Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

sábado, 21 de agosto de 2010

NIÑOS SUPERDOTADOS

REFLEXIONANDO JUNTOS
Mientras editaba el trabajo sobre Kieron Willamson  (que van a ver a continuación de esta entrega) me vino a la mente un gran conflicto que se me planteaba en la clase cuando era maestra y que seguí buscándole la solución siendo directora y luego inspectora de Educación Primaria.
¿Qué hacer con los niños que "no funcionan" al mismo ritmo que el resto del grupo? Cuando hablo de grupo estoy diciendo entre 43 y 48 alumnos en la clase, donde algunos  se quedan atrás en el aprendizaje y otros son mucho más rápidos que el resto.
Es un problema de dificil solución para el Maestro,más en los grupos numerosos de nuestra escuela pública.
Para aquellos niños con problemas de aprendizaje le planteábamos trabajos con menor nivel de exigencia o , teniendo cerca una escuela para niños de capacidades diferentes, hacían una doble escolaridad recibiendo un refuerzo en las àreas disminuídas, donde sí había maestros especializados que realizaban un diagnóstico y luego planteaban el apoyo necesario para cada niño .
Para aquellos más rápidos que el resto se puede decir que nos resultaba más difícil resolver el problema, ya que no había, ni hay, una especialización docente, como existe para trabajar con los alumnos de niveles disminuídos.
Poníamos libros y fichas de trabajo al alcance de esos niños y procurábamos que resultaran atractivas e interesantes. Pero siempre nos quedaba la sensación de si no estaríamos malogrando ese talento, no diagnosticado, de esos niños.
Siempre he pensado -y lo sigo pensando- que hay  que formar docentes especializados para la atención de los niños que tienen un rendimiento superior al medio, así como se hace para los niños con dificultades de aprendizaje.


Quiero compartir con ustedes un artículo publicado por "La República", el jueves, 05 de abril, 2007


"EN NUESTRO PAÌS LOS MÁS TALENTOSOS PUEDEN PASAR DESAPERCIBIDOS

Mentes que brillan (a escondidas).
Los especialistas y los docentes de nuestro país suelen prestar particular atención a los niños que presentan dificultades de aprendizaje. Sin embargo, un grupo sensiblemente más reducido pasa inadvertido: son los niños superdotados, necesitados de atención y afecto pero, a pesar de su enorme potencial, muchas veces ignorados.
GELSI AUSSERBAUER

En toda clase hay un niño muy inteligente, pero no todos ellos son superdotados.
 Los niños superdotados necesitan el apoyo de su familia y sus docentes para desarrollar sus capacidades.
Ignacio se aburre en clase. Hace rato que terminó la tarea que la maestra planteó en el pizarrón y explicó con paciencia, atendiendo a las innumerables preguntas de sus alumnos. El no necesitó formular interrogantes. "Esto es demasiado fácil", pensó para sí, y lo resolvió en cuestión de segundos. Ahora, varios minutos después, nadie más ha concluido la tarea.
A Ignacio le quedan dos caminos: puede abstraerse, inmutable, hasta que, de algún modo, alguna señal lo despierte de su letargo, o puede, inquieto, comenzar a distraer a sus compañeros. No es fácil permanecer en silencio tanto tiempo cuando se tienen sólo ocho años.
Este es el dilema cotidiano de los niños que poseen un coeficiente intelectual superior a 136. Son los llamados superdotados, y su inteligencia -bendición o no tanto- los acompañará por el resto de su vida.
Pocas instituciones educativas se preocupan por atender este grupo de niños que, años después, se transformarán en adolescentes. En otros países, existen programas educativos específicos que apuntan a este público en particular. Más aun: muchas escuelas y liceos están pensadas especialmente para permitirles explotar sus capacidades.
En Uruguay, en cambio, no hay propuestas macro que se encarguen de esta población y, de hecho, son muy pocos los institutos privados donde se la contempla.
Oscar Gómez, consejero de Primaria, informó a LA REPUBLICA que no existen planes globales para atender esta población, aunque sí indicaciones genéricas. Un docente que detecta la presencia de niños superdotados en sus grupos puede plantear la inquietud ante el cuerpo inspectivo enfocado a la educación especial, que lo proveerá de consejos específicos para la situación puntual.
Sin embargo, en la década de los 40, una experiencia piloto en nuestro país agrupó a los niños de quinto y sexto año de escuela según sus capacidades. La evaluación posterior impidió que el proyecto se extendiera. Fue pionero en América Latina, pero luego, como tantas cosas, quedó olvidado en una carpeta. Nunca más se intentó adecuar o poner a prueba.
Sylvia Bonomo, una psicóloga y psicoterapeuta especializada en niños y adolescentes, que trabaja en institutos educativos públicos y privados y ejerce como docente en la Facultad de Psicología, plantea una tercera vía para resolver la situación de Ignacio y de los niños que, como él, encuentran a veces, paradójicamente, una dificultad en su capacidad intelectual. Este camino corre por iniciativa de los maestros y profesores, que pueden explotar la inteligencia de los chicos superdotados, proponiéndoles tareas alternativas, que constituyan para ellos un reto, impidiendo así que se aburran en clase o que incluso presenten dificultades de conducta como medio para combatir la monotonía.
Ofrecerles elementos para que puedan ser exitosos en su vida educativa, colmando su avidez de aprender, es el único modo de mantener a estos niños exigentes motivados.

