©UNESCO: Oficina Internacional de Educación, 2000
La fama de heroína romántica de Florence Nightingale oscurece sus méritos como educadora.
No obstante, la leyenda de esta mujer también tuvo consecuencias educativas. En efecto,gracias a ella se generalizó la formación de enfermeras, dando así origen a una nueva profesión para la mujer.
Florence Nightingale se hizo célebre curando a los enfermos y a los heridos durante la guerra de Crimea (1854-1856). Concluida ésta, pudo haber ocupado un puesto de responsabilidad como enfermera jefe de hospital y supervisora de la formación de enfermeras, pero prefirió retirarse de la vida pública y utilizar su prestigio para apoyar y promover proyectos educativos. Es probable que el hecho de que prefiriese intervenir de modo indirecto, en vez de ocupar un cargo oficial, haya hecho que su influencia fuera aún mayor.
Tras la guerra de Crimea, Nightingale escribió unos doscientos libros, informes y opúsculos que tuvieron importantes repercusiones en la sanidad militar, la asistencia social en la India, los hospitales civiles, las estadísticas médicas y la asistencia a los enfermos.
Nightingale ha sido objeto de estudio como reformadora, como estadística, como administradora y como investigadora, pero los estudios sobre su influencia como educadora han sido escasos.
No es de extrañar que los diversos aspectos de la educación con los que Florence Nightingale estuvo relacionada estuvieran vinculados por numerosos temas comunes. Hasta los 31 años, ella no tuvo la oportunidad de aprovechar su propia educación y preparación.
Florence se sentía impulsada a hacer algún uso práctico de sus conocimientos, por lo que sus primeras cartas, apuntes y opúsculos hacen continuas referencias a los objetivos de la educación y critican la instrucción que recibían las mujeres de su época.
Florence, que nació en 1820 (12 de mayo), era la segunda hija de William y Frances Nightingale, un matrimonio acomodado adepto de la doctrina unitaria (disidentes de la Iglesia anglicana).
Florence creció en una época de intensos cambios sociales, en un entorno de ideas liberales y reformistas.
Una mujer de la posición social de Florence tenía escasas oportunidades de aplicar en la práctica sus conocimientos.
A los 17 años, Florence, según recoge en unos apuntes personales, tuvo una experiencia mística2: sintió su “vocación”, una experiencia decisiva que fortaleció su convicción de que no estaba hecha para una vida ordinaria.
Lo primero que recuerdo, y también lo último, es que quería trabajar como enfermera o, al menos, quería trabajar en la enseñanza, pero en la enseñanza de los delincuentes más que en la de los jóvenes. Sin embargo, yo no había recibido la educación necesaria para ello (Vicinus y Nergaard, 1989, pág. 30).
En 1845, Florence, decidida por cualquier medio a aprender la enfermería en la práctica, había pedido permiso a sus padres para atender a los enfermos en la Clínica Salisbury, cuyo médico jefe era un amigo de la familia.
Cuando vivió en 1848 en Londres, Florence tuvo la oportunidad de enseñar durante varios meses a los niños pobres (sus “ladronzuelos”) en la Ragged School de Westminster.
Esta experiencia le abrió los ojos ante el fenómeno de la pobreza y adquirió la certeza de que podía ser útil pero, una vez más, no pudo hacer oídos sordos a los reparos de su familia:
“Si pudiéramos ser educados – observó Florence – dejando al margen lo que la gente piense o deje de pensar, y teniendo en cuenta sólo lo que en principio es bueno o malo, ¡qué diferente sería todo!” (O’Maley, 1931, pág. 151).
En 1849, Florence se embarcó en un viaje cultural por Egipto y Grecia durante el que dedicó algún tiempo a tomar apuntes detallados sobre la situación social y sobre los vestigios arqueológicos.
Florence demostró ser una alumna capacitada, y al cabo de tres meses de formación el pastor Fliedner le sugirió que publicara un relato sobre la vida en Kaiserswerth destinado a los lectores ingleses (Nightingale, 1851).
