1892.- En Córdoba fue donde comenzó a realizar sus primeras experiencias en materia de periodismo y literatura, y comienza a publicar sus obras.
Leopoldo volvió a vivir con su familia que se había trasladado a Córdoba después de haber perdido su estancia.
En esta época dio con éxito sus primeros pasos en la vida pública. Recitó su primera composición en el Teatro Indarte, dirigió el periódico liberal y anticlerical "El Pensamiento Libre" y se alistó voluntariamente para enfrentar a las fuerzas radicales sublevadas en Rosario.
En Córdoba, Lugones se fue convirtiendo en un personaje popular capaz de ser contrapunto de los payadores del barrio, publicar versos controvertidos con el seudónimo Gil Paz, promover huelgas estudiantiles y fundar un centro socialista.
1896.- Este año fue decisivo para Lugones que se instaló en Buenos Aires y se casó con Juana González quien pronto se convertiría en la madre de su único hijo, Polo.
En la gran ciudad se unió al grupo socialista de escritores integrado por José Ingenieros, Roberto Payró, Ernesto de la Corcova, escribió en el periódico socialista "La Vanguardia" y en la "Tribuna", órgano del roquismo y se ganó al distinguido auditorio del Ateneo.
En 1899 a los 22 años comienza a escribir en "La Nación", promovido por su amigo Rubén Darlo.
En 1901 Leopoldo ocupó el cargo de inspector de secundaria y normal bajo las órdenes de Pablo A. Pizzurno y Virgilio Magnasco.
1906 .- Realizó viajes a Europa, travesías entonces consideradas imprescindibles en la élite intelectual porteña. Mientras tanto, en Buenos Aires, generó constante polémica no tanto por su obra literaria sino por su protagonismo político, que sufrió fuertes virajes ideológicos a lo largo de su vida, pasando por el socialismo, el liberalismo, el conservadurismo y el fascismo.
En 1911 Viaja nuevamente a Europa residiendo en París, donde dirigió la Revue Sudméricaine
En el año 1915 se hizo cargo de la dirección de la Biblioteca Nacional de Maestros que ejerció hasta su muerte.
Emilia, con 25 años, recientemente recibida como profesora de filosofía, y quien cada vez que podía asistía a las clases que Lugones dictaba en la Facultad de Filosofía y Letras.
Lugones, ya tenía 52 años y era director de la Biblioteca Nacional de Maestros.
También, Emilia, era una fiel lectora de sus libros. Este fue el comienzo de la vinculación entre ambos…
El primer encuentro se produjo cuando Emilia acudió a la biblioteca en busca de un ejemplar de Lunario sentimental para un trabajo universitario. Lugones, cautivado por la joven, le entregó en cambio Las horas doradas con una dedicatoria especial.
Emilia había estudiado Letras y asistía a cursos en la Facultad de Filosofía y Letras, aunque se recibió en el Instituto del Profesorado, especializándose en Letras.
La relación, que duró aproximadamente seis años, fue secreta y apasionada, marcada por la diferencia de edad y el contexto social conservador de la época.
Ambos intercambiaron cientos de cartas, muchas de ellas de un erotismo y sinceridad inéditos en la literatura argentina de entonces.
Cartas, muy intensas, especialmente él se manifestaba con mucha pasión y hasta contenían manchas de sangre y de semen.
Lugones usaba pseudónimos como "Osolón de Ploguel" o "Ugopoleón del Sol", mientras que Emilia firmaba como "Leodia", "Clelia de Amoiga" o "Camelia". Él la llamaba "Aglaura", en referencia a una princesa ateniense.
Se encontraban en la biblioteca, y en un pequeño departamento de Retiro y mantenían comunicación telefónica bajo nombres falsos para evitar ser descubiertos.
"El ángel de la
sombra" (1926) es la única novela escrita por Leopoldo Lugones y
constituye una obra singular dentro de su producción literaria.
"El ángel de la
sombra" es una novela que combina el drama de un amor imposible con
elementos de misticismo, ocultismo y fantasía, proponiendo una reflexión sobre
el destino, el sacrificio y la redención espiritual, todo ello enmarcado en el
Buenos Aires de principios del siglo XX.
