Fue una pintora, pintora, grabadora y escultora uruguaya de larga trayectoria, integrante de la Asociación de Arte Constructivo liderada por Joaquín Torres García y creadora de un estilo propio que la destaca en el arte uruguayo del siglo XX.
Su padre fue el Dr Manuel Benito Nieto, destacado médico, pionero en cirugía cardíaca y por entonces Director del Hospital Maciel. Su madre, también uruguaya, fue Angela Perichón. Amalia Nieto es la segunda de tres hermanos; María Dolores que se dedicará al magisterio y Jorge a la pintura, con lucida trayectoria.
Amalia Nieto ingresó en 1925 al Círculo de
Bellas Artes en Montevideo, donde estudió pintura con el profesor Domingo
Bazzurro.
Durante ese tiempo, entre sus
condiscípulos se encontraban Héctor Sgarbi, Carbajal Victorica, María Rosa de
Ferrari, Lola Lecour, y los hermanos Soledad y Luis Fayol, formando parte de
una generación de artistas en formación en ese centro de estudios.
Este VII Salón de Primavera fue una plataforma importante que introdujo a Amalia Nieto en el panorama artístico nacional, marcando un paso previo a su evolución hacia el constructivismo y a su posterior consolidación como una de las figuras destacadas del arte uruguayo en el siglo XX.
En 1932, Amalia Nieto visitó a
Pedro Figari en su taller en París, donde le mostró algunas de sus pinturas.
Durante esta visita, Figari le
sugirió que realizara obras en el soporte de cartón-paja, medio que él
utilizaba con frecuencia; de esa etapa surge la obra "Arlequines",
que es la única que realizó en ese material.
Esta experiencia constituyó un
encuentro significativo con uno de los grandes referentes del arte uruguayo,
influyendo en su práctica pictórica.
Posteriormente, tras esta
visita, Amalia Nieto regresó a Montevideo, donde en ese mismo año realizó su
primera exposición individual, marcando un paso importante en su carrera
artística.
Este periodo de formación y
contacto con figuras clave como Figari y luego Joaquín Torres García fue
crucial para la consolidación de su trayectoria dentro del arte moderno
uruguayo.
En el año 1934, con el regreso de Joaquín Torres García a Montevideo, Amalia Nieto formó parte de un grupo que colaboró activamente para que la labor del maestro pudiera concretarse.
Este
grupo organizaba reuniones en la casa paterna de Amalia, ubicada en la calle
Victoria casi Colonia, que funcionaban como un espacio de difusión y estudio de
la teoría constructiva propuesta por Torres García.
Nieto no solo apoyó la difusión de esta teoría, sino que también mantuvo un vínculo cercano con Torres García como discípula, asistiendo a su taller y participando en la labor que parecía vital para el desarrollo del arte moderno en Uruguay.
Su adhesión a la teoría constructiva y su rol en la organización de estas reuniones la convirtieron en una colaboradora clave para el movimiento artístico emergente.
En el año 1936 participa con obra en la exposición-venta de Artes Plásticas a beneficio de los intelectuales españoles en el Ateneo de Montevideo, donde también habrá obra de Del Prete, Michelena, Barradas, Arden Quin, Rosa Acle, Augusto y Horacio Torres. En mayo realiza una muestra de sus pinturas constructivas en Amigos del Arte cuyo catálogo será prologado por J. Torres García.
Presenta obra en el 1 Salón Nacional de Artes Plásticas. Publica en la página "Para luego" de El Plata, dos extensas notas sobre el arte constructivo en la obra de Torres García. Es comentarista de CX 48 Radio Femenina.
En el año 1938 nació su hija Ana María.
En 1939 se presenta al 11 Salón Nacional de Artes Plásticas. Realiza otra muestra individual en Amigos del Arte.
En el año 1940 muere Manuel Benito Nieto.
En 1941 Amalia Nieto se desvincula del Taller Torres, pero no de Torres y su familia con quienes mantiene prolongada amistad.
Felisberto Hernández está de gira de conciertos en la Argentina, y el intercambio de cartas tendrá la particularidad de contener dibujos de interés en cuanto a la evolución estética de la pintora. Obtiene Mención Medalla de Bronce en el V Salón Nacional de Artes Plásticas.
En el año 1942 realiza las primeras ilustraciones para publicaciones de poemas de Carlos Rodríguez Pintos, un género que continuará practicando en los años siguientes.