[…] aunque desde el punto de vista intelectual se ha dado un paso adelante, desde el punto de vista práctico no se ha progresado. La mujer está en desequilibrio. Su educación para la ación no va al mismo ritmo que su enriquecimiento intelectual (ibíd, pág. 3).
Este tema ya lo había desarrollado en 1846, en una carta a su padre, con respecto a la educación en general; y lo que llama la atención es que Florence no veía entonces ningún sistema sencillo para corregir la desigualdad entre la teoría y la práctica. Su idea era:
“hay que realizar ensayos, hay que emprender esfuerzos; algunos cuerpos tienen que caer en la brecha para que otros pasen sobre ellos…” (Vicinus y Nergaard, 1989, pág. 30).
No hay que olvidar este comentario al examinar los orígenes de la Escuela Nightingale 14 años después.
Florence Nightingale no encontró una aplicación inmediata a su recién adquirida formación, por lo que a su regreso de Kaiserswerth, en 1851, redactó un borrador de lo que ella denominó su “religión para artesanos”.
En un capítulo de carácter semi autobiográfico titulado “Cassandra”, que es texto clave para entender la historia de la mujer del siglo XIX, lanzó un apasionado llamamiento a un nuevo tipo de educación: “Las mujeres anhelan una educación que les enseñe a enseñar, que les enseñe las reglas de la mente humana y cómo aplicarlas…” (Nightingale, 1860b, pág. 391).
Entre 1851 y 1854, Nightingale completó la instrucción práctica que había adquirido en Kaiserswerth visitando hospitales de Gran Bretaña y de Europa, y recogiendo información.
Sistematizó todas estas experiencias analizando informes de hospitales y publicaciones oficiales sobre la sanidad pública.
Cuando en 1853 visitó el Hospital Lariboisière en París, quedó favorablemente impresionada por sus salas, construidas a modo de pabellones.
Florence Nightingale sólo obtuvo su primer empleo en agosto de 1853; era un puesto que por fin le daba la oportunidad de aplicar sus conocimientos y su formación.
En 1854, Florence Nightingale estaba buscando nuevas oportunidades de demostrar sus aptitudes, por ejemplo en tanto que enfermera jefe en algún hospital de Londres, cuando estalló la guerra de Crimea.
Florence entendió inmediatamente cuál era la situación en Escutari, donde se encontraba el principal hospital británico.
Además de supervisar la asistencia a los pacientes, escribió cartas en nombre de los soldados, organizó un sistema para enviar dinero a sus familias y proporcionó juegos y cuartos de lectura a los convalecientes.
Si su genio administrativo la hizo ganarse el respeto de la reina Victoria y de muchos de los miembros del gobierno, lo que suscitó el cariño del pueblo británico fue la atención y el cuidado que dedicó personalmente a los soldados enfermos y heridos.
La educación en el ejército
Florence Nightingale utilizó su influencia para abogar en favor de la educación de los soldados británicos y de los médicos militares.
Florence Nightingale contribuyó de modo decisivo a la creación de la Comisión Real en 1857.
Florence Nightingale elaboró planes para la educación médica militar en sus “Notas sobre cuestiones relativas a la sanidad, la eficacia y la administración de los hospitales en el Ejército Británico”, publicadas en 1858 en una edición privada.
[…] sea cual sea el grado de información científica de que disponen los estudiantes al entrar en el ejército, poco o nada puede deducirse de ello en lo tocante a sus conocimientos prácticos.
Propuestas presentadas de modo tan convincente que fueron puestas en práctica por médicos y cirujanos experimentados, veteranos de la campaña de Crimea.
Su interés por la educación en el ejército abarcaba desde la formación de los médicos hasta el la enseñanza a las tropas.
Nunca he podido compartir – escribía – el prejuicio sobre la indolencia, la sensualidad y la ineptitud del soldado. Al contrario, creo […] que nunca he conocido a una gente tan receptiva y atenta como el del ejército.
1987, pág. 21).
El éxito de las salas de lectura de Escutari alentó a Florence Nightingale después de la guerra a promover, con cierto éxito, la creación de salas similares en cuarteles más grandes.
