Fue un gran fotógrafo francés.
En la fotografía de Doisneau se pueden distinguir cuatro etapas diferentes, aunque todas ellas tienen un nexo conector que es el día a día en las calles de París. La primera etapa: Los años jóvenes, se desarrolla desde 1912 a 1939. La segunda etapa corresponde al periodo de 1939 a 1944 en el que se lleva a cabo La guerra. La tercera etapa durante los años 1945 a 1960 se denomina La sed de imágenes. Y por último la cuarta etapa: Desde años laboriosos a la consagración, que va de 1960 a 1994. (GAUTRAND, 2003)
Pasó su niñez y adolescencia en un suburbio de París.
La muerte de su madre en 1919, cuando tenía apenas 7 años de edad, y la precaria situación económica que padeció con posterioridad, tal como lo señalan sus biógrafos "seguramente fueron golpes muy duros para la frágil personalidad de un niño".
En 1926, con 14 años ingresó en la escuela de artes y oficios, "L´école Estienne", donde es formado como grabador y litógrafo.
Ingresa a trabajar en el Atelier Ullmann, que se dedicaba a la publicidad de productos farmacéuticos.
Termina haciéndose cargo del estudio fotográfico del Atelier Ullmann y tomando sus primeras y tímidas fotografías con una cámara prestada.
En 1929 comienza a realizar sus primeras fotografías aprendiendo de forma autodidacta y leyendo las instrucciones de las cajas de emulsión para revelar.
En 1931 comienza a trabajar como ayudante de André Vigneau, que con sus conocimientos como grabador, lo introduce en el mundo de la fotografía como arte y quien lo pone en contacto con las vanguardias artísticas.
Como era una persona muy tímida, a la que no le gustaba mirar a la gente a la cara y por eso comenzó fotografiando los suelos de París.
Participó como soldado en la Resistencia Francesa durante la II Guerra Mundial hasta que fue desmovilizado en 1940.
Entre los años cuarenta, cincuenta y sesenta colaboró con varias revistas, entre las que destaca la revista Le Point, fundada por Pierre Betz, y la revista Vogue.
Durante todo este tiempo nunca dejara de retratar los suburbios que le rodean, y dónde tan a gusto se siente.
Son tiempos penosos en los que realiza fotografías de científicos por encargo y no deja de retratar la ocupación y la liberación de París.
Con Robert Giraud se abre a la vida nocturna de la capital: jazz, cafés y el arte alternativo. Recorre Montparnasse y Saint-Germain-des-Prés donde se encontrará con Jean Paul Sartre, Albert Camus y Jean Cocteau entre otros. Es su modo de escapar del mundo artificial de 'Vogue'.

Los tugurios en Ivry, 1946. © Atelier Robert Doisneau
En el año 1947 fue director de fotografía en las películas " El silencio es oro", del director René Clair y "París 1900", de Director Nicole Védrès.
En el año 1947 Robert Doisneau
recibió el Premio Kodak, un reconocimiento que marcó un hito importante en su
carrera como fotógrafo.
Este galardón destacó su enfoque
innovador y su capacidad para capturar la vida cotidiana con sensibilidad y
precisión, consolidándolo como uno de los principales exponentes de la
fotografía documental y humanista
Ese mismo año, Doisneau rechazó una invitación para unirse a la prestigiosa agencia Magnum, fundada por fotógrafos como Henri Cartier-Bresson y Robert Capa.
Prefirió seguir trabajando
de manera independiente, ya que no se sentía atraído por los viajes largos que
implicaba formar parte de dicha organización. Además, se unió al colectivo
artístico "Les XV", donde realizó exposiciones que fortalecieron su
reputación como fotógrafo artístico hasta 1958
En el año 1949 firma un contrato con la revista de moda Vogue, con la que trabajaría hasta 1952 como fotógrafo permanente y más tarde como colaborador independiente.
Gracias a "Vogue", Robert Doisneau consiguió acceder a los círculos de la alta sociedad, aunque se sentía más cómodo con el modesto hombre de la calle y la fotografía callejera. Y fue así como consiguió transmitir de una manera real y natural el modo de vida francés.
En el año 1949 publica el libro "La Banlieue de Paris".
En 1950, Doisneau buscaba material para cumplir con un encargo de la revista estadounidense America´s Life, interesada en los enamorados de París. De ahí saldrá la serie Besos y su obra más significativa: El beso. La fotografía muestra de forma misteriosa una pareja besándose frente al ayuntamiento de París.
