Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

miércoles, 4 de junio de 2025

4 DE JUNIO DE 1879 NACÍA MABEL LUCIE ATTWELL

 El Encanto Inmortal de las

 Ilustraciones de Mabel Lucie

 Attwell

 



Mabel Lucie Attwell nació el 4 de junio de  1879 en Mile End, Londres, Inglaterra,

Fue una ilustradora británica conocida por los dibujos de niños nostálgicos, basados en su hija, Peggy.

Sus dibujos aparecieron en muchas postales, anuncios, carteles, libros y figuras

Sus padres fueron Augustus Attwell, un carnicero, y Emily Ann.

Crece en una familia numerosa con una estricta educación victoriana.

Además, se sabe que su padre tenía intereses en la homeopatía, lo que refleja un pensamiento progresista para la época.

Pero, en su infancia Mabel careció de calidez, lo que influiría en su arte posterior.

Estudió de forma privada, luego en Coopers' Company School, Regent Street Art School, Heatherley School of Fine Art y Saint Martin's School of Art, aunque dejó esta última para seguir su interés en temas imaginativos, rechazando el énfasis en naturalezas muertas y temas clásicos.

Alrededor de 1895, cuando Mabel Lucie Attwell tenía aproximadamente 16 años, comenzó a vender sus primeros dibujos, lo que le permitió financiar su educación artística.

Este hecho marcó un momento crucial en su vida, ya que con el dinero obtenido de la venta de sus ilustraciones pudo costear sus estudios en escuelas de arte, incluyendo la Regent Street Art School, Heatherley School of Fine Art y Saint Martin's School of Art.

Este apoyo económico propio fue fundamental para que pudiera desarrollar y perfeccionar su talento artístico desde una edad temprana, sentando las bases para su exitosa carrera como ilustradora especializada en imágenes tiernas y redondeadas de niños

Alrededor del año 1900, Mabel Lucie Attwell inició su carrera profesional como ilustradora, trabajando principalmente para revistas como Tatler y The Bystander.

Estas colaboraciones le permitieron establecerse en el mundo editorial y artístico, y fueron la base de una carrera que mantuvo durante toda su vida.

Paralelamente, comenzó a recibir encargos para ilustrar libros, destacándose sus trabajos para editoriales como W & R Chambers y la Raphael House Library of Gift Books.

Sus primeras ilustraciones mostraban influencias de artistas contemporáneos como Hilda Cowham y Jessie Willcox Smith, pero con el tiempo desarrolló un estilo propio, caracterizado por la ternura y la redondez de sus figuras infantiles.



Este periodo fue decisivo para que Attwell consolidara su reputación como una ilustradora especializada en imágenes infantiles, lo que la llevó a ilustrar clásicos.

Además, su trabajo en revistas y libros le abrió puertas para encargos publicitarios y la producción de postales, calendarios y otros productos ilustrados que popularizaron su estilo único.

 


En 1908, Mabel Lucie Attwell contrajo matrimonio con Harold Cecil Earnshaw, un pintor e ilustrador con quien compartía no solo la vida personal, sino también una pasión por el arte.

Este matrimonio representó una unión creativa y familiar que influiría en el desarrollo personal y profesional de Attwell.

Juntos tuvieron tres hijos: una hija llamada Marjorie, conocida cariñosamente como Peggy, y dos hijos varones.

La familia se convirtió en un pilar fundamental para Mabel, y su papel como madre también influyó en la ternura y sensibilidad que caracterizan sus ilustraciones infantiles.

Además, la colaboración artística dentro del hogar fue significativa.

 

El matrimonio con Earnshaw proporcionó un entorno de apoyo y estímulo creativo que ayudó a Mabel Lucie Attwell a consolidar su carrera y a mantener una producción artística constante y exitosa a lo largo de los años.

Durante la década de 1910, Mabel Lucie Attwell desarrolló y consolidó su estilo característico, que se distingue por dibujos tiernos, redondeados y entrañables de niños pequeños con mejillas sonrosadas y expresiones dulces.

Este estilo se popularizó rápidamente y comenzó a aplicarse en una amplia variedad de productos, incluyendo tarjetas de felicitación, calendarios, equipamiento infantil, cerámica y muñecos, convirtiéndose en un elemento omnipresente en la cultura visual infantil británica.

