Su nombre era Kobayashi Nobuyuki, pero desde muy pequeño se le llamó Yatarō.
Fue un escritor japonés, considerado como uno de los más destacados autores de haikus del período Edo (1600-1868).
Nació en el seno de una familia de agricultores de clase media de la pequeña aldea de Kashiwabara, antigua provincia de Shinano, actual prefectura de Nagano.
En 1766, cuando Kobayashi Issa
tenía apenas tres años, su madre falleció de forma inesperada, un
acontecimiento que marcó profundamente su vida y su obra poética.
La temprana pérdida materna
dejó a Issa bajo el cuidado de su abuela y fue en esta etapa cuando comenzó a
familiarizarse con el haiku, que más adelante se convertiría en su forma de
expresión artística y espiritual.
La ausencia de su madre y las
dificultades familiares posteriores, como los conflictos con su madrastra,
influyeron en la sensibilidad melancólica y compasiva que caracteriza sus
poemas, donde la fragilidad de la vida y el sufrimiento humano son temas
recurrentes.
Esta experiencia temprana de
la pérdida y el duelo se refleja en la ternura y humanidad con que Issa aborda
la naturaleza y los pequeños seres vivos en su obra.
Pasó a vivir con su abuela que se encargó de su educación y es en ese momento cuando entró en contacto con el haiku y con los textos budistas, gracias a un poeta local llamado Shinpo.
Cuando Kobayashi tenía siete años de edad, su padre contrajo matrimonio de nuevo y su madrastra empiezó a someterle a todo tipo de maltratos y humillaciones. Estos sufrimientos dejaron una huella profunda en su espíritu lo que hizo que estas experiencias aparecieran en su obra.
Su situación se agrava con dos hechos desgraciados para él, el nacimiento de su hermanastro y cuatro años después, la muerte de su abuela.
En 1777, cuando tenía 14 años, Kobayashi Issa fue enviado a Edo (actual Tokio) para estudiar haiku, debido a las dificultades familiares y económicas que enfrentaba en su hogar.
Allí comenzó su formación en la escuela poética Katsushika, fundada por un discípulo de Matsuo Bashō, el gran maestro del haiku clásico.
En esta escuela, Issa estudió con destacados maestros como Mizoguchi Sogan y Norokuan Chikua, quienes le enseñaron las técnicas y la tradición del haiku japonés.
Durante este tiempo, Issa alternaba sus días entre el trabajo en un templo budista, donde era aprendiz, y sus estudios poéticos.
Su talento pronto se hizo evidente, y aunque tuvo que ganarse la vida con trabajos menores, su dedicación al haiku fue constante.
Esta etapa formativa fue fundamental para que Issa desarrollara su estilo personal, que más adelante combinaría la tradición con una voz propia, cercana a la vida cotidiana y marcada por una profunda sensibilidad hacia la naturaleza y el sufrimiento humano
En 1787, Kobayashi Issa comenzó a asistir a la escuela poética de Katsushika en Edo (actual Tokio), donde aprendió la técnica del haiku y se formó en la tradición de esta forma poética japonesa.
Rápidamente se convirtió en el discípulo predilecto del maestro Chikua, uno de los referentes de la escuela.
Durante este periodo, Issa se inspiró en poetas como Mizoguchi Sogan y Norokuan Chikua, y empezó a escribir sus primeros poemas bajo seudónimos como Kobayashi Ikyo y Nirokuan Kikumei.
Esta formación fue fundamental para el desarrollo de su estilo poético, que combinaba la tradición con una voz personal y cercana a la vida cotidiana.
La escuela Katsushika le proporcionó las bases técnicas y estéticas que luego le permitirían consolidarse como uno de los grandes maestros del haiku del período Edo
En 1777, a los catorce años de Kobayashi, frente a la situación de maltrato, su padre no ve otra solución que enviarle a la capital, Edo, donde trabajaría como aprendiz en un templo y estudiaría haiku.Sus días se alternaban entre su trabajo en un templo budista y sus estudios con los poetas Mizoguchi Sogan y Norokuan Chikua, en la escuela de haiku Katsushika. Su talento no tardó en salir a la luz y Seibi Natsume se convirtió en su mecenas.
