Fue un pintor, abogado, político, escritor y periodista uruguayo.
Su padre, Juan Figari de Lazaro, de Santa Margherita Ligure, emigraba a Buenos Aires, pero su barco naufragó frente a las costas uruguayas y él nadó hasta llegar a la costa de Montevideo.

Pedro Figari y María de Castro Caravia 1886
Obtuvo el título de Abogado en el año 1886, a la edad de 25 años, en la Facultad de Derecho de Montevideo. Ese mismo año, contrajo matrimonio con María de Castro Caravia.
Se destaca su campaña para la abolición de la pena de muerte, y como Defensor de Oficio, su defensa del Alférez Almeida, erróneamente acusado de asesinato, actuación que le crea complicaciones financieras y de prestigio, por más que triunfa en las distintas etapas del juicio.
En el año 1900 el Dr. Pedro Figari organiza un concurso de afiches.
Concurso de afiches. Menciones. Vemos a los señores Morelli y Travieso que lograron primera y segunda mención, respectivamente.
Entre 1903 y 1909 ocupó la Presidencia del Ateneo de Montevideo, entidad privada integrada por destacadas personalidades intelectuales de la ciudad.
Concibió una manera totalmente diferente de formar a los alumnos que pasaban por la Escuela. Pretendió formar obreros-artistas que fueran capaces de intervenir con creatividad durante todo el proceso de producción y no simplemente operarios que supieran utilizar herramientas o maquinaria.
Cambió el régimen de internado vigente por un régimen abierto, creó nuevos talleres como cerámica, vitral, talla en madera, etc. donde podían participar además, mujeres. Remodeló el edificio optimizando el uso de espacios y luz natural.
Su actuación como director de la Escuela de Artes y Oficios, luego Escuela Industrial, es formidable, pero por la misma importancia que él consigue darle pasa a tener trascendencia política, por lo se genera una gran discusión.
Debido a la resistencia que encuentran sus reformas, en 1917 desilusionado abandona las funciones en la escuela y se dedica exclusivamente a la pintura.
De abogado ilustre, penalista de notoriedad, diplomático y figura presidencial del Poder Legislativo, Figari con 60 años de edad pasó a ser un artista provocador.
Ese año se radica en Buenos Aires, como asesor letrado de la Legación de la República Oriental del Uruguay en la Argentina, y en ese mismo año expone en la Galería Müller de Buenos Aires.
Cuando Figari se instala en Buenos Aires –en el mismo año pinta la obra Candombe. Esta ciudad estaba sufriendo fuertes transformaciones sociales y culturales debido al aluvión inmigratorio que recibe.
Martín Fierro fue una revista literaria argentina que se publicó entre febrero de 1924 y1927.
Entre los artistas que la revista esgrimió como referentes de la vanguardia local, apareció notoriamente el pintor uruguayo Pedro Figari.
Además, en concordancia con los postulados de Martín Fierro, el artista era reconocido por su capacidad de armonizar el espíritu vanguardista y el nativista, por lo que se aprecian sus temáticas locales y su independencia estética.
En el año 1925 hace un envío a París, y esta vez el resultado comercial es bueno, así que viaja, y se radica allí por nueve años. En Paris trabaja incansablemente hasta su regreso a Montevideo en 1934.
Esos años en Europa son muy importante en su formación artística ya que entra en contacto con los grandes artistas y grandes obras.
En París pinta en un taller que instaló en la Place Du Pantheon; hasta que en febrero de 1928, pasó a ocupar el cargo de Embajador uruguayo en Londres, que ejerció por algún tiempo.
El día de los Difuntos y el del Patrimonio son las únicas dos jornadas en las que se retira el candado de la puerta del Panteón Nacional y los visitantes pueden caminar entre las urnas de: Pedro Figari que conserva una placa recordatoria también están las de Delmira Agustini, Florencio Sánchez, el cacique Vaimaca Perú, José Rondeau, el ex presidente Juan Idiarte Borda o Eugenio Garzón, etc.
Pedro Figari recibió las primeras nociones sobre las técnicas de pintura del pintor italiano Godofredo Sommavilla, amigo de sus padres y también de origen italiano, al término de sus estudios de Derecho.
Figari creó su propio estilo de dibujo, tal los armonistas de su época, aquellos impresionistas ya citados que fijaban resoluciones sorpresivas, solo atentos a sus ocurrencias. No tenía este dibujo, resabio alguno de la noción académica del acabado perfecto.
Durante años pinta acuarelas y óleos académicos, del natural, en base a fotos, copiando láminas para sus hijos.
Este respeto parece indicar una evolución desde su juventud atea y anticlerical, al pintar luego crucifijos, altares o ceremonias religiosas.
Evoca: juventud, costumbres, historia, pero con una intemporalidad que acerca los hechos, los hace parecer cotidianos, como en sus campos sus horizontes tampoco parecen lejanos, aparecen en el mismo plano que los protagonistas, como la luz que casi siempre se ve a través de puertas y ventanas en un telón que deja de ser de fondo. Quizá por eso se le catalogado a su pintura como intimista.
