El 14 de diciembre de 1911
marca un hito clave en la historia de la Antártida: el explorador noruego Roald
Amundsen y su equipo llegaron al Polo Sur geográfico por primera vez en la
historia humana, tras una expedición exitosa desde la bahía de las Ballenas.
Este logro superó por poco más
de un mes al británico Robert Falcon Scott, quien alcanzó el polo el 17 de
enero de 1912 pero pereció en el regreso.
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Roald Amundsen, explorador
noruego, nació el 16 de julio de 1872 en Borge, Noruega.
Fue uno de los más grandes
exploradores polares de la historia y el protagonista de una de las mayores
hazañas de la exploración humana: la llegada por primera vez al Polo Sur
geográfico.
Nace, en una familia acomodada
y desarrolla pasión por la exploración inspirado en lecturas de Franklin y
Nansen.
Amundsen creció fascinado por
las regiones polares y decidió desde joven dedicar su vida a la exploración de
los territorios más extremos del planeta.
Pierde a su padre a temprana
edad.
Su carácter meticuloso, su
capacidad de aprendizaje a partir de culturas indígenas del Ártico y su
extraordinaria preparación fueron claves para el éxito de sus expediciones.
Entre los años 1893-1896 realiza tours de esquí fallidos por Hardangervidda.
En el año 1894 trabaja en
barcos balleneros como la Magdalena para ganar experiencia en condiciones
árticas.
Entre los años 1897-1899 se
une como timonel a la expedición belga antártica en el Bélgica, liderada por
Adrien de Gerlache.
Quedan atrapados en el hielo
durante dos inviernos, donde realiza observaciones magnéticas pioneras.
Barco Gjoa
En el año 1901 compra un
pequeño barco, Gjoa, para preparar su gran aventura; comienza estudios náuticos
formales.
Entre los años 1903-1906 lidera
la primera travesía exitosa del Paso del Noroeste desde el Atlántico al
Pacífico en el Gjoa.
Pasa dos inviernos en Gjoa
Haven, estudiando corrientes magnéticas y culturas inuit.
Llega a Nome, Alaska, en
agosto de 1905 y regresa a Noruega en 1906 como héroe nacional.
En el año 1908 Amundsen
compró la propiedad Uranienborg, en Svartskog, Noruega y la habitó hasta su salida final el 16 de
junio de 1928, justo antes de su desaparición.
En 1908, Roald Amundsen presentó
formalmente sus planes para una expedición al Polo Norte ante la Sociedad
Geográfica de Kristiania (actual Oslo), delineando una ruta ambiciosa vía el
Paso del Noroeste que había conquistado recientemente en el Gjoa.
Esta propuesta buscaba superar
los intentos fallidos de exploradores previos como Nansen y Peary, utilizando
el barco Fram con innovaciones en propulsión y equipo ártico para un asalto
directo al polo desde el norte.
Amundsen detalló un itinerario
desde Noruega hacia el Atlántico, atravesando el Paso del Noroeste hasta el mar
de Beaufort, y luego un avance en trineos con perros hacia el Polo Norte
geográfico.
Incluía observaciones
magnéticas continuas, aprovechando su experiencia previa, y una tripulación de 10-12
hombres con provisiones para 2-3 años; el costo estimado rondaba las 150.000
coronas noruegas, financiado por patrocinios y ventas de derechos mediáticos.
La presentación generó
entusiasmo local, pero en septiembre de 1909, al enterarse del supuesto éxito
de Peary en el Polo Norte vía telegrama, Amundsen mantuvo en secreto un cambio
radical hacia la Antártida, partiendo en junio de 1910 sin alterar públicamente
los planes norteños.
Esta maniobra estratégica
preservó su apoyo financiero y logístico, culminando en el éxito del Polo Sur
el 14 de diciembre de 1911.1909-1910:
LA
CONQUISTA DEL POLO SUR
La conquista del Polo Sur se
produjo en el contexto de una intensa competencia internacional a comienzos del
siglo XX.
Varios exploradores soñaban
con alcanzar ese punto remoto de la Antártida, entre ellos el británico Robert
Falcon Scott.
Originalmente, Amundsen
planeaba una expedición al Polo Norte, pero al conocer que otros exploradores
afirmaban haber llegado antes, decidió cambiar de objetivo en secreto y dirigir
su atención hacia el Polo Sur, una decisión audaz que marcaría la historia.
La expedición noruega partió
en 1910 a bordo del barco Fram, una embarcación especialmente diseñada para
resistir el hielo polar.
