Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

jueves, 11 de abril de 2024

11 DE ABRIL DÍA DE LA NACIÓN CHARRÚA Y DE LA IDENTIDAD INDÍGENA

 


En el año 2009, se aprueba la Ley 18.589 con la cual los 11 de abril de cada año se conmemorará el Día de la Nación Charrúa y de la Identidad Indígena.

La Ley 18.589 consta de dos artículos.

En el primer artículo de la Ley, se declara el día 11 de abril de cada año "Día de la Nación Charrúa y de la Identidad Indígena".

En el segundo artículo de la Ley, se estipula que tanto el Poder Ejecutivo como la Educación Pública, deberán coordinar diferentes acciones públicas para informar y sensibilizar a la ciudadanía sobre el aporte indígena a la identidad nacional, los hechos históricos relacionados a la nación charrúa y lo sucedido en Salsipuedes en 1831.

Comentario político sobre la necesidad de esta Ley


Julio María Sanguineti


 Frente a esta ley es una vergüenza para los uruguayos que un ex presidente de la república, Julio María Sanguineti,  haya declarado lo siguiente demostrando serias fallas éticas, morales e históricas.

El expresidente Julio María Sanguinetti relativizó la importancia de la matanza y la importancia de los charrúas como cultura:

“No hemos heredado de ese pueblo primitivo ni una palabra de su precario idioma [...], ni aun un recuerdo benévolo de nuestros mayores, españoles, criollos, jesuitas o militares, que invariablemente los describieron como sus enemigos, en un choque que duró más de dos siglos y los enfrentó a la sociedad hispanocriolla que sacrificadamente intentaba asentar familias y modos de producción, para incorporarse a la civilización occidental a la que pertenecemos.”

Julio María Sanguinetti, 19 de abril de 2009 - «El charruismo». Editorial El País

En conclusión, minimizar una matanza de pueblos aborígenes es inaceptable desde el punto de vista ético y social. Es esencial confrontar el pasado con honestidad y empatía para avanzar hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa de la diversidad cultural y étnica. Los líderes deben demostrar sensibilidad hacia estas cuestiones y trabajar hacia la reparación y el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas como parte integral de la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

¿Qué pasó un 11 de abril de 1831?

 Donde hoy es la frontera entre los departamentos de Paysandú y Tacuarembó, en el siglo XIX ocurrió la matanza de familias de charrúas, los indígenas que poblaban la región. Se trata de un hecho histórico que se mantiene presente y se recuerda con enorme repudio entre los uruguayos. Como consecuencia de esta masacre, actualmente en Uruguay no hay tribus indígenas y sus descendientes son una minoría.

General Don Fructuoso Rivera,

El General Don Fructuoso Rivera, el primer presidente de la República Oriental del Uruguay y fundador del Partido Colorado, estando a cargo del ejército uruguayo y presionado por terratenientes que no querían que grupos de seminómadas indígenas anduvieran por sus tierras, elaboró un plan para acabar con la población charrúa.

El gobierno utiliza esos reclamos de robo de ganado y los indígenas y así su accionar queda justificada como una defensa a la tranquilidad en el campo y las propiedades de los hacendados, la realidad es que son estos  últimos los sujetos que van a usufructuar del respaldo legal del Estado en el cuidado de sus propiedades.

El móvil que lleva a dicha defensa se orienta también a salvaguardar los intereses de un Estado-nación que recién está iniciando sus rentas públicas. Por tanto, proteger las riquezas del estanciero significaba proteger el casi único ingreso que el Estado tenía.

La fecha de 1830 es particular, pues en ese entonces se estaban debatiendo las bases ideológicas y legales de la Constitución Nacional, los organismos y funciones que regirían en el territorio y del propio Estado como institución. Es decir, no sólo se estaba discutiendo quiénes pertenecerían al Estado como ciudadanos (y al mismo tiempo quienes serían ciudadanos), o qué derechos u obligaciones tendrían éstos, sino especialmente a cuáles sujetos y objetos se respaldaría legal, económica y militarmente a nivel estatal.

Es además un período en el cual las rentas públicas se estaban estableciendo, siendo la industria ganadera y la venta de tierras públicas a extranjeros las principales fuentes de ingreso a los cofres públicos.

