HISTORIA DEL CORREO
URUGUAYO
Material extraído de
<http://www.correo.com.uy/
El establecimiento
del Correo Nacional comienza, en realidad, con el nombramiento del primer
Administrador General de Correos de la Provincia, realizado el 21 de Diciembre
de 1827.
Sin embargo, casi un
siglo antes, desde la propia fundación de Montevideo, había comenzado a
funcionar un servicio de comunicaciones. Embarcaciones que venían de España con
correspondencia para autoridades, llegando hasta Colonia y luego a Buenos Aires
donde se despachaban a Paraguay, Chile y Perú. Antecedentes de lo que fueron
luego los correos trimestrales entre La Coruña y Montevideo, dentro de un
servicio colonial que mejoró en 1778 llegando a seis despachos anuales, pero
que luego varió poco en su organización colonial.
Don Luis de Larrobla
Hasta 1827, año en
que el Coronel Don Luis de Larrobla fue nombrado Administrador General de
Correos, quien comenzó la gran tarea de organizar un servicio nacional.
En un rancho de Villa de Durazno, similar a este, se instaló la Administración General de Correos, allí funcionaba la sede del gobierno.
Al año siguiente se
instaló la Administración General de Correos, en un rancho de la Villa de
Durazno, entonces sede del gobierno, y un año después abrió sus puertas por
primera vez en Montevideo en San Pedro esquina Santo Tomás, hoy las calles 25
de mayo y Maciel. Los servicios crecieron y en 1830 las oficinas se trasladan a
un local más amplio en la Plaza Matríz, en las actuales calles Rincón y Juan
Carlos Gómez, sin estimar que dos años después la mudanza era por razones de
economía. Las mismas se ubicaron en una habitación del Fuerte de Gobierno, hoy
Plaza Zabala.
En el desarrollo de
la propia organización fueron destacados los años entre 1875 y 1880, período en
el cual se dictaron una serie de decretos que derivaron en una organización más
eficiente : el de 1877 dio al Correo Nacional la base funcional y una estructura
organizada.
Edificio Central de Correo Uruguayo -Fotos de Gabriel Casas
El edificio
sede hoy de El Correo, monumento histórico nacional, fue inaugurado en el año
1925.
El Edificio Central de
Correo Uruguayo, fue construido por la empresa “E. Chiancone y Cía”, cuya
especialidad era la del empleo del cemento armado, se inicio a principios del
siglo XIX y quedó habilitado en 1925.
La empresa estando
solamente bajo la dirección del señor Enrique Chiancone, obtuvo la licitación
para la construcción del gran edificio del Correo Central, Palacio que por sus
líneas de severa arquitectura, su elevada torre que corona su entrada principal
, constituye un hermoso exponente de las nuevas tendencias que imperaban en las
esferas públicas en lo que se refiere a la construcción de los edificios para
asiento de sus principales oficinas.
En la construcción de
este edificio, no se ha omitido sacrificio alguno y en ella se ha puesto de
manifiesto la capacidad técnica de los constructores y la organización ejemplar
para la ejecución de estas grandes obras.
Este edificio, consta
de cuatro pisos de cemento armado sobre el frente de la calle misiones y cinco
pisos sobre el de la calle Buenos Aires, con una altura de 25 metros.
En la esquina de
Misiones y Buenos Aires , sobre la misma puerta de entrada y realzando el
conjunto arquitectónico se eleva una esbelta torre de 63 metro de altura que
emerge sobre el macizo general de la edificación de la ciudad vieja . Los
planos de este edificio han sido ejecutados teniendo en cuenta el destino que
se le daba y la necesidad de los grandes espacios para el movimiento del enorme
público que recurría diariamente a los servicios de la institución postal.
El vasto hall que
ocupa el centro del edificio ha sido concebido con un criterio de futuro y está
todo él cubierto por una claraboya de grandes dimensiones, hermosa obra de
arquitectura que permite iluminación natural, y cuya armazón está construida de
cemento armado, trabajo éste que ha sido justamente elogiado por los técnicos
de la época, por constituir una feliz solución en materia constructiva.
Interior del Edificio - Fotos de Gabriel Casas
Se destaca también que
no se escatimó material en su realización, los mármoles fueron traídos de
Italia, concretamente de Carrara. Los pisos del edificio fueron detenidamente
pensados teniendo cada uno un motivo distinto.