El equipo estaba compuesto por
cinco hombres: Roald Amundsen como líder, Olav Bjaaland, Helmer Hanssen, Sverre
Hassel y Oscar Wisting.
Todos eran expertos
esquiadores y contaban con una sólida experiencia en condiciones extremas.
Amundsen también puso gran énfasis en la
planificación logística, eligiendo cuidadosamente el equipo, la ropa y los
métodos de transporte.
Una de las claves del éxito
fue el uso de trineos tirados por perros, inspirándose en las técnicas de los
pueblos inuit, a quienes Amundsen admiraba profundamente.
A diferencia de otras
expediciones que confiaban en el esfuerzo humano o en medios menos eficientes,
los noruegos aprovecharon al máximo la resistencia y velocidad de los perros,
lo que les permitió avanzar con mayor rapidez y seguridad.
Además, establecieron
depósitos de provisiones a lo largo del recorrido, asegurando el suministro de
alimentos y combustible durante el viaje de ida y vuelta.
En el año 1911 llega a la Bahía de las Ballenas en enero,
establece Framheim como base y desde allí se inicia la marcha hacia el Polo Sur
en el mes de octubre.
El equipo avanzó por terrenos
desconocidos, cruzando vastas mesetas heladas, grietas ocultas y temperaturas
extremas que podían descender por debajo de los –40 °C.
Uno de los mayores desafíos fue el ascenso por un glaciar desconocido hasta entonces, que Amundsen bautizó como el glaciar Axel Heiberg, en honor a un benefactor de la expedición
.
El
navío Fram en la Antártida
Finalmente Roald Amundsen y su
equipo llegaron al Polo Sur geográfico el 14 de diciembre de 1911, izando la
bandera noruega y bautizando el sitio como Polheim, "Hogar del Polo".
Allí plantaron la bandera de
Noruega y dejaron una tienda con una carta como prueba de su logro, por si
alguna otra expedición llegaba posteriormente.
Habían recorrido más de 1.400
kilómetros en condiciones extremas y lo habían hecho de manera eficiente y
relativamente segura, sin pérdidas humanas.
Roald
Amundsen y sus compañeros mirando la bandera noruega clavada en Polo Sur el 16
de diciembre de 1911. Foto tomada por Olav Bjaaland.
Permanecieron allí hasta el 18
de diciembre, realizando observaciones astronómicas precisas durante 24 horas
para confirmar su posición exacta, con cuatro navegantes verificando mutuamente
los cálculos y firmando los registros.
Antes de partir, dejaron una
tienda de campaña de reserva con provisiones, una carta dirigida a Robert
Falcon Scott (por si este llegaba después) y otra para el rey Haakon VII de
Noruega, solicitando que Scott la entregara en caso de que Amundsen no
regresara.
Guiados por marcas previas y
viajando de noche para evitar ceguera nieve con el sol a la espalda, el grupo
descendió eficientemente por el glaciar Axel Heiberg y la barrera de hielo de
Ross. Cubrieron unos 1.400 km en 99 días totales (ida y vuelta), sacrificando
perros solo cuando era necesario y aprovechando depósitos como "Carnicería"
para reabastecerse.
Llegaron sanos y sin bajas a
Framheim, su base en la Bahía de las Ballenas, el 7 de febrero de 1912, donde
el resto del equipo los recibió con celebración.
El regreso a la base fue
igualmente exitoso, y todos los miembros del equipo regresaron sanos y salvos
al Fram.
Las
rutas seguidas por Amundsen (rojo) y Scott (verde).
En contraste con otras
expediciones contemporáneas, la de Amundsen destacó por su cuidadosa
planificación, su respeto por el entorno y su enfoque práctico.
Scott encontró la tienda y las
cartas en enero de 1912, confirmando el logro de Amundsen; estas se hallaron
con sus cuerpos meses después, sirviendo como prueba irrefutable. La tienda
nunca se ha localizado desde entonces debido al flujo de hielo y acumulación de
nieve, pero simboliza la superior logística de Amundsen frente a la tragedia de
Scott. Este retorno impecable consolidó su reputación como maestro polar.
Cuando la noticia llegó al
mundo, Amundsen fue reconocido como el primer ser humano en alcanzar el Polo
Sur geográfico, consolidando su lugar en la historia.
La hazaña de Roald Amundsen y
su equipo no solo representó un triunfo nacional para Noruega, sino también un
hito en la exploración científica y geográfica.
Su éxito demostró la
importancia del conocimiento, la preparación y la adaptación al medio, y dejó
un legado duradero que continúa inspirando a exploradores y científicos hasta
el día de hoy.