En este periodo, Attwell ilustró varias obras clásicas de la literatura infantil que contribuyeron a su fama. Entre ellas destacan:

En 1910 - Mother Goose, una colección de rimas infantiles tradicionales.



En el año 1911 Alice in Wonderland, donde sus ilustraciones aportaron una visión inocente y luminosa del clásico de Lewis Carroll, con una Alicia pelirroja y actualizada a la moda eduardiana, y animales con expresiones muy tiernas que transmiten afecto y fantasía.

En 1914 Hans Andersen's Fairy Tales, donde continuó plasmando su estilo dulce y sentimental.

A partir de 1914, su estilo se consolidó aún más, y comenzó a producir carteles para London Transport, especialmente para promocionar eventos culturales como las pantomimas navideñas. Estos carteles difundieron su imagen y estilo a un público más amplio, integrando su arte en la vida cotidiana de Londres y reforzando su popularidad.

En el año 1915 The Water Babies, dedicado a sus tres hijos y a todos los niños, con ilustraciones que reflejan la importancia del afecto y la infancia feliz.

Peter Pan

En 1921, Mabel Lucie Attwell ilustró una edición de Peter Pan and Wendy de J.M. Barrie, adaptada para niños por May Byron.

Esta edición, publicada por Hodder and Stoughton, se destacó por las delicadas y tiernas ilustraciones de Attwell, que aportaron una nueva dimensión visual al clásico cuento del niño que no quería crecer.

La obra incluye doce láminas a color y numerosas ilustraciones lineales que acompañan el texto, presentando escenas emblemáticas como la familia Darling, Peter Pan, Wendy, Tinker Bell, los Niños Perdidos y el Capitán Garfio, todas representadas con el estilo dulce y redondeado característico de Attwell.

J.M. Barrie insistió en que la editorial contratara a Attwell para esta edición, reconociendo la calidad y el encanto de su trabajo.

 La edición fue concebida como un libro de regalo en tapa dura, con un diseño atractivo que ha hecho que esta versión sea apreciada tanto por niños como por adultos a lo largo de las generaciones.

El texto está dividido en capítulos que narran desde la vida en el número 14 de la calle donde vive la familia Darling, hasta las aventuras en el País de Nunca Jamás y el regreso a casa.

La interpretación visual de Attwell es considerada una de sus obras más duraderas y queridas, consolidando su reputación como una de las principales ilustradoras infantiles del siglo XX.

Su estilo aporta una suavidad y calidez que complementan perfectamente la magia y la fantasía de la historia de Peter Pan.

En 1922, Mabel Lucie Attwell publicó el primer Lucie Attwell Annual, una publicación anual dedicada exclusivamente a sus propias ilustraciones, historias y versos, que se lanzó especialmente para el mercado navideño.

Este proyecto fue sugerido para aprovechar la popularidad de su trabajo y se convirtió en una tradición que se mantuvo durante más de cinco décadas, con ediciones casi anuales hasta 1974.

El Annual contenía una mezcla de dibujos encantadores de niños y duendecillos, junto con relatos y poemas, consolidando su posición como una figura destacada en la ilustración infantil.

Ese mismo año, Attwell desarrolló una relación cercana con la Reina María de Rumania, quien admiraba su arte.

La reina la invitó a pasar varias semanas en el palacio real de Bucarest, un honor que reflejaba el reconocimiento internacional de Attwell.

 Durante esta estancia, Mabel Lucie Attwell ilustró dos relatos largos para la reina, lo que fortaleció su vínculo con la realeza y amplió su prestigio más allá del Reino Unido.

Este periodo marcó un punto de inflexión en la carrera de Attwell, ya que, además de su éxito comercial con el Annual, su arte comenzó a ser valorado en círculos aristocráticos y reales, lo que contribuyó a la difusión y consolidación de su estilo único y entrañable en un ámbito más amplio.

La combinación de su producción editorial y sus conexiones internacionales subrayaron la importancia de su obra en la cultura visual infantil del siglo XX.

 












En 1926, Mabel Lucie Attwell comenzó a diseñar vajilla infantil para Shelley Potteries, una destacada manufactura inglesa de cerámica.