Por lo tanto para el estado Uruguayo naciente éste tipo de industria (y considerando que hoy persiste como la principal), tuvo un papel fundamental en la consideración del indígena como un estorbo a su crecimiento y avance.

La presencia indígena en el interior del país suponía para las clases dominantes retrasar o dificultar la ejecución de frentes de expansión sobre el territorio, devaluando su valor potencial, y menos permitía la expansión poblacional por medio de la colonización interna de extranjeros, en un país que hasta el día de hoy tiene a la mayor parte de su población viviendo en los centros urbanos.

Arroyo Salsipuedes

El 11 de abril del año 1831, Rivera convocó a los caciques charrúas, entre ellos Venado, Polidoro, Rondeau y Juan Pedro, que fueran con sus tribus a reunirse a orillas del Arroyo Salsipuedes, con la excusa de que los necesitaban para cuidar la frontera. Los indígenas ya habían peleado junto a Rivera en épocas del General José Gervasio Artigas, y no tenían motivos para desconfiar de la convocatoria.

Obra de Gerardo Daniel Straneo

Cuando todos los Charrúas estuvieron reunidos, los recibieron amablemente, estando entre amigos, dejaron sus armas a un costado y bebieron chicha. Esta bebida era una fermentación típica de la época que provocó que los indígenas reunidos entraran en estado de embriaguez. En ese momento, un ejército con una tropa de más de mil hombres, dirigidos por Bernabé Rivera,  el sobrino de Fructuoso Rivera, atacaron a los Charrúas, matando hombres, mujeres, niños y ancianos.

El saldo final  de muertos se calcula  en torno de 40 hombres adultos y el aprisionamiento de más de 200 entre niños, niñas, mujeres y ancianos.

Los sobrevivientes fueron conducidos a los departamentos de Durazno y Montevideo, habiendo registros del ingreso de más de 150 charrúas, entre mujeres, ancianos y bebés y cerca de 30 hombres charrúas al Cuartel de Caballería de la capital. Mujeres y bebés sobrevivientes fueron “repartidos” entre casas de familia allegadas al gobierno, incorporadas para el servicio doméstico. Los bebés y niños, por su lado, fueron sistemáticamente bautizados en la Iglesia Matriz.

Los días que se siguieron a Salsipuedes fueron marcados por una serie de acciones al entorno de la gestión-administración de los prisioneros tomados en la campaña.

Obra de Gerardo Daniel Straneo

En documentos de la época consta la toma de unos 300 prisioneros, pero hay registros que a Montevideo llegaron poco más de 160. Es posible pensar que aquel contingente o bien fue repartido en el camino entre Salsipuedes y Montevideo, o bien fugaron o fueron muertos.

Obra de Gerardo Daniel Straneo

En avisos oficiales publicados en el Diario El Universal, el Gobierno persuadió a los montevideanos a colaborar con la “domesticación” de la horda de salvajes a las buenas costumbres nacionales, y para ello, se pasaba a la “distribución” de los indios a quien lo solicitase.

Cada solicitante podría “tomar” como máximo a un indígena, aunque si por el orden de la fila de llegada, le “tocara” una china joven sin crías o un chinillo entonces tendrían que tomar también una mujer vieja.

En contrapartida, los solicitantes debían seguir una serie de disposiciones, específicamente: “tratarlos bien, educarlos y cristianizarlos”

Ningún indio podría ser obligado a permanecer en la casa de los nuevos amos o patronos por más de seis años o hasta que los varones y mujeres cumplieran dieciocho o éstas últimas quedaran embarazadas.

Por otro lado, era expresa la prohibición de sacarlos del país sin previo aviso al gobierno, así como tampoco estaban habilitados a repasar indios sin previo conocimiento del Defensor de Menores y Esclavos.

Lo curioso es que hombres entre quince y veinticinco años y viejos no figuraban en ese reparto.

En una pequeña nota se afirmaban “no creerse conveniente” que Caciques y hombres mayores de quince fuesen disponibilizados para el reparto, siendo unos por el contrario remitidos a la cárcel pública y otros quedando a disposición del ejército.