La experiencia de Crimea brindó a Florence la oportunidad de poner a prueba sus ideas; de ahí que, después de la guerra, se sintiera obligada a publicar sus conclusiones (Nightingale, 1858a; 1858b; 1859).
Debe ser presentado como un ejemplo histórico” (McDonald, 1993).
La idea de formar enfermeras no era totalmente nueva en la Gran Bretaña de mediados del siglo XIX. Ya antes de la guerra de Crimea habían comenzado a resurgir las asociaciones de enfermeras, que agrupaban a numerosas mujeres competentes y moralmente intachables, en contraposición al estereotipo de enfermera borracha e ignorante creado por Charles Dickens.
Durante los decenios de 1830-1840 y 1840-1850, y gracias a las nuevas libertades religiosas, se habían creado en Gran Bretaña numerosos centros como St. John’s House, una hermandad anglicana creada en 1848, que en tres meses formaba a mujeres para cuidar a los enfermos pobres en sus propios hogares.
El temor a este tipo de controversias fue probablemente un factor de peso que hizo que Florence Nightingale se inclinara por la formación laica de enfermeras.
En los hospitales, algunos habían empezado ya a protestar ruidosamente contra las nuevas enfermeras.
Como decía más arriba, Florence Nightingale prefería intervenir de modo indirecto a tomar directamente decisiones, pero en lo que respecta a la Escuela Nightingale otros motivos pueden haberla llevado a permanecer en un segundo plano.
Mis teorías no han suscitado interés entre las mujeres. Las que fueron conmigo a Crimea no aprendieron nada de mí, y ninguna […] ha sacado las lecciones de la guerra (Vicinus y Nergaard, 1989, pág. 230).
Le parecía también evidente que los mejores profesores eran los que practicaban realmente su oficio:
La autora de estas líneas, que conoce tal vez mejor que ninguna otra persona en Europa lo que podríamos llamar el trabajo de enfermera de hospital, es decir, la labor práctica de la enfermera, cree sinceramente que es algo imposible de aprender en los libros y que sólo se puede aprender a fondo en las salas de un hospital; también cree que para aprender a administrar cuidados médicos en cirugía, la mejor escuela de Europa es observar a una “monja” de cualquier hospital de Londres (Nightingale, 1860a).
Aunque Florence Nightingale consideraba que los libros de texto eran inapropiados para enseñar en qué consistía el “quehacer” de la enfermera, admitía que los libros podían ser útiles para familiarizarse con el entorno administrativo o sanitario de la labor de la enfermera.
Su insistencia en que, para facilitar el estudio y la reflexión, cada alumna enfermera debía tener su propia habitación en el Hogar Nightingale muestra que no sólo le preocupaba el aspecto práctico de la formación.
— la escuela era independiente, pero estaba vinculada a un hospital;
— las alumnas dependían únicamente de la enfermera jefe;
— la escuela proporcionaba un hogar a las alumnas;
— la instrucción de las alumnas corría a cargo de miembros del hospital (monjas y médicos);
— la evaluación de las alumnas corría a cargo de las monjas y de la enfermera jefe;
— las alumnas recibían un salario mínimo durante su formación;
— el contrato de alumna enfermera estipulaba que ésta debía aceptar, tras su formación, un puesto en algún hospital elegido por el Fondo Nightingale, cuya política consistía en enviar grupos de enfermeras para difundir el sistema Nightingale de formación en otros hospitales.
La nueva labor de Florence Nightingale entrañaba no pocas dificultades.
Según Monica Baly, historiadora del Fondo Nightingale:
El candil de Nightingale no dio luz inmediatamente; la reforma llegó de manera lenta y penosa, de forma que lo que se conoció como el sistema Nightingale no fue el proyecto ideal imaginado por Florence Nightingale, sino un experimento pragmático derivado de un compromiso forzoso (Baly, 1986, pág. 230).
La afirmación de la doctora Baly es sin duda acertada: la escuela no progresó de manera tan regular como sugirieron los primeros historiadores, y la primera década fue especialmente difícil.
