1811 -18 DE MAYO
BATALLA DE LAS PIEDRAS
Monumento homenaje a
la Batalla de Las Piedras -JUAN MANUEL FERRARI (Ciudad de Las Piedras
-Canelones)
ANTECEDENTES
En el siglo XVIII, (1700) hubo
grandes luchas de poder entre las naciones europeas.
Los conflictos fueron cada vez
más globalizados porque se luchaba por territorios extranjeros.
La Revolución Francesa y las
Guerras Napoleónicas ocurrieron a fines del siglo XVIII y principios del siglo
XIX.
En 1805, se hizo cada vez más
difícil para España atravesar el Atlántico, y en 1806 y 1807, Gran Bretaña
intentó tomar el puerto de Buenos Aires de España y Montevideo.
Napoleón Bonaparte dictador de Francia, en 1807 ingresó con su ejército a la península española, para llegar a conquistar a Portugal.
Inicialmente, España era
aliado de Francia y Napoleón buscó la cooperación de España en la invasión de
Portugal que estaba aliado con el Reino Unido.
La monarquía española cooperó
debido al bloqueo británico de Buenos Aires y Montevideo, y porque esperaba
asegurar el sur de Portugal para sí misma.
Sin embargo, Napoleón
traicionó a España y las tropas francesas se trasladaron al territorio español con intención invasora y no de paso hacia Portugal.
Carlos IV era el Rey de España
y por el descontento popular por el “afrancesamiento” de la corte, abdicó su
corona en favor de su hijo Fernando VII.
En mayo de 1808, la invasión francesa al territorio español, generó la imposición, por parte de Napoleón Bonaparte, de un reemplazante al rey español Fernando VII, a quien mantuvieron encarcelado en Francia.
Napoleón puso en su lugar a José Bonaparte, conocido como "Pepe Botella".
El dos de mayo de 1808 en Madrid, pintura de Francisco de Goya que ilustra uno de los episodios del levantamiento popular que desembocaría en la guerra.
Los españoles resistieron a la imposición del nuevo rey y se levantaron en armas contra los franceses. A pesar de la represión emprendida, las fuerzas napoleónicas no consiguieron derrotar definitivamente a los españoles.
El
juramento de las Cortes de Cádiz de 1810. Congreso de los Diputados de España.
Obra de José Casado del Alisal. 1863
Además, el pueblo español
formó Juntas de gobierno y luego El Consejo de Regencia esperando la
restauración de la monarquía o sea la vuelta del rey.
Embarque
de la Corte de Portugal en el puerto de Lisboa el 29 de noviembre de 1807.
Napoleòn ocupó sin dificultades a Portugal, pero la familia real portuguesa escapó a sus
posesiones en América (Brasil) escoltada por navíos británicos.
Caricatura
inglesa mostrando a un estereotipado gobernante español expulsando de una
patada a José Bonaparte de vuelta a Francia.
Los franceses, sin embargo, no
permanecieron mucho tiempo ni en Portugal ni en España debido a los continuos
ataques anglo-portugueses.
Otro hecho que influyó en el movimiento independentista del Río de la Pata fue la separación de las colonias inglesas del poder Real en América del Norte.
El 4 de julio de 1776, se daba la primera
proclamación de independencia, un hecho motivador para el resto del continente.
Movimiento independentista en América.
Las noticias de España
llegadas a América generó el movimiento del pueblo que formó Juntas de
Gobierno, muchas buscando independizarse de España y otros para aguardar a que
volviera a restaurarse la monarquía.
Los sucesos de Mayo de 1810 en
Buenos Aires, habían iniciado el proceso revolucionario en el Río de la Plata,
cuyo objetivo era la eliminación del dominio imperial español en esta parte de
América.
Junta
de Mayo
Cuando en Buenos Aires la
Junta de Mayo declaró la independencia de España, la ciudad de Montevideo se
mantuvo fiel al trono español; pero muchos criollos importantes no estuvieron
de acuerdo.
José
Gervasio Artigas- Òleo de Juan Manuel Blanes
Hasta este momento José
Gervasio Artigas, era Capitán del principal cuerpo militar de la ciudad y del
territorio uruguayo entonces conocido como la Banda Oriental.