En el año 1791, con 28 años, tras la muerte de su maestro Chikua, es elegido para sucederlo como maestro en la escuela.
Así llevó una vida errante en la que asumió la doble condición de monje y poeta.
Durante este periodo adopta el seudónimo literario
Issa, que significa "una taza de té", simbolizando un renacer
poético.
En 1795, tras un viaje por el
suroeste de Japón, Kobayashi Issa publicó su primer libro de poemas titulado
Tabishui.
Este momento fue clave en su
carrera, pues en esta obra ya adoptó definitivamente el seudónimo literario de
"Issa", nombre que lo acompañaría durante toda su producción poética.
Tabishui marcó el inicio de su
reconocimiento como excelente poeta de haiku y reflejó la madurez de su estilo,
que combinaba una profunda sensibilidad hacia la naturaleza y la vida cotidiana
con una expresión sencilla y directa.
Tras esta publicación, Issa
continuó viajando por diversas ciudades japonesas, viviendo experiencias que
enriquecerían su obra, aunque también enfrentando dificultades económicas y
personales.
A finales de los años 1790 y principios del siglo XIX, Kobayashi Issa continuó su vida como poeta itinerante, viajando y residiendo en diversas ciudades importantes de Japón como Kioto, Osaka, Matsuyama y Nagasaki.
En 1792, Kobayashi Issa abandonó definitivamente su nombre de juventud, Yatarō, para adoptar el nombre literario "Issa", que significa literalmente "una taza de té".
Este cambio simbolizó un
renacer personal y poético, como él mismo expresó en uno de sus haikus más
conocidos:
"Con la primavera
Yatarō renació
convertido en Issa".
Este acto marcó una nueva etapa en su vida, en la que Issa se identificaba con una imagen sencilla y humilde, reflejada en su poesía, que se caracterizaría por su ternura, humanidad y cercanía a las pequeñas cosas de la vida.
Durante este período, su fama como poeta de haiku fue en aumento, ganando reconocimiento en los círculos literarios, pero a pesar de ello, Issa vivió en la pobreza y tuvo que trabajar arduamente para sostenerse.
Sus viajes eran frecuentes y su vida, aunque dedicada a la poesía, estuvo marcada por dificultades económicas y personales.
Estos años de desplazamientos
constantes reflejan su espíritu errante y su compromiso con la poesía, pero
también la precariedad de su situación, lo que le obligaba a buscar sustento en
trabajos menores y a vivir de manera frugal.
Este contraste entre creciente fama literaria y pobreza material es una constante en su biografía, que también se refleja en la ternura y humanidad de sus haikus, donde la fragilidad de la vida y la empatía hacia los seres humildes y pequeños son temas recurrentes.
Issa llegó a volver en varias ocasiones a su tierra natal, Kashiwabara, especialmente tras la enfermedad y muerte de su padre en 1801, pero su vida siguió siendo una mezcla de viajes, pobreza y dedicación artística.
Sin embargo, ese año marcó un punto de inflexión en su vida con la muerte de su padre, quien falleció víctima de fiebre tifoidea.
Antes de morir, su padre le hizo una petición especial: que regresara a Kashiwabara, su tierra natal, y se estableciera allí de manera definitiva.
Este mandato paterno influyó en Issa para abandonar su vida errante y volver a su pueblo, donde más adelante enfrentaría las tragedias familiares que marcaron su existencia y obra poética.
En 1801, Kobayashi Issa publicó el Diario de la muerte de mi padre, una obra en la que relata con detalle la enfermedad y fallecimiento de su padre, víctima de fiebre tifoidea en su tierra natal, Kashiwabara.
En este diario, Issa describe cómo, a pesar de la gravedad de su enfermedad, su padre mantenía una actitud alegre y despreciaba las medicinas, mostrando una resistencia estoica ante el sufrimiento.
Además, el poeta narra los conflictos familiares que surgieron tras la muerte de su padre: su madrastra y su hermanastro se opusieron a que Issa heredara las propiedades familiares, a pesar del deseo expreso de su padre de que así fuera.
Esta disputa legal y familiar le impidió heredar la casa y tierras durante trece años, lo que agravó su situación económica y personal.