Niños olvidados
¿Quiénes son los niños superdotados?
Según Bonomo, es difícil detectar la sobredotación intelectual en los niños, debido a que los padres tienen escaso margen de comparación y una gran subjetividad al juzgar las capacidades de sus hijos.
Los superdotados poseen aptitudes superiores, que sobrepasan las capacidades medias para su edad. También tienen fundamental importancia sus rasgos de personalidad, por lo que al evaluarlos juegan un rol fundamental los aspectos cualitativos.
Existen los niños talentosos -que se destacan en una sola área, en la cual sí poseen sobredotación, pero los chicos conocidos habitualmente como superdotados tienen una inteligencia global.
Muchas veces, los adultos confunden ciertas habilidades precoces de los más pequeños -como hablar a muy corta edad, o tener una rápida capacidad para las habilidades manuales- con una sobredotación. "No todos los niños precoces son superdotados, pero siempre un superdotado fue precoz", sentenció Bonomo.
Debido a estas dificultades de detección, los docentes son los más indicados para percibir cuándo un niño puede descollar intelectualmente.
Posteriormente, un especialista debe realizar el diagnóstico. En este sentido, los tests resultan importantes, pero, según Bonomo, no son suficientes. "Hay que ir más allá de lo intelectual, y también efectuar tests de habilidades, intereses y personalidad, sobre todo en adolescentes", explicó la psicóloga.
Una vez realizado el diagnóstico, lo más adecuado es seguir apoyando a estos niños en el aula, a través de estrategias educativas y un imprescindible trabajo en equipo, que involucrará al psicólogo, los diferentes docentes y los padres, en primera instancia.
Bonomo asegura que estos niños son los grandes olvidados del sistema educativo, debido en gran medida a que la atención se centra -con justicia- en quienes tienen dificultades de aprendizaje. En sus más de veinte años de carrera como psicóloga, Bonomo recuerda haber atendido sólo tres niños con altos coeficientes intelectuales, aunque sospecha que esta escasa cifra no es representativa de la realidad. "Es probable que la poca cantidad de niños que son enviados a consulta psicológica se deba a que la inteligencia no genera preocupaciones, como ocurre con los niños con dificultades para aprender", sostuvo Bonomo.
Esta situación lleva, en gran medida, a que muchos casos de niños o adolescentes superdotados queden sin diagnosticar y, por lo tanto, decenas de chicos pierdan la posibilidad de explotar una capacidad especial.
Si un niño con un alto coeficiente intelectual se siente apoyado y estimulado, obtendrá un éxito seguro, primero en sus estudios, y luego en la carrera que emprenda. No obstante, a veces una inteligencia excesiva puede ser una trampa.
 Inteligencia con contras
En ocasiones, estos niños pueden ser una molestia para los maestros y profesores, que sienten que boicotean sus clases, interrumpiendo para corregir o para adelantar datos. Por eso, muchas veces las horas en la escuela terminan siendo el peor momento del día para esta población.
Para evitar malos momentos y poder ser aceptados, los más pequeños, y especialmente los adolescentes, pueden llegar a fingir que no saben. Por eso -y porque muchas veces optan por la mala conducta o el desinterés- los niños superdotados no siempre llevan a sus casas carnés poblados de máximas calificaciones.
¿La solución es separarlos del resto? Bonomo no considera que esta sea la salida más adecuada, aunque sí es la que se practica a menudo en otros países. Por el contrario, cree más efectivo que permanezcan en centros educativos comunes, para que no se sientan discriminados.
"Lo mejor es que se integren para que interactúen socialmente, porque desde el punto de vista emocional estos niños pueden ser acordes a su edad", afirmó. Sin embargo, también puntualizó que es normal que los niños superdotados se sientan más cómodos con personas mayores que ellos, especialmente si poseen inteligencias superiores en todas las áreas.
"Interactuar les permite compartir su talento", dijo Bonomo.
Esto impide, por otra parte, el aislamiento para no aburrirse, o para evitar sentirse incomprendidos, que algunos superdotados experimentan. "Si no se los entiende o apoya, muchas veces 'bajan la cortina'", aseguró Bonomo.
Aunque muchas veces es difícil atender varios casos complejos en un solo grupo escolar, la psicóloga explicó que un vínculo educativo adecuado es fundamental para que estos niños exploten su inteligencia sintiéndose integrados. Por otra parte, es imprescindible que realicen actividades extracurriculares, que favorezcan su desarrollo y que, en la mayoría de los casos, no representarán un esfuerzo para ellos.
Por supuesto, la situación se complica cuando los niños superdotados viven en condiciones sociales desfavorables. No les será tan sencillo acceder a actividades por fuera de su educación curricular. Bonomo recuerda, por ejemplo, que uno de los tres niños superdotados que atendió provenía de un hogar de una zona crítica. Sin embargo, no existen planes que se enfoquen en esta posibilidad.
"Ningún niño superdotado debe ser tratado diferente al resto, porque de ese modo podría perder otros aspectos, como el afectivo. El puede tener un desarrollo intelectual superior a su edad y sin embargo ser menor desde el punto de vista afectivo", puntualizó Bonomo.
Atenderlos adecuadamente impedirá, entre otras cosas, que un brillante estudiante se convierta, por falta de motivación o problemas emocionales, en un profesional mediocre.

