Máas Alláa de la Medicina: La Transformacióon de Gideon Mantell en Paleontoólogo
Gideon Algernon Mantell nació en Lewes, sureste de Inglaterra el 3 de febrero de 1790.
Fue un obstetra, naturalista,
geólogo y paleontólogo inglés. Su fama proviene de haber descubierto el primer
fósil de un dinosaurio reconocido como tal: se trató de dientes de Iguanodon.
Descubrió cuatro de los cinco géneros de dinosaurios conocidos durante su época.
El padre de Gideon se
llamaba Thomas Mantell. Era un zapatero y comerciante.
El padre de Gideon Mantell se llamaba Thomas Mantell. Era un zapatero y comerciante.
En el 1805, a los 15 años fue
aprendiz de un cirujano en Lewes.
Recibió su diploma como miembro de la Royal
College of Surgeons, en el año 1811.
Mantell fue un médico, obstetra,
y cirujano muy trabajador y dedicado, que regularmente recibía docenas de
pacientes por día —en cierta ocasión atendió a sesenta en un día, durante una
epidemia de tifus—.
A pesar de estar
principalmente ocupado con su consulta en Lewes, pasó el poco tiempo libre que
tenía con su pasión, la geología, en la que generalmente trabajaba a primeras
horas de la mañana.
Inspirado por el sensacional descubrimiento de Mary Anning
de un animal fosilizado similar a un gran cocodrilo —posteriormente
identificado como un ictiosaurio—, Mantell se volvió apasionadamente interesado
en el estudio de los animales y plantas fosilizadas encontrados en su área.
Los fósiles que había recogido de la región, conocida como
«The Weald in Sussex», eran de las planicies de pizarra que cubrían el condado.
La pizarra es parte del período Cretácico tardío y los fósiles que contiene son
de origen marino.
Publicó su primer artículo
sobre la geología de los alrededores de Lewes en 1813.
Mary Ann Woodhouse
En 1816 se casó con Mary Ann
Woodhouse, compró su propia consulta médica, y aceptó un cargo en el Royal
Artillery Hospital en Ringmer, Lewes.
En el año 1819, Mantell había
empezado a adquirir fósiles de una cantera, en Whiteman's Green, cerca de
Cuckfield.
Estos fósiles tenían los
restos de ecosistemas de aguas dulces y de tierra firme, en una época donde
todos los restos fósiles conocidos de la Inglaterra Cretácica, hasta ese
momento, eran de origen marino.
En 1820, empezó a encontrar
grandes huesos en Cuckfield, más grandes que los descubiertos por William
Buckland, en Stonesfield, Oxfordshire.
En 1821 Mantell publicó su
próximo libro acerca de la geología de Sussex. Fue un éxito inmediato, con
doscientos suscriptores, incluido el rey Jorge IV, que por medio de una carta
pidió cuatro ejemplares de este.
Ilustración
de dientes de Iguanodón comparada con la mandíbula de una Iguana actual, del
artículo de 1825 acerca del nuevo descubrimiento
Poco antes de terminar su
primer libro The Fossils of South Downs, en el año 1822, mientras exploraba la
región de Tilgate Forest, cerca de Cuckfield, Sussex, Mantell hizo un
descubrimiento histórico al encontrar dientes fosilizados que más tarde
identificó como pertenecientes a un nuevo tipo de reptil extinto.
Era una dentadura de gran
tamaño que no pudo identificar. Aunque algunos historiadores sostienen que
fueron descubiertos por su esposa, en los paseos matinales que daban para
descubrir fósiles.
Ella tenía un ojo entrenado
debido a que ella misma había hecho los grabados del libro que Mantell publicó
y que fue muy aceptado por la sociedad cortesana inglesa.
El modo en que el rey se enteró de Mantell es desconocido, pero la respuesta del último sí.
Galardonado e incentivado, Mantell le mostró la dentadura que encontró a otros científicos, pero ellos sostuvieron que estos podían ser de un mamífero o de pez, de una capa exterior de fósiles —por lo tanto, de menor antigüedad—. Georges Cuvier, el eminente anatomista, la identificó como una dentadura de rinoceronte.
Por una extraña razón, pocos se enteraron de aquello en Gran Bretaña, donde la gente se burlaba de Mantell debido a su error.
Posteriormente a este hecho, Mantell decidió enviar a Cuvier los demás huesos que había descubierto en la cantera. Cuando Cuvier los examinó al detalle, le escribió otra carta a Mantell donde aseguraba que los huesos, ahora examinados en conjunto, no eran de ninguna especie conocida.
Con ayuda de su método de anatomía comparada, determinó que el animal más cercano a este debía ser un reptil de proporciones descomunales, pero no sabía con exactitud cuál.
Una representación de Iguanodon desde el punto de vista victoriano.
Los dibujos del que bautizó como iguanodon —diente de iguana— mostraban a un animal herbívoro gigantesco y cuadrúpedo con un cuerno en la nariz peleando con otras denominadas criaturas antediluvianas, que posteriormente se conocerían como dinosaurios.