El
diario no solo documenta la enfermedad y muerte de su padre, sino también
refleja la amarga lucha por la herencia y las tensiones familiares que marcaron
profundamente la vida de Issa y su obra poética
En ese momento se casó con una joven del pueblo llamada Kiku-jo, quien era aproximadamente veinte años menor que él.
Sin embargo, esta etapa que podría haber sido de estabilidad y
tranquilidad se convirtió en la más trágica de su vida.
Durante los siguientes diez años, Issa sufrió la pérdida de sus cuatro hijos, quienes murieron en la infancia, una experiencia que le causó un profundo dolor y marcó su sensibilidad poética.
Además, en 1823, su esposa Kiku-jo falleció durante el parto de su cuarto hijo, que también murió poco después.
Estas tragedias personales sumieron a Issa en una profunda tristeza y soledad, circunstancias que se reflejan en la ternura y melancolía de sus haikus.
A pesar de estas pérdidas, Issa continuó escribiendo y ganando reconocimiento como poeta, aunque su vida estuvo marcada por la pobreza y las dificultades materiales.
Esta etapa de
pérdidas familiares y sufrimiento personal es fundamental para entender la
emotividad y humanidad que caracterizan su obra poética.
Entre los años 1810 a 1823 publica varias colecciones de poemas, entre ellas Shichiban-Nikki (1810),
Waga Harushu (1811),
En el año 1814, Kobayashi Issa contrajo matrimonio, iniciando una unión que estaría marcada por la tragedia y la desgracia.
Durante este matrimonio, Issa
sufrió la pérdida de todos sus hijos poco después de nacer, una experiencia que
le causó un profundo dolor y que se reflejaría en la sensibilidad y melancolía
de su poesía.
En el año 1818 publica Hachiban-Nikki.
En el año 1819 publica Oragaharu.
En 1822 publica Kuban Nikki, consolidando su reputación como líder del haiku en la provincia de Shinano.
Además, en 1823, su esposa falleció durante el
parto de su último hijo, sumiendo a Issa en una intensa tristeza y soledad.
En 1824, cuando Kobayashi Issa
tenía 61 años, se casó por segunda vez con Yuki, una mujer considerablemente
más joven y hija de un samurái.
Sin embargo, este matrimonio
fue breve y problemático, durando solo unos pocos meses antes de terminar en
divorcio.
La relación no fue tranquila,
en parte debido a la diferencia de edad y las dificultades personales de Issa
en ese momento, incluyendo problemas de salud que empezaban a manifestarse.
Esta etapa coincide con un
período en que Issa comenzaba a sufrir una parálisis y pérdida del habla,
probablemente por una apoplejía, lo que dificultaba aún más su vida personal y
artística.
En ese período se casó por tercera vez con Yao, una mujer mucho más joven que él.
Sin embargo, esta unión no le trajo estabilidad ni felicidad duradera.
Durante esos años, Issa sufrió serios problemas de salud, entre ellos una
parálisis y la pérdida del habla, probablemente causados por una apoplejía o
accidente cerebrovascular.
Además de sus problemas físicos, su situación material se agravó: su casa se incendió, lo que lo dejó en la más absoluta pobreza.
Como consecuencia, pasó sus últimos meses viviendo en condiciones extremadamente precarias, en un granero con piso de tierra y sin ventanas, lo que refleja el abandono y la dureza de sus últimos días.
Kobayashi Issa
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La obra de Kobayashi Issa se distingue por su sensibilidad humana, su ternura hacia los seres vivos, su lenguaje sencillo y directo, y su capacidad para captar la belleza y tristeza de la vida cotidiana a través de imágenes poéticas que reflejan tanto la naturaleza como la experiencia personal del poeta
Es considerado uno de los grandes maestros del haiku del período Edo, junto con Matsuo Bashō y Yosa Buson, y su obra sigue siendo traducida y estudiada en todo el mundo.
Subjetividad y presencia del poeta en el haiku:
A diferencia de otros grandes haijines, Issa no se limita a ser un mero observador pasivo del momento poético; su personalidad y sensibilidad están siempre presentes en sus poemas.
