Eliminación de la tilde
diacrítica en los pronombres demostrativos incluso en
casos de posible ambigüedad
Como indica su nombre, estos pronombres demuestran. Indican la
distancia relativa entre dos objetos, entre una persona y una cosa o entre dos
personas. Los pronombres demostrativos son:
masc. sing.
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masc. pl.
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fem. sing.
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fem. pl.
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neutro
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Cercanía
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Éste Este
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Éstos Estos
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Ésta Esta
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Éstas
Estas
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esto
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Distancia media
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Ése Ese
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Ésos Esos
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Ésa Esa
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Ésas Esas
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eso
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Lejanía
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Aquél Aquel
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Aquéllos Aquellos
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Aquélla Aquella
|
Aquéllas Aquellas
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aquello
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Al
hablar de las palabras que llevan acento de diferenciación, se hace hincapié en
el grupo formado por los pronombres
demostrativos. Al respecto, hay bastante confusión, derivada del
conocimiento defectuoso o el desconocimiento de una norma ortográfica, dictada
por la Academia Española, que no tuvo la debida difusión cuando, en 1959, entró
en vigencia con carácter preceptivo. Ni después tampoco. Inclusive los propios
maestros no la consideraron con la profundidad que merece una medida de cambio.
Prescindencia de la
tilde
No hay error si se
procede de acuerdo con lo estipulado por la Academia al final de la norma. Allí
dice que es posible prescindir del tilde si, al suprimirlo, no queda una
expresión anfibológica.
Muy simple: los demostrativos
pueden ir sin tilde si no originan mala interpretación o doble sentido
al quitarlo. Si se escribe "ésas son mis instrucciones", el tilde del
demostrativo se puede eliminar sin ningún inconveniente y queda "esas son
mis instrucciones", aseveración que no ocasiona traspié de comprensión ni
genera doble sentido.
Con esta nueva disposición
ortográfica, el trabajo de este tilde se reduce al mínimo. Es más: podría
decirse, con buena elasticidad, que no se necesita nunca, ya que
anfibología se produce rarísima vez al suprimirlo. Debería elaborarse muy
detenidamente (artificialmente) un texto para que, retirando el tilde de los
demostrativos, se llegara a provocar confusión con respecto al contenido del
enunciado.
Los pronombres demostrativos este, ese y aquel,
con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Este es
tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos
tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas
generales de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en
vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar
en consonante distinta de n o s.
Aun así, las reglas
ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en los pronombres demostrativos para distinguirlos y de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo
enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de
ambigüedad, como en los ejemplos siguientes: ¿Por qué
compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la
oración), frente a ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto
de esta oración no está expreso y aquellos acompaña al sustantivo libros).
Sin embargo, ese
empleo tradicional de la tilde en los pronombres
demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la
tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras
átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que los
demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por
eso, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso
en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca
estas palabras.
Las posibles ambigüedades
pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico
o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las
dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce una
ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y
rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de
una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble
sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única
interpretación.
Ejemplo
(I) "Trajeron lo pedido: éstos libros, ésos bancos, aquéllos
cuadernos". El tilde indica que el demostrativo tiene valor
sustantivo y que de acuerdo con el uso tradicional o normal debe ir con esa
marca. Interpretando correctamente lo escrito, se tiene que trajeron libros las
personas que están cerca del hablante (éstos), bancos las que están algo más
allá (ésos) y cuadernos las que están más alejadas todavía (aquéllos).
Véase ahora:
(II) "Trajeron lo pedido; estos libros, esos
bancos, aquellos cuadernos". El demostrativo tiene valor adjetivo y
complementa a un sustantivo que, en estos casos, lo sigue. Se entiende que
alguien aportó los libros que están cerca del hablante (estos libros),
los bancos que están algo más allá (esos bancos) y los cuadernos que
están más alejados todavía de quien habla (aquellos cuadernos).
En este ejemplo -muy
espontáneo, que solamente se produce en la realidad por una gran excepción,
suprimir el tilde causaría trastornos de comprensión, crearía anfibología
cierta. La supresión sería inconveniente a todas luces. Entonces si se quiere
decir lo que se expresa en
(I)
debe
ir el tilde; si se quiere decir lo expresado en
(II)
debe escribirse sin tilde el demostrativo.
Sin embargo, inclusive en un
caso como el presentado, hay una solución para no poner nunca el tilde y
aliviar la ortografía. Véase esta nueva formulación:
(III) "Trajeron lo pedido: estos, libros; esos,
bancos; aquellos, cuadernos".
Se ve que una puntuación más
ajustada -pero no arbitraria- evita la anfibología y permite eliminar el tilde.
Resulta trasparente que en
(III) se quiere comunicar lo mismo que se expresa en (I) y que no tiene que ver
con (II)
FUENTES
http://www.rae.es/
Hector Balsas
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