Su colaboración dio lugar a la creación de la serie "Boo Boos", que incluía figuras encantadoras de niños, animales y pequeños duendecillos verdes, conocidos como "Boo Boos".

Estas figuras se convirtieron en un icono de la cerámica infantil, reflejando el estilo tierno y redondeado característico de Attwell.

 Dentro de esta serie, Attwell diseñó un juego de té para niños, cuyo elemento más distintivo era una tetera con forma de casa seta, acompañada por figuras de los Boo Boos, que aportaban un aire lúdico y mágico al conjunto.

Este diseño combinaba funcionalidad con un atractivo estético muy apreciado por los niños y sus familias, integrando la ilustración infantil en objetos cotidianos.

 La colaboración con Shelley Potteries fue muy exitosa y duradera, y las piezas de la serie "Boo Boos" se convirtieron en objetos de colección muy valorados, reconocidos por su calidad y por la ternura de las figuras diseñadas por Attwell.

Estas creaciones no solo ampliaron el alcance de su arte más allá de los libros y postales, sino que también influyeron en el diseño de productos infantiles durante varias décadas.

Durante la década de 1930, Mabel Lucie Attwell continuó su fructífera colaboración con Shelley Potteries, diseñando una amplia gama de vajilla infantil decorada con sus icónicas figuras de niños y duendecillos, especialmente la serie "Boo Boos".

Estas piezas, que incluían platos, tazas y otros utensilios para niños, se caracterizaban por su ternura y atractivo visual, consolidando el éxito comercial y artístico de Attwell en el ámbito de la cerámica infantil.

 Además, en esta época Attwell creó la mascota "Mischief" para Wright's Biscuits, una figura infantil que se convirtió en símbolo de la marca. Este personaje no solo apareció en productos y publicidad, sino que también fue el centro de un club infantil asociado, diseñado para fomentar la fidelidad de los clientes jóvenes y sus familias.

El club ofrecía actividades y promociones que vinculaban a los niños con la marca a través de la figura simpática y entrañable de "Mischief", reflejando la habilidad de Attwell para conectar con el público infantil mediante sus ilustraciones y personajes.

Así, durante los años 30, Attwell no solo amplió su presencia en la cerámica con Shelley Potteries, sino que también incursionó en el marketing infantil con Wright's Biscuits, demostrando la versatilidad y popularidad de su estilo en diferentes medios y productos dirigidos a niños.

Su hijo Brian falleció prematuramente en 1935,lo que fue un golpe muy duro para la familia.

En 1937 falleció Harold Cecil Earnshaw, esposo de Mabel Lucie Attwell, lo que representó una pérdida personal significativa para ella tras casi tres décadas de matrimonio.

A partir de ese año, Attwell continuó su trabajo con Shelley Potteries, pero comenzó a introducir nuevas figuras infantiles y duendecillos en diversas poses para la cerámica, ampliando y renovando así la popular serie "Boo Boos" que ya había diseñado años antes.

 

Estas nuevas figuras mostraban una variedad mayor de expresiones y actividades, enriqueciendo la gama de productos y manteniendo el atractivo de sus diseños para el público infantil y coleccionistas.

La producción de figuritas de coleccionista para Shelley Potteries se intensificó en este período, y estas piezas siguieron siendo populares hasta los años 60.

Este momento marcó una etapa de continuidad creativa para Attwell, a pesar de su pérdida personal, en la que siguió expandiendo su influencia en el diseño infantil, especialmente en la cerámica, manteniendo vigente su estilo tierno y reconocible que la había hecho famosa.

En el año 1943 publica la tira cómica Wot A Life en la revista Playbox.

En la década de 1950, su hija Peggy comenzó a trabajar con Mabel en el diseño de postales, continuando el legado familiar en el mundo de la ilustración.

Entre 1960 y 1962, Mabel Lucie Attwell publicó varios libros infantiles que destacaron por su formato innovador y su estilo ilustrativo característico. Entre estas obras se encuentran:

En el año 1958 Nursery Rhymes Pop-up Book. Aunque publicado un poco antes, este libro con solapas desplegables y elementos tridimensionales mostró la habilidad de Attwell para combinar ilustración con formatos interactivos que atraían a los niños.

En el año 1960 Lucie Attwell's ABC Pop-Up Book.

