El Encanto Inmortal de las
Ilustraciones de Mabel Lucie
Attwell
Mabel Lucie Attwell nació el 4
de junio de 1879 en Mile End, Londres,
Inglaterra,
Fue una ilustradora británica
conocida por los dibujos de niños nostálgicos, basados en su hija, Peggy.
Sus dibujos aparecieron en
muchas postales, anuncios, carteles, libros y figuras
Sus padres fueron Augustus
Attwell, un carnicero, y Emily Ann.
Crece en una familia numerosa
con una estricta educación victoriana.
Además, se sabe que su padre
tenía intereses en la homeopatía, lo que refleja un pensamiento progresista
para la época.
Pero, en su infancia Mabel
careció de calidez, lo que influiría en su arte posterior.
Estudió de forma privada,
luego en Coopers' Company School, Regent Street Art School, Heatherley School
of Fine Art y Saint Martin's School of Art, aunque dejó esta última para seguir
su interés en temas imaginativos, rechazando el énfasis en naturalezas muertas
y temas clásicos.
Alrededor de 1895, cuando
Mabel Lucie Attwell tenía aproximadamente 16 años, comenzó a vender sus
primeros dibujos, lo que le permitió financiar su educación artística.
Este hecho marcó un momento
crucial en su vida, ya que con el dinero obtenido de la venta de sus
ilustraciones pudo costear sus estudios en escuelas de arte, incluyendo la
Regent Street Art School, Heatherley School of Fine Art y Saint Martin's School
of Art.
Este apoyo económico propio
fue fundamental para que pudiera desarrollar y perfeccionar su talento
artístico desde una edad temprana, sentando las bases para su exitosa carrera
como ilustradora especializada en imágenes tiernas y redondeadas de niños
Alrededor del año 1900, Mabel
Lucie Attwell inició su carrera profesional como ilustradora, trabajando
principalmente para revistas como Tatler y The Bystander.
Estas colaboraciones le
permitieron establecerse en el mundo editorial y artístico, y fueron la base de
una carrera que mantuvo durante toda su vida.
Paralelamente, comenzó a
recibir encargos para ilustrar libros, destacándose sus trabajos para
editoriales como W & R Chambers y la Raphael House Library of Gift Books.
Sus primeras ilustraciones
mostraban influencias de artistas contemporáneos como Hilda Cowham y Jessie
Willcox Smith, pero con el tiempo desarrolló un estilo propio, caracterizado
por la ternura y la redondez de sus figuras infantiles.
Este periodo fue decisivo para
que Attwell consolidara su reputación como una ilustradora especializada en
imágenes infantiles, lo que la llevó a ilustrar clásicos.
Además, su trabajo en revistas
y libros le abrió puertas para encargos publicitarios y la producción de
postales, calendarios y otros productos ilustrados que popularizaron su estilo
único.
En 1908, Mabel Lucie Attwell
contrajo matrimonio con Harold Cecil Earnshaw, un pintor e ilustrador con quien
compartía no solo la vida personal, sino también una pasión por el arte.
Este matrimonio representó una
unión creativa y familiar que influiría en el desarrollo personal y profesional
de Attwell.
Juntos tuvieron tres hijos:
una hija llamada Marjorie, conocida cariñosamente como Peggy, y dos hijos
varones.
La familia se convirtió en un
pilar fundamental para Mabel, y su papel como madre también influyó en la
ternura y sensibilidad que caracterizan sus ilustraciones infantiles.
Además, la colaboración
artística dentro del hogar fue significativa.
El matrimonio con Earnshaw
proporcionó un entorno de apoyo y estímulo creativo que ayudó a Mabel Lucie
Attwell a consolidar su carrera y a mantener una producción artística constante
y exitosa a lo largo de los años.
Durante la década de 1910,
Mabel Lucie Attwell desarrolló y consolidó su estilo característico, que se
distingue por dibujos tiernos, redondeados y entrañables de niños pequeños con
mejillas sonrosadas y expresiones dulces.
