EL PINTOR DEL MUNDO DEL BALLET
Autorretrato
Hilaire-Germain-Edgar de Gas, más conocido como Edgar Degas nació en París, el 19 de julio de 1834.
Fue un pintor y escultor francés. Es conocido por su visión particular sobre el mundo del ballet, capturando escenas sutiles y bellas, en obras al pastel.
Su familia paterna era de origen franco-italiano y se dedicaba a la Banca, mientras que la de su madre estaba vinculada con el negocio del algodón en Nueva Orleans. Edgar será el primogénito de una familia luego nacieron tres hermanos, dos niñas y un niño
Edgar pertenecía a una familia numerosa, con la cual ha vivido momentos inolvidables, sobre todo con su madre, a la cual pierde a los trece años de edad, sufriendo mucho a causa de su estrecha relación.
Edgar estudió en el Lycée Louis-le-Grand, en régimen de internado hasta su graduación.
Hijo de un rico banquero, su padre lo orientó hacia los estudios de derecho.
Así fue que inició sus estudios de derecho, gracias a la desahogada economía familiar y al beneplácito de su padre, cuya cultura y sensibilidad ante lo artístico resultó fundamental en su etapa de formación. Edgar Degas abandonó sus estudios de Derecho y se dedicó bien pronto a la pintura.
El padre no se opuso a su vocación artística cuando Edgar manifestó el deseo de ingresar en la Escuela de Bellas Artes, donde se formó.
En el año 1853 se matriculó en el taller de Louis Lamothe, pintor de temas históricos y discípulo de Ingres, y aquí mismo continua copiando bajo la atenta mirada de su maestro un buen número de obras en el Louvre, preparándose para el concurso de la Escuela de Bellas Artes.
Realizó dos viajes a Italia.
En el Louvre, mientras copiaba un cuadro de Velázquez, conoció a Manet, quien lo introdujo en el círculo de los impresionistas.
Jóvenes espartanas provocando a los jóvenes (1860), National Gallery, Londres
Retrato de la Familia Bellelli - (1860–1862)
Este hecho transformó la orientación originaria de la pintura de Degas, de la que constituyen una buena muestra Jóvenes espartanos o el retrato de la Familia Bellelli. Con los impresionistas participó en siete de las ocho exposiciones que celebró el grupo, pero siempre fue un caso especial.
Se diferenciaba de los demás seguidores del movimiento pictórico por su posición social y su holgada economía, por una parte, y por otra, por su desinterés por la naturaleza, llegó a afirmar incluso que la naturaleza «le aburría».
No se dedicó, por tanto, a plasmar los efectos de la luz sobre el paisaje, sino que eligió la figura humana como tema pictórico y aplicó la modernidad en la concepción del cuadro al estudio de cada movimiento, a la captación de un instante fugaz en la evolución de sus modelos preferidos, que fueron ante todo las bailarinas de ballet, pero también los ambientes de café, teatro y circo.
Carreras de caballos. Antes de la salida (1862), Museo de Orsay, París
En el año 1862 realiza su primera escena en la que se refleja la vida moderna, a la cual ha titulado “Antes de la salida”, en la que inicia su temática de hipódromos y carreras de caballos.
Se interesó así mismo por el mundo de los caballos y los jinetes, que dio pie a sus únicas obras ambientadas al aire libre, aunque con un espíritu muy distinto de los demás impresionistas, ya que también en este caso busca el momento fugitivo en el movimiento y no en la luz.
Por su formación académica, el dibujo le interesó más que cualquier otro aspecto de la pintura, por lo que la modernidad de su obra se deriva de la cotidianidad de los temas tratados, además de los rasgos ya mencionados.
Semíramis construyendo Babilonia (1861), Galerie nationale du Jeu de Paume, París
Escena de guerra en la Edad Media (1865)
En 1865 algunos de sus trabajos fueron aceptados en el Salón, y gradualmente ganó respeto en el mundo del arte convencional.
Retrato de mujer joven 1867
Los músicos de la orquesta o La orquesta de la Ópera (1868), Museo de Orsay, París
En 1870, hacia el final de la Guerra Franco-Prusiana, Degas se alistó en la guardia nacional, en donde la defensa de París le dejó poco tiempo para su pintura. Durante el entrenamiento con el rifle se le diagnosticaron problemas en su visión, y durante el resto de su vida la salud de sus ojos fue motivo constante de preocupación.
El padre de Degas escuchando a Lorenzo Pagans -1869- Museo de Orsay, París), representa un momento preciso de una de las veladas musicales que su padre organizaba en su propio domicilio; el instante es retenido, pero no sólo a través de la referencia visual, sino también por medio del gesto del cantante y guitarrista Lorenzo Pagans -boca abierta y mirada perdida-, así como por el movimiento capturado de sus manos durante la ejecución de una pieza y la expresión de ensimismamiento del padre.
La Planchadora 1869
El mercado de algodón en Nueva Orléans (Retratos en una oficina)-1872-
El foyer de la danza en la Ópera -1872- Museo de Orsay, París
La mujer del jarrón (1872), Jeu de Paume, París
Degas con P. Poujaud y Mme. A. Fontaine. 1895. Aunque invertida, la pose de Mme. Fontaine, recuerda la de Mme. Hertel en su obra
El Conde Lepic en la Plaza de la Concordia o Vicomte Lepic atravesando la Place de la Concorde (1873)
Finalizada la guerra, Degas visitó a su hermano René en Nueva Orleans, y produjo un número de trabajos, muchos sobre familiares, antes de regresar a París en 1873.
Ensayo de ballet (1874)
En el año 1874, Degas ayudó a organizar la primera exhibición impresionista.
Los impresionistas hicieron siete presentaciones posteriores, la última en 1886; Degas exhibió su trabajo en todas ellas salvo una. Por este entonces Degas se convertiría también en fotógrafo amateur, tanto por placer como para capturar una acción con precisión para su pintura.
En 1874, tras la muerte de su padre, surge una demanda del estado que revela que René -su padre- contrajo enormes deudas. Para preservar el buen nombre de la familia, Degas se ve forzado a vender su casa y una colección de arte que había heredado. De repente se encuentra dependiente de las ventas de su arte como única fuente de ingresos.
Después de varios años su situación financiera mejora, y las ventas de su trabajo artístico le permiten dar rienda suelta a su pasión por coleccionar trabajos de los artistas a quienes admira, grandes maestros como El Greco, modernos cómo Delacroix, y contemporáneos suyos Cézanne, Gauguin o Van Gogh. Ingres y Manet fueron especialmente bien representados.
Bailarina basculando (Bailarina verde), 1877–1879 (Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid).
En la tercera exposición impresionista que se celebró en 1877, en cuya organización Degas participó activamente, su pintura se decantó momentáneamente hacia los temas sociales como consecuencia de la influencia de Zola y de las tertulias en el café Guerbois.
De esa época cabe destacar Las planchadoras (1884, Museo de Orsay, París) y La absenta (1876, Museo de Orsay, París), obra en la que el artista se solidariza con dos personajes marginales, un mendigo y una prostituta, cuyos atuendos crean una sutil relación cromática y metonímica con sus respectivas bebidas.
La perspectiva oblicua que introduce al espectador en la escena no es más que un recurso de verosimilitud pictórica que apunta hacia la objetividad y preocupación por lo social.
Absenta :
Museo del Louvre ; óleo - 92 x 68 cm - año 1876 . Es el más famoso cuadro de interiores de café que pintó. Conocido también como El Ajenjo, está lleno de influencia de los grabados japoneses, las líneas en zigzag se colocan rápidamente detrás de los personajes que está sin conexión entre sí. La modelo es Ellen Adrée y el modelo es Marcellin Desboutin, vale comparar éste crudo y real cuadro con el retrato encantador de Ellen que pintó Renoir.
Fue una obra escandalosa cuando se expuso en Londres en 1893, decían que era una alegoría al alcoholismo, pero Degas quería mostrar las facetas bohemias de la vida impresionista.
Fin del arabesco -1876–1877-
Fin de Arabesco : Museo Jeu de Paume - 67.4 x 58 cm . En primer plano aparece una bailarina haciendo un X, un bello tutú reproducido con maestría técnica que nos insinúa su trasparencia y la iluminación del teatro con sus destellos ; hay una línea que parte desde el ramo de flores, sigue por los brazos de ésta bailarina y se continúa en la parte superior donde hay tantas bailarinas como colores pudo Degas colocar a la obra .
Mujeres en la terraza -1877-
Lala en el circo Fernando -1879-, National Gallery, Londres
En las carreras, ante las tribunas (h. 1879), Museo de Orsay, París
Bailarina descansando 1879-80
Bailarina en la barra 1880
La clase de Ballet -1881
En la sombrerería - 1882
Bailarinas de azul claro- 1882
Bailarina en la barra 1884-88
Planchadoras (hacia 1884-1886)
Las planchadoras : Museo del Louvre -óleo- 76 x 82 cm Es un excelente estudio de contraste entre carácter y movimiento de sus personajes, uno relajado bostezando y el otro en plena tensión ; es notable por su composición, su humorismo, el vigor de los contornos, el ritmo y la iluminación original.
Degas quizás fue el único impresionista capaz de llevar una escena cotidiana a un cuadro con ambiente clásico .
Bailarinas en el estudio- 1888
Bailarinas azules -1890-
La taza de té -1894-Tate, Londres
Bailarinas rusas -1895-, Museo Nacional de Estocolmo
Mujer bañándose -1895-, Museo Soumaya, Ciudad de México
A medida que pasaron los años Degas se aisló, en parte debido a su creencia de que «un pintor no puede tener vida personal».
La controversia del Caso Dreyfus reveló sus inclinaciones antisemitas, rompiendo con sus amigos judíos.
Degas 1903
Se cree que estuvo trabajando en pastel hasta fines del año 1907, y también que continuó haciendo escultura hasta finales de 1910.