Estaba destacado en la ciudad
de Colonia como Capitán de una compañía de Blandengues
Fortaleza
o Ciudadela de la Colonia del Sacramento (1731)- Ilustración de época de Diogo
Soares; Museo Histórico de Colonia
A fines de 1810, el capitán Artigas al
servicio de Montevideo y Capitán del Cuerpo de Blandengues, marchò hacia el
Arroyo de la China (actual Concepción del Uruguay) donde la historia lo ubica
por la campaña de Entre Ríos siempre en protección de los desamparados.
Virrey
del Rio de la Plata don Francisco Xavier de Elio
En enero de 1811 Elío
llega a Montevideo desde España con el título de Virrey, y desde ese momento
inicia los preparativos para declarar la guerra a Buenos Aires, lo que hará el
12 de febrero.
Apenas llegó separó de la Comandancia de la Colonia del
Sacramento al benemérito coronel don Ramón del Pino, que con solo 14 malos
milicianos se había sabido defender de más de 260 hombres de las tropas de
Buenos Aires.
Este Oficial a quien se le achacaba falta de valor, solo
puedo decir que tenía talento, instrucción y mucho conocimiento de la campaña y
gente del país, pues no nos denunció uno como sospechoso, que después no se
haya confirmado por un traidor.
Para reemplazar a Pino se nombró al brigadier don Vicente
María de Muesas a quien no tenìa el don de mando.
Artigas volvió de su misión de vigilancia contra los
bandoleros de la campaña, a la Colonia del Sacramento, el 15 de febrero de
1811.
Debido al destrato de Muesas pronto
empezaron a desertar oficiales y soldados de la Colonia, por último, un día
llamó al capitán de Blandengues don José de Artigas y lo interrogó sobre si
algunos de sus soldados habían entrado en un huerto y comido alguna fruta, le
dijo tantas y tantas cosas amenazándole con que le pondría preso, que lo sofocó
y Artigas salió vomitando venganzas.
Artigas
y lanceros- Federico Reilly
Artigas era el “coquito” de
toda la Campaña, el niño mimado de los Jefes, porque para todo apuro lo
llamaban y estaban seguros del buen éxito, porque tiene un extraordinario
conocimiento de la campaña como nacido y criado en ella, en continuas
comisiones contra ladrones, portugueses, etc., además está muy emparentado.
En suma, diciendo Artigas, en
la campaña, todos tiemblan. Este hombre insultado y agraviado sale vomitando
furias, desaparece y cada pueblo por donde pasaba lo va dejando en completa
sublevación.
Llega a Buenos Aires y dice a la Junta, ustedes no han sabido hacer la guerra a Montevideo yo me atrevo con muy pocos auxilios a revolucionar a toda la Banda Oriental, cortar las carnes y trigos a Montevideo, a obligarle a que se entregue.
Las primeras noticias que se
tuvieron del levantamiento de los pueblos del Uruguay fue desde la campaña.
Tantas eran las noticias que
le llegaban al Virrey que toma la resolución de irse a la Colonia del
Sacramento en la corbeta Mercurio.
Pensaba que iba a dar un golpe
magistral, cuando a los ocho días regresó por tierra Montevideo.
General
Vigodet
El resultado de ese viaje lo convenció de la necesidad de remover al
brigadier Muesas sustituyéndolo por el general Vigodet".
El dia 26 de febrero
ubicamos, de paso, por Nogoya, al capitán José Artigas junto al cura de la
Colonia don José María Enrique de la Peria y al teniente don Rafael Hortiguera.
Luego de atravesar Entre Ríos
y Santa Fe llegan a Buenos Aires.
En Buenos Aires Artigas
obtiene el auxilio de 150 soldados, 200 pesos y el despacho de teniente
coronel.
El 9 de marzo de 1811 parte de Buenos
Aires
El 16 de marzo alcanza Santa Fé. Pasa luego a
la Bajada (Paraná), a Nogoyá y al Arroyo de la China (Concepción del Uruguay) y
de allí a Paysandú.
Figari-
Grito de Asencio
HACIA
LAS PIEDRAS
Movimientos
del ejército revolucionario
Con el impulso de don José
Artigas las partidas que ya se habían acercado a la Plaza de Montevideo
recogiendo caballadas y ganado se agrupan en torno al Caudillo.
