Óleo sobre lienzo, 70x50.
Museo Sorolla, Madrid.
Fue un pintor y artista gráfico español. Está considerado uno de los máximos representantes del Impresionismo español, del que hizo una interpretación muy personal basada en el protagonismo de la luz y el movimiento de las figuras representadas.
La pareja, desde el día que llegó de Teruel para abrirse camino en Valencia, instaló una modesta tienda de tejidos “de los Sis dits”.
Este matrimonio no tenían hijos.
Los tíos, a pesar de su condición humilde, se preocuparon por la educación del niño,
Además su tío intentó enseñarle, el oficio de la cerrajería, pero era evidente que la verdadera vocación de Joaquín era la pintura.
Tanto sus tíos como el director de la escuela a la que concurría, reconocieron esa inclinación por el dibujo y la pintura. El docente aconseja que el pequeño Joaquín sea matriculado en la Escuela de Artesanos, donde asiste a las clases nocturnas de dibujo del escultor Cayetano Capuz.
En su adolescencia desarrolló dos trabajos, como cerrajero y coloreando fotografías.
A la vez asiste a las clases.
Joaquín y Clotilde
En 1878, a sus 15 años, Sorolla conoció a Antonio García Peris (1841-1918), entonces el más prestigioso fotógrafo de Valencia. Pronto se estableció un mutuo aprecio entre ambos, y algún tiempo después Sorolla se casaría con Clotilde, hija del fotógrafo.
La cercanía que el pintor
mantuvo con la fotografía durante toda su vida se debe, en buena medida, a la
estima profesional y al cariño que profesó siempre a su suegro, a quien le
debemos los mejores retratos del joven pintor.
A los dieciséis anos Sorolla se ha convertido ya en un brillante alumno de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos.
En la Exposición Regional de Valencia, consigue una medalla de cobre por su acuarela de adolescente, «El patio del Instituto».
Su tío estaba entre orgulloso y preocupado y decía "Ser artista es negocio de corazón caliente y estómago frío".
Por ello insistió para que aprendiera su mismo oficio.
En ese momento, un fotógrafo de prestigio, Antonio García, sorprendido por su talento, le contrata en su taller como iluminador de fotografías.
Al año siguiente, Sorolla envía a la Exposición Nacional de Bellas Artes tres marinas que pasan inadvertidas. No se desanima.
Posteriormente, viajó a Madrid, ciudad en la que tuvo oportunidad de descubrir a los grandes maestros del Prado, como Velázquez, Ribera y Ribalta, los cuales constituirían influencias decisivas en su carrera.
Al año siguiente vuelve y se encierra durante meses frente a Velázquez, Ribera y Ribalta,
A los veinte años, en 1883, obtiene su primera Medalla de Oro en la Exposición Regional de Valencia por su obra “Monja en oración”
Fecha: 1884
Museo: Museo del Prado
Medidas: 400 x 580 cm
Estilo: Impresionismo
Material: Oleo sobre lienzo
El sentimiento trágico de la vida invade el alma española. Después comentaría Sorolla que para triunfar aquí era necesario «hacer un muerto». Por eso, enfrentándose al tema histórico, decide pintar un inmenso cuadro "El dos de mayo" que presenta en una Exposiciòn en 1884 El lienzo representa la resistencia del pueblo madrileño, al mando del capitán Luis Daoíz, en el Parque de Artillería de Monteleón frente al asalto de las tropas napoleónicas. El herido capitán se aposta ante uno de los cañones e invita a los soldados franceses al ataque. Junto a la rueda del cañón cae mortalmente herido otro oficial y a las puertas del parque un agitado pelotón se abalanza sobre los franceses, sembrando la calle de cadáveres mientras al fondo tienen lugar episodios de lucha. Lo mejor de esta obra debemos buscarlo en la representación de la escena al aire libre, captando del natural la atmósfera de la batalla, ubicándose las figuras a pleno sol, empleando una pincelada rápida y empastada que ya preludia el genio de años posteriores.
Obtiene con él una segunda Medalla y el Estado se lo compra.