La trama central narra los
infortunios del amor secreto entre Luisa Almeida, hija de una familia patricia
de Buenos Aires, y Carlos Suárez Vallejo, un poeta pobre y de origen incierto.
Luisa y Suárez Vallejo viven un romance clandestino, marcado por la diferencia de clases y la desaprobación social. Mientras intentan ocultar su relación, la salud de Luisa se va deteriorando bajo el cuidado de un médico que representa la ciencia materialista de la época.
La historia, aunque en
apariencia sigue los estereotipos de la novela sentimental de folletín, se
diferencia por la fuerte presencia de elementos ocultistas, teosóficos y
fantásticos. Lugones incorpora en la novela las doctrinas teosóficas que
cultivó desde joven y que ya estaban presentes en sus "Cuentos
fatales".
Luisa es, en realidad, un
ángel caído a la condición carnal con la misión de redimir a Suárez Vallejo y
prepararlo para cumplir un destino superior. Este giro vincula la novela con el
esoterismo y el misticismo, alejándola de la novela romántica convencional.
El relato está atravesado por
misterios, símbolos y referencias a sociedades secretas, como la secta oriental
de los haschischins, que introduce un trasfondo de iniciación y sacrificio.
La novela utiliza un sistema
de narradores encadenados: Suárez Vallejo le cuenta su historia a un personaje
llamado "Lugones", quien a su vez la transmite al lector. Esto
refuerza la idea de la transmisión de un saber oculto y la construcción de la
figura del escritor como depositario de secretos y revelaciones.
"El ángel de la
sombra" está vinculada, en parte, al romance oculto que Lugones mantuvo en
su madurez con una joven universitaria, lo que otorga a la novela una dimensión
autobiográfica y confesional.
La obra mezcla elementos
sentimentales, ocultistas, fantásticos, cientificistas y de erotismo decadente,
lo que la convierte en un texto complejo y sugerente para explorar la posición
de Lugones en el campo literario y su poética de lo fantástico.

En el año 1930 publica los ensayos "La patria fuerte" y "La grande Argentina" , indispensables para comprender la época y la generación de Lugones.
A lo largo de su vida publicó 35 libros, entre los que destacaron:
Lunario Sentimental,
La Guerra Gaucha,
Los crepúsculos del Jardín
y El Libro de los Paisajes.
En el año 1932 el hijo de Lugones,
Leopoldo Lugones (hijo), quien era comisario de policía, descubrió la relación
e intervino los teléfonos familiares, amenazando con declarar insano a su padre
si no se terminaba el vínculo.
Ante la presión familiar y
social, los padres de Emilia la enviaron a Montevideo para alejarla de Lugones.
Emilia decidió cortar todo contacto, sacrificando su felicidad para evitar un
escándalo y proteger a su familia.
Lugones, devastado por la separación y otros factores personales y políticos, se suicidó.
A mediado de febrero de 1938 Lugones llamó a su esposa y le comentó que se iba a Tigre a descansar. Sacó un pasaje de tren y al arribar a destino tomó una lancha y se dirigió a la hostería El Tropezón.
Se alojó en la habitación número 9, pidió no ser molestado hasta la hora de cenar, pidió una botella de whisky y tras darle varios tragos largos, ingirió cianuro y se mató.
Cuando se lo halló sin vida, había junto a su cadáver una carta que decía que no podía terminar con la biografía de Roca. Tenía 63 años.
El 18 de febrero de 1938 Lugones se había suicidado.
La tragedia acompañó muchos años a los Lugones…
En el año 1971 se suicidó su único hijo, Polo Lugones, presuntamente tras el dolor por la muerte de su esposa a causa de cáncer. Polo Lugones pasó a la historia por ser un policía torturador.
El bisnieto del autor también se suicidó en el Tigre como su bisabuelo, acarreaba una larga historia de adicción a las drogas.
Su nieta Pirí fue abusada sexualmente por el segundo esposo de su madre. Participó de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la detuvieron en 1977 y al año la asesinaron.
Emilia Santiago Cadelago nunca
se casó y vivió el resto de su vida en Buenos Aires, donde falleció el 12 de
mayo de 1981. Fue enterrada con un gato de peluche que Lugones le había
regalado.