Benavides se dirige a poner
sitio a Colonia que caerá una semana después del triunfo de Las Piedras, el 26
de mayo, luego de un sitio de nueve días.
Siempre siguiendo la figura de
Artigas, eje central de todos estos sucesos y por lo tanto, nadie mejor que él
para narrarlos:
Escribe Artigas a Buenos
Aires:
"Las ocupaciones que me ha ofrecido el honroso cargo que usted tuvo a bien confiarme, no me han permitido, desde mi salida de esa capital, dar a usted una relación detallada de los movimientos practicados y el feliz suceso de las armas de la patria; pero he cuidado de avisarlos respectivamente al señor
José
Rondeau
Belgrano y al coronel don José Rondeau, desde que fue nombrado jefe de este
ejército, quienes creo lo harían a usted en iguales términos.
Aprovecho sin embargo estos
momentos para elevar a su conocimiento todas las operaciones de la división de
mi cargo.
Con ella llegué el 12 del
corriente a Canelones, donde acampamos destacando partidas de observación cerca
de los insurgentes que ocupaban las Piedras; punto el más interesante, así por
su situación como por algunas fortificaciones que empezaban a formar y por la
numerosa artillería con que lo defendían.
En la misma noche se experimentó una copiosa
lluvia, que continuó hasta las diez de la mañana del 16, en cuyo día destacaron
los enemigos una gruesa columna a la estancia de mi padre, situada en el Sauce,
a cuatro leguas de distancia de las Piedras, con objeto de batir la División de
Voluntarios del mando de mi hermano don Manuel Francisco Artigas, que regresaba
por orden mía de Maldonado, a incorporarse con mi División. Se hallaba acampado
en Pando y luego que sus avanzadas avistaron al enemigo, me dio el
correspondiente aviso pidiéndome 300 hombres de auxilio
Días previos a la batalla Elio
trató de atraerse a Artigas a su causa por intermedio de su concuñado don
Antonio Pereira. Llevaba la carta don Manuel Villagrán (cuñado y primo del
mismo). Artigas respondió: SOLO ASPIRO AL BIEN DE MI PATRIA EN LA JUSTA CAUSA
QUE SIGO.
PARTE
DE LA BATALLA DE LAS PIEDRAS REDACTADO
POR JOSÉ ARTIGAS (documento)
Batalla
de Las Piedras (boceto, óleo sobre tela)Diógenes Hecquet (1866 - 1902)
"Elio en cuya
consecuencia y de acuerdo con los señores capitanes determiné marchar a cortar
a los enemigos. Dispuesta así la División de mi cargo, marché en columna al
ponerse el sol con dirección al Sauce: hice alto en las puntas del Canelón
chico, donde cerró la noche.
El 17 amaneció lloviendo copiosamente y dispuse acamparme, así por dar algún descanso a la tropa, que en medio de su desnudez e insoportable frio, había sufrido tres días y medio de continua lluvia, como por el imprescindible interés de conservar las armas en buen uso.
En la tarde del mismo día se
incorporó a mi División la del mando de mi hermano don Manuel, compuesta de 304
voluntarios, reunidos por él en la campaña, por la mayor parte bien armados.
La salida de los enemigos de
su posición se verifico el 16: pero se redujo a saquear completamente la casa
de mi padre y recoger sobre mil cabezas de ganado, que en la misma noche se
introdujeron en la plaza".( En esa operación fue llevado prisionero a la
plaza el hermano mayor de don José Artigas, José Nicolás Artigas Pascual).
"El 18 amaneció sereno:
despaché algunas partidas de observación sobre el campo enemigo, que distaba
menos de dos leguas del mío y a las nueve de la mariana se me avisó que hacían
movimiento con dirección a nosotros. Se trabó el fuego con mis guerrillas y los
contrarios, aumentando sucesivamente su fuerza, se reunieron en una loma
distante una legua de mi campamento.