óleo sobre lienzo 154x 205cm
La Diputación Provincial de Valencia ha creado una beca de 3.000 pesetas anuales para perfeccionarse en Bellas Artes en Italia, a lo largo de tres años, que incluye estadía y pensión. Para acceder a ella había que pintar un tema obligado: "El grito del Palleter", conmovedor desafío de un vendedor de pajas al mismísimo Napoleón. En reñida competición Sorolla en 1884 es declarado ganador y en enero de 1885 sale para Italia, y pasa unos meses en París, disfrutando de su vibrante alegría.
Este viaje lo pone en contacto con el naturalismo. Pinta cafés, bulevares, calles, gentes, aire puro.
Termina su encargo anual para la Diputación: "El Padre Joke protegiendo a un loco".
En 1887 se presenta a la Exposición Nacional de Bellas Artes con el cuadro ,”El entierro de Cristo”
La crítica afirma: «Ha pintado no el entierro de Cristo sino la hora en que le enterraron.» Sin embargo, Giner de los Ríos se impresiona: Encierra ese algo misterioso que seduce.»
El 8 de septiembre de 1888 vuelve a España para casarse con Clotilde, hija de su protector y amigo Antonio García.
El artista se presenta a la Exposición Universal con su cuadro “EI bulevar de París", donde la atmósfera de Ia tarde parece suspendida en Ia alegre conversación de un café iluminado.
Vista urbana de una gran avenida de la ciudad francesa con iluminación nocturna. Por la calzada cista en escorzo avanza un automóvil, y las aceras se ven animadas por numerosas figuras. Una serie de farolas de luz blanquecina ilumina la calle, en cuyo flanco izquierdo se alza la fachada y la torre de un edificio religioso.
Realizado durante su estancia en París durante la primavera y el otoño del año 1885.
La fachada del edificio religioso que se observa a la izquierda podría identificarse posiblemente con la Abadía de Saint Denis de París.
En 1889 vuelve a París para
ver la Exposición Universal: allí descubre a los pintores nórdicos y su
peculiar tratamiento de la luz, en el que él basará su propia versión del
luminismo: se abre su etapa de consolidación. Su paleta va cobrando nuevos
matices en su esfuerzo por plasmar la luz. Surgen nuevas temáticas, como el
costumbrismo marinero, el que trata de las gentes del mar, o el realismo
social, demandado en los certámenes oficiales.
En el año 1890 nace en Madrid su primera hija, María Clotilde.
Se dice que Joaquín Sorolla, cuando viajaba en tren de Valencia a Madrid, fue testigo del traslado esposada, de una mujer acusada de haberle quitado la vida a su bebé. Una pareja de policías custodiaba a la detenida. Esta escena impresionó mucho al pintor, y un día se dispuso a abocetar en el estudio la tremenda escena.
Para pintarlo, Ilevó a sus modelos a un vagón de tercera y así describe a la madre infanticida y a los guardias civiles que la custodian.
En los primeros bocetos mostraba un abigarrado conjunto, como solía viajarse entonces, incluyendo inicialmente hasta la figura de algún niño.
Pero, al final, tomó la decisión de expresar el drama con la mayor simplicidad: y así retrató a la desgraciada madre en el centro de un vagón sin pasajeros, la cabeza inclinada sobre un hombro, mirando el piso, con frías esposas rodeando sus muñecas. Y a la diestra un atado con sus humildes pertenencias. La representó joven, muy triste y abatida. Al fondo, una pareja de la Guardia Civil, medio adormilada, vigila a la detenida. No podía faltar la representación maravillosa de la luz del sol, entrando por los altos balcones e iluminando la escena.
También presenta otro cuadro, “El día feliz” , una playa levantina, donde el sol se refresca entre las barcas, dentro del agua.
Con el primero conseguirá su primer éxito internacional con La vuelta de la pesca en 1895, con el segundo varias medallas en la Nacionales de 1892, 1895 y 1901, en esta última con una Medalla de Honor.
En estas obras de pequeño
formato, que normalmente son sencillas escenas de género, Sorolla comienza a
trabajar la luz, la captación de la realidad "sin literatura".
Además, su buena venta resulta fundamental para completar su pobre pensión de
estudiante.
óleo sobre lienzo 64x80cm
Colección particular
Óleo sobre lienzo, 265x325. Museo d´Orsay, París.