Y los personajes casi nunca arrojan sombras, por lo que se ha dicho que no son seres sino espíritus, a menos que la sombra sea un protagonista en sí misma, debido a una luz especial de lámpara, farol o vela que le dé origen.
Las ilustraciones de sus escritos podrían considerarse imaginación pura,pero seguramente evocarán algún recuerdo, de hechos o personajes.
Sin duda fue autodidacta en alguna medida, pero ciertamente no “empezó a pintar a los 60 años”.
Parte de su formación fueron también las frecuentes tertulias: en su propia casa, en casa de Blanes Viale, en lo de Moretti-Catelli, con Milo Beretta, cuya colección europea incluía una “Diligencia” de van Gogh. Por casa de Figari en Montevideo, en Buenos Aires y en París pasaron pintores, escultores, músicos, filósofos y escritores uruguayos y extrajeros, y varios argentinos que fueron sus fieles y calificados mecenas a lo largo de toda su carrera.
Los seis hijos que lo sobrevivieron heredaron unas 2.400 obras. Si se tiene en cuenta que en vida, durante unos 20 años vendió y la regaló a parientes y amistades, parece prudente estimar el total en 4.000 óleos.
En los últimos de su vida deja de pintar aunque sigue organizando exposiciones, como una en Buenos Aires pocas horas antes de su muerte en Montevideo ocurrida el 24 de julio de 1938.
Escribió cuentos y artículos, a veces bajo seudónimo. En muchos de ellos aparece el mundo rural, la problemática de la violencia y el lugar de la mujer desprotegida.
Tras la muerte de su hijo Juan Carlos (su gran compañero en la Escuela de Artes y Oficios y en la pintura) escribió "El Arquitecto, Ensayo poético con acotaciones gráficas", dedicándoselo.
Además difundió la necesidad de desarrollar una industria nacional fundada en un arte propio, basado en las raíces nacionales, tendientes a fortalecer la identidad desde lo regional.
Desde joven se interesó por la filosofía, apoyando su pensamiento en la ciencia y la lógica para lograr progreso y desarrollo.
Escribió el tratado "Arte, Estética, Ideal" en el año 1912. Este libro no fue muy reconocido en nuestro país, pero sí en círculos intelectuales de Argentina y Francia.
Grandes personalidades literarias de la época realizaron un homenaje a Pedro Figari.
"Don Pedro Figari murió el mismo día que Carlos Reyles. Ambos fueron mis grandes, mis amigos ilustres. Los quise y los admiro, con orgullo de amistades tan encumbradas."
“Alto, barbado y noble”... Don Pedro Figari pasea ahora por entre los laureles de “El Bosque Perfecto”, “bichando” los campos de su tierra y el resplandor que envuelve su nombre.
Barbado amigo que en la gloria pura,
Donde los bosques son laurel y mirto,
y han de cebarte tu criollo amargo,
arcángeles retintos:
(¡Oh, qué sonrisa!)
Barbado amigo que te fuiste un día,
ya bien seguro de quedarte siempre,
entre los hombres que te dieron himnos,
finos puñales y terribles mieles;
(¡Oh, qué sonrisa!)
Aquí tenemos tu pasión y sueños
en los colores y la intensa vida,
que trasplantaste de tus propias venas,
al mundo inmóvil que por ti respira.
La muchedumbre que creaste anda,
Entre nosostros, con el mismo fuego,
Con que latiera por tu pulso joven
y tras el pecho de encrespados duelos.
Tus criaturas nos donaste hechas,
ya para un mundo que no tiene muerte,
y las forjaste como tú, sin hieles,
de frentes claras y de puños fuertes.
Aparta un poco los ramajes sacros,
En esos bosques de laurel y mirto,
e inclina el rostro de agrisadas barbas,
hacia tu oscura multitud de hijos.
Verás, poeta que pintando hablaste,
El resplandor que de tu sangre queda.
Eres de aquéllos que al marcharse dejan
Para siempre encendida su lucerna.
Enrique Amorín escribe este poema.
Siga tranquilo, don Pedro
al paso, por su leyenda
de rosados caseríos
con aljibes y con negras
Siga tranquilo don Pedro,
resucitando taperas,
entre el polvo remolón
de sus últimas carretas,
que con ventaja de un día
ya corre en la diligencia.
Salpicada de lechuzas,
y entre látigos y alertas
la noticia dolorosa
para la gente campera
Don Pedro Figari ha entrado
esta anoche en su leyenda
Un negro retinto agarra
su caballo por la rienda
mientras desmontan mil gauchos
y el doble exacto de espuelas.
Los ranchos duermen su barro,
y baja de la cumbreras
silencio en filo de paja
que entre los yuyos se enreda.
En ombúes centenarios
la luna se balancea,
sin asustar a los potros,
sin hacer temblar las hierbas,
sin que las hojas del árbol
ateridas se desprendan.
Y al ver que la noche afloja
su negro nudo de cerda,
la leyenda de don Pedro
para siempre se presenta.