Por tanto, si bien no es posible cuantificar la cantidad de varones, el destino que se les daría sería distinto al de las mujeres.

El siguiente relato es una carta escrita por un grupo de personas que tomaron indios del reparto, enviada al editor del Diario El Universal, y publicada por éste en mayo de 1831. La carta, consigue dar cuenta de algunas de las manifestaciones del dolor individual y de muestra el sentir colectivo, ya que los manuscritos estatales no dan cuenta de elementos que atienden a la subjetividad de aquellas mujeres.

Sr Editor del Universal.

La humanidad es la que nos obliga á dirigirnos á V. para que, por su periódico, sea el gobierno instruido del estado lastimoso en que se hayan las infelices madres de los desgraciados Chinitos repartidos en el cuartel de dragones el martes ultimo, 3 de mayo. Varias personas entre ellas nosotros, hemos tomado indias mayores, más por socorrerlas en su desamparo que por gozar de su posición. Estas desdichadas, contra toda consideración, contra la humanidad y religión, y opuesto a todo cuanto exista, capaz de inducir a compasión, han sido despojadas del modo más bárbaro de sus inocentes hijos.

No hay corazón que pueda soportar el objeto, de ver una de aquellas infortunadas, llorar las horas enteras, clamar por sus chiquillos, y a veces hasta arrancarse los cabellos.

Tampoco podemos atinar, cómo una persona de regular educación, talvez un padre ó madre de familia, hayan tenido el valor para arrancar de los brazos de una madre cautiva, el único objeto de sus caricias y que   precisamente la confortaba, en medio de su triste suerte. Arrebatar a una madre del hijo de sus entrañas, y más cuando su tierna edad hace que se alimente con el sustento de los pechos de su bien hechora, es irresistible, y sólo un alma feroz, puede complacerse en esta desgracia.  Menos imaginamos, que el Sr.  Ministro secretario del Gobierno hubiese dado órdenes capaces de causar el dolor que lamentamos. Él es padre; su ilustrada educación, su edad, sus sentimientos, todo hace ver, que es imposible que haya él dispuesto la separación de unos parbulillos, de las que les dio el ser. ¿Por qué el que tomó el niño siendo de pecho despreció su abatida y miserable madre? ¿Había orden para no tomar dos? No puede ser. El Gobierno no hubiera negado tan filantropía; tanto, que ya se ha concedido orden, a varias para buscar los chicos arrebatados al cariño maternal por corazones de piedra.

Pero no es bastante, Exmo. Sr. Ministro de Gobierno: un decreto, llamando para un día determinado, á todo poseedor de indios pequeños, a cierto lugar de la ciudad, creo el único medio de devolver á una madre aquel hijo que tanto adora y que tantos desvelos causa.

Considere el padre de familia, considere el mismo Gobierno el golpe agudo que sufre una de aquellas infortunadas, después de perder el marido en el combate, y quiera sus hijos caminar 40 ó 50 leguas a pie y que por fin de sus desdichas, se le da un amo, y se le arranca de sus brazos el único objeto de sus caricias, considérelo, repetimos, y apruebe ó repruebe la medida que dejamos propuesta; entre tanto esperamos confiamos en su rectitud.

Unos que tienen Chinas cuyos hijos les fueron inhumanamente quitados.



Los cuatro charrúas vendidos por el gobierno de Rivera a Francia

Esta imagen, que fue realizada a modo de folleto hacia 1833 para promover el espectáculo del “Grupo de indios Charrúas traídos por M de Curel” a París, debe servirnos como recordatorio de una práctica actualmente condenada gracias al alcance actual de los Derechos Humanos. 

Cuatro Charrúas que sobrevivieron a la matanza de Salsipuedes: Vaymaca Pirú, Senaqué, Tacuabé y su mujer Guyunusa. Se vendieron como esclavos al francés Francois de Curel. Éste los llevó a Francia para ser estudiados y exhibidos como algo fuera de lo común, algo exótico que existía en las tierras de América.

Otros escaparon, pero las tropas los persiguieron, los encontraron y los mataron.

La Masacre de Salsipuedes fue una de las primeras “medidas” que el nuevo Estado tomaría tan sólo un año después de que asumiera el primer gobierno constitucional, “en respuesta” a las quejas y denuncias de hacendados y políticos sobre supuestos robos de ganado vacuno a manos de charrúas.