Óleo sobre lienzo, 151x204. Museo del Prado, Madrid.
pescador en el mar.
Con ambos acude a la Exposición Nacional de 1895. «Dicen que el pescado es caro» gana por unanimidad Ia Primera Medalla.
Óleo sobre lienzo, 166x195.( Museo Sorolla, Madrid)
Otro cuadro interior y patético es «Trata de blancas», donde un grupo de muchachas duermen en una estación, indiferentes a su destino. El autor ha de adaptarse al realismo social, dominante en los certámenes de la época. Para ello, mantiene su temática costumbrista, siendo los títulos los que aportarán la denuncia social.
Las alabanzas se multiplican pero todavía Sorolla no ha conseguido su meta que era ganar una Medalla de Honor.
Desde que pintó ese magnifico cuadro, «La vuelta de la pesca», con los bueyes arrastrando la barca hasta la orilla —tema constante en su obra—, Sorolla se ha encontrado a si mismo, a su mundo marino y claro.
Esto lo lleva a pintar con impaciencia.
Sorolla expresaba -"La ansiedad es lo que más me consume la vida. Me falta la flema de un Velazquez".
En 1895 Joaquín y Clotilde son padres por segunda vez. Nace su hijo varón, Joaquín y ésta circunstancia es aprovechada por el pintor para plasmar un momento familiar entrañable creando su obra "Madre".
Todo el cuadro emana paz, el cansancio de la madre y, al mismo tiempo, su cuidado constante por el pequeño. Nótense los volúmenes tanto de la colcha como de la almohada. En esta obra es sumamente parco, centrándose solamente en las cualidades de la madre.
“Cosiendo la vela” se trata de una obra genial, donde la vela, deslumbradora, recuerda a una nube atrapada entre las agujas y las manos de las mujeres. Fue expuesto en Munich,
Viena, Madrid, París y Venecia y con el obtuvo dos medallas de oro.
A la de 1897 envía once obras, entre las que destaca -"Una investigación", magnifico estudio de luces.
Esta obra está fechada en 1897 y realizada en el laboratorio del doctor Luis Simarro Lacabra, amigo y protector de Sorolla. Un único foco de luz, la lámpara de la izquierda, incide sobre la bata blanca del doctor, que analiza unas pruebas rodeado por su equipo de colaboradores. Éstos prácticamente están iluminados por la reflexión de la luz en la habitación.
Sorolla se mantuvo fiel a la pintura al aire libre, principio básico de la Escuela de Barbizón que retomaron después los impresionistas.
En 1899 se presenta a la Exposición Nacional con siete cuadros.
Sin embargo, Sorolla no acaba de encontrarse a si mismo. Sufre entonces una penuria artística espantosa pero sigue trabajando mucho, con gran ahínco, con gran fe, a pesar de su desfallecimiento moral.
Óleo sobre lienzo 110x 80 cm
Colección particular
La delicada estampa de Sorolla y Clotilde (1900), sentado él en un banco de atrezzo simulando dibujar mientras ella le observa protegiéndose con una sombrilla de un sol inexistente, fue un retrato que rompió con todas las convenciones estéticas del género; el fotógrafo Káulak lo elogió calurosamente: “Desde que yo me ocupo de fotografía, no he visto nada más hermoso, tan colosal, tan `brutalmente´ bello, tan ajustado y justo en fotografía como este retrato del pintor Sorolla y su mujer.
Autor: Joaquín Sorolla
Fecha: 1907
Museo: Museo Sorolla
Características: 82 x 106,5 cm.
Estilo: Impresionismo
Material: Oleo sobre lienzo
Fuera de concurso expone cuadros de gran belleza plástica como “Después del baño”, ese niño al que dos mujeres cubren con una sábana dentro de una barca.
Una enfermedad de su hija María le impide a Sorolla asistir a la Exposición que no queda bien organizada y por lo tanto resulta un fracaso.
Pero para Sorolla los fracasos son estímulos.
Seis meses después envía a Nueva York Hispanic Society, 350 cuadros y ahora sí el éxito es delirante.