Hoy en día, en el Hall
central del Edificio Central, funciona el Museo
Postal, el cual reune materiales que fueran utilizados en los principios
de nuestro Correo hasta el día de hoy. El mismo funciona en el horario de 9 a
17hs. de Lunes a Viernes.
Museo postal- elementos exhibidos
Piedra litográfica
Sala de Protocolo
La Sala de Protocolo
ex - oficina de la Presidencia de la Administración Nacional de Correos, al
igual que el resto del edificio, fue construido en 1925, a solicitud del en ese
entonces Director de El Correo Dr. Cesar Miranda.
La Sala de Protocolo
(Ex despacho del Presidente), es una de las pocas oficinas que se mantiene fiel
al diseño original. Se han utilizado varios estilos arquitectónicos en su
construcción (ecléctico), uno de ellos es el estilo rococó, que se puede apreciar
en el fino acabado del techo, en el cual se puede ver hasta el día de hoy con
nitidez, de los colores y el logo antiguo del correo que se utilizaba. En un
principio el color dorado nos da la sensación de que el techo está revestido en
oro, la cual era la primera impresión que se quería causar, pero si observamos
detenidamente nos damos cuenta enseguida que es pintura. Las paredes están
revestidas de roble.
Lo que más impacto
causa en la sala es el Vitraux. El mismo
fue un obsequio del Correo de PERU al Correo Uruguayo en la misma época que se
construyó la oficina, por lo tanto hace parte de la decoración desde un
principio.
El Vitreau tiene un
significado especial, estrechamente ligado al significado del Correo para la
sociedad.
Porque a lo largo de
la historia de la Humanidad existieron diversas formas de Correos. En nuestra
América precolombina, los INCAS contaron con una organización de correo muy
evolucionada. A través de CHASQUIS, personas adiestradas para llevar mensajes, recorrían
a pie grandes distancias, manteniéndose así comunicado el imperio incaico; en
la actualidad podríamos compararlo con lo que se llama “posta” en atletismo.
La palabra chasqui, en
Quetchua, significa: el que toma, recibe o cambia algo.
Por lo tanto, lo que
se aprecia en el Vitreau es el chasqui entregando un mensaje al cacique indio.
Otro objeto
interesante que se puede apreciar es la caja
fuerte. No se ha podido establecer con exactitud cuándo ingresó a la
administración pública como elemento de trabajo y guardián de valores, pero sí
se sabe que fue destinada a la Jefatura de Política (actual Jefatura de
Policía) del entonces departamento de Minas, hoy Lavalleja, a pedido, según
datos más firmes, de don José Batlle y Ordóñez cuando desempeñaba allí el cargo
de jefe político por designación que hiciera el entonces Presidente de la
República, Máximo Tajes. No quedo establecido los años que estuvo la caja en
aquella jefatura. Recién en el año 1956 se establece nuevamente la senda
transitada por ella.
Designado interventor
del Correo al Cnel. Rubén Macchi durante la presidencia de don Luis Batlle
Berres, al realizar en 1956 una de sus periódicas giras de inspección a las
oficinas postales del interior, acompañado en esa ocasión por quién era
entonces, Inspector General y más tarde sería, el también, Director de Correos,
el Sr. Eduardo Vázquez, encuentra en la Oficina Departamental de Correos de la
capital minuana esta caja, que habían sido huésped de la Jefatura bastante años
atrás. El Sr. Vázquez aprecio que se hallaban ante un mueble de valor histórico
y aconsejó al Interventor para que dispusiera su traslado a las oficinas
centrales, lo que así se hizo, colocándolo, en el despacho de la Dirección
(actual Sala de Protocolo).
Llama la atención la
belleza lograda en su severa forma cuadrangular, sin hacerle perder por ello su
levedad arquitectónica, todo lo que es un claro índice de su procedencia
europea, lo que se confirma por la inscripción que sobre relieve luce: “CHARS.
Brevet. Marsella”. En la cara frontal y en las laterales aparecen como
incrustados aviamientos semiesféricos distribuidos simétricamente por todo el
campo de la caja.
En el frente, además,
si acaso como reminiscencia de la época francesa del “rococó” imperante en el
siglo XVIII, lucen unos hermosos trabajos de adorno de estrellas de ocho puntas
diseminados geométricamente como marco de la cara principal.