Su voz se filtra en la imagen, haciendo que el
haiku sea inseparable del poeta mismo.
Empatía hacia los seres vivos, especialmente animales y niños:
Issa es conocido como el "campeón de las pequeñas cosas", mostrando una profunda ternura y compasión hacia los animales, insectos, niños y personas humildes.
Practica la prosopopeya, atribuyendo sentimientos y
pensamientos a animales y objetos, reflejando así su propia humanidad.
Sencillez y naturalidad en el lenguaje:
Sus haikus emplean un lenguaje directo, sencillo y accesible, evitando adornos innecesarios.
Esta
simplicidad no implica trivialidad, sino una delicadeza de alma y un fino
sentido del ritmo y la expresión poética.
Temáticas recurrentes:
La naturaleza es el eje central de
su obra, con especial atención a las estaciones del año, la vida cotidiana, la
fugacidad de la existencia, la muerte, el amor y la pérdida. Issa encuentra
paralelismos entre el mundo animal y humano, y su poesía refleja la tristeza y
la belleza de las cosas efímeras (mono no aware).
Uso ingenioso de la estructura y elementos del haiku japonés:
Emplea con maestría recursos propios del haiku, como el kireji
(partículas que marcan cortes o pausas), y el kana para crear imágenes que
sugieren más que explican, dejando espacio a la interpretación del lector.
Humanismo y ternura:
La obra de Issa trasunta un humanismo profundo, donde la vida, con sus alegrías y desgracias, es más importante que la forma artística.
Su poesía brota espontánea y naturalmente de la experiencia
vital, mostrando una sensibilidad estética que conmueve.
Accesibilidad y cotidianidad:
A diferencia de otros poetas
que idealizan la naturaleza o se enfocan en la espiritualidad, Issa
"vulgariza" el haiku, acercándolo a la vida cotidiana y a las pequeñas
cosas que a menudo pasan desapercibidas, pero que en su mirada adquieren
belleza y significado.
El Haiku japonés no tiene título ni rima y se puede prescindir de mayúsculas y puntos.
La esencia del Haiku es "cortar" (kiru) mediante la yuxtaposición de dos ideas o imágenes separadas por un kireji que es el término "cortante" o separador.
Tradicionalmente, un Haiku debe contener también una referencia directa o indirecta a la estación del año, frecuentemente mediante el uso de un kigo o palabra que evoca las estaciones. Los saijiki son listas extensas de palabras "kigo" en japonés, que el poeta puede utilizar.
En cada puerta,
La primavera ha empezado
Con el barro en los zuecos.
La primavera ha llegado
Con toda sencillez:
Un ligero cielo amarillo.
Cuando envejecemos,
Incluso la duración del día
Es causa de lágrimas.
Click, clack,
El hombre se acerca en la niebla. -
¿Quién es?
También hoy, también hoy,
Viviendo en la niebla,
Una pequeña casa.
Un día de niebla y bruma:
Sin duda los Habitantes del Paraíso
Están aburridos y lánguidos.
¡Flores de cerezo en la noche!
Cómo ángeles
Descendiendo del cielo.
Después de que oscureciera
Quise cambiar
La manera cómo lo injerté.
Una hermosa cometa
Se alza desde
La barraca del mendigo.
La urraca
Se limpia sus patas lodosas
En las flores del ciruelo.
Pequeño gorrión,
Apártate, apártate del camino,
El señor Caballo se acerca.
Un exhausto gorrión
En medio
De un montón de niños.
Echar arroz también
Es un pecado:
Las gallinas se pelean entre ellas.
El cervato
Se quita de encima a la mariposa,
Y sigue durmiendo.
La mariposa revoloteaba
Como desesperada
De este mundo.
La mariposa voladora:
Yo me siento
Una criatura del polvo.
No parece
Muy ansioso por florecer,
Este ciruelo en la puerta.
Nosotros, seres humanos,
Retorciéndonos entre
Las flores que se abren.
¡Qué extraño,
Estar tan vivo
Bajo las flores del cerezo!
Flores esparciéndose :
El agua que queremos beber,
En la niebla, lejos.
En la caída de las flores,
No ven ningún Buda,
Ninguna Ley.