De ahí que las composiciones del pintor sean tan geniales. En “Corriendo por la playa” por ejemplo, llama la atención la composición equilibrada, situando cada cosa en armonía para transmitirnos luz y movimiento en el agua, y un espacio sólido en la arena.
Las figuras principales son los tres niños del primer plano (uno de ellos desnudo, para que el sol de Levante se refleje en su piel mojada), pero hay muchos más dándose un baño al fondo. Todos ayudan a destacar al protagonista de todo: el mar mismo. Como en muchas otras obras de Sorolla, se elimina toda referencia al horizonte y todo es mar, salvo la franja inferior de arena seca y mojada que equilibra la composición.
Paseo a orillas del mar,
pintado en 1909, es un cuadro donde
aparece representada su mujer, Clotilde García, la cual sostiene una sombrilla,
junto a su hija mayor, María Clotilde, caminando al atardecer por la playa de
Valencia mientras la brisa marina hace ondear sus ropas.
Este cuadro fue realizado en el verano de 1909 a la vuelta de la cuarta exposición internacional de Sorolla a comienzos de ese mismo año en varias ciudades de Estados Unidos. El éxito que alcanzó en la ciudad de Nueva York se aprecia en el vitalismo y gran colorido de esta obra. Es difícil su clasificación estilística, aunque la mayoría de autores la sitúa en el impresionismo español, debido al tipo de pincelada suelta, la luz, el color y el movimiento que transmite la obra, que en realidad pertenece al Luminismo Valenciano, también conocido como Instantismo, pues su objetivo es el de captar el instante lumínico.
El fotógrafo Esparza retrata a Sorolla instalado en 1909, en la playa del Cabañal pintando "El baño del caballo". La fotografía nos muestra cómo trabajaba el pintor en sus cuadros. Sorolla ha resguardado la pintura del sol y la arena con un parapeto de madera, a la izquierda tiene una escalerita para poder llegar a las partes altas del lienzo y en mangas de camisa trabaja, al natural, al pleno sol de Valencia, directamente en su obra final.
Óleo sobre lienzo, 109x99.
Museo J. Paul Getty, Santa Mónica, California
En 1909 pinta en Javea ese maravilloso cuadro de niños jugando con el mar y sus orillas, entre el reflejo cristalino de sus cuerpos y el temblor de las aguas.
Para Sorolla comienza una nueva etapa. Le espera el mundo y se lanza a conquistarlo en una forma difícil, las exposiciones individuales.
Un año más tarde el artista emprende el segundo viaje a Estados Unidos y expone enChicago. Se calcula que ven sus obras más de 100.000 personas, se venden muchas de ellas y le encargan una serie de retratos. A su vuelta pasa el verano en Zarauz pero el mar no es el mismo, ni el cielo. Ni el aire.
Viaja por todas las regiones, busca modelos, realiza estudios y bocetos. Toda su pintura se realiza al aire libre excepto el panel del Patio sevillano.
Sin embargo, muy pronto los lienzos se le quedan pequeños. Sorolla decía,"Esta obra de las regiones me tiene un tanto contrariado, porque quiero hacer una capa y solo me han dado tela para una montera. Setenta metros de lienzo. Cómo se puede, por ejemplo, pintar toda Castilla en catorce metros? "
Descubre Castilla y se siente hondamente conmovido ante la grandeza de su parda Ilanura. La región que más lo ha emocionado . Decía Sorolla que hay en Castilla una conmovedora melancolía.-
Trabaja sin descanso y empieza a manifestarse los síntomas del cansancio. Comienzan las molestias físicas, los dolores cabeza. Sorolla se siente viejo pero sigue pintando con ansiedad, con inquietud. Le consume la tension interior.
Una vista parcial del primer
jardín de la Casa hacia 1929, la vegetación del jardín ya está crecida, y en la
fuente podemos ver la pila polilobulada que la marquesa de Lébrija regaló a
Sorolla en 1914 a cambio de su retrato.
Esta es la historia de dos jinetes, Alberto Ramos Hidalgo, montado en un caballo rojizo y Antonio Vargas Heredia, montado en un caballo gris plateado; ayudados por tres jinetes más. Era un día en el que tenían que hacer el traslado de unas reses desde el cortijo de los frailes a un pueblo cercano en fiestas llamado Fuente Genave (Sevilla),en el que por la mañana habrá un encierro y por la tarde estas mismas reses servirán para hacer una corrida de toros en la plaza del pueblo.
