LA CIENCIA EN LA ESCUELA
En las distintas propuestas de cómo se trata la temática de las ciencias en la escuela, hemos dejado traslucir que todas o cualquiera de ellas podrían ser consideradas variadas e interesantes en la práctica de la ciencia en la escuela, siempre que logren guardar cierta coherencia con los postulados teóricos de los que partimos.
Generalmente los maestros se preguntan: si no podemos hablar de los reinos de la naturaleza, si no podemos hablar de la fotosíntesis clorofílica, si no podemos comenzar con la célula (parece que sin hablar de la célula no se puede hablar de biología porque cuando los biólogos colaboraron en los currricula nos enseñaron que la biología empieza por la célula) entonces, ¿cuál es la propuesta de educación científica?
Pensemos en el proceso de educación científica que se debe desarrollar a nivel escolar.
Si tenemos en cuenta la riqueza de los niños, con sus teorías, sus interpretaciones propias del mundo, entonces el conocimiento del niño debe ser ubicado en el punto de partida del proceso.
Por lo tanto debemos "defender" las teorías de los niños entendiendo que no son erradas, sino parciales o distintas. Debemos ayudarlos a que puedan expresarlas, ponerlas en palabras y en primera instancia demostrarles que en cada idea que un niño elabore se esconde una idea científica.
Los niños, lamentablemente, sienten desconfianza respecto de sus propios medios, es decir, de lo que piensan y hacen, y esto se incrementa con los años de escolaridad. El mundo de los adultos se encarga de que así suceda. Debemos entonces contrarrestar esta tendencia y ayudar a que puedan revelarnos sus teorías infantiles v lograr que las mismas presidan el "debate", la "confrontación" con otras teorías.
De este modo, los niños van pasando de un nivel de conocimiento personal a uno compartido con los compañeros, es decir pasan de un nivel subjetivo a uno intersubjetivo, y descubren que la verdad no es un problema de la escuela, no es un problema de la ciencia; ella se mueve siempre con una actitud relativa y relativista. Esto es muy importante, es algo que el docente debe conocer, y debe contar con los instrumentos que le permitan ayudar a los niños a que se den cuenta de que pueden aprender a discutir, ya que de este modo quizá en el futuro lo que hoy afirmamos, a causa de ellos pueda ser diferente.
El niño que propone en la clase que la piedra está viva, sin dudas suscitará problemas porque seguramente algún otro dirá que es una tontería. Para este niño, surge un momento difícil, delicado, porque el equilibrio que esta definición había logrado corre riesgo de romperse. El niño puede resistir y defenderse, lo cual implica una actitud dura, y no proyectada hacia una cultura científica. pero también puede ponerse en juego. Esto dependerá de varias condiciones: en primer lugar la edad. Hasta cierta edad los niños no parecen interesados en pelearse o debatir y prefieren juntar cosas contradictorias. la piedra podrá ser viva y no viva a la vez. A veces los niños inventan cuentos que nosotros interpretamos como muy creativos, y que resultan ser sólo salidas posibles frente a una pobreza de recursos y a una gran capacidad de inventar.
En segundo lugar. dependerá fundamentalmente de la actitud que el docente presente. Si favorece o no que este niño entre en el problema difícil del conflicto. entendiendo que justamente será este el motor de la ciencia.
Al romperse el equilibrio debemos trabajar para lograr un equilibrio superior y esta es la idea del proceso del aprendizaje científico.
Por todo esto. creo que antes que los reinos de la naturaleza, que la fotosíntesis, que la célula, debemos contar con la "experiencia' de la cual el niño es portador.
Todos los conocimientos del niño deben entrar en la escuela y nosotros desde la escuela debemos salir para conocer el mundo.. para conocer la naturaleza, para conocer los animales. Este tipo de relación directa con la naturaleza debe ser anterior a, por ejemplo, que nos pongamos a estudiar cuántos son los reinos de la naturaleza.
Es fundamental que la escuela no interrumpa el proceso que caracteriza al desarrollo y a la evolución del niño, y que sólo parece retomarse una vez finalizado el período escolar.
Hemos observado que el niño en la primera parte de su vida sin maestros. sin escuela, sin materiales didácticos. desarrolla casi la totalidad de sus potencialidades.
Diferentes investigaciones demuestran que la escolaridad parece contener dicho desarrollo que eventualmente quizás luego sea retomado, por ejemplo, en una carrera profesional. Si tomamos el caso del profesional investigador podremos observar que éste continúa con la tarea iniciada en la primera infancia, es decir la de ponerse frente a la realidad con la garantía de un método, pero sin saber hasta dónde llegará en la búsqueda del conocimiento.
Es muy preocupante que la escuela interrumpa este proceso de investigar que naturalmente poseen los niños. v continúe proponiendo un conocimiento secuencial, reducido y empobrecido que limita la curiosidad. la capacidad de desarrollo que básicamente no se adecua a los niños que hoy conocemos diariamente en las aulas.
Extraido de :"Con ojos de Maestro" -Francesco Ponucci
En segundo lugar. dependerá fundamentalmente de la actitud que el docente presente. Si favorece o no que este niño entre en el problema difícil del conflicto. entendiendo que justamente será este el motor de la ciencia.
Al romperse el equilibrio debemos trabajar para lograr un equilibrio superior y esta es la idea del proceso del aprendizaje científico.
Por todo esto. creo que antes que los reinos de la naturaleza, que la fotosíntesis, que la célula, debemos contar con la "experiencia' de la cual el niño es portador.
Todos los conocimientos del niño deben entrar en la escuela y nosotros desde la escuela debemos salir para conocer el mundo.. para conocer la naturaleza, para conocer los animales. Este tipo de relación directa con la naturaleza debe ser anterior a, por ejemplo, que nos pongamos a estudiar cuántos son los reinos de la naturaleza.
Es fundamental que la escuela no interrumpa el proceso que caracteriza al desarrollo y a la evolución del niño, y que sólo parece retomarse una vez finalizado el período escolar.
Hemos observado que el niño en la primera parte de su vida sin maestros. sin escuela, sin materiales didácticos. desarrolla casi la totalidad de sus potencialidades.
Diferentes investigaciones demuestran que la escolaridad parece contener dicho desarrollo que eventualmente quizás luego sea retomado, por ejemplo, en una carrera profesional. Si tomamos el caso del profesional investigador podremos observar que éste continúa con la tarea iniciada en la primera infancia, es decir la de ponerse frente a la realidad con la garantía de un método, pero sin saber hasta dónde llegará en la búsqueda del conocimiento.
Es muy preocupante que la escuela interrumpa este proceso de investigar que naturalmente poseen los niños. v continúe proponiendo un conocimiento secuencial, reducido y empobrecido que limita la curiosidad. la capacidad de desarrollo que básicamente no se adecua a los niños que hoy conocemos diariamente en las aulas.
Extraido de :"Con ojos de Maestro" -Francesco Ponucci
Con ojos de niño
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