Investigaciones posteriores
determinarían que el iguanodon mediría en realidad 9 metros y que el hueso que
él había supuesto un cuerno, era el famoso espolón del dinosaurio. La gran
maqueta antigua que se encuentra a las afueras del Museo de Historia Natural de
Londres muestran el tamaño y forma que Mantell le dio a su descubrimiento, que
solo tenía esos dos errores: su tamaño y el espolón.
Mantell hizo un intento en
vano de convencer a sus colegas que los fósiles eran de la era Mesozoica, además
estudiando las capas rocosas. Luego, cuando se probó que Mantell estaba en lo
correcto, la única interrogante que quedaba era cómo llamar al nuevo reptil.
El nombre original de Mantell fue Iguanosaurio, pero luego recibió una carta de William Daniel Conybeare, diciendo que el nombre propuesto por Mantell podría ser también usado en la iguana moderna, por lo que propuso el nombre iguanodón, y así fue como se llamó.
Años después, Mantell había encontrado suficientes evidencias que mostraban que las extremidades delanteras del Iguanodon eran mucho más cortas que sus patas traseras, no pudiendo ser un mamífero el descubierto sino un reptil bípedo. También nombró una nueva especie de dinosaurio, llamada Hylaeosaurus, y como resultado, se volvió una autoridad en reptiles prehistóricos.
Búsqueda de fósiles en la cantera del bosque de Tilgate, Sussex, detalle del frontispicio litografiado, La geología del sudeste de Inglaterra , de Gideon Mantell, 1833 (Biblioteca Linda Hall)
En el año 1834, se descubrió
una losa de huesos fosilizados en una cantera de Maidstone, Kent, que resultó
contener gran parte del esqueleto de un iguanodonte .
El
Maidstone Iguanodon en su matriz, encontrado en 1834, litografía, The Wonders
of Geology, de Gideon Mantell, 4.ª ed., 1840 (Biblioteca Linda Hall)
Mantlell no podía permitirse el lujo de comprarlo, pero sus amigos intervinieron y se lo adquirieron. Lo fue desmenuzando durante años, sin poder sacar los huesos de su matriz. Otros la llamaron "piedra de Mantell", y Mantell finalmente la vendió al Museo Británico, donde puedes verla hoy.
En 1833, Mantell se fue a vivir a Brighton, pero tuvo problemas con el desempeño de una de sus profesiones, la medicina. De no ser por el concejo de la ciudad, que transformó su casa en museo, hubiera quedado prácticamente en la indigencia.
En última instancia, el museo fracasó, como resultado del hábito de Mantell de no cobrar las entradas. Finalmente, arruinado, Mantell le ofreció la colección al Museo Británico, en 1838, por 5000 libras, aceptando la oferta del museo de 4000 libras. Se fue a vivir a Clapham Common en el sur de Londres, donde continuó trabajando como doctor.
Boceto
de Gideon Mantell, que reconstruye un Iguanodon a partir de huesos y dientes
conocidos, ca 1833, Museo de Historia Natural de Londres (nhm.ac.uk)
Mary Mantell se separó de su esposo en 1839.
Ese mismo año, Walter, el hijo de los Mantell, emigró a Nueva Zelanda y luego le envió a su padre algunos fósiles importantes desde allá.
Su hija Hanna murió en 1840.
Mantell sufrió un grave accidente de carruaje en 1841, lo que le dejó un daño debilitante en la espina dorsal. A pesar del dolor que tenía que pasar, siguió trabajando en reptiles fósiles, libros científicos y artículos hasta su muerte.
En 1844 se fue a vivir a Pimlico —pequeña área al centro de Londres.
En el año 1845 empezó a tomar opio, como analgésico.
Al final de su vida había escrito 67 libros y memorias y 48 artículos científicos, la mayoría sobre geología y paleontología, incluida la vida vegetal, del sureste de Inglaterra.
El último de estos artículos describió a Telerpeton elginense, un reptil de la era Triásica (hace 190 a 225 millones de años).
En 1849 recibió la Medalla de Oro de la Royal Society por sus servicios a la paleontología.
Tumba de Mantell
En 1852, Mantell tomó una sobredosis de opio, lo que le provocó un estado de coma, y murió esa misma tarde. Su autopsia demostró que sufría de escoliosis debido al grave accidente sufrido.
El consultorio de Mantell, al
sur de Clapham Common, es ahora un consultorio dental.
Mantell y el Iguanosaurio
No existe una biografía completa de Mantell, ni una placa que marque su hogar en Londres ni ningún monumento en Whiteman's Green en Cuckfield*, lugar de su descubrimiento del iguanodonte y otros restos de dinosaurios.
Sus documentos originales están
todos en Nueva Zelanda; fueron enviados allí a su hijo tras la muerte de
Mantell.
FUENTES
https://godzillin.blogspot.com/
https://mujeresconciencia.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario