LOS BOSQUES PUEDEN SALVAR AL MUNDO
«Para construir un futuro sostenible y
resiliente al clima debemos invertir en nuestros bosques del mundo. ara ello
será necesario un compromiso político a los más altos niveles, políticas
inteligentes, un cumplimiento efectivo de la ley, alianzas innovadoras y
financiación.»
Mensaje del Secretario General Ban Ki-moon
en el Día Internacional de los Bosques,
21 de marzo de 2015
Agricultores del caucho, una de las seis fotos que recibió
el Reconocimiento Especial en el concurso fotográfico del Foro de las Naciones
Unidas sobre los Bosques. La fotografía fue tomada en Bulukumba, en el sur de
Sulawesi, Indonesia. Foto ONU/Rahmat Rahim Nur
Este
día de celebración mundial de los bosques nos hace ser conscientes sobre la importancia
de todos los tipos de ecosistemas boscosos y de árboles.
Los
bosques cubren un tercio de la superficie terrestre del planeta y juegan un
papel fundamental en la vida de muchos de sus habitantes. Alrededor de 1 600
millones de personas —incluidas más de dos mil culturas indígenas— dependen de
los bosques para vivir.
Desde
un punto de vista biológico, los bosques son los ecosistemas terrestres más
diversos, donde se albergan más del 80% de las especies animales y vegetales.
Por otro lado, desde la perspectiva humana, los árboles procuran refugio,
trabajo y seguridad a las comunidades que dependen que ellos.
Los
bosques juegan un papel fundamental en nuestra lucha por adaptarnos al cambio
climático y por paliar sus efectos, ya que contribuyen a mantener el equilibrio
en los niveles de oxígeno, dióxido de carbono y humedad en la atmósfera.
También protegen las cuencas hidrográficas, de las que proviene el 75% de agua
dulce mundial.
Pese
a los increíbles beneficios ecológicos, económicos, sociales que nos brindan
los bosques, la desforestación continúa a un ritmo de 13 millones de hectáreas
al año y es responsable de entre un 12 y un 20% de las emisiones de gases que
producen el efecto invernadero y contribuyen al calentamiento global.
El
tema de este año «Los bosques y el cambio climático» hace referencia a las
alternativas que ofrecen los bosques para mitigar los efectos del cambio
climático y, de una forma más genérica, a los bosques y al desarrollo
sostenible.
Entre
las actividades planificadas para el Día Internacional de los Bosques 2015,
incluyen un evento especial en la Sede de las Naciones Unidas, la plantación de
árboles a nivel comunitario; y exposiciones de arte, fotografía y proyección de
películas, así como actividades a través de las redes sociales a nivel
nacional.
El
Convenio sobre la Diversidad Biológica (que establece la protección de especies
animales y vegetales) fue
firmado por 150 países durante la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre
Ambiente y Desarrollo de Rio de Janeiro en 1992 y ratificado por Uruguay un año
más tarde constituyendo desde entonces en ley nacional (Ley16.048).
MONTE DE GALERÍA O RIBEREÑO
EL BOSQUE EN EL URUGUAY
Estudios
realizados señala que más del 80% del territorio nacional constituye paisajes
modelados por la intervención humana.
A
nivel nacional el tipo de ambiente predominante por la superficie que ocupa es
la pradera.
Las
zonas de menor modificación se distribuye esencialmente en el centro, norte y
parte este del país, cubriendo casi la totalidad del departamento de Rivera,
Tacuarembó y Durazno, así como gran parte de los departamentos de Artigas,
Cerro Largo, Treinta y Tres, Lavalleja, Rocha, Maldonado y Flores. La zona de
mayor modificación conforma una faja de ancho variable sobre el litoral del río
Uruguay (Salto, Artigas, Paysandú, Río Negro y Soriano), y se continúa en el
sur de los departamentos de Colonia, San José, Canelones y Montevideo. En total
se reconocen 9 regiones: las serranías, las planicies fluviales, las planicies
del Este, las quebradas, el litoral Suroeste, las lagunas litorales, las
praderas del Este, las praderas del Noreste, las del centro sur, del Noroeste,
las praderas con cerros chatos y finalmente las costas.