El Beso ante el Ayuntamiento, representa el símbolo de amor joven y desbordante de alegría en la ciudad de París . La había hecho para un reportaje destinado a la revista norteamerican Life. Esta imagen que también se conoce como El beso, muestra a una pareja caminando mientras se besan. Pero en esta ocasión, el fotógrafo no la capturó con su objetivo de manera espontánea, ya que estaba todo preparado. Es más, no hace mucho, medio siglo después de que la escena fuese impresionada, saltó a las páginas de los diarios franceses la mujer enamorada que representa en ese instante la esperanza en el futuro dejando atrás los horrores de la guerra.
En 1953 abandona Vogue, sufriendo el eclipse de la fotografía y de los fotógrafos de la posguerra en la década de 1960.
Este premio fue otorgado en un
momento clave de su carrera, cuando su reputación como fotógrafo humanista
estaba en pleno apogeo tanto en Francia como internacionalmente.
Su estilo característico, que
mezclaba humor, ternura y una profunda atención a la composición, lo convirtió
en un referente de la fotografía humanista, centrada en capturar la belleza y
la humanidad de las experiencias cotidianas.
El Premio Niépce no solo celebró su talento individual, sino que también destacó su contribución al desarrollo de la fotografía como medio artístico y documental.
Este reconocimiento marcó
un punto culminante en su carrera durante los años 50, una década considerada
por muchos como el periodo más prolífico y emblemático de su obra.
En el mismo periodo, Doisneau publicó obras importantes como "Instantáneas de París", "Perros de París", "Pour que Paris soit" que reflejaban su amor por la ciudad y su capacidad para retratarla con autenticidad y poesía.
En los años sesenta la fotografía de autor se vio relegada a un segundo plano por la televisión y la preferencia de la prensa por las imágenes neutras, lo que dejó a Doisneau más tiempo para regresar a las calles.
En 1982 el Centro Nacional de Fotografía francés edita un libro de bolsillo con la obra de Disneau, y a partir de aquí la fama le sonríe con varias menciones, exposiciones y otras distinciones.
Este premio reflejó su contribución duradera y significativa a la fotografía francesa, consolidando su posición como uno de los fotógrafos más influyentes del siglo XX.
En 1983, Doisneau ya era un fotógrafo ampliamente reconocido, tanto en Francia como internacionalmente.
Su estilo humanista, que capturaba la vida cotidiana con humor y sensibilidad, había dejado una huella indeleble en la fotografía documental y urbana.
El premio no solo celebró su talento individual, sino también su legado como fotógrafo que había documentado la esencia de París y sus suburbios durante décadas.
El Gran Premio Nacional de Fotografía en Francia es un reconocimiento que se otorga a fotógrafos que han hecho contribuciones excepcionales al campo de la fotografía.
En el caso de Doisneau, este premio fue un homenaje a su dedicación a capturar la belleza de lo cotidiano y su capacidad para contar historias a través de imágenes que son a la vez íntimas y universales.
En el año 1984 Robert Doisneau recibió el prestigioso título de Chevalier de la Legión de Honor, un reconocimiento que coronó su carrera como uno de los fotógrafos más influyentes del siglo XX.
Este honor
es parte de la Orden Nacional de la Legión de Honor, una de las distinciones
más altas que se otorgan en Francia por servicios destacados en diversas áreas,
incluyendo las artes.
El título de Chevalier de la Legión de Honor es el primer grado de esta orden y se otorga a personas que han realizado contribuciones significativas en su campo.
En el caso de Doisneau, este reconocimiento fue un homenaje a su dedicación a la fotografía y su capacidad para capturar la esencia de la vida cotidiana con sensibilidad y humor.
Además en el año 1984 es director de fotografía de la película "Un domingo en el campo", del director Bertrand Tavernier.En el año 1993 Doisneau tuvo una experiencia muy dolorosa tras la
muerte de su esposa, Pierrette, quien falleció debido a
complicaciones de Parkinson y Alzheimer.
Según los registros, su muerte se debió a pancreatitis aguda y problemas de corazón.
Sin embargo, también se ha mencionado que su fallecimiento estuvo influenciado por el dolor emocional tras la muerte de su esposa, Pierrette.
La muerte de Doisneau ocurrió seis meses después de tomar su última fotografía, el 25 de septiembre de 1993.
Fue enterrado en el cementerio de Raizeux, cerca de Rambouillet, junto a su esposa.

Después de su muerte, Robert Doisneau ha recibido numerosos homenajes que reflejan su impacto duradero en la fotografía y la cultura visual.
Reconocimientos Póstumos
Tras su muerte, Doisneau ha sido
recordado por sus contemporáneos y colegas, como Henri Cartier-Bresson, quien
destacó su capacidad para capturar la esencia de la vida cotidiana sin
repetirse ni seguir tendencias.
Íconos Culturales y
Merchandising
Sus fotografías, especialmente
"El beso del Hôtel de Ville", se han convertido en íconos culturales
que aparecen en calendarios, postales y pósters.
