Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

sábado, 20 de mayo de 2023

 

REFLEXIONES


DICEN QUE 

" NO TODO LO QUE BRILLA  ES  ORO"

 Y PODEMOS DECIR TAMBIÉN 

"NO  TODO LO DELICIOSO ES BUENO"



Voy a hablar del chicle, tan rico que es el chicle para muchos, yo era una de ellas, y no tan rico para otros ya que no les gusta y le parece aburrido.

El fin de este post es reflexionar sobre lo que me estaba metiendo en la boca y llevarte a pensar también sobre  lo que te metes tú en la boca cada vez que masticas un chicle.

Siendo niña y joven me parecía la cosa más deliciosa del mundo, yo masticaba mucho chicle.

Un día dejé de masticar chicle salvo raras excepciones en que sentía  molestias en la garganta y no tenía miel a mano.

Luego me fui informando de que estaba compuesta la goma de mascar.

Aunque parezca relativamente reciente, se han encontrado restos de goma de mascar entre los 6.000 y 14.000 años, hecha del alquitrán que se extrae de la corteza del abedul.

Masticar chicle en muchas formas ha existido desde el Neolítico. En el yacimiento arqueológico Monte Verde en Chile (el cual tiene una datación de carbono 14 de más de 14 000 años) se encontraron intentos de chicle, la goma de mascar era obtenida de una mezcla de boldo y distintas especies de algas.


Una estudiante británica descubrió en Finlandia un chicle del período neolítico que tiene unos 5.000 años de antigüedad.

​ En Kierikki, en Finlandia, se ha encontrado goma de mascar de 6000 años de antigüedad hecha de brea de corteza de abedul, con huellas de dientes. Se cree que la brea con el que se hizo la goma tiene propiedades antisépticas y otros beneficios medicinales.​Es químicamente similar a la brea de petróleo y, por lo tanto, es diferente de la mayoría de las gomas tempranas.

Los aztecas, así como los antiguos mayas antes que ellos,​ usaron el chicle, una goma de árbol natural, como base para hacer una sustancia similar a la goma y para unir objetos en el uso diario.

Los chicles también se masticaban en la Antigua Grecia. Los antiguos griegos masticaban una goma de masilla hecha de la resina del árbol de lentisco. La goma de masilla, como la brea de corteza de abedul, tiene propiedades antisépticas y se cree que se ha usado para mantener la salud oral. Tanto el chicle como la masilla son resinas de árboles.

Muchas otras culturas han masticado sustancias similares al chicle hechas de plantas, hierbas y resinas.








El chicle originalmente era algo completamente normal que se hacía de un árbol que se llama así, el chicle o el chiclero del cual se extraía la resina gomosa y simplemente le ponían algo de sabor de modo que uno lo pudiera mascar y luego descartarlo.

Su textura no era como la conocemos hoy ya que se siente como que se deshace Y si te lo sacas de la boca con la mano eso se pegotea en los dedos.




Se supone que por eso pasaron rápidamente al chicle que conocemos hoy muy industrializado y con mucha ganancia.

Por eso, en el chicle que comemos hoy, su principal compuesto ya no es la resina del árbol chiclero, está hecho de una cosa que se llama polivinilo.

¿Y qué es ese polivinilo?

Es nada menos y nada más que la cascola (cola blanca) que usamos en las escuelas para muchas cosas.

Esto es un derivado del petróleo, por tanto, usan esta goma después le ponen resina, después agregan otros tipos de rellenos, como puede ser talco, le pueden poner, carbonato de calcio, después tienen que, ponerle anti compactantes, también le pueden agregar de suavizante o parafinas (que pueden ser parafinas naturales o artificiales) o le pueden poner aceites vegetales que son altamente inflamatorios y son ultraprocesados, aceite de canola, soya, girasol.

 A esto después le ponen dióxido de titanio que es un químico para darle ese color blanco perfecto. El dióxido de titanio en grandes cantidades y está estudiado que está relacionado con múltiples patologías incluidas también cáncer, porque el cuerpo no está hecho para esta sustancia.

Por último le ponen endulzantes artificiales como el aspartame o Sucralosa. Hay un estudio hecho en Francia, sobre cómo los endulzantes artificiales y su uso frecuente y alto está altamente relacionado con el cáncer. Después de esto pensar muy bien antes de ponen sabor artificial a algo que comemos.

El sabor a chicle no existe lo que te ofrecen con sabor a chicle es un sabor inventado, es un sabor aprendido, que sabe como a fruta pero no es fruta.



Los chicles son una fuente más de contaminación por plástico en los espacios naturales y tarda en descomponerse entre 3 y 5 años.


Según algunos estudios un solo chicle puede contener hasta 50.000 gérmenes.


PERJUICIOS DE MASTICAR CHICLES

Caries: los chicles con azúcar contienen glúcidos simples por lo que pueden engordar y promover el desarrollo de caries.

Trastornos gastrointestinales: en exceso (de 4 a 16 chicles diarios) puede producir gastritis, cólicos, gases intestinales y diarrea por su contenido en sorbitol;​ también puede provocar acidez, úlcera y pérdida de peso. También contribuye a tragar más aire, lo cual es causa de flatulencias.​

Dolor en la mandíbula: mascar chicle demasiado tiempo fuerza las articulaciones témporo-mandibulares, produciendo desgaste, con lo que el cierre de la boca se altera.

Efectos secundarios de colorantes y aromas: algunos aditivos pueden ser perjudiciales a largo plazo.



FUENTES:

 https://www.directoalpaladar.com/

https://elpais.com/

https://www.ecologiaverde.com/

https://boicotalplastico.com/

https://www.bbc.com/

Arinda González mayo 2023

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