EL EXQUISITO
ESCRITOR CUYOS
POEMAS SE
VUELVEN CANCIONES
Washington
Benavides Aliano nació enTacuarembó, el 3 de marzo de 1930. Es un poeta,
profesor y músico uruguayo. Por su cercanía a la cultura y los poetas del sur
de Brasil, ha firmado toda su obra como Washington Benavides, pero su nombre de
nacimiento es Washington Benavídez.
En la década del 50 colaboró en la revista Asir.
Publicó en 1955, Tata Vizcacha, su primer libro, una sátira sobre algunos personajes de su ciudad
natal
La
familia Benavides era de origen leonés.
Su
bisabuelo, Manuel Benavídez, peleó junto con Fernando Otorgués.
El
abuelo, el Coronel Marcelino Benavides, fue vencedor de Masoller, tenía gran respeto hacia Aparicio. En su presencia no se podía
hablar en su contra.
Su
padre peleó en 1904 en Masoller y recibió un tiro en la rodilla -una bala de
plomo- y él no se dio cuenta, en medio de la lucha. Cuando terminó todo y bajó
del caballo, tenía una bota llena de sangre.
Su
padre y sus hermanos, tenían un pequeño grupo musical por 1904, tocaban un
pericón por Saravia, contra el que luchaban.
Por
todo ello Benavides dice “Esto ofrece una pista de por qué, por ejemplo, un
“puente de guitarras fue lo que me trajo al mundo” y, por otro lado, no es
extraño si contrapuntean aquí la guitarra de Gavino [Ezeiza, payador] y el arpa
del rey David. Es decir, lo culto y lo popular se están entrecruzando
permanentemente, y eso es lo que conforma la estructura de mi obra."
La familia de Benavides era de origen patricio, «no lo digo con soberbia, pero era patricia, mis abuelos fueron libertadores de este país, Venancio y Manuel Benavides, mi abuelo fue vencedor de Masoller, mi padre peleó en Masoller. Fue procurador, guitarrista, periodista, un hombre múltiple, mis hermanos también, yo fui en realidad lo que se llamaba el hijo de la vejez, y así me trataron más bien como un nieto, porque mis hermanos eran mucho mayores, por lo tanto yo tuve una infancia bastante solitaria. Entonces el mundo exterior cuando podía era maravilloso, irse al monte, a la sierra, a los campitos a jugar al fútbol».
A los 4 años sabía leer y escribir, su madre fue maestra, su padre procurador entre otras cosas, también músico, un admirable guitarrista, al cual el maestro Lauro Ayestarán le grabó 40 temas de folclore norteño.
Benavides recuerda su infancia diciendo: «yo era un niño erudito, pero por el
asma, mi año se dividía en dos partes, era un año palestino, en primavera y
verano era un niño como cualquier otro, hacía las tropelías de cualquiera,
jugaba al fútbol, iba a cazar pájaros, a pescar, pero en otoño-invierno yo era
un pequeño monje enclaustrado con cataplasmas, con remedios —mi padre también
era asmático—, y aislado, mirando por la ventana a mis compañeritos de barrio
jugando al fútbol y embarrándose.
Los personajes de los libros y las revistas
que leí de manera incesante se transformaron en mis compañeros y mis amigos,
Sandokan, el Corsario Negro, el capitán Nemo, David Copperfield, Oliver Twist,
Pickwick, los personajes de la gran literatura del siglo XIX».
En sus recuerdos la radio tiene un gran protagonismo : «en
Tacuarembó las radios de Montevideo a determinada hora desaparecían, allá se
decía "se fue la onda", entonces lo que más se escuchaba eran las
radios argentinas y la radio Guaiba de Porto Alegre, es decir, el mundo del
portuñol, del portugués, por un lado, y el mundo argentino, la incesante
presencia de las radios Belgrano, El mundo, Rivadavia».