Henry Bonham-Carter, primo de Florence Nightingale y secretario del Fondo Nightingale de 1861 a 1914, contribuyó con su dedicación a que se reconocieran los resultados de la Escuela Nightingale.
Las primeras emigraciones de “enfermeras Nightingale” a Australia, Canadá, India, Finlandia, Alemania, Suecia y Estados Unidos permitieron la creación de una red internacional de escuelas que aplicaban el sistema Nightingale.
Si hubo un momento en que pudo decirse que del candil de Florence Nightingale venía efectivamente la luz, fue en 1882, año en que escribió dos artículos para el Quain’s dictionary of medicine titulados “Formación de las enfermeras” y “Cómo cuidar al enfermo”.
Nightingale expuso también una teoría sobre el aprendizaje en la que hacía hincapié en la adquisición de las destrezas prácticas:
La observación indica cómo está el paciente; la reflexión indica qué hay que hacer; la destreza práctica indica cómo hay que hacerlo.
Florence Nightingale consideraba que, una vez que la enfermera había “aprendido a aprender”, el proceso de formación debía continuar más allá de la escuela.
En su opinión, la inscripción en un registro profesional pondría un punto final a la formación, llevaría a la presunción y en definitiva no sería más que una reproducción de la trayectoria profesional que habían seguido los médicos.
La educación formó parte de cada una de las parcelas de la vida de Florence Nightingale.
Mantener durante gran parte del día a unos cuantos niños en un aula, llenándoles la cabeza de fórmulas e intentando despertar su interés, [sería] desastroso para una raza no acostumbrada a ese tratamiento.
Según Jocelyn Keith, este consejo fue ignorado por completo.
En los últimos años del decenio 1860-1870, Nightingale centró su atención en el tema de la educación en los asilos de pobres.
Su vieja amistad con el doctor Benjamin Jowett, director del Balliol College de la Universidad de Oxford, hizo que se interesara por la educación universitaria.
Conclusión
En uno de sus trabajos, Florence Nightingale citó una frase de una conferencia sobre educación en las universidades de St. Andrew y de Glasgow que resumía perfectamente su propio punto de vista: “[…] educar no es enseñar al hombre a saber, sino a hacer” (Nightingale, 1873, pág. 576).
Usted despertó sentimientos románticos en muchas personas hace 23 años, de regreso de Crimea […] pero ahora trabaja en silencio y nadie sabe cuántas vidas salvan sus enfermeras en los hospitales, ni cuántos miles de soldados […] están vivos gracias a su previsión y a su diligencia, ni cuántos indios de esta generación y de las generaciones venideras habrán sido preservados del hambre y de la opresión gracias a la energía de una dama enferma que apenas puede levantarse de la cama.
Notas
1. Alex Attewell (Reino Unido). Tras ocupar el cargo de conservador adjunto de un museo de historia de los hospitales del oeste de Inglaterra, en 1989 comenzó a trabajar en el museo Florence Nightingale de Londres. En 1993 fue elegido miembro de la Asociación de Museos y en 1994 fue nombrado director del museo Florence Nightingale. Pronuncia frecuentemente conferencias, participa en programas de radio y organiza exposiciones temporales en el área de su especialización.Correo electrónico: a.attewel@florence-nightingale.co.uk
2. Fue la primera de cuatro experiencias de ese tipo que Florence recogió en su diario.
Referencias
Baly, M.E. 1986. Florence Nightingale and the nursing legacy [Florence Nightingale y el legado enfermero].
Beckenham, Reino Unido, Croom Helm.
Calabria, M. 1994. Florence Nightingale and the libraries of the British Army [Florence Nightingale y la bibliotecas del ejército británico]. Libraries and culture (Austin, Texas), vol. 29, n° 4, págs. 367-388.
Goldie, S.; (comp.). 1987. Florence Nightingale in the Crimean War, 1854-56 [Florence Nightingale en la Guerra de Crimea, 1854-1856]. Manchester, Reino Unido, Manchester University Press.
