Rosalía de Castro nació en Santiago de Compostela, España, el 23 y fue bautizada el 24 de febrero de 1837.
Fue una poetisa y novelista española que escribió tanto en lengua gallega como en lengua española. Considerada en la actualidad como un pilar indispensable en el panorama literario del siglo XIX, representa junto a otros autores las figuras emblemáticas del Resurgimento gallego, no sólo por su aportación literaria en general y por el hecho de que sus Cantares Gallegos sean entendidos como la primera gran obra de la literatura gallega contemporánea, sino por el proceso de sacralización al que fue sometida y que acabó por convertirla en encarnación y símbolo del pueblo gallego.
Perteneciente por línea materna a una familia noble, su adolescencia estuvo dominada por una profunda crisis debida al descubrimiento de su condición de hija ilegítima de un sacerdote, y por una delicada salud, que jamás mejoró.
En su partida de nacimiento figura como «hija de padres desconocidos», puntualizándose, no obstante, que «va sin número por en el haber pasado por la Casa en donde se recoge y cría a los niños expósitos».
Durante mucho tiempo la irregularidad de su nacimiento originó cierto desconcierto en la crítica, quizás porque se juzgaba impertinente o poco respetuoso con tan ilustre figura de las letras gallegas indagar en lo que parecían «trapos sucios» de la familia. Afortunadamente esos tiempos pasaron y hoy existen estudios rigurosos que permiten conocer perfectamente los antecedentes familiares de Rosalía.
Su madre, doña María Teresa de la Cruz de Castro y Abadía, de familia hidalga venida a menos, nació el 24 de noviembre de 1804. Doña Teresa tenía treinta y dos años y tres meses cuando nació Rosalía. Su padre, don José Martínez Viojo, nacido el 7 de febrero de 1798, acababa de cumplir treinta y nueve y era sacerdote; no pudo reconocer, por lo tanto, ni, legitimar la hija, aunque sí parece que se interesó por ella y encargó de su cuidado a sus hermanas.
Según los biógrafos Rosalía recibió una educación escasa. No sabemos si cursó estudios, aunque los biógrafos se inclinan a pensar que no, excepto algo de Dibujo y Música en las aulas de la Sociedad Económica de Amigos del País. Un índice de su escasa escolaridad son las abundantes faltas de ortografía de los manuscritos que se conservan de ella.
Fueron las tías paternas de Rosalía, doña Teresa y doña María Josefa, las que se hicieron cargo de la niña en los primeros tiempos, llevándola a vivir con ellas, primero en Ortoño, en casa familiar llamada Casa del Castro, y después en Padrón.
Un detalle que queda sin aclarar es la personalidad de la madrina de Rosalía, la mujer que la llevó bautizar y que, según la partida de nacimiento, se llamaba Francisca Martínez y era «natural de Sano Juan de él Campo». Según los datos de Caamaño Bournacell, no era hermana del padre (pese a la similitud de su primer apellido, por otra parte muy corriente en esa época). Podría también haber sido alguien enviado por doña Teresa de Castro.
Seguramente la madre no se atrevió a afrontar sola el nacimiento de la niña en los primeros momentos, ya que en la partida de bautismo Rosalía aparece como hija de «padres desconocidos». Es una actitud disculpable y explicable por la presión social e incluso por la vergüenza que debió de producir aquel nacimiento «de pecado» en la familia materna.
Pese a no saber con exactitud en qué momento doña Teresa se hizo cargo de su hija, todo indica que lo hizo cuando Rosalía era aun una niña. En un registro del Ayuntamiento de Padrón del 17 de septiembre de 1842, dado a conocer por Manuel Pérez Grueiro consta que reside en aquella localidad doña Teresa de Castro, con su hija Rosalía y una criada llamada María Martínez.
En ese registro se dice que el estado civil de doña Teresa es de soltera y que tiene treinta seis años (dato erróneo, ya que, partiendo de la fecha de nacimiento del Libro de Bautizados de Iria Flavia, había nacido el 24 de noviembre de 1804; estaba, pues, a punto de cumplir treinta y ocho años). Rosalía tiene en ese momento cinco años y siete meses. Habría sido en ese momento que la madre la llevó a vivir con ella.
No se sabe con certeza si doña Teresa veía con frecuencia a su hija mientras esta vivió con la familia paterna.
Lo que sí se sabe es el profundo cariño que llegó a inspirar a su hija Rosalía, además de compasión y agradecimiento. Como tantas protagonistas de sus poemas, su madre era la pobre mujer enamorada y engañada por el varón.
Pero era también la mujer que, finalmente, se enfrentó a la sociedad para reconocer el fruto de su "pecado" y reparar así su falta.
En la primera novela escrita por Rosalía, "Lana hija del mar", es un homenaje al valor de su madre cuando, refiriéndose a una niña expósita dice: «Hija de un momento de perdición, su madre no tuvo aquel amor, siquiera para santificar su yerro con que una madre desdichada hace respetar su desgracia ante todas las miradas, desde las más púdicas hasta las más hipócritas».
Rosalía se casa en el año 1858, interrumpiéndose la convivencia entre las dos mujeres.
Su poesía, en particular, denota ansiedad, una inquietud angustiada ante extraños presentimientos que se perciben como propios en el más cercano entorno. Asimismo, su dolorosa sensibilidad proyectó un conjunto de magníficas visiones del paisaje gallego en las que predomina una atmósfera gris de tristeza indefinible. Esa sensibilidad fue la que transportó una concepción de la naturaleza como la de una realidad animada, misteriosa, y cuyos signos más visibles hablan de una vida doliente.