Dice que Tacuarembó es
algo así como «la Córdoba uruguaya»: «sobre todo en los años 50, llegaron a
Tacuarembó cuatro personalidades que para mí promovieron un trasfondo cultural,
en cuatro áreas: el maestro José Tomás Mujica, músico vasco con el que tuve el placer
de hacer canciones y que fue mi maestro de canto, Julio Castro Álvarez, un
maestro uruguayo que estaba radicado en España cuando la Guerra Civil y que
allá hacía teatro con Margarita Xirgu, con Pedro López Lagar, con Enrique
Álvarez Diosdado, y que cuando volvió fue uno de los creadores del teatro
independiente en Montevideo. El maestro Mujica va a Tacuarembó como director
del Conservatorio Municipal de Música, y Castro Álvarez va como profesor de
historia y literatura, pero también en la década del 50 va a ser profesor de
dibujo en el liceo de Tacuarembó uno de los alumnos dilectos de Joaquín Torres
García, Anhelo Hernández, y para completar el póquer va Walter Domingo, un
arquitecto formidable». Ellos crearon talleres y conservatorios, «promovieron cosas,
fueron iniciadores, y ahí se completa lo que yo siempre he planteado como la
carrera de postas del arte», explica, «ellos fomentaron que los discípulos,
entre otros me cuento yo, fueran a su vez creando talleres, entonces hay en
Tacuarembó una aproximación natural a determinadas formas del arte que en el
interior es muy difícil, realmente».
1954- Washington con 24 años
Mientras escribe Tata Vizcacha trabajaba como profesor de Historia del Arte en el Instituto Normal, y estaba preparando su concurso de oposición para entrar a Secundaria.
Tata
Vizcacha, estaba compuesto por poemas que describían a varios personajes
“ajustados a la 'moral' vizcachera del acomodo” de su Tacuarembó natal.
Aunque
usó nombres ficticios, el joven Benavides dedicó cada uno de sus poemas a
personajes como jueces, abogados, directores de periódicos, estancieros, curas,
rabinos, alcahuetes o mujeres que buscan casamientos por conveniencia.
El
libro generó tal escándalo que casi todos sus ejemplares terminaron en una
hoguera en la plaza de la ciudad.
Benavides
recuerda que el contexto de esa época fue la Guerra Fría, el enfrentamiento sin
armas que disputaban Estados Unidos y la Unión Soviética, y que manifestaba la
dicotomía capitalismo/socialismo. En esa época “todos eran buenos o malos” y
tenías que pertenecer a uno de los dos bandos, comenta Benavides.
A
eso le adjudica el autor el revuelo que generó la aparición de
Tata Vizcacha. Tanto que un grupo de estudiantes de derecha -que quizás
se sintieron aludidos en los poemas de Benavides- formaron el Movimiento de
Acción Democrática (MAD), publicaron una proclama en el diario La voz del pueblo
y compraron los ejemplares del libro en las cuatro librerías de la
ciudad, para luego prenderlos fuego en la plaza principal.
Como
ocurre en varias ciudades del interior del país, frente a la plaza estaba la
catedral, la jefatura de Policía y otras oficinas públicas. Sin embargo, nadie
reaccionó, ni a largo ni a corto plazo, ante esta quema de libros.
Recuerda Benavides: “Cuando yo cuento
esto, y después de tanta agua que corrió bajo los puentes y de haber tenido 13
años de dictadura, alguna persona me dice 'así que a usted la dictadura le
quemó el libro', y yo le tengo que decir 'no, fue en plena democracia'”
Se casa con Nené Díaz y el 12 de octubre de 1961 nace su hijo Pablo.
Washington y su hijo Pablo
(De
izquierda a derecha) Parados: Eduardo Larbanois, Eduardo Darnauchans y J.A.
Salgueiro; sentados: Eduardo Lagos, Carlos Benavides y Washington Benavides;
sentados en el piso: José Carlos Seoane, Pablo Benavides, varios de los cuales integraron el movimiento cultural uruguayo llamado «Grupo de Tacuarembó».
Benavides recuerda el proceso cívico-militar -1973- 1985- con tristeza . Cuenta que el proceso cultural que florecía en los sesenta, fue
interrumpido: «con la dictadura nos disgregamos prácticamente todos, en 1975
fueron miles los que se expulsaron de colegios, liceos, conservatorios, de la
Universidad.
En Tacuarembó éramos profesores en el liceo Circe Maia y yo, nos
pusieron de patitas en la calle, como a miles, entonces hubo una ruptura
violentísima de lo que era un movimiento cultural muy importante. Conjuntamente
con otros profesores siempre intentamos que el liceo fuera no solamente un
edificio donde concurren alumnos y profesores, sino que se proyectara afuera,
el liceo tiene que conectarse y ser un centro cultural. Eso había ocurrido en
Tacuarembó, nosotros creamos en el salón biblioteca del liceo un teatro de
cámara, y allí concurrió la Comedia Nacional y una cantidad de artistas
importantísimos, como Viglietti, entre otros.