En
Uruguay el monte nativo se encuentra protegido porque la ley forestal Nº
15.939, que establece la prohibición de su tala, a excepción de los casos en
los que el producto de la explotación es para consumo interno del
establecimiento o cuando se cuenta con un plan de explotación del monte nativo
aprobado por la Dirección General Forestal. Esto ha contribuido al incremento
de la superficie ocupada por vegetación arbórea autóctona en Uruguay. En
consecuencia se pasó de 667.000 ha en 1990 a 820.000 ha en 2007.
El
monte nativo adquiere diferentes características dependiendo de los ambientes
en los que se desarrolla. En Uruguay los montes nativos se pueden clasificar
en:
Monte de galería o de ribera
Monte de parque
Monte de quebrada
Monte serrano
Palmares
Montes ribereño del río Queguay
MONTE DE GALERÍA O RIBEREÑO
Los
montes ribereños se desarrollan en los márgenes de los cursos de agua. Se
destacan los montes de Mandiyú en el río Cuareim, Rincón de Pérez en el río
Queguay, el río Uruguay y sus islas, río Negro, Tacuarí, Yaguarí, Yaguarón y
Tacuarembó, y en el río Cebollatí. Aquí predominan especies muy hidrófilas como
el sauce criollo, sarandí blanco, negro y colorado, mataojo, blanquillo. Más
alejado de la costa aparecen especies que tienen afinidad por suelos más secos
como el coronilla, el arrayán, el tala, el canelón, el guayabo colorado, el
chal-chal o la espina amarilla. En el curso medio del río Uruguay predominan
especies como el timbó, el lapacho, el ingá, la espina corona, el ibirapitá, el
arbusto ‘flor de cepillos’ o la caña tacuaruzú. Esta vegetación desapareció en
gran medida luego de la construcción de la represa hidroeléctrica de Salto
Grande.
Monte de Parque de algarrobos de la desembocadura
del río Queguay Chico , en el Rincón de
Pérez
MONTE DE PARQUE
Los
montes de parque se desarrollan entre el monte ribereño y la pradera. En el
litoral Oeste, de forma paralela al río Uruguay, por ejemplo, se encuentra el
‘algarrobal’ o monte espinoso del litoral, que presenta una vegetación de
árboles de copa abierta, muy distanciados entre sí, donde predomina el ñandubay,
algarrobo, espinillo, chañar, cina-cina, molle, espina corona, espina amarilla,
quebracho blanco, la palmerita caranday y cactáceas.
Monte de la Quebrada de los Cuervos
MONTES DE QUEBRADA
Los
montes de quebrada se encuentran en el valle del Lunarejo, Rivera; Gruta de los
Helechos y Valle Edén en Tacuarembó; y en la Quebrada de los Cuervos. Las
quebradas se forman por la erosión del agua en el paisaje, formando relieves
húmedos que albergan una flora muy rica en especies arbóreas entre las que se
destacan los laureles, el caa-obe-ti, el árbol del jabón, la aruera, el
camboatá, la pitanga, el guabiyú o la yerba mate, y arbustos como el plumerillo
rojo, claveles del aire y helechos.
Monte serrano zona de Aguas Blancas en las sierras del Abra de Zabaleta.
MONTES SERRANOS
Los
montes serranos se desarrollan principalmente en las serranías de Maldonado,
Lavalleja, Treinta y Tres, Cerro Largo, y en los mares de piedra como la
‘Sierra de Mahoma’ de San José. Aquí predomina el coronilla, el tala, el
tembetarí, el tarumán, el molle, la espina de la cruz, el canelón, el mataojo,
el arrayán, la envira, la chirca de monte y el romerillo.
PALMARES
En
cuanto a palmeras, nuestro país cuenta con cinco especies nativas: pindó,
yatay, butiá, yatay poñi y caranday. La palma pindó se encuentra asociada al
monte ribereño y de quebrada, en amplias zonas del país. La palma yatay se
agrupa en pequeños palmares al noroeste dando lugar a los llamados palmares de
Quebracho y Guichón. La palma butiá forma extensos palmares en la zona Este,
ocupando un área próxima a los 200.000hà. La palmerita enana llamada yatay poñi
ocupa un área muy restringida en el departamento de Rivera. Su área actual se
limita a las laderas y cumbres de los cerros chatos y cuchillas tabulares de
ciertas zonas de esta región. La palma caranday crece en el oeste, asociada al
algarrobal, en los departamentos de Paysandú, Río Negro y Soriano.
CONDICIONES QUE AFECTAN LA FLORA NATIVOS
Urbanización
y desarrollo turístico
El
desarrollo turístico en la costa platense y oceánica afecta de manera drástica
la flora (Alonso & Bassagoda, 1999).
Es
importante señalar que, previo a la urbanización en las áreas costeras, la
vegetación natural se vio profundamentealterada por la forestación para la
fijación de las dunas. La nivelación o el relleno, procedimientos que se
realizan parala construcción urbana, destruyen la vegetación y el suelo.
La
flora de las depresiones entre médanos (asociada a bañados ácidos) es afectada por
los residuos de cal y escombros que alcalinizan el suelo. Las aguas residuales
de lasviviendas, que arrastran detergentes y sustancias nitrogenadas, son otra
fuente de contaminación. Otra afectación se produce con el enjardinado. Se
cubre el tapiz naturalcon tierra y césped para lograr un jardín estilo
californiano, absolutamente artificial, y se pierde la identidad que da el micro-relieve
y la flora del lugar.
Esto se puede observar en Punta
Ballena, donde coexisten jardines perfectos, mantenidos con mucho trabajo y de
aspecto neutro, con terrenos que conservan su vegetación natural con una
riqueza de flores que varía a lo largo del año
Agricultura
El
cultivo de arroz se realiza generalmente en zonas bajas,planas y próximas a una
fuente de agua. La vegetación predominante en estos ambientes son los
pajonales. El cultivo de arroz se inició en Treinta y Tres, y luego se extendió
a Rocha y Cerro Largo. Pero actualmente ocupa áreas importantes en la cuenca
del río Cuareim, afecta los pajonales y, por consiguiente, su flora asociada.
Los pajonales del Cuareim son el
único
ambiente en el que vive Discolobium psoraleaefolium.
El
resto de la actividad agrícola, de gran expansión en los últimos años, ha
afectado áreas importantes de praderas naturales y bosque parque (este último
principalmente en el litoral oeste). El uso de herbicidas en la siembra directa
asociado a las prácticas agrícolas se ha generalizado; esto, a lo largo del
tiempo, agota el banco de semillas de especies nativas presentes en el suelo.
No se conoce el impacto que este auge de los últimos 10 años tendrá sobre la
flora nativa a largo plazo.
Forestación
El
principal impacto de la forestación sobre las plantas nativas es la sustitución
de la vegetación natural por el cultivo forestal. Además, en los suelos
arenosos de Rivera yTacuarembó, el arrastre de fertilizantes puede afectar a los
bañados ácidos de los bajos, donde numerosas especies se realiza un manejo adecuado,
respetando las áreas que no deberían plantarse –como los bajos, bosques
ribereños, roquedales y blanqueales– y se realiza un control efectivo de la
regeneración de las especies exóticas utilizadas en la
forestación,
se podrían mitigar los efectos negativos. Por otra parte, en los predios
forestales las áreas no plantadas permiten el desarrollo de la vegetación
herbácea porque la presión de pastoreo es mucho menor que en uncampo ganadero
tradicional. La forestación en sistemas silvo-pastoriles, con plantaciones en
curvas de nivel, separadas las líneas entre 3 a 6 metros, permite la
continuidad de la pradera hasta el pie de los árboles, lo que favorece su conservación.
Colecta
de plantas
Muchas
especies de plantas con valor ornamental y uso medicinal (como la “marcela”)
sufren una presión de colecta indiscriminada que afecta sus poblaciones.
También se ven afectadas especies buscadas por coleccionistas, como cactáceas,
orquídeas y claveles del aire.
Corte de árboles nativos para utilizar como leña.
Leñosas
invasoras
Varias
especies exóticas cultivadas, cuando se naturalizan y convierten en invasoras,
tienen un desarrollo agresivo que afecta bosques, campos y dunas costeras, y
produce profundas alteraciones a las comunidades de plantas nativas. Las especies
más perjudiciales son: Ligustrum lucidum, Ligustrum sinense, Gleditsia
triacanthos, Melia azedarach, Pyracantha coccinea, Lonicera japonica, Pinusspp ,Acacia
longifolia, Acacia melanoxylon, Ulex europaeus, Fraxinusspp.,Acer negundo,
Rubus ulmifolius y Morus alba.
También
afectan en menor medida o en menores áreas: Pittosporum undulatum, Ailanthus
altissima, Myoporum laetum y Spartium junceum.
La
capacidad de dispersión de las semillas de pinos, escapadas de las áreas plantadas, afecta
paisajes naturales e invade desde bajos húmedos hasta laderas altas.
Intervenciones
físicas
Las
intervenciones permanentes afectan completa y definitivamente la flora y
vegetación del área modificada.
Las represas tienen mayor impacto por su gran
superficie al cubrir bosques, humedales, costas y campos.
Las
rutas pueden tener varios efectos para las plantas: son corredores de migración
de semillas y frutos. A su vez, la limpieza o arreglo de cunetas y banquinas
genera ambientes abiertos, sin pastoreo, que son aprovechados por muchas
especies. Pero el corte repetido y excesivo del pasto produce la desaparición de
numerosas especies y favorece la invasión de Cynodon dactylon.
Por
otra parte, los puentes producen la fragmentación de los bosques y favorecen la
entrada de especies exóticas invasoras.
Las
industrias tienen su mayor impacto sobre los cursos de agua. Por mencionar un
ejemplo, el desarrollo de la zona franca de Nueva Palmira en los últimos 40
años cubre una amplia faja de arenales y costa hacia Punta Gorda.
La
minería con canteras a cielo abierto, como se practica en Uruguay, destruye el
tapiz, suelo y subsuelo del área propia de la mina y afecta fuertemente las
cercanías con depósitos (acopio de material residual) y el desarrollo de
caminería
Los incendios
Los incendios siempre han estado presentes en la naturaleza y han aumentado con la ayuda del hombre, y ahora el calentamiento global también los provocan .
El incendio de bosques, árboles en general, es más complejo. Pero puede ser reducido a dos aspectos básicos: el fuego de copa y el fuego de sotobosque.
La mayor parte de los incendios forestales se deben a descuidos humanos o son provocados. Son comparativamente pocos los incendios originados por los rayos. Las condiciones climatológicas influyen en la susceptibilidad que un área determinada presenta frente al fuego; factores como la temperatura, la humedad y la pluviosidad determinan la velocidad y el grado al que se seca el material inflamable y, por tanto, la combustibilidad del bosque. El viento tiende a acelerar la desecación y a aumentar la gravedad de los incendios avivando la combustión.
FUENTES
http://www.lamochila.com.uy
http://monteserranoo.blogspot.com/
http://fotos.infojardin.com
https://filtrointelectual.wordpress.com/
http://www.guayubira.org.uy/
http://www.viajeauruguay.com
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