El momento más crucial de esta historia es cuando el ganado tiene que atravesar la vía del tren, ya que los protagonistas de esta historia Alberto y Antonio saben que tienen un tiempo limitado para cruzar la vía.
En cabeza del ganado van dos mansos muy grandes, robustos y buenos guias, que junto con Alberto y Antonio dirigen el paso del ganado. Las reses debido ha su peso no están muy ágiles, pero contando con la profesionalidad y maestría de estos dos buenos jinetes y los otros tres restantes en la cola del ganado realizan el recorrido y el paso de la vía con gran éxito. Llegando a Fuente Genave con tiempo suficiente para que el ganado bebiera , descansara y estuviera listo para el encierro.
El encierro de la mañana fue todo un éxito, los animales resultaron ser muy nobles. La corrida de la tarde fue aún mejor, con abundante público en la plaza; llegando a indultar a uno de los toros.
Clotilde, sentada en la
escalera del pórtico de entrada a la casa, con su primer nieto, hijo de su hija
mayor María, sentado sobre sus rodillas.
Está escalera, nexo entre el jardín y el pórtico donde se encontraba en origen la entrada de la casa, decorada con azulejos que el propio pintor escogió, es el lugar elegido para realizar varios retratos de familia.
Jardín de la casa Sorolla-1919- Sorolla
“Hoy quedó definitivamente cuadro compuesto. Tiene fuerza emocionante. Abraza a todos. Padre”..
En el mes de agosto pinta su ultimo cuadro, "Contrabando en Ibiza".
Jardín de la Casa Sorolla es
una obra del pintor postimpresionista. Se trata de un óleo sobre lienzo pintado
en 1920. Forma parte de la colección del Museo Sorolla.
La pintura, enmarcada en el
luminismo, muestra uno de los jardines de la casa madrileña del pintor (donde
actualmente está el Museo Sorolla).
Tres años vive como sin vida sobre un sillón de ruedas.
Autor: Joaquín Sorolla
Fecha: 1910
Museo: Museo del Prado
Características: 118 x 185 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
"Si hay un pintor que ha sabido captar la luz del Mediterráneo es, sin lugar a dudas, Joaquín Sorolla. Fue un especialista en reflejar en sus obras la luminosidad y la alegría del Levante español. Valencia, su ciudad natal, será su lugar preferido de inspiración y donde encontrará su temática favorita: pescadores, niños bañándose, jóvenes en barco, etc. Por eso los retiros del artista a Valencia van a ser cruciales para su producción. Era habitual encontrarle por las playas captando en sus lienzos a sus gentes y su luz, esa luz dorada y brillante que tan bien ha sabido mostrar Sorolla en sus cuadros. Niños en la playa es una de las obras cumbres del pintor. Tres niños aparecen tumbados en la playa, en el lugar donde el agua de las olas se mezcla con la arena, muy cerca de la orilla. Los niños desnudos, como se bañaban en los primeros años de siglo los muchachos del pueblo, demuestran el perfecto dominio del pintor sobre la anatomía infantil. Pero el tema no deja de ser una excusa para realizar un estudio de luz, una luz intensa que resbala por los cuerpos desnudos de los pequeños. Las sombras para Sorolla no son de color negro tal y como dictaba la tradición, sino que tienen un color especial según consideraba el Impresionismo. Por eso aquí emplea el malva, el blanco y el marrón para conseguir los tonos de las sombras. Una de las preocupaciones del pintor eran las expresiones de los rostros, que ha sabido captar perfectamente en el niño que nos mira aunque su cara no esté claramente definida. Observando este cuadro, el espectador puede respirar la atmósfera del Mediterráneo, que Sorolla tan bien conocía."