Estas imágenes han sido
ampliamente reproducidas y vendidas en todo el mundo, convirtiéndose en
símbolos del amor y la ciudad de París.
Exposiciones Internacionales
Doisneau ha sido objeto de
numerosas exposiciones internacionales que celebran su legado fotográfico.
Estas muestras han recorrido
museos y galerías de todo el mundo, permitiendo que su obra siga siendo
admirada por nuevas generaciones.
Publicaciones y Documentales
Doisneau des villes et Doisneau des champs, 1993. De Patrick Cazals.
Robert Doisneau tout simplement, 2000. De Patrick Jeudy.
Se han publicado más de un centenar de libros sobre su obra, y varias películas han sido dedicadas a su vida y legado. Estas publicaciones y documentales siguen siendo populares entre los amantes de la fotografía y los estudiosos de su obra.
En 2012, Google le rindió homenaje con un doodle en el centenario de su nacimiento, destacando su contribución a la fotografía y su impacto cultural.
ConferenciasFundaciones y Ateliers
El Atelier Robert Doisneau, junto
con su familia, continúa promoviendo su obra y organizando exposiciones que
permiten a nuevos públicos descubrir su legado.
El Atelier Robert Doisneau está
ubicado en Montrouge, un suburbio cercano a París, Francia. Este atelier se
encuentra en el apartamento donde Robert Doisneau trabajó durante más de
cincuenta años. Fue fundado por sus hijas, Annette Doisneau y Francine
Deroudille, con el objetivo de conservar y promover su obra. Sin embargo, el Atelier
no está abierto al público en general.
Las galerías de la estación Robert Doisneau
Las galerías de la estación
Robert Doisneau se encuentran en Carlux, en la región de Dordoña, Francia. Esta
estación es un espacio de exposición dedicado al famoso fotógrafo Robert
Doisneau, conocido por sus imágenes de la vida cotidiana en París y sus
suburbios.
Planta Baja: En esta planta, se exhiben fotografías tomadas por Doisneau durante sus vacaciones en la Dordoña y el Lot en agosto de 1939, justo antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Estas imágenes muestran una región inalterada y capturan la esencia de la vida rural en ese momento.
La estación también alberga la Oficina de Turismo del Pays de Fénelon, donde los visitantes pueden obtener información sobre lugares para visitar y actividades en la región. Además, hay una tienda de recuerdos que ofrece productos relacionados con Doisneau y la región de Dordoña-Périgord. Un fotomatón permite a los visitantes llevarse un recuerdo personalizado del lugar.
LEGADO
A pesar de que Doisneau falleció
en 1994, su obra sigue siendo relevante en la actualidad. Sus fotografías
siguen siendo ampliamente reproducidas y admiradas, y su enfoque humanista
sigue siendo una fuente de inspiración para muchos fotógrafos contemporáneos.
El estilo de Robert Doisneau es
profundo y perdura hasta hoy en día, dejando una huella imborrable en la
fotografía y la cultura visual del siglo XX.
Fotografía Humanista
Doisneau es considerado uno de
los pioneros de la fotografía humanista, un estilo que se centra en capturar la
condición humana y las experiencias cotidianas con sensibilidad y empatía.
Su enfoque humanista ha inspirado
a generaciones de fotógrafos a documentar la vida urbana y a buscar la belleza
en lo cotidiano.
Iconos Culturales
Fotografías como "El beso
del Hôtel de Ville" se han convertido en íconos culturales que evocan el
romanticismo y la esencia de París.
Estas imágenes han trascendido el
tiempo y siguen siendo ampliamente reconocidas y admiradas en todo el mundo.
Influencia en la Fotografía
Documental
Doisneau influyó
significativamente en la fotografía documental, mostrando cómo la cámara puede
capturar la realidad con un toque poético y humorístico. Su estilo ha sido
emulado por muchos fotógrafos que buscan documentar la vida cotidiana con una
mirada sensible y creativa.
Legado Artístico y Cultural
Su legado artístico es vasto, con
más de 450,000 negativos que cubren casi todos los aspectos de la vida
cotidiana francesa.
Además, su obra ha sido expuesta
en museos y galerías internacionales, asegurando su relevancia continua en el
mundo del arte y la fotografía.
Inspiración a Futuras
Generaciones
Doisneau sigue siendo una fuente
de inspiración para fotógrafos contemporáneos, quienes buscan capturar la
esencia de la vida urbana con la misma sensibilidad y humanidad que caracterizó
su obra.
Su enfoque humanista y su
capacidad para encontrar la belleza en lo cotidiano continúan influyendo en la
forma en que se aborda la fotografía documental y artística.
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