Tras conquistar el Polo Sur,
Roald Amundsen y su equipo desmantelaron Framheim en febrero de 1912 y zarparon
en el Fram hacia el norte, llegando a Hobart, Tasmania, el 7 de marzo.
Allí, Amundsen envió el primer
telegrama público anunciando su éxito al mundo, el 7 de marzo de 1912, causando
conmoción global al eclipsar las expectativas de Scott y otros exploradores.
Permanecieron en Hobart unas
semanas para reparaciones y celebraciones locales antes de continuar a Buenos
Aires y Europa.
El Fram llegó a Bergen,
Noruega, el 9 de octubre de 1912, donde Amundsen recibió un recibimiento
heroico con desfiles, discursos y condecoraciones del rey Haakon VII.
En los meses siguientes,
publicó su relato Sydpolen ("El Sur") en dos volúmenes, detallando la
logística impecable con esquís, perros y depósitos, que se convirtió en
bestseller y financió deudas pendientes.
Realizó conferencias por
Europa, consolidando su fama pese a tensiones con Scott.
En 1913, Amundsen donó el Fram
al Museo Fram de Oslo, exploró opciones árticas menores y planeó nuevas
ventures polares, mientras gestionaba su imagen pública y financiera.
Su regreso marcó el pico de su
carrera inicial, inspirando el Tratado Antártico futuro y contrastando con la
tragedia de Scott, encontrada ese mismo año.
Roald Amundsen amplió sus
horizontes hacia la aviación en 1914, obteniendo su licencia de piloto en
Dinamarca tras un accidente inicial en un hidroavión Farman durante
entrenamiento en Ypres, Bélgica.
Esta incursión reflejaba su
visión innovadora para expediciones polares futuras, reconociendo el potencial
de los aviones para superar limitaciones de barcos y trineos.
La Primera Guerra Mundial desarrollada
entre los años 1914 y 1918, interrumpió sus planes árticos, confinándolo
mayormente a Noruega donde gestionó finanzas y dio conferencias.
El
barco Maud de Amundsen, construido en 1917.
Pese a ello, en 1917 adquirió
el barco Maud (ex-Newport), un robusto buque de 300 toneladas diseñado para
hielo, financiado con ganancias de su libro El Sur.
Renombrado en honor a la reina
Maud, estaba destinado a navegar la ruta del Paso del Noreste siberiano hacia
el Polo Norte, con refuerzos de casco y capacidad para tres años de autonomía.
La neutralidad noruega limitó
salidas, pero Amundsen usó el tiempo para reclutar tripulación experta, como el
capitán Thorvald Nilsen, y acumular provisiones científicas para observaciones
magnéticas.
Estos años de espera forjaron
su resiliencia, posponiendo la partida hasta 1918 y sentando bases para
aventuras que probarían sus límites en el Ártico.
Roald Amundsen zarpó en el
Maud el 16 de julio de 1918 desde Seattle, rumbo al Paso del Noreste siberiano,
con el objetivo de atravesar el Océano Ártico y alcanzar el Polo Norte,
continuando su legado de navegación polar con observaciones científicas.
La expedición enfrentó hielo
implacable desde Nome, Alaska, avanzando lentamente por la costa siberiana,
invernando en múltiples puntos como la bahía de Tsivolko (1918-1919) y Cape
Yakan, donde el barco quedó atrapado repetidamente por la deriva del hielo.
El capitán Amundsen al timón durante la expedición al Polo
Norte en 1920.
Entre 1919 y 1921, el Maud
pasó más de dos años embestido en pack ice, cubriendo solo unos 2.000 km en
condiciones extremas, con temperaturas bajo -40°C y tormentas perpetuas
Amundsen dirigió exploraciones en trineo,
recolectando datos magnéticos pioneros y estudiando corrientes árticas.
Llevó a bordo osos polares
capturados como especímenes vivos (incluyendo cachorros huérfanos alimentados con
leche condensada) y dos niñas inuit, Ada y Kamikka, rescatadas de aldeas
locales para estudiar su adaptación al frío y cultura, un acto controvertido
que reflejaba prácticas de la época pero generó críticas éticas posteriores.
En 1921, exhausto por la
deriva interminable y problemas financieros, Amundsen vendió el Maud a una
compañía soviética en la isla de Ayon por 80.000 coronas, abandonándolo tras
cuatro años de lucha infructuosa.