Aunque la sociedad gallega tenga frente a los hijos naturales una actitud más abierta y comprensiva que otras sociedades, el hecho de ser «hija de cura» debió de inclinar la balanza negativamente del lado de las reticencias. No parece extraño que en una niña sensible e inteligente a falta de padre y su condición de fruto de amores prohibidos influyeran en su carácter y en su concepción de la vida.
No se sabe hasta qué punto estos acontecimientos de los primeros años de su vida y de su nacimiento irregular influyeron en el carácter y en la obra de Rosalía. La crítica se inclinó a destacar la importancia de aquellos hechos. Rof Carballo señaló a coincidencia de cierto rasgos de su mundo poético con la ausencia de una «imagen» paterna en la formación de su personalidad.
José Luis Varela interpreta el símbolo de la negra sombra poniéndolo en estrecha relación con la «oscuridad» de sus orígenes.
Xesús Alonso Montero destaca la presión social que sufrieron la niña y la madre y como ese ambiente condicionó la personalidad adulta de Rosalía.
En cuanto a mí, no me cabe duda de que algunos caracteres de su visión del mundo -por ejemplo, la vinculación de amor, remordimiento, pecado- están íntimamente relacionados con su historia familiar.
y según otros opinan que de la mano de este hombre Rosalía en entró en la groria, ya que fue el primer admirador de sus excelsas cualidades poéticas. Murguía se encargó de hacer conocer toda obra de Rosalía ya que la recatada actitud de su esposa, la mantenía apartada siempre de los cenáculos donde se forjan, con razón o sin ella, la fama literaria.Se sabe que Murguía destruyó las cartas que recibió de Rosalía las que hubieran permitido un conocimiento más profundo de su personalidad y obra.
Doña Teresa muere repentinamente cuatro años más tarde, en 1862. Este hecho provoca un gran dolor y sobre todo de un sentimiento de soledad que ya no la abandonará nunca. Nada pudo llenar el hueco que había dejado la madre en su vida.
Desde 1871, Rosalía no vuelve a salir de Galicia. Vivió a partir de este año en las Torres de Lestrove (donde residían sus parientes los Hermida de Castro), en Dodro (La Coruña), en Santiago de Compostela y Padrón, donde prácticamente se instala en 1875. Murió en Padrón, el 15 de julio de 1885 a los 48 años.
Así la recordaba González Besada:
«... recibió con fervor los Santos Sacramentos, recitando en voz baja sus predilectas oraciones. Encargó a sus hijos que quemasen los trabajos literarios que, reunidos y ordenados por ella misma, dejaba sin publicar, dispuso ser enterrada en el cementerio de Adina, y pidió un ramo de pensamientos, la flor de su predilección, lo acercó a los labios sufrió uno ahogo que fue el comienzo de su agonía. Delirante, y nublada la vista, dijo a su hija Alejandra: "Abre esa ventana, que quiero ver el mar", y cerrando sus ojos para siempre, expiró » ...
Lo curioso es que desde Padrón, donde murió Rosalía, no puede verse el mar. Impresionan esas últimas palabras de una persona para quien el mar fue una perenne tentación de suicidio.
LEGADO
Rosalía de Castro dejó un legado
literario que no solo revitalizó la lengua gallega, sino que también abordó
cuestiones sociales y culturales profundas. Su influencia perdura en la
literatura actual y su obra sigue siendo un referente para las nuevas
generaciones.
La obra de Rosalía de Castro es
fundamental en la literatura española y gallega, marcando un hito en el
renacimiento cultural de Galicia y en la defensa de la identidad gallega.
Contribuciones
Literarias
Cantares Gallegos (1863):
Esta obra es considerada la
primera gran publicación en lengua gallega y un símbolo del Rexurdimento, el
movimiento que buscó revitalizar la cultura gallega.
A través de sus poemas, Rosalía no solo
rescató la lengua gallega, sino que también dignificó su uso, convirtiéndola en
un vehículo literario respetado.
En esta colección poética,
Rosalía profundiza en temas existenciales y sociales, utilizando un lenguaje
emotivo y accesible.
Su poesía refleja la melancolía y
las injusticias sociales que sufría el pueblo gallego, consolidando su papel
como voz crítica de su tiempo.
La obra de Rosalía aborda la
realidad social de Galicia, incluyendo las dificultades de la vida rural y la
emigración.
Su poesía se convierte en un medio para
expresar el sufrimiento y la esperanza del pueblo gallego, así como un alegato
por la igualdad y los derechos de las mujeres.
Impacto
Duradero
Símbolo de Identidad Gallega:
Rosalía es considerada una figura
emblemática que representa no solo la literatura gallega, sino también el
espíritu del pueblo gallego.
Su trabajo ha sido fundamental
para la construcción de una identidad cultural fuerte y reivindicativa.
A lo largo de su obra, Rosalía
abogó por los derechos de las mujeres y su independencia.
Su enfoque crítico hacia las
normas sociales ha sido reconocido como precursor del feminismo en la
literatura.
Celebración y Reconocimiento:
El 17 de mayo, fecha de
publicación de Cantares Gallegos, se celebra el Día de las Letras Gallegas, lo
que subraya su importancia en la cultura gallega contemporánea.
Su legado continúa siendo
estudiado y valorado tanto en Galicia como a nivel internacional.
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