Degas paseando por las calles de París 1908
Habría dejado de trabajar en 1912, cuando la demolición de su residencia en la rue Victor Massé lo forzó a mudarse al boulevard de Clichy.
Nunca se casó y pasó los últimos años de su vida prácticamente ciego, vagando sin sentido por las calles de París.
Edgar
Degas murió en París el 27 de septiembre de 1917 a la edad de 83 años. La causa
oficial de su fallecimiento fue un aneurisma cerebral.
Tumba de la familia Degas en Montmartre
Medallón tomado de una escultura de Degas que está en el frente de la tumba
HOMENAJES
Casa Degas
El pintor impresionista
francés Edgar Degas es sinónimo del París de finales del siglo XIX, pero otra
ciudad también influyó en su obra: Nueva Orleans. El lugar donde una vez vivió
en Esplanade Avenue, Degas House es ahora un museo dedicado al pintor que
permite a los visitantes echar un vistazo al estudio donde trabajó y tener una
idea de la vida en Big Easy en la década de 1870.
SELLOS
LEGADO
Edgar Degas dejó una huella
profunda e innovadora en la historia del arte, tanto por sus técnicas como por
sus temas y enfoques, consolidándose como uno de los grandes renovadores de la
pintura moderna. Los aspectos más destacados de su legado incluyen:
1. Innovación en la
representación del movimiento
Degas capturó como pocos el
movimiento y la dinámica corporal, en especial en sus famosas escenas de
bailarinas de ballet, carreras de caballos y escenas de la vida urbana. Logró
transmitir la fluidez y fugacidad de un instante, influenciando a generaciones
posteriores de artistas en la búsqueda de la representación del tiempo y la
acción en el arte.
2. Revolución en la
composición y encuadre
Introdujo ángulos de visión
inusuales y recortes inspirados por la fotografía y el arte japonés, rompiendo
con la composición tradicional y acercando la pintura al lenguaje visual
moderno.
Sus obras presentan encuadres
fragmentarios, cortes abruptos y perspectivas inesperadas que anticipan
recursos luego habituales en el arte contemporáneo.
3. Maestría técnica y uso del
pastel
Fue un maestro del pastel,
explorando esta técnica para lograr nuevas texturas, matices de color y
espontaneidad, dotando a sus piezas de una luminosidad particular y una
inmediatez poco común en su época.
Experimentó con una gran
variedad de medios: óleo, pastel, grabado, escultura y fotografía.
4. Ampliación de los temas
artísticos
Degas colocó en el centro de
su obra temas hasta entonces secundarios, como:
La vida cotidiana,
especialmente la intimidad y el trabajo de las bailarinas.
Escenas de cafés, teatros y
vida nocturna parisina.
La exploración de espacios
interiores y la representación de la figura humana femenina en situaciones
cotidianas.
5. Contribuciones a la
escultura
Aunque menos conocido en vida
por su escultura, su obra “La pequeña bailarina de catorce años” fue revolucionaria
por el realismo y el uso combinado de materiales (cera, tela, cabello natural),
abriendo nuevas posibilidades para la escultura contemporánea.
Sus esculturas capturan
también el movimiento y la naturalidad con una precisión casi “fotográfica”.
6. Puente entre el realismo,
el impresionismo y el arte moderno
Degas participó en
exposiciones impresionistas, pero mantuvo su independencia, fusionando el rigor
académico y realista con la libertad de los métodos impresionistas.
Su exploración del color, la
luz y el encuadre lo hicieron precursor del arte moderno, inspirando a artistas
del siglo XX tanto en la pintura como en la escultura.
7. Impacto perdurable
Su legado pervive a través de
su influencia en el arte moderno y contemporáneo. Artistas y movimientos
posteriores adoptaron y expandieron sus ideas sobre el movimiento, el encuadre
y la vida cotidiana.
Museos y galerías de todo el
mundo continúan exhibiendo su vasta obra, testimonio del aprecio y la
inspiración que genera hasta hoy.
Edgar Degas
transformó radicalmente el modo de ver y representar la realidad, aportando
técnicas, temas y enfoques que abrieron el camino para el arte del siglo XX y
continúan inspirando a creadores y públicos en la actualidad.
FUENTES
Wikipedia
Biografías
Artehistoria
1 comentario:
Estimada Arinda,
Desde Málaga, sur de España, leo con interés su blog.
Justamente ahora, estoy leyendo La Folie de Bodelaire, de Roberto Calasso. En su capítulo V, que se titula: El lábil sentimiento de la modernidad, examina la vida y la obra de Degas desde un punto de vista personal, crítico y erudito. Es interesante complementar la lectura de la obra que cito con lo escrito en su blog.
En el libro que indico, Calasso, además de tratar sobre Boldelaire de un modo muy singular, habla sobre Ingres, Delacroix, Manet, desde un ángulo que me ha hecho pasar momentos deliciosos.
Quizá haya leído el libro, si no es así, sería un placer presentarselo.
Saludos cordiales desde otro continente y otros mares.
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