Exhorté a las tropas
recordándoles los gloriosos triunfos que había inmortalizando la memoria de
nuestras armas y el honor con que debían distinguirse los soldados de la patria
y todos unánimes exclamaron con entusiasmo, que estaban resueltos a morir en
obsequio de ella. Emprendí entonces la marcha. Los insurgentes hicieron una
retirada aparente acompañada de algún fuego de cañón.
Montó nuevamente la infantería
y cargo sobre ellos: es inexplicable, Señor Excelentísimo el ardor y entusiasmo
con que mi tropa se empeñó entonces en mezclarse con los enemigos, en términos
que fue necesario todo el esfuerzo de los oficiales y mío, para contenerlos y
evitar el desorden. Los contrarios nos esperaban situados en la loma indicada
arriba, guardando formación de batalla con 4 piezas de artillería, 2 obuses de
a 32 colocados en el centro de su línea y un canon en cada extremo de a 4. En
igual forma dispuse mi infantería, con las 2 piezas de a 2 y se trabó el fuego
más activo.
La situación ventajosa de los
enemigos, la superioridad de su artillería así en el número como en el calibre
y dotación de 16 artilleros en cada una y el exceso de su infantería sobre la
nuestra, hacían la victoria muy difícil; pero mis tropas enardecidas se
empeñaban más y más y sus rostros serenos pronosticaban las glorias de la
Patria.
El tesón y orden de nuestros
fuegos, el arrojo de los soldados, obligué a los insurgentes a salir de su
posición, abandonando un cañón que en el momento cayó en nuestro poder con una
carreta de municiones.
Ellos se replegaron con el
mejor orden sobre las Piedras, sostenidos del incesante fuego de su artillería
y como era verosímil que en aquel punto hubiesen dejado alguna fuerza cuya
reunión nos era perjudicial, ordene que cargaran sobre ellos las columnas de
caballería de los flancos y la encargada de cortarles su retirada: de esta
operación resulto, que los enemigos quedasen encerrados en un círculo bastante
estrecho: aquí empezó la acci’on con la mayor viveza de ambas partes, pero
después de una rigurosa resistencia se rindieron los contrarios, quedando el
campo de batalla en poder nuestro.
Figura
1. Dibujo del combate de Las Piedras, de autor anónimo, perteneciente a la
Colección Assuncao. Recuperado del sitio de Internet del Museo Municipal y
Archivo Histórico Cabildo y Reales Cárceles de Montevideo
La tropa enardecida pronto
hubiera descargado su furor sobre las vidas de todos ellos, para vengar la
inocente sangre de nuestros hermanos, acabada de verter para sostener la
tiranía; pero ellos al fin participando de la generosidad que distingue a la
gente americana, cedieron a los impulsos de nuestros oficiales empeñados en
salvar a los rendido.
Batalla
de Las Piedras de Manuel Rosé. EL cuadro se encuentra en el Salón de Fiestas
del Palacio Legislativo en la ciudad de Montevideo
La acción tuvo principio a las
11 del día y terminó al ponerse el sol; la fuerza enemiga ascendía en el todo,
según los informes menos dudosos que he podido adquirir, a 1230 individuos.
El hecho mismo demuestra
bastantemente la gloria de nuestras armas en esta brillante empresa; la
superioridad en el todo de la fuerza de los enemigos, sus posiciones
ventajosas, su fuerte artillería y particularmente el estado de nuestra
caballería, por la mayor parte armada de palos con cuchillos enastados, hacer
ver indudablemente, que las verdaderas ventajas que llevaban nuestros soldados
sobre ros esclavos de los tiranos estarán siempre selladas en sus corazones
inflamados del fuego que produce el amor a la patria".
También han llenado su
obligación los Voluntarios de caballería y sus dignos jefes; siendo admirable,
Excelentísimo Señor, la fuerza con que el patriotismo mas decidido ha
electrizado a los habitantes todos de esta campaña, que después de sacrificar
sus haciendas gustosamente en beneficio del ejercito, brindan todos con sus
personas, en términos que podría decirse, que son tantos los soldados con que
puede contar la patria, cuántos son los americanos que la habitan en esta parte
de ella"
En la noche del 18 acampe en
las inmediaciones de las Piedras hacia Montevideo, en la situación más
ventajosa y cómoda, para oponerme a alguna tentativa del enemigo, que se
esperaba según las noticias adquiridas, pero él no hizo movimiento".
