

A los 14 años se dedicó a la pintura de retratos , de la que obtuvo unos ingresos considerables.
Apasionadamente interesado en las artes mecánicas y la ciencia ,
comenzó a mostrar su facultad inventiva durante la Revolución Francesa .
Trabajaba en un
invento, en el que se basa la fabricación de los lápices modernos, utilizando plumbago (un grafito inglés nativo).
Este trabajo fue interrumpido por la guerra.
Conté fue miembro del cuerpo científico de la expedición de Napoleón a Egipto de 1798 a 1801.
Napoleón lo llamó para que sirviera como jefe del cuerpo de globos en la expedición egipcia en el año 1798.
En Egipto, Conté fue llamado a ejercer su experiencia en globos aerostáticos y se le pidió que preparara un ascenso para la celebración del Año Nuevo francés el 22 de septiembre de 1798.
No pudo prepararlo a tiempo, posponiéndose la ceremonia al 1 de diciembre.
Sus esfuerzos terminaron en un desastre cuando el globo se incendió y los egipcios pensaron que era un arma de guerra para prender campamentos enemigos.
Un segundo intento con un globo más grande llegó a ser visto por 100.000 personas en Esbekia. Probablemente el uso de globos en Egipto se limitó a impresionar a los locales más que a un uso como arma bélica.
Al Jabarti, (‘Abd al-Rahman al-Jabarti al-Misri) en sus crónicas dice de la ascensión "Se dice que el aparato era como un velero en que las gentes se sentaban y viajaban a otros países para descubrir nuevas y otras falsificaciones que no aparentan ser verdad.”
Pronto conocido por su genio mecánico, ascendió rápidamente en el ejército napoleónico durante la campaña de Egipto.
También improvisó
herramientas y máquinas para suministrar pan, tela, armas y municiones,
herramientas exactas para ingenieros e instrumentos quirúrgicos para cirujanos
cuando la mayoría de los instrumentos y municiones franceses se perdieron
después de la Batalla de Aboukir (julio de 1799) y la revuelta de El Cairo.
Uno de sus intereses ya en Sées fue la naciente ciencia de la aeronáutica.
Recibió una patente por la
invención en 1795 y formó la Société Conté para hacerlos
En la Exposition des
produits de l'industrie française de 1798, Conté ganó una distinción honorable,
la más alta
Perdió un ojo en una
explosión temprana, y en el famoso retrato grupal de los científicos del
Instituto de Egipto, Conté es fácil de identificar, con su parche en el ojo
desenfadado, de pie justo detrás de Napoleón.
HOMENAJES
Conté fue respetado no
solo por sus inventos sino también por su ética, pues odiaba el beneficio
económico personal, y obtuvo varios honores en vida y después de su muerte,
como la Legión de Honor en 1804 y esta calle que perpetúa su memoria en París
Calle:
En 1817, una calle de
París fue nombrada "rue Conté" en honor a Nicolás-Jacques Conté como
reconocimiento póstumo a sus importantes contribuciones como inventor e
ingeniero, especialmente por la invención del moderno lápiz de grafito y
arcilla durante un momento crucial de bloqueo comercial en 1794.
Estatua:
En la localidad natal de
Nicolás-Jacques Conté, Sées, en Normandía, se erigió una estatua en su honor en
1852 gracias a una suscripción nacional, lo que implica que el financiamiento
para la construcción de la estatua fue recolectado a través de contribuciones
voluntarias de ciudadanos o instituciones de toda Francia.
Esta estatua simboliza
el reconocimiento y el respeto colectivo por las contribuciones de Conté, sobre
todo por la invención del moderno lápiz de grafito y arcilla, y su legado como
inventor y científico.
Sées (Normandía, Francia). El busto de
Nicolas-Jacques Conté de Jules Antoine Droz (1804-1872).
El busto era originalmente parte de una estatua erigida en Sées en 1852. De la obra, requisada por el ocupante alemán durante la Segunda Guerra Mundial para fundirla, este busto fue salvado por el alcalde de la época, reinstalado en 2008 en medio de la plaza del Hôtel-de-Ville.
LEGADO
El legado de
Nicolás-Jacques Conté que perdura hasta hoy es principalmente la invención del
lápiz moderno tal como lo conocemos, desarrollado en 1794.
Esta innovación resolvió
la escasez de grafito puro en Francia durante el bloqueo económico impuesto por
Inglaterra y permitió producir lápices con diferentes durezas ajustando las
proporciones de grafito y arcilla. Esa versatilidad abrió nuevas posibilidades
para artistas, escritores y profesionales en general.
Su enfoque interdisciplinario y su espíritu innovador lo llevaron a ser considerado un "hombre universal" en su época.
Hoy en día, tanto el método de fabricación de minas de lápiz como la marca "Conté à Paris" son referentes mundiales en la producción de lápices y crayones profesionales, manteniendo vivo su legado en la educación, el arte y la industria creativa.
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