 Un libro alfabético con ilustraciones pop-up que permitían a los niños aprender las letras del alfabeto de manera visual y divertida, integrando el arte de Attwell con la educación temprana.

En 1962 Book of Rhymes. Otro compendio de rimas infantiles ilustrado, que continuó la tradición de Attwell de presentar textos clásicos y populares con imágenes entrañables.

Estos libros reflejan la capacidad de Attwell para adaptarse a las nuevas tendencias editoriales, incorporando elementos pop-up y formatos interactivos que enriquecían la experiencia lectora infantil, manteniendo siempre su estilo dulce y nostálgico que había conquistado a varias generaciones.

Meses antes de su fallecimiento, ella misma escribió reflexionando sobre su vida, describiéndola como "buena y triste" y destacando la felicidad que, según las cartas recibidas, había proporcionado a muchas personas durante las dos guerras mundiales.

Mabel Lucie Attwell falleció el 5 de noviembre de 1964 en su casa de Fowey, Cornwall, a los 85 años.

 

HOMENAJE

 

Tras su muerte, su hija Marjorie (también conocida como Peggy) continuó con el negocio artístico y editorial de su madre, incluyendo la publicación del Lucie Attwell Annual, que se mantuvo vigente hasta 1974.

Durante este tiempo, Marjorie reutilizó ampliamente las imágenes y diseños originales de Mabel Lucie Attwell, preservando y difundiendo el legado visual y artístico de su madre para nuevas generaciones.

Así, la obra de Attwell siguió teniendo presencia en el mercado y en la cultura infantil durante una década más después de su fallecimiento.

Su hija Marjorie continuó difundiendo su obra, manteniendo vivo el Lucie Attwell Annual y reutilizando ampliamente sus imágenes, lo que ha contribuido a que su arte siga siendo reconocido y valorado hasta hoy.

 

LEGADO

Mabel Lucie Attwell dejó un legado artístico que trasciende generaciones, caracterizado por un estilo visual entrañable y una profunda comprensión de la infancia y la maternidad, que sigue inspirando y encantando a públicos de todas las edades.

El legado de Mabel Lucie Attwell radica en su capacidad única para capturar la inocencia, ternura y fantasía de la infancia a través de sus ilustraciones, que se convirtieron en iconos culturales del siglo XX. Fue una de las ilustradoras infantiles más populares y queridas del Reino Unido, reconocida por sus dibujos entrañables de niños, duendecillos, hadas y animales, que adornaron libros clásicos como Alice in Wonderland, Peter Pan, Hans Christian Andersen's Fairy Tales y The Water Babies, así como tarjetas, postales, cerámica, muñecos y publicidad.

 

Su estilo distintivo, caracterizado por figuras redondeadas, mejillas sonrosadas y expresiones dulces, logró conectar tanto con niños como con adultos, transmitiendo humor suave y mensajes que resonaban en la vida cotidiana. Attwell supo reflejar la infancia no solo como un momento de inocencia, sino también como una fuente de alegría y consuelo en tiempos difíciles, como durante las guerras mundiales, lo que le valió un lugar especial en el corazón del público.

 

Además de su éxito comercial, su obra fue apreciada por figuras de la realeza, como la Reina María de Rumania y la Princesa Margarita de Inglaterra, y su influencia se extendió a través de múltiples formatos, desde libros hasta productos de consumo infantil como la vajilla "Boo Boos" para Shelley Potteries.

 Actualmente, su legado perdura no solo en colecciones y publicaciones, sino también en la continua admiración por su capacidad para evocar la magia y la ternura de la infancia, convirtiéndose en un referente imprescindible de la ilustración infantil británica.

 FUENTES

https://estudioscarrolianos.blogspot.com/2020/07/mabel-lucie-attwell-1879-1964.html

https://en.wikipedia.org/wiki/Mabel_Lucie_Attwell

https://chrisbeetles.com/artist/5/mabel-lucie-attwell

https://www.lambiek.net/artists/a/attwell_mabel_lucie.htm

https://collections.vam.ac.uk/context/organisation/A10956/shelley-potteries

https://www.abebooks.com/book-search/title/peter-pan-and-wendy/author/j-m-barrie-mabel-lucie-attwell/firs

 


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