Regresó a Noruega vía Seattle
en agosto de 1921. Esta odisea, aunque fallida en su meta polar, aportó
valiosos datos oceanográficos y demostró la tenacidad de Amundsen en el Ártico
hostil.
Tras regresar a Noruega en
agosto de 1921 desde la fallida expedición del Maud, Roald Amundsen se
reintegró a la vida pública en 1922, dando conferencias sobre sus hallazgos
árticos y gestionando deudas acumuladas de años de exploraciones costosas.
Ese mismo año conoció a
Elisabeth "Bess" Magids, una joven estadounidense de origen ruso,
durante una gira en Estados Unidos.
Ella se convirtió en su
secretaria y compañera sentimental, manejando su correspondencia y asuntos
personales en Uranienborg con discreción.
La relación con Bess trajo
estabilidad emocional pero no resolvió las presiones económicas.
Amundsen enfrentaba acreedores
por préstamos para el Maud y estilos de vida lujosos.
En 1924, declaró bancarrota
formal, perdiendo Uranienborg temporalmente y gran parte de sus artefactos
polares, lo que lo obligó a depender de patrocinios para futuros proyectos.
Amigos y benefactores,
incluyendo la familia de Bess, intervinieron para rescatar la propiedad,
permitiéndole enfocarse en aviación polar.
Torre
de la base de Ny-Ålesund, de donde salió Amundsen en sus expediciones aéreas al
Polo Norte.
Roald Amundsen inició en 1925
su primera incursión aérea al Polo Norte, colaborando con el millonario
estadounidense Lincoln Ellsworth para demostrar el potencial de la aviación en
exploraciones polares, utilizando dos aviones Fokker F-VII equipados con
esquís.
Roald
Amundsen en Svalbard en 1925
Partieron de Spitsbergen el 21
de mayo con una tripulación que incluía a los pilotos Hjalmar Riiser-Larsen y
Leif Dietrichson, cargados con provisiones para semanas en el hielo.
Tras sobrevolar 463 km en
condiciones brumosas, aterrizaron forzadamente en el pack ice a unos 220 km del
Polo Norte el 22 de mayo debido a niebla densa y combustible limitado,
acampando en una plataforma de nieve con tiendas y radios.
Pasaron 30 días en extrema
supervivencia, cazando osos polares y enviando señales de socorro, mientras los
aviones quedaban inutilizables por el terreno inestable.
Un barco noruego, el Elg de
Ellsworth, los rescató el 20 de junio tras un periplo de 600 km en trineos;
todos regresaron sanos a Noruega, aunque con pérdidas materiales.
Esta odisea validó la ruta pero expuso riesgos
aéreos, impulsando mejoras técnicas para el exitoso vuelo futuro.
Roald Amundsen culminó un hito
histórico en 1926 con el primer vuelo transpolar documentado sobre el Polo
Norte a bordo del dirigible Norge, financiado por Lincoln Ellsworth y pilotado
por Umberto Nobile, convirtiéndose en una demostración magistral de innovación
aérea en exploraciones polares.
Tras el fracaso aéreo de 1925,
Amundsen reunió una tripulación de 16 hombres, incluyendo a Oscar Wisting, su
compañero del Polo Sur, cargando el Norge con instrumentos científicos, cámaras
y provisiones para 30 horas de vuelo desde Ny-Ålesund en Spitsbergen, Noruega.
Despegaron el 11 de mayo bajo condiciones
ideales, ascendiendo a 700 metros y navegando a 80 km/h contra vientos árticos,
superando nieblas y tormentas con precisión italiana-noruega.
El 12 de mayo sobrevolaron el
Polo Norte geográfico a 2.700 metros, lanzando banderas y tomando fotos
panorámicas como prueba irrefutable; continuaron 2.700 km hasta Teller, Alaska,
aterrizando el 14 de mayo tras 71 horas totales, agotados pero intactos.
Amundsen y Wisting se convirtieron en los primeros humanos en visitar ambos
polos terrestres, un logro que eclipsó debates sobre Peary y consolidó su
legado eterno.
El
hidroavión Latham 47.02, en Tromsø, el 18 de junio de 1928, poco antes de que
Admundsen saliera con el a la búsqueda de Umberto Nobile y por tanto poco antes
de la desaparición de Amundsen.
Roald Amundsen participó en 1928 en una compleja operación de rescate para salvar a Umberto Nobile tras el accidente del dirigible Italia el 25 de mayo, cuando este se estrelló en el hielo del Ártico durante una expedición italiana, dejando a Nobile herido y varios tripulantes desaparecidos.