No me olvidaré jamás, Antonio Taco Larreta hizo en Tacuarembó una especie de antología de monólogos de
Shakespeare: una mesita, un puñal, una capa y él diciendo monólogos de Ricardo,
de Hamlet, una maravilla.
Con la dictadura deshicieron el teatro y nada más ocurrió.
Había un grupo creado por profesores y profesoras jóvenes, y alumnos, estaba
también yo, se llamaba “El sótano”. Se daba a Shakespeare, a Pirandello, ese
era el tipo de actividades normales que teníamos.
Y también surge ahí el Grupo
de Tacuarembó, así nos llamó Carlos Martín, quien fue después un gran productor
de espectáculos. En su último trabajo el queridísimo Tomás de Mattos escribe
sobre el Grupo de Tacuarembó, y dice que mejor sería nombrarlo como los milicos
nos nombraban a nosotros. Él y su esposa se habían presentado en plena
dictadura para un trabajo y los decretaron ciudadanos clase B o C porque
pertenecían al “Círculo de Benavides”, y Tomás de Mattos siempre recuerda al
Círculo Petrashevski de la Rusia zarista en donde Dostoievski entró casi por
casualidad y ocurrió aquella falsa ejecución que él va a recordar en más de una
novela. El “Círculo de Benavides” era una cuestión absolutamente anormal para
la oscurana dictatorial, como la mayoría de las cosas que pasaban desde el
punto de vista cultural. Se reunían en mi casa, Darnauchans dice que se reunían
muchos para comer el arroz con leche que hacía Nené, mi esposa, que era famoso,
más que para reuniones de cultura o música, ahora por desgracia no lo hace más
porque ella dice que se necesita la leche natural».
En los años de la dictadura cívico-militar, impulsó decididamente el canto popular como forma de resistencia a través del «Grupo de Tacuarembó», del cual también formaron parte otros poetas y músicos de ese departamento, como Eduardo Larbanois y Eduardo Lago (integrantes de Los Eduardos), Eduardo Darnauchans, Héctor Numa Moraes y su sobrino Carlos Benavídez junto al que ha editado varios discos como Benavides y Benavides y Las milongas.
De izquierda a derecha- Carlos Martins, Washington Benavides y Alfredo Zitarrosa
Los poemas de Benavides han sido versionados en canciones por artistas como Daniel Viglietti,
Eduardo Darnauchans, Alfredo Zitarrosa, Héctor Numa Moraes, Larbanois-Carrero y
Abel García entre otros.
Como por ejemplo: Como un jazmín del país, Cuando cante el gallo azul, Milonga del Cordobés, Yo no soy de por aquí, etc.
Fue docente de literatura primero en Educación Secundaria y a partir de 1985, con el retorno de la democracia, comenzó a dar clases en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República, dentro del Departamento de Letras Modernas. También ha trabajado en la radio al frente de programas sobre música y literatura en CX 30.
En el año 2007 se edita De la pluma a la cuerda (junto a Carlos Benavides. Brújula digital) y Amarili
y otros poemas, de Pedro Agudo (2007)
Una selección de sus canciones fue publicada en 2013 bajo el título Tanta vida en cuatro versos (un cancionero) por el sello Solazul ediciones, con prólogo y selección a cargo de Diego Techeira.
Como por ejemplo: Como un jazmín del país, Cuando cante el gallo azul, Milonga del Cordobés, Yo no soy de por aquí, etc.
“Con la gente del Grupo de Tacuarembó y algunos otros trabajábamos de tres maneras, una era escribir la canción a la par que el texto, trabajando en conjunto y directamente, otra cuando había distancia física entre el músico y el poeta, me mandaban de pronto un cassete de música y yo a esa música le agregaba texto, o yo le mandaba textos y ellos lo musicalizaban"
En
el año 1983 se edita el disco Benavides y Benavides (junto a Carlos Benavides.
Sondor 44317.
en Facultad de
Humanidades y ahora desde el Taller de Letras.
