LA IMAGEN DE JUAN ANTONIO LAVALLEJA
ROMANCE PARA EL GENERAL LAVALLEJA
Nació para andar de bronce
por la gloria y por
la vida.
Los cerros le modelaron
cuarteador de rebeldías,
y él se trajo a la "sidera"
toda la rabia mestiza
que el sol encendió en los valles
y las quebradas de Minas.
Mano de alzarse en visera
para medir lejanías,
halló grata la cintura
de la fama, en la medida
del puño de un sable corvo
con hoja de luna niña.
Desprendido de las cumbres
en rauda piedra que
grita
la palabra con que el trueno
rebota en las serranías,
se proyectó historia adentro
sobre las cruces
ariscas
que silban largas "clineras"
en el viento de las cifras . . .
Retumaron los bordones
de las vihuelas patricias
al pasar sus tacuarales
por madrugadas
rosillas,
cuando el Tiempo andaba lejos
de la Patria todavía . . .
Prisionera de los godos
estaba su novia india!
En un cinturón de piedras,
el coraje de Castilla
rugiendo por huecos bronces
desvelados, la tenía;
pero el león teme al
trueno;
y el trueno siempre crecía
reventando en las murallas
con bermellones de lidia!
Latido de tierra y potros!
Polvareda sostenida
con tiempo y sol a la espalda,
y un mar de lunas oblicuas
guadañando cerrazones
de leyendas enemigas!
Es fama que, por las noches,
cuando las sombras crecían,
lagrimeaban los fogones
la pena de la cautiva . . .
Tierra estrellada del Sitio . . .
Lugar donde se tendían
los patriotas cimarrones
a lamerse las heridas. . .
Entonces, junto a los muros,
una guitarra suicida
despertaba los "alerta!!. . ."
por las troneras altísimas,
para crecer una urdimbre
musical, desconocida,
que se aferraba a las grietas
como una hiedra de ira!
Y brotaban las mortales
rosas de las carabinas!
Y los súbitos colores
de la pólvora, tenían
la silueta de un centauro
de nueva cepa bravía
que guitarreaba un trabuco
de coplas enrojecidas!
Era el campeón que los cerros
enviaban a la cautiva!
La promesa de una raza
corajuda, repetida
por las puntas de las cargas;
por los filos de las
brisas;
y era el canto a flor de labios;
y era el grito a flor de risas;
y era el sombrero en la nuca,
y el orgullo con que
brillan
las pinchudas nazarenas
en trazos de acometida!
Se llamaba Juan Antonio;
Juan Antonio es todavía!
Juan Antonio de los potros,
de las lanzas,
de las vinchas,
del color de los arroyos,
de los pastos que tiritan,
de los llanos mugidores,
del trigal en las colinas!
Juan Antonio Lavalleja!
Rumbo de la gauchería,
dueño de la luna niña,
flor de mi raza
estrellera!
Metal heroico de Minas!!
Osiris Rodríguez Castillos en “Poemas y Canciones
Orientales” (1962).
Te nombro y siento en la boca
genuino gusto de patria
Te evoco y en tu figura
se corporiza mi raza.
Te canto y musicalizan
mi voz aquellas guitarras
De los viejos payadores
que iban trenzando tu fama ,
con los tientos primitivos
De cielos y cifras gauchas.
Por tu nombre y tu imagen
resumen plena la estampa
del oriental que su tierra
ganó a sangre y a tacuara.
porque eres el arquetipo
del hombre que expresa su alma
sólo cuando vive libre
como el viento de las pampas
Juan Antonio, Juan Antonio,
cuentan que cuando arengabas
a los gauchos orientales
al iniciar una carga,
se alzaba un palmo tu cuerpo
sobre tu talla menguada,
y tu bronca voz crecía
como un viento de borrasca
para henchir los corazones
de fe, denuedo y confianza.
Juan Antonio, savia heroica
de una estirpe indomeñada ,
cristalizador del sueño
que en Artigas alentara:
para expresar tu grandeza
ninguna palabra alcanza,
ni hay lauros con que pagarte
lo que te debe la patria.
Serafín J García
De qué tala habrás nacido
De qué coronilla el molde
De qué estrella tu apellido,
Que fue tan alto tu nombre?.
De qué toro retacón
Habrás copiado tu porte
De qué potro escarceador
Sacaste libre el galope?
En cuál rincón de la sierra;
En la fruta de qué molle
Maduraste el aguijón
Para clavárselo al Norte?
De qué teros los clarines
Que agudizaron sus toques
Para tallar el granito
Donde afirmaste tu bronce?
En cuál de los cerros altos
Trepaste los horizontes
Para aprenderte los rumbos
Que abrió la aurora del “Once”?
De qué creciente la luna
Que te creciste esa noche,
Formando de cuarta luna
Tu corvo sable de Prócer?
Qué lluvia llenó tu cauce
Para tenderte en desborde
E inundar de libertad
Los Treinta y Tres corazones?
De qué ceibo, de qué cielo;
De qué espumas tus aprontes
Para formar tricolor
La devoción de tus hombres?
De dónde la fe rotunda
Que en Florida, cual resorte,
Izó las viejas cadenas
Para romperlas de un golpe!
De dónde la voz aquella
Que resonó por los montes
Cuando todo Sarandí
Se estremeció con tu orden?
De qué tala habrás nacido
De qué coronilla el molde?
Por Minuano y Oriental
No hace falta que te invoque,
Y el que te quiera nombrar,
Que se descubra ¡¡y te nombre!!
Con tu gesto de heroica rebeldía!
¡Si parece que cargas todavia.
"Carabina a la espalda y sable en mano"!
!Bien estás en el bronce! mas el llano
No es digno pedestal de tu osadía:
¡Tu trono debe ser la Serranía
Que vió flotar tu poncho veterano!
...............................................
Yo soñé con banderas tricolores
evocando en mis sierras, la bendita
visión de tus centauros redentores,
y desde entonces, tengo la infinita,
celsitud de dos cumbres mis amores,
¡ mi fe en Verdun, mi patria en Arequita ! ! ! ..
Olegario María Núñez
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