La caja fuerte mide
setenta y cuatro centímetros de ancho por cuarenta y cuatro de alto. Para
abrirla son necesarias tres llaves que accionan en combinación y en forma
sucesiva. Al estar cerrada la Caja quedan cubiertas las cerraduras por pequeñas
tapas de acero. Las tres tienen su topes finamente realizados y demuestran lo
complicado del juego de los resortes de los cierres, sobre todo la central, que
es la más grande con aproximadamente quince centímetros de largo y un estupendo
trabajo de taller en su tope.
Los demás objetos que
se pueden apreciar en la sala, algunos son de principio de siglo pasado, como
por ejemplo el reloj de péndulo y el calendario; y otros son objetos que la El
Correo a recibido de obsequio a lo largo de los años.
El Cuadro de Artigas
data del año 1950, es una copia del cuadro de Blanes, y fue realizado por
Alzaga de Blanes. (No hay más información que esa).
Sello
Homenaje a Don Luis de la Robla - Primer Administrador
General de Correos -
Detalles Técnicos:
Fecha de
emisión: 28/8/2000
Código: 2000-21-C
Valor: $ 9.- (pesos uruguayos)
Tirada: 25.000
sellos
Composición de Texto: Gerardo Correa Martín
Artista plástico: A. Correa
Primer Administrador
General de Correos de la Provincia Don de la Robla, hijo de don Francisco de la
Robla y de doña María Rosa Pereira, españoles de origen, nació en Montevideo un
25 de agosto de 1780, en la calle del Portón (25 de mayo)entre Cámaras e Ituzaingó.
El matrimonio de don Juan Fco de la Robla tuvo ocho hijos. Raimundo, Juana
Ventura, María del Carmen, Jacoba, Pascuala , Manuela y Juan Francisco quien
llegara a presidir la Asamblea de la Florida donde se proclamó nuestra
Independencia. Sus padres le brindaron la mejor educación que se podía dar en
la época, deseando que estudiara para clérigo, la cual abandonó por no tener
vocación para seguir esa carrera. En 1810 fue nombrado Ayudante de campo del
Gobernador de Montevideo, el Mariscal Gaspar de Vigodet, continuando de igual
clase en 1811,con el General Elio, Gobernador también de Montevideo, siguió
hasta que fue evacuada la ciudad por las tropas españolas continuando hasta
1816 al servicio de España, de donde volvió para contraer enlace con doña María
del Rosario Mujica con quien tuvo siete hijos. En 1821 fue designado para
viajar a la ciudad de Buenos Aires en representación del gobierno de la
Península en misión oficial, la cual fracasó al cambiar el gobierno en España,
resolviendo no regresar y afincarse en su patria. Retirado a su chacra en
Peñarol, le escribe a Joaquín Suárez el 6 de setiembre de 1825, ˜la
independencia actual no hay duda que es la base de nuestra felicidad, si la
amamos como un verdadero medio para conseguir miras particulares, todo se
destruirá y en lugar de obtener ventajas ,saborearemos desastres˜. Desde 1826
se incorpora a la administración de la Provincia Oriental, por haber sido
designado Administrador y Tesorero Principal, desempeñando dicho cargo, fue nombrado
por el Gobernador Delegado Luis Eduardo Pérez, el 21 de diciembre de 1827 como
Administrador General de Correos de la Provincia para unificar los servicios
postales. La primera preocupación del Administrador fue la regularización del
Servicio de Postas entre Durazno, (sede del Gobierno) y Cerro Largo, (Cuartel
General del Gral. Lavalleja). Las oficinas afincadas en Durazno eran precarias
y sumamente modestas, en aquellos primeros pasos, contaban con dos sellos de
bronce en uso, DURAZNO Y FRANCA. Luis de la Robla pondría el cúmplase al
Reglamento Provisional para Las Postas de la República Oriental, primer
Estatuto Orgánico de nuestro Correo el 11 de enero de 1828.Meses después se
aprobaba el Primer itinerario General de Postas que comprendía en sus 553
leguas de recorrido, el intento inicial de organización de un servicio público
estable regular y permanente. También se comenzaron a utilizar los primeros
formularios impresos para documentar el transporte de la correspondencia. El 1º
de enero de 1829 en un adecuado edificio situado en la esquina de Mayo y Maciel
(entonces San Pedro y Santo Tomás), se instalaba Luis de la Robla con la
Administración General de Correos del Estado. Personalmente formó el nuevo
itinerario de las postas, cuidando la eficiencia y la economía del servicio a
pesar de disminuir el recorrido de las postas a 516 leguas, estableció correos
diarios entre Montevideo y Canelones, además fijó 17 Administraciones
Subalternas en el interior y el nombramiento de oficiales interventores
honorarios. Los intereses postales del País quedaron regulados en forma estable
en los 26 artículos del ˜Reglamento Provisional para la Administración General
de Correos del Estado Oriental del Uruguay, que presentara de la Robla el 16 de
setiembre de 1829, asimismo se fijaron las tarifas para los ˜portes de tierra y
mar desde Montevideo˜. A pesar de actuar al frente de la Administración en años
duros, donde la renta de correos era exigua, de la Robla pudo presentar el 31
de diciembre de 1833 un balance general de sus cuatro años de administración
con un interesante superávit, salvando la dignidad del Correo. En 1838 finalizó
su actuación en el Correo, siendo designado Capitán del Puerto de Montevideo
con la efectividad de Coronel, falleciendo en dicho puesto el 4 de junio de
1844 a consecuencia de un ataque de apoplejía a la edad de 64 años.
Fuente: Información
brindada por Sr. Ernesto Zicari
Sello "La Diligencia"
El primer sello Uruguayo
Detalles Técnicos:
Fecha de
emisión: 29/9/2006
Código: 2006-11-C
Valor: 16 (pesos uruguayos)
Dibujante: Carlos Menck
Freire
Tirada: 15000
Hace 150 años,
cuando nuestro país era aún muy joven, veía la luz el primer sello postal
oriental. A este primer sello se lo conoce como "La Diligencia". La
diligencia era el medio de transporte tirado por caballos, que comunicaba las
ciudades del país. No sólo llevaba pasajeros del Interior hacia la capital y
viceversa, sino también mercancías y correspondencia, como cartas y paquetes.
"La Diligencia"
Es en el año 1856
que se crea el primer sello postal uruguayo denominado "La
Diligencia". El mismo fue puesto en circulación el 1º de octubre de ese
año y se le llama así porque el medio más común para trasladar la
correspondencia eran las diligencias.
Este momento
histórico del país se caracterizó por el desarrollo de los medios de
comunicación y de transporte. Comenzaron a instalarse empresas de diligencias o
mensajerías terrestres y fluviales como medio de transporte para la
correspondencia pública, además de pasajeros y mercaderías. El Estado celebró
contratos y otorgó subvenciones oficiales para garantizar un buen servicio
postal.
La Administración de
Correos impuso el "franqueo previo obligatorio de las cartas" para
asegurar la Renta del Estado. Adoptó también el sistema de pago del franqueo
mediante "estampillas postales", de diferentes valores, que debían adherirse
a la correspondencia, como constancia de haber sido pagado el "porte"
postal en el lugar de origen de envío.
En las ciudades
comenzaron a instalarse buzones para la recolección de la correspondencia y
agencias de venta de estampillas. También el correo nombró carteros para la
distribución de las cartas. Con ello se agilizó el servicio postal y se fomentó
el comercio recíproco.
En 1852, el Correo
tuvo que afrontar una difícil situación económica, que lo llevó a reorganizar
el transporte de la correspondencia para el interior. La solución se halló al
contratar a Don Atanasio Lapido como Asentista de Postas, encargado de establecer
y mantener los conductores y las postas en las principales carreras desde
Montevideo al interior del país.
Una de las medidas
que adoptó Don Atanasio Lapido, fue autorizar la producción de "estampillas" para recaudar ingresos
para el Estado.
Esta tarea se le
encomendó al litógrafo y grabador de la Casa de la Moneda en Montevideo, Don
Lucien Mège, quien estaba a cargo de la impresión y grabación de los valores
del Estado.
Cuando el
Administrador General de Correos, Don Atanasio Lapido en agosto de 1856, trata
con el señor Mége el tema de la imagen para la estampilla postal, el grabador
le muestra el diseño de la moneda de 1844. y reivindica su creación artística.
Lapido es convencido por el grabador y autoriza el diseño del sol como una
cabeza humana. De esta manera, la imagen de las primera estampillas postales de
Uruguay muestra en el centro de un círculo, la cabeza con rostro y cabellera,
rodeada por una aureola de rayos solares. Esta imagen está incluída en un
rectángulo, con una guarda griega a ambos lados, ostentado en la parte superior
de la estampilla la palabra Diligencia y
en la inferior el valor.