Este estilo se popularizó
rápidamente y comenzó a aplicarse en una amplia variedad de productos,
incluyendo tarjetas de felicitación, calendarios, equipamiento infantil,
cerámica y muñecos, convirtiéndose en un elemento omnipresente en la cultura
visual infantil británica.
En este periodo, Attwell
ilustró varias obras clásicas de la literatura infantil que contribuyeron a su
fama. Entre ellas destacan:
En 1910 - Mother Goose, una
colección de rimas infantiles tradicionales.
En el año 1911 Alice in
Wonderland, donde sus ilustraciones aportaron una visión inocente y luminosa
del clásico de Lewis Carroll, con una Alicia pelirroja y actualizada a la moda
eduardiana, y animales con expresiones muy tiernas que transmiten afecto y
fantasía.
En 1914 Hans Andersen's Fairy
Tales, donde continuó plasmando su estilo dulce y sentimental.
A partir de 1914, su estilo se
consolidó aún más, y comenzó a producir carteles para London Transport,
especialmente para promocionar eventos culturales como las pantomimas
navideñas. Estos carteles difundieron su imagen y estilo a un público más
amplio, integrando su arte en la vida cotidiana de Londres y reforzando su
popularidad.
En el año 1915 The Water
Babies, dedicado a sus tres hijos y a todos los niños, con ilustraciones que
reflejan la importancia del afecto y la infancia feliz.
Peter Pan
En 1921, Mabel Lucie Attwell
ilustró una edición de Peter Pan and Wendy de J.M. Barrie, adaptada para niños
por May Byron.
Esta edición, publicada por
Hodder and Stoughton, se destacó por las delicadas y tiernas ilustraciones de
Attwell, que aportaron una nueva dimensión visual al clásico cuento del niño
que no quería crecer.
La obra incluye doce láminas a
color y numerosas ilustraciones lineales que acompañan el texto, presentando
escenas emblemáticas como la familia Darling, Peter Pan, Wendy, Tinker Bell,
los Niños Perdidos y el Capitán Garfio, todas representadas con el estilo dulce
y redondeado característico de Attwell.
J.M. Barrie insistió en que la
editorial contratara a Attwell para esta edición, reconociendo la calidad y el
encanto de su trabajo.
La edición fue concebida como un libro de
regalo en tapa dura, con un diseño atractivo que ha hecho que esta versión sea
apreciada tanto por niños como por adultos a lo largo de las generaciones.
El texto está dividido en
capítulos que narran desde la vida en el número 14 de la calle donde vive la
familia Darling, hasta las aventuras en el País de Nunca Jamás y el regreso a
casa.
La interpretación visual de
Attwell es considerada una de sus obras más duraderas y queridas, consolidando
su reputación como una de las principales ilustradoras infantiles del siglo XX.
Su estilo aporta una suavidad
y calidez que complementan perfectamente la magia y la fantasía de la historia
de Peter Pan.
En 1922, Mabel Lucie Attwell
publicó el primer Lucie Attwell Annual, una publicación anual dedicada
exclusivamente a sus propias ilustraciones, historias y versos, que se lanzó
especialmente para el mercado navideño.
Este proyecto fue sugerido
para aprovechar la popularidad de su trabajo y se convirtió en una tradición
que se mantuvo durante más de cinco décadas, con ediciones casi anuales hasta
1974.
El Annual contenía una mezcla
de dibujos encantadores de niños y duendecillos, junto con relatos y poemas,
consolidando su posición como una figura destacada en la ilustración infantil.
Ese mismo año, Attwell
desarrolló una relación cercana con la Reina María de Rumania, quien admiraba
su arte.
La reina la invitó a pasar
varias semanas en el palacio real de Bucarest, un honor que reflejaba el
reconocimiento internacional de Attwell.
Durante esta estancia, Mabel Lucie Attwell
ilustró dos relatos largos para la reina, lo que fortaleció su vínculo con la
realeza y amplió su prestigio más allá del Reino Unido.
Este periodo marcó un punto de
inflexión en la carrera de Attwell, ya que, además de su éxito comercial con el
Annual, su arte comenzó a ser valorado en círculos aristocráticos y reales, lo
que contribuyó a la difusión y consolidación de su estilo único y entrañable en
un ámbito más amplio.
La combinación de su
producción editorial y sus conexiones internacionales subrayaron la importancia
de su obra en la cultura visual infantil del siglo XX.
En 1926, Mabel Lucie Attwell
comenzó a diseñar vajilla infantil para Shelley Potteries, una destacada
manufactura inglesa de cerámica.
Su colaboración dio lugar a la
creación de la serie "Boo Boos", que incluía figuras encantadoras de
niños, animales y pequeños duendecillos verdes, conocidos como "Boo
Boos".
Estas figuras se convirtieron
en un icono de la cerámica infantil, reflejando el estilo tierno y redondeado
característico de Attwell.
Este diseño combinaba
funcionalidad con un atractivo estético muy apreciado por los niños y sus
familias, integrando la ilustración infantil en objetos cotidianos.
Estas creaciones no solo
ampliaron el alcance de su arte más allá de los libros y postales, sino que
también influyeron en el diseño de productos infantiles durante varias décadas.
Durante la década de 1930,
Mabel Lucie Attwell continuó su fructífera colaboración con Shelley Potteries,
diseñando una amplia gama de vajilla infantil decorada con sus icónicas figuras
de niños y duendecillos, especialmente la serie "Boo Boos".
Estas piezas, que incluían
platos, tazas y otros utensilios para niños, se caracterizaban por su ternura y
atractivo visual, consolidando el éxito comercial y artístico de Attwell en el
ámbito de la cerámica infantil.
El club ofrecía actividades y
promociones que vinculaban a los niños con la marca a través de la figura
simpática y entrañable de "Mischief", reflejando la habilidad de
Attwell para conectar con el público infantil mediante sus ilustraciones y
personajes.
Así, durante los años 30,
Attwell no solo amplió su presencia en la cerámica con Shelley Potteries, sino
que también incursionó en el marketing infantil con Wright's Biscuits,
demostrando la versatilidad y popularidad de su estilo en diferentes medios y
productos dirigidos a niños.
Su hijo Brian falleció
prematuramente en 1935,lo que fue un golpe muy duro para la familia.
En 1937 falleció Harold Cecil
Earnshaw, esposo de Mabel Lucie Attwell, lo que representó una pérdida personal
significativa para ella tras casi tres décadas de matrimonio.
A partir de ese año, Attwell
continuó su trabajo con Shelley Potteries, pero comenzó a introducir nuevas
figuras infantiles y duendecillos en diversas poses para la cerámica, ampliando
y renovando así la popular serie "Boo Boos" que ya había diseñado
años antes.
Estas nuevas figuras mostraban
una variedad mayor de expresiones y actividades, enriqueciendo la gama de
productos y manteniendo el atractivo de sus diseños para el público infantil y
coleccionistas.
La producción de figuritas de
coleccionista para Shelley Potteries se intensificó en este período, y estas
piezas siguieron siendo populares hasta los años 60.
Este momento marcó una etapa
de continuidad creativa para Attwell, a pesar de su pérdida personal, en la que
siguió expandiendo su influencia en el diseño infantil, especialmente en la
cerámica, manteniendo vigente su estilo tierno y reconocible que la había hecho
famosa.
En el año 1943 publica la tira
cómica Wot A Life en la revista Playbox.
En la década de 1950, su hija
Peggy comenzó a trabajar con Mabel en el diseño de postales, continuando el
legado familiar en el mundo de la ilustración.
Entre 1960 y 1962, Mabel Lucie
Attwell publicó varios libros infantiles que destacaron por su formato
innovador y su estilo ilustrativo característico. Entre estas obras se
encuentran:
En el año 1958 Nursery Rhymes
Pop-up Book. Aunque publicado un poco antes, este libro con solapas desplegables
y elementos tridimensionales mostró la habilidad de Attwell para combinar
ilustración con formatos interactivos que atraían a los niños.