Bajo la luna y las flores
Cuarenta y nueve años
De infructuoso vagabundeo.
Simplemente confía:
¿No revolotean así
También los pétalos?
Verano
Pobre, pobre, sí, pobre,
La más pobre de las provincias,
Siente este frescor!
No tengo nada, -
¡Más que esta tranquilidad!
¡Este frescor!
Ha puesto al niño a dormir,
Y ahora lava la ropa;
La luna de verano.
Sólo su sonido, -
Pero era una noche
Con un chaparrón de verano.
Desnudo,
Sobre un caballo desnudo
Bajo la lluvia torrencial.
Mi pueblo natal,
Estrujado por los bambúes,
Bajo las lluvias de verano.
Sólo una pequeña cascada,
Pero su sonido
Refresca la noche.
El cambio de ropa;
Cuidado con la cabeza
En esa puerta!
El cambio de sirvientes;
Allí donde esté,
Las mismas flores del ciruelo.
El frescor de la noche,
Consciente de que la campana
¡Toca a muerte nuestras vidas.
El camino a Shinano;
Más alto y aún más alto
El canto de los plantadores de arroz.
A la sombra de un matorral,
Una mujer sola
Canta la canción de los plantadores.
Amamantando al niño en la cama,
La madre cuenta
Las mordeduras de las pulgas.
Mi cabaña es tan pequeña,
Pero, por favor, practicad vuestros saltos,
Pulgas mías!
Golpeando a la mosca,
Golpeo también
Una planta, en flor.
Todo está bien en el mundo;
Deja que otra mosca
Se pose en el arroz.
Un ser humano,
Una mosca,
En una espaciosa habitación.
"Hago Mi Aparición,
Yo, el Sapo,
Emerjo de Mi Matorral."
Esta mañana, un cielo rojo
Para ti, caracol :
¿Estás contento?
¿Cuándo llegó aquí,
Junto a mí,
Este caracol?
"La peonía era así de grande,"
Dice la niña,
Abriendo sus brazos.
Abriéndose paso entre la multitud,
Una amapola
En su mano.
¿De quién es pues,
Hijos míos,
Esta roja, roja luna?
Se abren las flores escarlatas
Que la niña muerta quiso coger.
"No tendré nada más que ver
Con este sórdido mundo",
Y el rocío desaparece.
Aprende el camino
Hacia la Tierra Pura.
Visitando las tumbas:
El viejo perro
Va delante.
Pero ni siquiera los espantapájaros
Están rectos.
Saltamontes,
No hagas pedazos
Las perlas del brillante rocío.
El anciano perro
Parece impresionado por el canto
De las lombrices bajo tierra.
Los dondiegos;
En los rostros de los hombres
Hay defectos.
La débil planta,
Al fin,
Tiene una vacilante flor.
Una simple hoja de la paulonia
Ha caído lentamente,
Esta mañana.
La madre come
La parte amarga.
¡Qué grande, qué hermosa,
la castaña
A la que no pude llegar!
El ciruelo de mi cabaña;
No pudo evitarlo,
Floreció.
El anterior morador:
Sé muy bien
Todo el frío que pasó.
Al llegar a la puerta,
La campana del Templo Mii
Se queda helada.
Aún así, aún así,
Sumiso ante el Más Allá,
El fin de año.
La luna creciente
Está torcida y encorvada
Penetrante es el frío.
En la tempestad del invierno,
Alguien llama al masajista
En vano.
Sencillo y sincero,
El criado también
Barre la nieve de la puerta vecina.
Bajo la fría lluvia,
Por amor a los demás,
¡Ten Piedad Buda!
Este fuego de carbón;
Nuestros años decaen
Igual.
Música sagrada en la noche;
Hasta las hogueras
Caen revoloteando las hojas teñidas.
La gente es poca;
Una hoja cae aquí,
Cae allí.
HOMENAJES
Kobayashi Issa ha sido
homenajeado de diversas formas para mantener vivo su recuerdo y destacar su
legado como uno de los grandes maestros del haiku japonés:
Museos dedicados a Issa:
El moderno
Museo Conmemorativo Issa Issa se encuentra en una esquina del pintoresco Parque
Komaruyama, convenientemente ubicado a 3 minutos del Shinanomachi IC de la
Autopista Joshinetsu.