No existe
disposición alguna conocida hasta hoy, que les dé carácter de sellos
oficialmente autorizados por el Gobierno; sin embargo, deben ser considerados
como la primera emisión de sellos del Correo Uruguayo.
Detalles técnicos
El dibujo original,
realizado por el artista uruguayo Juan Ildefonso Blanco, fue impreso
litográficamente, en planchas de 35 sellos realizadas en Montevideo, en papel
blanco mediano, sin dentar. La litografía (de los términos griegos lithos piedra y graphe
dibujo) es una técnica que consiste en usar una piedra pulida, sobre la que se
dibuja una imagen para imprimir con una materia grasa, usando un lápiz o un
pincel. Cuando se pasa tinta sobre la piedra, esta es retenida en las zonas
dibujadas. Luego se coloca un papel y se imprime. Así se obtuvo nuestro primer
sello, La Diligencia.
La impresión de los
sellos "Diligencia" requirió un proceso que se realizó en varias
etapas: primero se hizo el diseño del dibujo en un formato grande, tomando como
modelo un sello que circulaba en esa época en Francia.
Una vez que estuvo
pronto el dibujo, el litógrafo Lucien Mège debió preparar un cuño grabado en
cobre en el que redujo las dimensiones del dibujo original llevándolo al tamaño
de 18,5 x 22 mm.
Como este trabajo
fue el primero en el género de la litografía, Mège, que no advirtió la
conveniencia de usar transportes, llevó el cuño matriz de cobre que había
preparado directamente sobre la piedra tipográfica, la que quedó convertida en
plancha de impresión.
Este proceso se
realizó 35 veces (5 x 7), estampando primero la imprenta del cuño con tinta
negra sobre un papel transparente. Luego, éste papel debió ser aplicado
cuidadosamente sobre la piedra, cuya superficie había sido previamente
sensibilizada con la aplicación de un barniz que reacciona cuando es expuesto a
la luz y que la endurece haciéndola impermeable. Después de haber realizado
esta exposición, la parte de la piedra, que por estar cubierta con los 35
dibujos estampados en la hoja de papel, estaba protegida de la luz y por lo
tanto, no fue atacada por su acción, permaneció soluble y fue disuelta por una
solución acidulada con la cual la bañó Mège. La parte de la piedra accionada
por la luz se hizo impermeable y por lo tanto, al no experimentar la acción
corrosiva del agua acidulada, quedó realzada con relación al resto y así quedó
preparada la piedra de impresión para los sellos "Diligencia".
Con esta primera
experiencia de la impresión de los sellos "Diligencia", la litografía
de Mège & Willems, que imprimió también las emisiones postales posteriores,
fue corrigiendo las imperfecciones advertidas en el trabajo inicial, donde, entre
otros, se amplió el espacio entre los ejemplares y se usaron transportes, lo que permitió preparar piedras
mayores, capaces de contener un número más grande de ejemplares en cada pliego.
Esta emisión del 1º
sello uruguayo fue retirada de circulación en diciembre de 1859.
Los sellos postales
o estampillas indican que el remitente pagó por el servicio. En un principio
eran ilustrados con imágenes de reinas y reyes, o símbolos patrios de los
países que los emitían. Con el tiempo aparecieron nuevos motivos que los hacían
más atractivos para ser coleccionados. Con el surgimiento de nuevos países
independientes en todo el planeta, la variedad de sellos fue creciendo y
también las temáticas. Niños y adultos coleccionan sellos en todo el mundo,
siendo un pasatiempo educativo y divertido. Hay series muy populares como las
de animales salvajes, flores, medios de comunicación, como trenes y aviones.
Los sellos constituyen un vehículo de cultura de los países porque ofrecen todo
tipo de crónicas y curiosidades que enriquecen nuestros conocimientos. Los más
antiguos, como el primer sello uruguayo, la "Diligencia", son muy
apreciados por los coleccionistas profesionales.
Valores:
1 – 60 centavos
1856, Octubre 1º
- azul claro.
- azul.
- azul oscuro.
- azul índigo.
2 – 80 Centavos.
1856, Octubre 1º.
- verde pálido.
- Verde.
- Verde oscuro
3 – 1 Real. 1856,
Octubre 1º.
- bermellón apagado.
- bermellón.
- Bermellón oscuro.
- Rojo carmín.
- Rojo carmín vivo.
FUENTE
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