Fue docente de literatura primero en Educación Secundaria y a partir de 1985, con el retorno de la democracia, comenzó a dar clases en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República, dentro del Departamento de Letras Modernas. También ha trabajado en la radio al frente de programas sobre música y literatura en CX 30.
En
el año 1988 es reeditado en casete por "Manchester" serie 70.094
Benavides y Benavides
(junto a Carlos Benavides).
En el año 1995 publica Los restos del mamut (Ediciones de la Banda Oriental). Su hijo Pablo ilustró la tapa.
En el año 1998 publica Canciones de Doña Venus: (1964 - 1972) (Ediciones de la Banda Oriental)
En
el año 2003 se edita Un viejo trovador (Ayuí / Tacuabé ae262cd.)
Amarili
y otros poemas, de Pedro Agudo, alter ego de Washington Benavides, es una obra
de innegable fuerza expresiva, de cuidada técnica y de disfrutable y
enriquecedora lectura.
En el año 2007 se edita De la pluma a la cuerda (junto a Carlos Benavides. Brújula digital) y
En
abril de 2012, a 57 años de la quema y con más de 20 obras literarias
en su haber, Benavides -uno de los impulsores durante la última dictadura
(1973-1985) del canto popular como forma de resistencia- volvió a su ciudad natal a presentar la reedición de “Tata Vizcacha”.
En esta segunda edición, mejoró notablemente la
calidad de papel, encuadernación y portada con ilustración de
Pablo Benavidez. Incluye un prólogo de Agamenón Castrillón,
entrevistas a Benavides y a Walter Ortiz y Ayala, su compañero de andanzas
literarias desde la adolescencia. Además de documentar las escasas
repercusiones que obtuvo el libro en la prensa, incluyendo el manifiesto del
grupo que decidió quemarlo. Una foto del autor a sus 24 años
reproducida al principio del libro y otra en la actualidad sobre el final
acrecientan la idea de “ciclo que se completa”.
A
sus 87 años, Benavides sigue dando clases en Universidad de la República.
Actualmente Benavides
vive en Montevideo con su esposa Nené, a quien conoció hace más de sesenta años
durante un Carnaval en Tacuarembó. Tienen un hijo, Pablo, y dos nietas. Hasta
enero de 2015 pasaban con Nené los veranos en Balneario Iporá, donde incluso
tenía un lugar al aire libre dispuesto para escribir. Actualmente prefiere no
viajar porque el trayecto en ómnibus le resulta demasiado largo.
ALGUNOS POEMAS
Confusa exaltación y representación de la dama
a Nené
-«Estás igual..» No. -Claro que envejeces;
-horrible fuera: sola y detenida,
mientras brotan y siegan a las mieses,
y el tren se va y el corazón trepida...
«Si universo y si tiempo nos sobrara...»
-Lo dijo Marvell- en un nomeolvides
si «La púdica amada» titubeara...
Ronsard lo reiteró y hoy Benavides.
No temo por la pérdida segura
de aquella perfección, de aquella cara,
porque no es eso lo que al fin perdura.
Old Ezra bien lo supo. Rememoro
su lección (aunque tiemblo al deterioro):
«Si universo y si tiempo nos sobrara»...
De "Poesía" 1959-1962
En
el bar - Óleo deBetina Paola Portolesi
Anda
un amigo en medio de la noche...
Anda
un amigo en medio de la noche.
Han
cerrado los bares. Las persianas
de
acero bajaron con estrépito. Los gatos
deslizan
apetitos. Anda la luna
por
ahí, velada. Pasan coches y luces;
sobreviene,
después, un silencio
que
mueve la plantita en la cornisa;
silencio
que hace un chambelán
de
un grillo -del canto de ese grillo-.
Anda
un amigo en medio de la noche.
No
lo conozco. Y él no me conoce.
Andamos
cerca o lejos, nos cruzamos
-acaso-
en una calle. Compartimos
un
ómnibus, un cine, un banco de una plaza.
Anda
un amigo y ando yo que soy amigo
de
ese hombre. En órbitas distintas
-nunca
ajenas-. Pero vamos a hallarnos.
En
medio de la noche o con la aurora
de
rosados dedos, vamos a hallarnos.
Y
tenemos que estar preparados a ese encuentro.
Por
ahora, susurra el viento oscuro,
graznan
letreros viejos y el grillo mete lima.