PAJARO CARPINTERO
El maestro carpintero
de la boina colorada,
va desde la madrugada
taladrando su madero.
Y a ratos, con brusco ardor,
bajo la honda paz celeste,
lanza intrépido y agreste
el canto de su labor.
Leopoldo Lugones
Alza una gaviota el vuelo,
y hacia una estrella remota,
parece que la gaviota
fuera hundiéndose en el cielo.
Quién pudiera sobre el mar,
como la gaviota aquella,
darse al viento, dulce estrella
y hacia ti volar, volar...
LA GARZA
En su abstracto candor, el tiempo vano
Inmoviliza eterno, hondo, distante,
La soledad obscura del pantano
Y una línea de tiza interrogante ...
Leopoldo Lugones
El pleno sol goza enhiesta
Sobre un seco y alto tronco.
Desgrana en su arrullo ronco
Su áurea mazorca la siesta.
El follaje, más umbrío,
Le ofrece en vano su toldo,
Y en palpitante rescoldo
Mulle su pluma el estío...
Leopoldo Lugones
Sobre el remanso azul, agudo acecha
Desde un lánguido gajo del sauzal,
En inminente inclinación de flecha,
La lentitud profunda del caudal.
Oro de sol en la corriente boya...
Y destellando un súbito arrebol,
Identifica el pájaro en su joya,
Sauce verde, agua azul, y oro de sol...
Leopoldo Lugones
EL PICAFLOR
Run ... dun, run ... dun ... Y al tremolar sonoro
Del vuelo audaz y como un dardo, intenso,
Surgid de pronto, ante una flor suspenso,
En vibrante ascua de esmeralda y oro.
Fue color... luz... color... A un brusco giro,
Un haz de sol lo arrebató al soslayo;
Y al desaparecer con aquel rayo,
Su ascua fugaz carbonizó en zafiro.
Leopoldo Lugones
En 1963 Borges lo decretó el primer escritor de la república y ello revalorizó su figura y obra, que por años estuvieron muy atravesadas por las críticas.
En el año 1999 María Inés Cárdenas de Monner Sans, publicó en un libro: Cuando Lugones Conoció el amor: cartas y poemas inéditos a su amada. Cartas que Emilia le había dado antes de morir y que Lugones le había enviado oportunamente.
LEGADO
Pionero
del modernismo y la vanguardia:
Lugones
fue el principal exponente del modernismo argentino, renovando el lenguaje
literario y experimentando con nuevas formas, metros y recursos estilísticos.
Introducción
del verso libre:
Fue el primer escritor en lengua española en
hacer uso del verso libre, abriendo el camino para las vanguardias y las nuevas
formas poéticas que surgirían en el siglo XX.
Precursor de la literatura fantástica y la ciencia ficción:
Lugones es reconocido
como uno de los pioneros del cuento fantástico y de ciencia ficción en
Argentina y en el ámbito hispanoamericano, especialmente a través de libros
como Las fuerzas extrañas (1906).
Innovador
en el microrrelato:
Fue de los primeros escritores de habla
hispana en producir microrrelatos, anticipando un género que tendría gran
desarrollo en el siglo XX.
Renovador
del lenguaje y la identidad nacional:
Lugones
consideraba la lengua como una cuestión central para la nacionalidad argentina.
Trabajó por la construcción de un idioma nacional y la exploración de la identidad argentina en sus textos, especialmente en su lírica gauchesca y en la revalorización del Martín Fierro.
Influencia
en generaciones posteriores:
Su obra
fue leída y discutida por figuras como Borges, Horacio Quiroga, y críticos de
distintas corrientes ideológicas.
Muchos
consideran que sin Lugones no se puede entender el desarrollo del relato
fantástico rioplatense ni la evolución de la poesía moderna en la región.
Figura
canónica:
Hacia la
década de 1920, Lugones ya era una referencia ineludible en el ámbito cultural
y literario argentino, ocupando un lugar de honor en antologías y en la
formación del canon literario nacional.
Fundador
de instituciones literarias:
Lugones
fundó la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y fue su primer presidente,
contribuyendo a la profesionalización y organización del campo literario
argentino.
http://www.los-poetas.com
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