Keith, J. 1995. What if they had listened to Florence?: an essay in contrafactus [¿Y si hubieran escuchado a Florence? Ensayo sobre una acción entorpecida]. En: Bryder, L.; Dow, W. (comps.). New countries and old medicine, págs. 340-346. Auckland, Nueva Zelandia, Pyramid Press.
McDonald, L. 1993. Women founders of the social sciences [Mujeres fundadoras de las ciencias sociales]. Ottawa, Carleton University Press.
Nightingale, F. 1851. The institution of Kaiserwerth on the Rhine, for the practical training of deaconesses, under the direction of the Rev. Pastor Fliedner,. embracing the support and care of a hospital, infant and industrial schools, and a female penitentiary [La institución de Kaiserswerth del Rin, para la formación práctica de las diaconesas, bajo la dirección del pastor Fliedner, incluido el apoyo y el cuidado de un hospital, de escuelas para niños y de aprendizaje, y de un penitenciario de mujeres]. Londres, Colonial Ragged Training School. 32 págs.
——. 1858. Subsidiary notes as to the introduction of female nursing into military hospitals in peace and in war.
Presented by request to the Secretary of State for War [Notas subsidiarias sobre la introducción de la enfermería femenina en los hospitales militares, tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra]. Londres, Harrison & Sons. 133 págs.
——. 1858. Notes on matters affecting the health efficiency and hospital administration of the British Army founded chiefly on the experience of the late war. Presented by request to the Secretary of State for War
[Notas sobre las cuestiones relativas a la eficacia del hospital y de la administración del ejército británico, basadas principalmente en la experiencia adquirida en la última guerra. Presentadas a petición del Secretario de Estado para la Guerra]. Londres, Harrison & Sons, 567 págs.
——. 1860. Notes on nursing: what is and what is not [Notas sobre los cuidados de enfermería: lo que son y lo que no son]. Londres, Harrison. 70 págs.
——. 1873. A “Note” of interrogation [Un punto de interrogación]. Frasers magazine. Mayo, págs. 567-577. O’Maley, I.B. 1930. Florence Nightingale, 1820-56. Londres, Thornton Butterworth, 416 págs.
Seymer, L. (comp.). 1954. Selected writings of Florence Nightingale [Páginas escogidas de Florence Nightingale]. Nueva York, MacMillan. 397 págs.
Strachey, L. 1918. Florence Nightingale. En: Eminent Victorians [Figuras eminentes de la época victoriana]. Londres, Chatto & Windus. (Publicado también en Penguin Books.)
Vicinus, M.; Nergaar, B. (comps.). 1989. Ever yours, Florence Nightingale [Siempre vuestra, Florence
Nightingale]. Londres, Virago Press. 461 págs.
Obras de Florence Nightingale
1851. The institution of Kaiserwerth on the Rhine, for the practical training of deaconesses, under the direction of the Rev. Pastor Fliedner, embracing the support and care of a hospital, infant and industrial schools, and a female penitentiary [La institución de Kaiserswerth del Rin, para la formación práctica de las diaconesas, bajo la dirección del pastor Fliedner, incluido el apoyo y el cuidado de un hospital, de escuelas para niños y de aprendizaje, y de un penitenciario de mujeres]. Londres, Colonial Ragged Training School. 32 págs.
1858a. Notes on matters affecting the health efficiency and hospital administration of the British Army founded chiefly on the experience of the late war. Presented by request to the Secretary of State for War [Notas sobre las cuestiones relativas a la eficacia del hospital y de la administración del ejército británico, basadas principalmente en la experiencia adquirida en la última guerra. Presentadas a petición del Secretario de Estado para la Guerra]. Londres, Harrison & Sons, 567 págs.
1858b. Subsidiary notes as to the introduction of female nursing into military hospitals in peace and in war.
Presented by request to the Secretary of State for War [Notas subsidiarias sobre la introducción de la enfermería femenina en los hospitales militares, tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra.
Presentadas a petición del Secretario de Estado para la Guerra]. Londres, Harrison & Sons. 133 págs.