Ya
no pasan los coches. Pasan restos de diarios
y
un cartel liberado zapateando en el polvo.
Estoy
seguro. Nos encontraremos.
De
"Murciélagos" 1981
Albert Anker - acuarela- Hombre con lentes 1909
Canción
de los lentes
El poeta envejece.
No
ve la línea,
la
delgada silueta
que,
antes, veía.
La escritura le baila
una
polkita;
se
le van los matices,
las
golondrinas.
Pero se puso lentes
y
oh maravilla
se
dibujaron netas
las
golondrinas.
Apareció de nuevo,
-la
delgadiña-
aquella
del romance,
palabra
limpia...
Los tipos de su máquina
la
tinta china
por
más que los limpiaba
no
aparecían...
Se arrimaba a la hoja
cuanto
podía,
su
nariz borroneaba
la
letra fina...
Pero se puso lentes
y
oh maravilla
volvieron
las "corrientes"
las
"cristalinas"...
Y releyó a Pessoa
y
a Carlos Williams
y
anduvo con Sabines
por
la cornisa...
Ahora es un
"cuatrojos"
es
un "lenteja "
pero
ve lo que escribe
y
lo que piensa.
De
"Finisterre" 1986
El guitarrista ciego- Picasso
Guitarrero
viejo
Guitarrero
viejo, astroso y borracho,
musiquero
alterno de almacén y bar,
dónde
tu instrumento, cantador y macho,
ha
ido a parar.
Sabías
aquellas milongas de antaño
de
música ingenua y verso trivial
o
algún tango triste, de los que hacen daño
al
zurdo cordial.
La
vieja guitarra, de estropeadas cuerdas,
con
cintas que el tiempo cambió de color,
cantaba
a la heroica Paysandú, a la guerra
o
a un amor-dolor.
He
visto en las sombras el vaso de vino
crisparte
la mano, no tu diapasón;
escupir
la tierra como a tu destino,
como
a tu canción.
Y
con una pobre mina veterana,
salir
dando tumbos, náufragos los dos,
hacia
la burlona paz de la mañana,
sin
pan y sin dios.
(1965, publicado por primera vez
en Tanta vida en cuatro versos, 2013)
Como un jazmín del país
Dijo el muchacho a la moza:
desde el comienzo te vi;
en el sueño, en la vigilia,
como un jazmín del país.
Perfume de la alta noche,
pequeña flor constelada,
en el patio con aljibe
y en mi corazón, guardada.
Yo me voy con Aparicio,
sé que otra divisa labran
tus manos, y llevarán
los varones de esta casa.
Yo me voy con Aparicio,
pero mírame a la cara,
que lo que voy a decirte
se dice una vez y basta.*
Sólo una cosa podría
detenerme, una palabra;
di que me quede y me quedo,
jazmín del país, muchacha.
Ella lo miró a los ojos,
pero no le dijo nada,
y nada dijo después,
cuando cayó con Saravia.
Perfume de la alta noche,
pequeña flor constelada,
en el patio con aljibe
y en mi corazón, guardada.
De Washingon Benavides y Carlos Benavides
HOMENAJES
En el año 2012, se le otorga el Gran Premio Nacional a la Labor Intelectual El Gran Premio Nacional a la Labor
Intelectual (Ministerio de Educación y Cultura) se otorga cada tres años a
aquella persona que se haya destacado en actividades culturales que signifiquen
honor para la República y por la obra realizada a lo largo de su vida.
En el año 2014, recibe el Premio Morosli
de Oro entregado por la Fundación Lolita Rubial
En el año 2016 Washington Benavides fue homenajeado en el Paraninfo de
la Universidad por el colectivo de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación (FHCE)
FUENTES
http://www.tacuarembo2030.com
http://fhuce.edu.uy
http://www.academiadeletras.gub.uy
https://ladiaria.com.uy/
https://es.wikipedia.org
https://www.escritores.org/
Los
estudiantes le obsequiaron una libreta con mensajes, y Nené Díaz, su esposa,
recibió flores de manos del docente y ex decano José Seoane.
FUENTES
http://www.tacuarembo2030.com
http://fhuce.edu.uy
http://www.academiadeletras.gub.uy
https://ladiaria.com.uy/
https://es.wikipedia.org
https://www.escritores.org/
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