En 1943 obtiene la Mención Cámara de Senadores en el Salón Nacional. Finaliza su relación con Felisberto Hernández.
En el año 1944 recibe el Premio Alejandro Gallinal en el VII Salón Nacional de Artes Plásticas.
En 1945 entabla amistad con Adolfo Pastor cuya obra marcará el quehacer dibujístico de Amalia Nieto en los años siguientes.
En el año 1946 le es otorgado el Premio Especial Ilustración en el IX Salón Nacional de Dibujo y Grabado. Comienza su actividad en el Museo de la Intendencia Municipal de Montevideo, que más tarde dirigirá. Expone en Arte Bella.
El 28 de julio de 1949 se realiza la retrospectiva de Torres García en Amigos del Arte, ocasión en que disertan la poetisa Susana Soca, el Prof. Julio Payró y el escritor José Bergamín, presentados por Amalia Nieto. Aunque estaba muy enfermo, Torres García asiste a la exposición.
En el año 1951 tiene a su cargo el Museo Circulante de la IMM. Es becada por la Institución para estudiar Museografía en Francia. Comienza a pintar su serie de calles de París.
En 1952 obtiene 2do Premio Dibujo en el XV Salón Nacional de Artes Plásticas.
En el año 1954 obtiene la Beca Gallinal para Profesores de Enseñanza Media
En 1955 parte a París con su hija. Asiste a los cursos de mosaico ravenés que dicta Gino Severini en París, al que también asiste Miguel Angel Pareja. Continúa su serie de calles de París.
En el año 1956 estudia grabado con J.Friediander.
En 1957 integra el Envío uruguayo a la III Bienal de San Pablo en la que obtiene una Mención.
En el año 1960 recibe el Premio Cámara de Representantes en el XXIV Salón Nacional.
En el año 1961 es premiada en el XXV Salón Nacional
En 1963, Amalia Nieto inició su conocida serie de búhos, que se convirtió en un tema recurrente y significativo dentro de su obra.
Durante ese año, además de comenzar esta
serie, expuso en varias muestras colectivas, mostrando su trabajo dentro del
circuito artístico activo y participativo de Uruguay y el exterior.
La serie de búhos se destaca como una de las más representativas junto a otras como "Calles de París" y "Naturalezas muertas mentales".
Esta última serie, que comenzó a evolucionar más adelante en su carrera, introduce una exploración progresiva del espacio y la tercera dimensión en la pintura.
Sin embargo, la serie de búhos marca un momento relevante en su producción pictórica en la década de 1960, consolidando su lenguaje y estilo personal.
Al año siguiente de iniciar la
serie, en 1964, Nieto recibió importantes reconocimientos como el Primer Premio
de Pintura y la Medalla de Oro en el XXVIII Salón Nacional de Artes Plásticas.
También participa en la Bienal Americana de Arte en la Ciudad de Córdoba
En noviembre de ese mismo año de1964 expuso en el Instituto General Electric con una muestra de "búhos de color", lo que evidencia la continuidad y visibilidad de esta serie en su carrera.
En 1967 obtiene el Gran Premio Pintura en el XXXI Salón Nacional de Artes Plásticas.
En el año 1968 le es otorgado el premio Adquisición en el XXXII Salón Nacional. Su pintura cambia totalmente entrando en una decidida abstracción con predominio de formas elipsoidales y de sólidos elementales, el color se vuelve plano y cambia el óleo por el acrílico.
En 1969 participa en la Primera Bienal de Escultura al aire libre, que se realiza en el Parque Roosevelt. Gana el Gran Premio Escultura en el XXXIII Salón Nacional.
En el año 1972 Expone en Galería Brela.
En 1973 inicia su labor docente en el Círculo de Bellas Artes.
La visita a España se enmarca
en una década en la que Nieto también participaba en exposiciones y en el
desarrollo de nuevas series pictóricas que reflejaban su madurez artística.
En 1975 en su pintura se instala la tercera dimensión mediante la sugerencia de una situación espacial en la que se ubican objetos simples y su sombra.
En el año 1976 participa en una muestra colectiva en la Galería Karien Gugelmeier
En 1977, Amalia Nieto realizó
un viaje a Alemania.
Este desplazamiento se enmarca
en un período activo de su carrera artística, después de su visita a España en
1974 y antes de sus exposiciones significativas en Uruguay, como la muestra en
la Galería Bruzzone en 1978 donde presentó sus "Naturalezas Muertas"
abstractas que sugieren la tercera dimensión.