Dejó habitado su mundo:
- el camino y su carreta,
- el paisano con su china,
- el potro zaino y su yegua,
- sus nubes sobre los campos,
- el perro flaco y su perra.
¡Por qué fue un hombre completo
para el color y la siembra!...
Imaginero criollo
baquiano de las tranqueras,
curandero de colores,
viejo pintor y poeta,
“Don Pedro Figari ha entrado
esta noche en su leyenda”.
ENRIQUE AMORIM
PUBLICACIÓN EN EL TIMES- 19 DE ABRIL DE 1943
Pieza 1. Anverso
En el centro del campo figura de la cabeza del pintor en tres cuarto perfil derecho, con anteojos, se observa de su vestimenta solo la solapa de su saco , donde se lee la firma del escultor:/ JOSE FIORAVANTI /.Leyenda semicircular superior : / PEDRO FIGARI / e inferior / 1861 1938 /.Borde liso.
Reverso:
En un campo liso leyendas en nueve líneas :/ HOMENAJE / A / PEDRO FIGARI / EN EL / CENTENARIO / 1861 – 29 JUNIO – 1961 / BUENOS AIRES / REPUBLICA / ARGENTINA /. Dos leyendas semicirculares rematan el contenido del reverso, la primera superior: / MINISTERIO DE EDUCACION Y JUSTICIA / e inferior, / DIRECCION GENERAL DE CULTURA /.Borde levemente resaltado.-
Bajo estos conceptos la entidad monetaria dispone la emisión de la Serie Armónica de homenaje a distintas personalidades del país , en esta serie dispone del homenaje al Dr. Pedro Figari en el valor N$ 200.000.
Este billete y los demás de los denominados de la “Serie Armónica“, poseen las mismas características: marca de agua con la efigie del Gral. Artigas, registro perfecto, óvalo con iniciales “BCU” y efigie de Artigas, identificación para no videntes en la esquina superior izquierda, microimpresión, numeración asimétrica, etc.
En el anverso, está presente la efigie del pintor Pedro Figari y, en el reverso, reproducción de una de sus obras “Baile Antiguo”.
Detalles Técnicos:
Fecha de emisión: 29/6/2011
Código: 2011-23-mp
Diseño Gráfico: Gabriel Casas
Categoría: Matasello Primer Día de Emisión
LEGADO
El
legado de Pedro Figari en el arte es profundo y multifacético, y se extiende
mucho más allá de su producción pictórica individual. Sus principales aportes
pueden sintetizarse en los siguientes puntos:
1.
Recuperación y valorización de la identidad cultural rioplatense
Figari
fue pionero en plasmar en sus obras las costumbres, tradiciones y escenas
cotidianas de la vida rural y urbana de Uruguay y la región del Río de la
Plata, incluyendo personajes como gauchos, afrodescendientes, criollos y
escenas de candombe, bailes y fiestas populares.
Su
pintura buscó rescatar la memoria colectiva y afianzar la identidad regional y
americana, dándole un lugar central a lo popular y lo autóctono en el arte.
2.
Innovación estilística y técnica
Desarrolló
un estilo propio, caracterizado por el uso de la mancha de color en lugar de la
línea, y por una pintura de memoria afectiva, sin documentarse, lo que le
permitió crear atmósferas cargadas de emotividad y lirismo.
Tomó
elementos del impresionismo, pero los transformó en un lenguaje personal e
irrepetible.
3.
Influencia en generaciones posteriores
El
legado de Figari se percibe en la actitud de los artistas uruguayos y
latinoamericanos frente al hecho estético: su búsqueda de autenticidad, su
mirada hacia lo propio y su manera de pensar el arte como un vehículo para el
encuentro con la identidad.
Numerosos
artistas de diferentes épocas y técnicas han reconocido la influencia de
Figari, no solo en el plano formal, sino en la manera de abordar el arte desde
una perspectiva local y humanista.
4.
Labor educativa y reformista
Además
de su obra pictórica, Figari fue un destacado educador y reformador. Propuso
integrar arte y artesanía en la educación, y dirigió la Escuela Nacional de
Artes y Oficios con un espíritu innovador, promoviendo la creatividad y el
desarrollo de una sensibilidad artística nacional.
5.
Inspiración para la memoria y la imaginación colectiva
Su
legado está vivo, sobre todo, en la imaginación de los artistas y del público,
más que en los museos. Figari inspira a mirar el pasado y la cultura propia con
afecto y creatividad, promoviendo el arte como un acto de memoria y de
afirmación identitaria.
Pedro
Figari dejó una huella indeleble en el arte uruguayo y latinoamericano, tanto
por su obra pictórica como por su pensamiento y acción educativa, contribuyendo
decisivamente a la construcción de una identidad artística regional y a la
revalorización de las raíces culturales del Río de la Plata
29 DE JUNIO DE 1861 PEDRO FIGARI - ANALISIS DE OBRAS
FUENTE
http://www.pedrofigari.com
http://www.escueladigital.com.uy
http://www.elpais.com.uy/
http://www.museofigari.gub.uy
Wikipedia
http://www.numismaticodigital.com
http://www.carmenes.org
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