En el año 1960 Lucie Attwell's
ABC Pop-Up Book.
Un libro alfabético con ilustraciones pop-up
que permitían a los niños aprender las letras del alfabeto de manera visual y
divertida, integrando el arte de Attwell con la educación temprana.
En 1962 Book of Rhymes. Otro
compendio de rimas infantiles ilustrado, que continuó la tradición de Attwell
de presentar textos clásicos y populares con imágenes entrañables.
Estos libros reflejan la
capacidad de Attwell para adaptarse a las nuevas tendencias editoriales,
incorporando elementos pop-up y formatos interactivos que enriquecían la
experiencia lectora infantil, manteniendo siempre su estilo dulce y nostálgico
que había conquistado a varias generaciones.
Meses antes de su
fallecimiento, ella misma escribió reflexionando sobre su vida, describiéndola
como "buena y triste" y destacando la felicidad que, según las cartas
recibidas, había proporcionado a muchas personas durante las dos guerras mundiales.
Mabel Lucie Attwell falleció
el 5 de noviembre de 1964 en su casa de Fowey, Cornwall, a los 85 años.
HOMENAJE
Tras su muerte, su hija
Marjorie (también conocida como Peggy) continuó con el negocio artístico y
editorial de su madre, incluyendo la publicación del Lucie Attwell Annual, que
se mantuvo vigente hasta 1974.
Durante este tiempo, Marjorie
reutilizó ampliamente las imágenes y diseños originales de Mabel Lucie Attwell,
preservando y difundiendo el legado visual y artístico de su madre para nuevas
generaciones.
Así, la obra de Attwell siguió
teniendo presencia en el mercado y en la cultura infantil durante una década
más después de su fallecimiento.
Su hija Marjorie continuó
difundiendo su obra, manteniendo vivo el Lucie Attwell Annual y reutilizando
ampliamente sus imágenes, lo que ha contribuido a que su arte siga siendo
reconocido y valorado hasta hoy.
LEGADO
Mabel Lucie Attwell dejó un
legado artístico que trasciende generaciones, caracterizado por un estilo
visual entrañable y una profunda comprensión de la infancia y la maternidad,
que sigue inspirando y encantando a públicos de todas las edades.
El legado de Mabel Lucie
Attwell radica en su capacidad única para capturar la inocencia, ternura y
fantasía de la infancia a través de sus ilustraciones, que se convirtieron en
iconos culturales del siglo XX. Fue una de las ilustradoras infantiles más populares
y queridas del Reino Unido, reconocida por sus dibujos entrañables de niños,
duendecillos, hadas y animales, que adornaron libros clásicos como Alice in
Wonderland, Peter Pan, Hans Christian Andersen's Fairy Tales y The Water
Babies, así como tarjetas, postales, cerámica, muñecos y publicidad.
Su estilo distintivo,
caracterizado por figuras redondeadas, mejillas sonrosadas y expresiones
dulces, logró conectar tanto con niños como con adultos, transmitiendo humor
suave y mensajes que resonaban en la vida cotidiana. Attwell supo reflejar la
infancia no solo como un momento de inocencia, sino también como una fuente de
alegría y consuelo en tiempos difíciles, como durante las guerras mundiales, lo
que le valió un lugar especial en el corazón del público.
Además de su éxito comercial,
su obra fue apreciada por figuras de la realeza, como la Reina María de Rumania
y la Princesa Margarita de Inglaterra, y su influencia se extendió a través de
múltiples formatos, desde libros hasta productos de consumo infantil como la
vajilla "Boo Boos" para Shelley Potteries.
https://estudioscarrolianos.blogspot.com/2020/07/mabel-lucie-attwell-1879-1964.html
https://en.wikipedia.org/wiki/Mabel_Lucie_Attwell
https://chrisbeetles.com/artist/5/mabel-lucie-attwell
https://www.lambiek.net/artists/a/attwell_mabel_lucie.htm
https://collections.vam.ac.uk/context/organisation/A10956/shelley-potteries
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