Amundsen, pese a tensiones
previas con Nobile por disputas de crédito en el vuelo del Norge, se ofreció
inmediatamente para liderar esfuerzos desde Noruega, coordinando con barcos,
aviones y voluntarios soviéticos y suecos en una búsqueda masiva que duró
semanas.
El 18 de junio, Amundsen
despegó en el hidroavión francés Latham 47 desde Tromso, pilotado por René
Guilbaud, con una tripulación de seis hombres incluyendo a su fiel Oscar
Wisting, rumbo a coordinar con el rompehielos Krasin soviético que había
localizado a Nobile.
El aparato, sobrecargado y con
visibilidad pobre por niebla, perdió contacto horas después sobre el mar de
Barents, presumiblemente cayendo al agua debido a un fallo mecánico o colisión
con olas.
Búsquedas intensivas con
destructores y aviones no hallaron restos ni cuerpos; tanques de combustible
vacíos aparecieron días después, confirmando un accidente fatal.
Amundsen, de 55 años, fue declarado muerto
oficialmente el 19 de junio, cerrando una vida de exploraciones legendarias sin
bajas previas en sus equipos.
HOMENAJES
Roald Amundsen recibe
numerosos homenajes post mortem que preservan su legado como pionero polar,
incluyendo museos, monumentos, sellos y días conmemorativos establecidos por
Noruega y otros países.
Estos tributos destacan su
conquista del Polo Sur en 1911 y sus innovaciones en exploración ártica.
Museos y residencias
Su casa Uranienborg en
Svartskog (Oslo) funciona como museo desde 1934, preservando objetos personales
y artefactos de expediciones.
El Museo Fram en Bygdoy
alberga su barco Fram y exposiciones sobre sus viajes.
Base de Investigación
La
estación de investigación en la Base Amundsen-Scott en el Polo Sur, en 2007
Monumentos y estatuas
Estatuas incluyen una en Tromso
(1958) mirando al puerto, otra en Golden Gate Park (San Francisco) por Sigvald
Asbjornsen,
y un monumento al Polo Sur en Bygdoy (2011) por
Håkon Fagerås con las figuras de su equipo.
Placas recordatorias existen
en Roald Amundsen Plaza (Nueva York) y un bauta de granito noruego en San
Francisco.
Sellos y conmemoraciones
oficiales
Noruega emitió sellos post
mortem y declara el 14 de diciembre como Día del Polo Sur, con repiques de
campanas y silencios anuales.
Recibió honores como Caballero
Gran Cruz de San Olaf y medallas geográficas
En el año 2011 se le rindieron
tributos centenarios en la Antártida.
LEGADO
Roald Amundsen dejó un legado
perdurable en la historia de la exploración polar como el primero en navegar
completamente el Paso del Noroeste entre los océanos Atlántico y Pacífico en
1903-1906, y como líder de la expedición que alcanzó el Polo Sur el 14 de
diciembre de 1911, superando a competidores como Robert Falcon Scott mediante
técnicas eficientes como el uso de esquís y perros.
Logros Históricos
Sus expediciones transformaron
la comprensión de las rutas árticas y antárticas, estableciendo precedentes
para la navegación en condiciones extremas y la gestión de recursos en entornos
hostiles.
Amundsen también participó en la primera
travesía aérea exitosa sobre el Polo Norte en 1926 a bordo del dirigible Norge,
consolidando su estatus como pionero en exploración multimodal.
Contribuciones Científicas
Aunque sus viajes priorizaron
objetivos geográficos, generaron datos valiosos en oceanografía gracias a la
expedición del Maud (1918-1920), donde científicos como Harald Sverdrup
realizaron mediciones clave sobre corrientes y hielo flotante.
Participó en la expedición
belga de la Bélgica en 1897-1899, contribuyendo a observaciones iniciales en la
Antártida que apoyaron el naciente campo de la oceanografía polar.
Impacto Actual
Hoy, su legado inspira
expediciones modernas en el Ártico y Antártida, influyendo en rutas de
navegación afectadas por el cambio climático y en protocolos de seguridad para
exploración polar.
Técnicas como el uso de perros
y esquís adaptados perduran en investigaciones científicas contemporáneas,
mientras su énfasis en preparación logística guía operaciones en estaciones
antárticas.
FUENTES
https://es.wikipedia.org/wiki/Roald_Amundsen
https://www.britannica.com/biography/Roald-Amundsen
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/amundsen.htm
https://www.coolantarctica.com/Antarctica%20fact%20file/History/biography/amundsen-roald.php
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