioneer Who Won Nobel Prize, Dies At 88".
El Hospital de Niños de BostonJohn F. Enders, junto con Frederick C. Robbins y Thomas H. Weller, recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1954 por lograr cultivar el virus de la poliomielitis en su laboratorio.
LEGADO
El legado de John F. Enders a la humanidad es significativo y abarca varios aspectos clave en el campo de la virología y la medicina:
Cultivo del virus de la poliomielitis:
Enders, junto con Thomas H. Weller y Frederick C. Robbins, desarrolló un método para cultivar el virus de la poliomielitis en cultivos de tejidos humanos no nerviosos.
Este avance fue crucial para que Jonas Salk y Albert Sabin pudieran producir vacunas contra la poliomielitis.
Vacuna contra el sarampión:
Enders y su equipo desarrollaron una vacuna contra el sarampión, que se autorizó en los Estados Unidos en 1963.
Contribuciones a la virología:
El trabajo de Enders inició la era moderna de la investigación de virus in vitro, permitiendo que la virología avanzara más rápidamente.
Su laboratorio realizó importantes investigaciones sobre enfermedades virales humanas bajo su dirección.
Formación de expertos:
Enders formó a varias generaciones de expertos en el campo de la investigación de enfermedades epidémicas.
Enders es considerado "El Padre de las Vacunas Modernas"
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