Autor: Joaquín Sorolla
Fecha: 1884
Museo: Museo del Prado
Características: 400 x 580 cm
Estilo: Impresionismo
Material: Oleo sobre lienzo
"Sorolla envió este cuadro de historia a la Exposición Nacional de 1884, obteniendo una segunda medalla. El lienzo representa la resistencia del pueblo madrileño, al mando del capitán Luis Daoíz, en el Parque de Artillería de Monteleón frente al asalto de las tropas napoleónicas. El herido capitán se aposta ante uno de los cañones e invita a los soldados franceses al ataque. Junto a la rueda del cañón cae mortalmente herido otro oficial y a las puertas del parque un agitado pelotón se abalanza sobre los franceses, sembrándose la calle de cadáveres mientras al fondo tienen lugar episodios de lucha. Lo mejor de esta obra debemos buscarlo en la plasmación de la escena al aire libre, captando del natural la atmósfera de la batalla, ubicándose las figuras a pleno sol, empleando una pincelada rápida y empastada que ya preludia el genio de años posteriores."
Autor: Joaquín Sorolla
Fecha: 1915
Museo: Museo Sorolla
Características: 130 x 150,5 cm.
Estilo: Impresionismo
Material: Oleo sobre lienzo
"Pintado en Valencia durante el mes de junio, el lienzo aporta una luz característica de la mañana más fría y azulada. El tema recogido es muy frecuente entre los lienzos de playa, de los que el pintor hace numeroso versiones porque tuvieron muy buena acogida por el público y la crítica."
Autor: Joaquín Sorolla
Fecha: 1902
Museo: Museo del Prado
Características: 115 x 105 cm.
Material: Oleo sobre lienzo
"Sorolla se traslada con su familia a Madrid, donde existe una importante demanda de retratos. Para superar el bajo momento económico en el que se encontraba inicia una frenética actividad como retratista, precisamente gracias a su amigo, el también pintor Aureliano de Beruete que aquí vemos retratado. Fue Beruete quién sugirió a Sorolla que trabajase como retratista porque podría obtener mucho éxito y dinero, como así fue. En los primeros años del siglo XX, los retratos de Sorolla se pondrán de moda en Madrid siendo el artista muy solicitado. Aureliano de Beruete era paisajista, crítico e historiador del arte, uno de los primeros que realizó un estudio crítico sobre la obra de Velázquez. Le vemos en su estudio, sentado en un sillón cubierto con una tela, vistiendo traje gris azulado, con guantes y sombrero en las manos; al fondo se aprecia un caballete con un paisaje, para recordarnos la actividad en la que destacaría el retratado. La característica que define todos los retratos de Sorolla es la familiaridad con la que representa a sus modelos, mostrándolos al espectador como si éste le conociera. Siempre intenta que la atención se centre en el rostro, más iluminado por la luz para contrastar con el traje y el fondo, como en este caso. Existe una importante base dibujística pero la pincelada es suelta, como apreciamos en el sillón, la barba o el cabello. Los detalles dejan paso a la luz y a la expresividad, como ya había hecho la Escuela barroca española en cuyas fuentes bebió Sorolla. Su fama como retratista será tan grande que llegará a recibir importantes encargos del exigente mercado americano."
Museo: Museo Sorolla
Medidas: 200 x 201 cm.
Estilo: Impresionismo
Material: Oleo sobre lienzo
Sorolla se entusiasma tanto con el lienzo, que anula los billetes para regresar a Madrid antes de concluir la tela. Ésta nos presenta a su mujer, sus dos hijas y una prima hermana de estas últimas descansando sobre una frondosa pradera. El cuadro es una clara muestra del estilo de Sorolla donde se perciben grandes y largas pinceladas con pigmento muy disuelto cubren que la mayoría del soporte y grandes empastes en las zonas que quiere destacar, en las figuras, para que el ojo del espectador tenga que desplazarse de un lado a otro. El pintor en este lienzo cuenta con la participación del observador
TÍTULO: Monumento a Joaquín Sorolla Bastida, 1933
UBICACIÓN: Plaza de la Armada Española, Valencia (junto a la playa de la Malvarrosa) - Busto en bronce -Medidas del busto: 0,87 x 0,75 x 0,54 m.
Fue inaugurada el 31 de diciembre de 1933 en su primer emplazamiento .
El 27 de febrero de 1963 en la Plaza de la Armada Española.
En 1974 se traslada a la ubicación actual
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