Sin recetas
No obstante, Bonomo aseguró que no hay recetas para atender a estos chicos, entre otras cosas porque cada uno de ellos es diferente, como ocurre con todos los seres humanos. En todo caso, si un niño fue estimulado, atendido y comprendido por sus padres y su entorno educativo, "tendrá los mismos conflictos que el resto cuando llegue a la adolescencia, aunque persistirá su sobredotación".
Estos adolescentes, más allá de sus talentos, suelen caracterizarse por un espíritu discutidor y por un acrecentamiento de su parte inquisitiva, propia de su edad. "En general tienen una buena autoestima porque se creen capaces", explicó la psicóloga entrevistada, "aunque a veces esto no ocurre porque se sienten diferentes". Nuevamente, una buena base educativa será una vía fundamental para que esto no ocurra.
"Así como los chicos con dificultades no tienen que ser diferentes, tampoco tienen que serlo los muy inteligentes", aclaró Bonomo.
En nuestro país no existe formación específica para psicólogos o docentes que deseen especializarse en este tema, del mismo modo que no hay planes globales para atender esta población. Tampoco se han efectuado trabajos de investigación sobre esta problemática, como ocurre en otros países. Sólo por poner un ejemplo, en Estados Unidos siguen la pista a los niños superdotados, para luego becarlos y ofrecerles todas las facilidades para explotar su talento.
En Uruguay no se los diagnostica, ni se los estudia, ni se los apoya. Con suerte -y con poca ayuda- podrán desarrollar su potencial sin sentirse vulnerables."

2 comentarios:

Pelis de Colección dijo...

Arinda, gracias por esta nota. En Argentina, tampoco se los estimula ni ayuda ni contiene. Su edad emocional no coincide con la intelectual generando conflictos y desmereciendo las oportunidades que el niño pudiera tener. Una vergüenza para los países y un dolor grande para los padres que no puden ver a sus hijos felices y realizados, porque "son mas inteligentes".
Un abrazo
Ruth
http://meditazia.blogspot.com

Arinda dijo...

Pelis de Colección.
Creo que como ocurre con la creación de nuevas escuelas públicas tanto especiales o no, deberían ser los padres quienes tomaran la iniciativa con un buen relevamiento de niños superdotados y solicitando a las autoridades una salida que permita flocer a estos niños. Gracias por compartir conmigo esta preocupación.