En su tierra natal,
Kashiwabara (actual Shinanomachi, prefectura de Nagano), se encuentra el Issa
Memorial Museum, un espacio donde se exhiben objetos personales, manuscritos y
se ofrece información sobre su vida y obra.
Este museo es punto de partida
para recorrer más de 100 monumentos y placas con sus haikus en la región, que
forman un recorrido cultural y poético.
Monumentos y estatuas:
Una
estatua de Issa Issa detrás de la sala conmemorativa construida en su ciudad
natal, con la frase "Lágrimas cuando veo mi antigua ciudad natal en mi
primer sueño" en un monumento al lado.
Existen numerosas estatuas y
monumentos en honor a Issa, tanto en su región natal como en otras ciudades
japonesas.
Por ejemplo, en Tokio, en el templo Entenji,
hay una estatua que conmemora al poeta y donde se dice que compuso algunos de
sus haikus más famosos.
"Con pluma y papel en mano, Issa siempre está
listo para escribir."
También hay monumentos en
sitios relacionados con su vida, como la antigua residencia de Issa en Sumida,
Tokio.
En la estación de Kurohime en el Ferrocarril Shinano, además de "Yarashitsuna Hae ga Te wo Suru Kudasuru" en la plataforma, también hay monumentos haiku de Issa en los estacionamientos de salida este y salida oeste.
Recorridos culturales y
turísticos:
En Nagano y otras localidades
vinculadas a Issa, se organizan rutas turísticas que permiten a los visitantes
conocer los lugares donde vivió y escribió, así como leer sus haikus en los
monumentos diseminados a lo largo de caminos y templos.
Estos recorridos incluyen
estaciones de sellos conmemorativos para coleccionistas y aficionados.
Eventos y actividades
culturales:
En torno a su figura se
realizan actividades como concursos de haiku, exposiciones y talleres que
buscan difundir su obra y la tradición del haiku, manteniendo vigente su
influencia en la cultura japonesa y mundial.
Estos homenajes, que combinan
espacios museísticos, monumentos, rutas culturales y eventos, aseguran que la
memoria de Kobayashi Issa siga viva y accesible para nuevas generaciones,
destacando su sensibilidad poética y su profunda conexión con la naturaleza y
la vida cotidiana.
LEGADO
El legado de Kobayashi Issa es
profundo y multifacético, consolidándose como uno de los grandes maestros del
haiku japonés y una voz poética universal.
Visión humanista y ternura
hacia lo pequeño y humilde:
Issa es reconocido por su empatía hacia los
seres más pequeños y vulnerables —insectos, animales, niños— a quienes dota de
voz y sentimientos en sus haikus, reflejando una conexión íntima y compasiva
con la naturaleza y la vida cotidiana.
Esta perspectiva amplió el
alcance del haiku, acercándolo a temas sociales y humanos, más allá de la mera
observación estética.
Profundidad emocional y “tristeza
de las cosas” (mono no aware):
Su obra expresa la fugacidad
de la vida y la melancolía inherente a la existencia, capturando con sencillez
la belleza efímera de las estaciones y los momentos cotidianos, lo que en la
tradición japonesa se denomina mono no aware —la sensibilidad ante la
impermanencia.
Estilo sencillo, directo y
accesible:
Issa popularizó un haiku que,
sin perder profundidad, utiliza un lenguaje claro y cercano, evitando
ornamentos innecesarios. Esto hizo que su poesía fuera muy apreciada tanto en
Japón como internacionalmente, influyendo en generaciones posteriores de
poetas.
Obra vasta y duradera:
Se estima que escribió
alrededor de 18,000 haikus, muchos de los cuales han sido recopilados y
estudiados en antologías que mantienen viva su influencia en la literatura
japonesa y mundial.
Influencia cultural y
literaria:
Su enfoque humanista y su
capacidad para captar la esencia de la vida en breves versos han inspirado a
poetas y escritores no solo en Japón, sino también en Occidente, donde su obra
sigue siendo traducida, estudiada y admirada en el siglo XXI.
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