1859. Notes on hospitals: being two papers read before the National Association for the Promotion of Social Science, at Liverpool, in October 1858. With the evidence given to the Royal Commissioners on the State of the Army in 1857 [Notas sobre los hospitales: compuestas por dos textos leídos ante la Asociación Nacional para la Promoción de la Ciencia Social, en Liverpool, octubre de 1858.]. Londres, John W.
Parker & Sons. 108 págs.
1860a. Notes on nursing: what is and what is not [Notas sobre los cuidados de enfermería: lo que son y lo que no son]. Londres, Harrison. 70 págs.
1860b. Suggestions for thought for searchers after religious truth [Sugestiones para la reflexión destinadas a los que buscan la verdad en la religión]. 3 vols. Londres, Eyre & Spottiswoode. (Edición privada.)
1863a. How people may live and not die in India [Cómo las poblaciones pueden vivir en lugar de morir en la India]. Londres, Emily Faithfull. 11 págs.
1863b. Notes on hospitals [Notas sobre los hospitales]. Tercera edición. Londres, Longmans. 187 págs.
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1865. The organization of nursing in a large town (an account of the Liverpool nurses’ training school). With an introduction by Florence Nightingale [La organización de las enfermeras en una gran ciudad (una descripción de la escuela de formación de enfermeras de Liverpool. Introducción de Florence
Nightingale)]. Liverpool. 103 págs.
1867. Suggestions on the subject of providing, training, and organising nurses for the sick poor in workhouse infirmaries [Sugestiones para suministrar, formar y organizar las enfermeras para los enfermos pobres en las enfermerías de empresa]. En: Report of the committee on cubic space of metropolitan workhouses with papers submitted to the committee. Parliamentary Blue Book, págs. 64-79.
1871. Introductory notes on lying-in instructions. Together with a proposal for organising an institution for training midwives and midwifery nurses. By Florence Nightingale [Notas de introducción sobre las maternidades: con una proposición para organizar una institución destinada a formar comadronas y enfermeras de obstetricia. Por Florence Nightingale]. Londres, Longmans, Green & Co. 110 págs.
1873a. A “Note” of interrogation [Un punto de interrogación]. Frasers magazine. Mayo, págs. 567-77.
1873b. A sub-“Note” of interrogation. What will our religion be in 1999? [Un nuevo punto de interrogación. ¿Qué será nuestra religión en 1999?]. Frasers magazine, págs. 25-36.
1874a. Life or death in India. A paper read at the meeting of the National Association for the Promotion of Social Science, Norwich, October, 1873. With an appendix “life or death by irrigation” [Vivir o morir en la India. Texto leído en la reunión organizada por la Asociación Nacional par la Promoción de la Ciencia Social, Norwich, octubre de 1873. Con el anexo, “La irrigación, cuestión de vida o muerte”]. Londres, Harrison & Sons. 63 págs.
1874b. Suggestions for improving the nursing services of hospitals and on the method of training nurses for the sick poor [Sugestiones para mejorar los servicios de enfermería en los hospitales y método de formación de enfermeras especializadas en los cuidados a los pobres]. 18 págs.
1876. Metropolitan and National Association for providing trained nursing for the sick poor. On trained nursing for the sick poor [Asociación metropolitana y nacional para el suministro de cuidados de enfermería a los pobres por enfermeras formadas. Acerca del tema de la formación de enfermeras especializadas en cuidados a los pobres]. Londres, Spottiswoode & Co. 12 págs.
1879. A missionary health officer in India [Un misionero, oficial de salud en la India]. En: Good words (tres artículos), julio, agosto y septiembre de 1879. págs. 492-496, 565-571 y 635-640.
1882. “Nurses, training of” and “Nursing the sick” [“Enfermeras, formación de las” y “Cuidados para los enfermos”]. En: Quain´s dictionary of medicine, págs. 1038-1043; 1043-1049.
1892. Three letters [Tres cartas]. En: Report of the training of rural health missioners and of their village lecturing and visiting under the Bucks County Council: 1891-1892. Winslow, Reino Unido, E.J. French, 50 págs.