El 24 fueron ignominiosamente
arrojadas de la plaza por su tiránico gobierno varias familias, vecinos y
eclesiásticos, sobre cuyo violento accidente hable a usted en otro papel.
Estos han sido los movimientos
de la División que he tenido el honor de mandar y estos, Excelentísimo Señor,
son los momentos en que me considero elevado por la fortuna al grado de
felicidad más alta, si las armas de mi mando han podido contribuir a
perfeccionar la grande obra de libertad de mi amada patria y dar a usted, que
la representa, un día tan glorioso como aciago y terrible para los indignos
mandones que desde su humillada situación intentan en vano oprimirla.
Dios guarde a usted muchos
años. Campamento del Cerrito de Montevideo, 30 de mayo de 1811.
La acción de Las Piedras | Autor: Juan Luis Blanes con intervenciones de Juan Manuel Blanes |
La actitud de Artigas al finalizar el combate fue tolerante y compasiva:
En segundo lugar pide que den auxilio a los heridos.
Ha quedado para la historia la
frase
“CLEMENCIA PARA LOS VENCIDOS,
CURAD A LOS HERIDOS”
Consecuencias
La victoria influyó en el
estado de ánimo de los revolucionarios, renovó sus fuerzas y los dotó de
confianza en sí mismos. A su vez, Artigas fue nombrado coronel por la Junta y
otros oficiales que lucharon a su lado también fueron ascendidos, según explica
el portal citado.
Unos días después, tras haber
exigido la rendición de Montevideo y esta haber sido rechazada, Artigas y los
revolucionarios procedieron a sitiar Montevideo.
La batalla de Las Piedras fue
el primer gran triunfo militar del Río de la Plata y como tal tonificó el
espíritu de otros pueblos americanos.
La fuerza militar española en
el Río de la Plata quedó prácticamente eliminada, lo que motivó al Virrey Elío,
sitiado en Montevideo, a recurrir a la ayuda del gobierno de Portugal
iniciándose un largo período de sucesivas intervenciones portuguesas que pautó
el desarrollo de nuestra historia hasta la Independencia.
Con este triunfo se consolidó el prestigio de Artigas como
militar. La Junta de Buenos Aires lo reconoció, otorgándole el
grado de Coronel y enviándole una espada de honor.
EL
SITIO DE LA MEMORIA
Desde 1911, La Comisión Nacional encargada de los festejos del Centenario de la Batalla, fue la que delimitó el campo de batalla, el cual comprendía los campos de Hernández, Sosa, Díaz y Vega, siendo el epicentro del mismo “la loma de Hernández”, lugar del simbólico Obelisco con la Victoria.
Desde 1911, La Comisión
Nacional encargada de los festejos del Centenario de la Batalla, fue la que
delimitó el campo de batalla, el cual comprendía los campos de Hernández, Sosa,
Díaz y Vega, siendo el epicentro del mismo “la loma de Hernández”, lugar del
simbólico Obelisco con la Victoria
El 25 de mayo de 1911 se
inauguró este monumento en homenaje al centenario de la batalla de Las Piedras.
La obra fue realizada por el escultor Juan Manuel Ferrari. Una imagen de la
Victoria en bronce luce en la parte superior del monumento. En el entorno del
monumento se encuentra el Parque Artigas, ubicado en el lugar donde habría
sucedido la emblemática batalla.
Ubicación: Las Piedras
Dirección: Bulevar del
Bicentenario
En la ciudad de Las Piedras,
ingresando al Boulevard del Centenario, podremos visitar el Museo a cielo
abierto “Batalla de la Piedras” situado en el histórico Campo de Batalla. El
espacio cuenta con un centro de interpretación ubicado en el auditorio del
“Pabellón del Bicentenario”. El relato histórico- cultural se centra en el
ideario Artiguista , el proceso de emancipación del pueblo Oriental y el
desarrollo de la Batalla de Las Piedras. Muy cerca podemos recorrer el Parque
Artigas (Monumento Histórico Nacional) y el Anfiteatro «A don José» diseñado en
base al sistema constructivo del Ing. Eladio Dieste
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