Aunque no se disponen de
detalles específicos públicos acerca de las actividades concretas que llevó a
cabo durante su estancia en Alemania, este viaje formó parte de su trayectoria
internacional y contribuyó a su diálogo con el arte contemporáneo fuera de
Uruguay.
En julio de 1978 expone en Galería Bruzzone sus Naturalezas Muertas abstractas de sugerida tercera dimensión.
En el año1989 la tercera dimensión desaparece y se consolida la frontalidad dando lugar a la serie que la autora llama Naturalezas Muertas Mentales y que expone en junio en la Embajada de Uruguay en la Argentina.
En mayo de 1991 expone una variante de sus naturalezas muertas en la Galería Montevideo; los objetos tienen más cuerpo, se compactan en número impar y el ¡cono humanizado que representan, operará como transición temática hacia las series siguientes.
En 1994 el ícono que se venía anunciando en obras anteriores se define claramente como figura humana, pero no abandonará las naturalezas muertas que continúa pintando con los arquetípicos objetos-hombre.
En el año 1995 es invitada a participar en el Concurso Premio Figari.
Falleció en Montevideo, el 7 de febrero de 2003.
Su muerte cerró una vida dedicada intensamente a las artes visuales, manteniéndose activa en la pintura hasta los últimos años de su vida, a pesar de ciertas dificultades de salud.
Su
obra ha sido objeto de múltiples homenajes póstumos y sigue siendo muy valorada
en Uruguay, como evidencia su prolongada presencia en exposiciones, museos y
referencias académicas.
Su fallecimiento en 2003
supuso la pérdida de una de las figuras más emblemáticas del arte moderno
uruguayo, pero su legado continúa vigente a través de sus obras y la memoria
institucional que la recuerda y celebra en exposiciones y publicaciones
dedicadas a su carrera.
Los homenajes post mortem más
destacados que se le han dedicado a Amalia Nieto para mantener vivo su recuerdo
incluyen:
El MNAV celebra regularmente su obra con exposiciones que reúnen sus pinturas, esculturas, documentación personal y trabajo gráfico, destacando series conocidas como "Calles de París" y "Naturalezas Muertas Mentales".
Estos actos y exposiciones contribuyen a mantener vivo el recuerdo y legado artístico de Amalia Nieto en Uruguay.
El legado literario de Amalia
Nieto, aunque principalmente reconocida por su trabajo en las artes plásticas,
también ha dejado una huella notable en la literatura uruguaya a través de
varias vías que perduran hasta hoy:
Cartas ilustradas y vínculo
epistolar:
Su papel como destinataria y
musa en el epistolario de Felisberto Hernández ha sido fundamental. La
correspondencia que Felisberto mantuvo con Amalia, con ilustraciones propias de
Nieto, es considerada clave para entender el proceso creativo y la transición
de Hernández de músico a escritor.
Estas cartas, ricas en introspección y
sensibilidad, son un testimonio literario de un período vital de la literatura
uruguaya, y han sido destacadas y expuestas en diferentes muestras artísticas y
literarias.
Ilustración de libros y
trabajo gráfico:
Amalia Nieto realizó
ilustraciones para libros de destacados autores (incluido el poeta francés Paul
Valéry), aportando así un diálogo entre plástica y literatura.
Su trazo delicado y sus
imágenes acompañaron y enriquecieron textos literarios, trascendiendo lo visual
para sumar sentido e interpretación a la palabra escrita.
Arte y literatura en frontera:
Nieto no sólo acompañó a
escritores y poetas ilustres, sino que también incursionó en la dramaturgia y
la escenografía.
Escribió y diseñó
escenografías de obras de teatro propias, borrando las fronteras entre la
palabra, la imagen y la performance, y enriqueciendo así el panorama literario
desde una visión transdisciplinar.
Inspiración y mecenas
indirecta:
Acompañó y promovió carreras
literarias, especialmente la de Felisberto Hernández, a quien le ofreció un
entorno de diálogo y apoyo intelectual que facilitó su consolidación como
escritor internacionalmente valorado.
Nieto representa una figura
puente entre la plástica y la literatura, cuya influencia se reconoce tanto en
la memoria cultural uruguaya como en la investigación contemporánea.
https://mujeresquehacenlahistoria.blogspot.com/
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