1893. “Sick-nursing and health-nursing” [Cuidados a los enfermos y cuidados sanitaios]. En: Woman’s mission: a series of congress papers on the philantropic work of women by eminent writers. Londres, Sampson Low, Marston & Co., págs. 184-199.
1894. Health teaching in towns and villages. Rural hygiene [La enseñanza de los cuidados sanitarios en las ciudades y en los pueblos. La hiiene rural]. Londres, Spottiswoode & Co. 27 págs.
La obra de Bishop y Goldie Bio-bibliography sigue siendo la mejor guía de los 200 libros, informes, artículos y opúsculos de Florence Nightingale.
Bishop, W.J.; Goldie, S. 1962. A Bio-bibliography of Florence Nightingale [Biobibliografía de Florence Nightingale]. Londres, Dawson’s of Pall Mall.
Obras sobre Florence Nightingale
Cook, E.T. 1913. The life of Florence Nightingale [La vida de Florence Nightingale]. 2 vols. Londres, Macmillan.
O’Malley, I.B. 1930. Florence Nightingale, 1820-1856. Londres, Thornton Butterworth. 416 págs.
Woodham-Smith, C. 1992. Florence Nightingale. Londres, Constable.


Esta foto de Florence Nightingale Museum es cortesía de TripAdvisor

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La moneda de £ 2 en una serie de 1.000, que marca también el 150 aniversario de la publicación de las Notas sobre enfermería. La moneda muestra unas manos tomando el pulso bajo los rayos de luz, que simboliza el trabajo de la dama.
LEGADO
El legado de Florence
Nightingale a la humanidad es vasto y sigue vigente en múltiples aspectos de la
salud pública y la enfermería moderna.
No solo transformó la
enfermería en una profesión respetada y científica, sino que también sentó las bases
de la salud pública moderna, dejando un legado que sigue salvando vidas y
guiando a los profesionales de la salud en todo el mundo
1. Fundadora de la enfermería
moderna
Nightingale profesionalizó la
enfermería, estableciendo estándares de formación, ética y respeto al paciente.
Su libro Notas sobre
enfermería se convirtió en un manual esencial para la profesión y sentó las
bases de la práctica moderna.
2. Revolución en la higiene
hospitalaria
Fue pionera en introducir
prácticas de higiene en hospitales, como el lavado de manos y la ventilación de
los espacios, lo que contribuyó a reducir la propagación de infecciones y a
transformar los conceptos de salud pública.
Estas medidas, hoy
consideradas básicas, fueron clave en su época y siguen siendo fundamentales,
como se evidenció durante la pandemia de COVID-19.
3. Uso de la estadística en
salud
Nightingale fue una de las
primeras en recopilar y analizar datos estadísticos sobre mortalidad y
condiciones sanitarias.
Desarrolló diagramas y
gráficos para visualizar la información, sentando las bases del uso de la
estadística en la gestión sanitaria y la toma de decisiones en salud pública.
4. Reforma de hospitales y
salud pública
Mejoró la gestión de
hospitales, haciendo que fueran lugares más limpios y seguros, y abogó por el
acceso a la atención médica para toda la población, especialmente para los más
desfavorecidos.
Su trabajo influyó en la
creación de sistemas nacionales de salud, como el Servicio Nacional de Salud
del Reino Unido.
5. Educación y dignificación
de la enfermería
Fundó la primera escuela laica
de enfermería profesional en el Hospital Saint Thomas de Londres, lo que permitió
la formación sistemática de enfermeras y elevó el estatus de la profesión.
6. Defensa de la salud mental
y el bienestar integral
Nightingale también enfatizó
la importancia del cuidado de la salud mental de los pacientes, reconociendo
que el bienestar emocional era fundamental para la recuperación.
Vigencia de su legado
El impacto de Florence
Nightingale perdura hoy en:
Las prácticas de higiene
hospitalaria y prevención de infecciones.
La formación profesional y
ética de enfermeras y enfermeros.
El uso de la estadística y la
evidencia científica en la gestión sanitaria.
La promoción de la salud
pública y el acceso universal a la atención médica.
La celebración anual del Día
Internacional de la Enfermería en su honor, cada 12 de mayo.
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