Pero Salsipuedes pertenecía a una “operación” comprendida dentro de una campaña de mayor alcance temporal y espacial, prolongándose aún después de 1831.

Existen documentos que registran persecuciones de los charrúas hasta por lo menos 1836, momento en que son mencionados por última vez. Además de los charrúas, hay inúmeros documentos estatales relativos a los guaraní hasta los años 1850, aunque la producción académica no haya tratado de esa presencia hasta entrados los años 1980.

 

HOMENAJES



En 1938, se inauguró en el barrio Prado de Montevideo, el Monumento a los Últimos Charrúas, que representa a Senaqué con su mate, a Vaymaca Pirú de pie, a Guyunusa con su hija sobre la falda y a su lado a Tacuabé.

 Senaqué: fue curandero de su grupo indígena y cuenta la historia que posiblemente fuese soldado del General Artigas. En Francia, compartió el cautiverio con su gran amigo Vaymaca Pirú. Enfermó y falleció en Paris a los 56 años.

 Guyunusa: era la mujer de Tacuabé. Tenía 26 años de edad cuando dio a luz a una niña, estando en cautiverio en Francia. Diez meses después, contrajo una enfermedad pulmonar y murió, también en Francia.

 Tacuabé: luego de la muerte de Guyunusa, el guerrero Tacuabé logró escapar con su hija recién nacida. Cuenta la historia que volvió a América y se incorporó al ejército de la Provincia de Entre Ríos y participó luego de la Guerra Civil.

 Vaymaca Pirú: fue soldado del General Artigas desde 1814 y cacique de su tribu. En el cautiverio de Francia, luego de morir sus compañeros y encontrarse solo, lo invadió la tristeza. Poco antes de morir, a la edad de 55 años, fue exhibido con lanzas y boleadoras para ofrecer un espectáculo a los franceses. El diagnóstico de su muerte fue «muerte por melancolía».

 La Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH) destaca también la resolución No. 36/2001 de la Comisión Nacional Honoraria de Sitios de Memoria (CNHSM) adoptada el 15 de diciembre de 2021 (Resolución Nro. 36/2021) que estableció:

I) Declarar el Paso de Salsipuedes como sitio de Memoria -lugar de construcción de la memoria- conforme a la definición del artículo 4 literal c) de la ley 19.641.

II) Colocar una placa señalando la presente declaración. La investigación histórica y arqueológica sobre el evento no han logrado definir con precisión el lugar específico por lo que la señalización se hará en el territorio denominado Paso de Salsipuedes a la espera del avance de las investigaciones (...).

 La INDDHH señala que la ley mencionada y la tarea de la CNHSM constituyen una acción fundamental en la recuperación y reconocimiento de los violentos hechos acaecidos en Salsipuedes en el marco de un largo proceso histórico de vulneración de los derechos de las comunidades indígenas en nuestro país. Además, constituyen un avance  en el cumplimiento de las recomendaciones de organismos internacionales de derechos humanos[1] al Estado uruguayo, orientadas a adoptar medidas efectivas hacia el reconocimiento y visibilización de los pueblos indígenas, así como el combate contra estereotipos discriminatorios sobre las personas de ascendencia indígena.

 La INDDHH reconoce especialmente la lucha de las organizaciones indígenas en la construcción de una memoria colectiva contra el olvido, la discriminación y la exclusión de los pueblos originarios en nuestro país.

 

Memorial a la Nación Charrúa

En el Departamento de Paysandú, a pocos metros de la orilla del Arroyo Salsipuedes Grande, se erigió otro monumento, el Memorial a la Nación Charrúa, obra del artista Juan Carlos Ualde. Para recordar a los Charrúas que fueron asesinados en este sitio, todos los años, en el mes de abril, la Cabalgata al Memorial Charrúa de Salsipuedes reúne a paisanos, historiadores, descendientes de charrúas.

FUENTES

https://agenciatierraviva.com.ar/

https://es.wikipedia.org/

https://www.gub.uy/

https://www.todouruguay.net/

https://www.mna.gub.uy/


No hay comentarios: