domingo, 3 de diciembre de 2023

EL 3 DE DICIEMBRE DE 1833 NACÍA CARLOS JUAN FINLAY

 DESCUBRIDOR DEL AGENTE TRANSMISOR DE LA FIEBRE AMARILLA



Nació en Camagüey el 3 de diciembre de 1833. 
Fue un médico cubano y un eminente científico. 
Describió la teoría metagénica de la transmisión de enfermedades por agentes biológicos. 

Casona natal de Finlay, en calle Cristo, entre Pamela Fernández y Lugareño, Camagüey .


Sus padres fueron el doctor Edward Finlay, natural de Escocia, médico graduado de las Universidades de La Habana y Lima, y de Elizabeth de Barrés, nacida en Puerto España, Trinidad Tobago. 

Vivió sus años de infancia tanto en La Habana como en el cafetal de su padre en la zona de Alquízar. 

A la edad de once años, en 1844 fue enviado a Francia donde prosiguió su educación escolar en el havre hasta el año 1846, en que tuvo que regresar a Cuba por haber sufrido un ataque de corea.

Esta afección dejó en él la huella de cierta tartamudez de que curó por una enseñanza metódica que instituyó su padre, sin que haya desaparecido nunca por completo cierta lentitud y dificultad que caracterizan su lenguaje hablado y que parecen proceder más bien de la mentalidad que de un defecto de articulación.

Volvió a Europa en 1848, para completar su educación en Francia; pero la revolución de aquel año le obligó á permanecer en Londres, y cerca de un año en Maguncia.

Ingresó por fin en el Liceo de Rouen, donde prosiguió sus estudios hasta el año 1851, en que tuvo que volver á Cuba a convalecer de un ataque de fiebre tifoidea.

Se trató entonces de hacer valer sus estudios hechos en Europa con el fin de ganar el bachillerato e ingresar en la Universidad de la Habana para el estudio de la medicina; pero no siendo esto posible, tuvo que pasar a Filadelfía donde no se exigía, para cursar los estudios médicos, grado alguno de facultad menor.

Cursó, en Filadelfía, la carrera de medicina, doctorándose el 10 de marzo de 1855, en el Jefferson Medical College, plantel donde habían estudiado antes Brown Séquard y Marion Sims.


Dr. John Kearsly Mitchell

Entre los profesores de aquella facultad, el que parece haber más honda impresión en la mente del joven Finlay, fué John Kearsly Mitchell, el primero, tal vez en enunciar y mantener de una manera sistemática, la teoría microbiológica de las enfermedades.

El hijo de este profesor, hoy el famoso S. Weir Mitchell, recién llagado entonces de París, de las aulas de Claude Bernard, como preceptor particular del joven cubano y profesor auxiliar en la escuela fildelfina, debió de influir también favorablemente en el desenvolvimiento del genio de nuestro paisano. Establecióse entre los dos una buena amistad que se ha mantenido hasta la fecha.

Fué Finlay, me escribe el doctor mitchell, el primer alumno que tuve, y dirigí sus estudios durante tres años.

En 1857 revalidó su título en la Universidad de La Habana. Recién graduado, en 1856 se fue con su padre a Lima donde probó suerte por un corto tiempo. 

En los años 1860 y 1861 estuvo en París. 

En 1864 quiso radicarse en Matanzas sin éxito. 

Carlos J. Finlay y su esposa, Adele (Shine) Finlay, a finales de la década de 1860. De: Finlay, Carlos Eduardo. Carlos Finlay y la fiebre amarilla. Nueva York: Oxford University Press, 1940. p. 19.

El 16 de octubre de 1865 contrajo matrimonio en La Habana con Adela Shine, natural de la isla de Trinidad. 

El Dr. Finlay fue el más profundo e intenso investigador de la fiebre amarilla y a través de sus análisis y estudios llegó a la conclusión de que la transmisión de la enfermedad la realizaba un agente intermediario.

Hay una anécdota que dice que mientras rezaba el rosario una noche, notó que un mosquito zumbaba a su alrededor. 
Fue entonces cuando decidió investigar los mosquitos. 
Con sus modestos medios pudo identificar al mosquito Aedes aegypti como el agente transmisor de la enfermedad. 
Sus estudios lo llevaron a comprender que era la hembra fecundada de esta especie la que transmitía la fiebre amarilla.

Con ayuda de un viejo microscopio que adquiriera mientras estudiaba medicina en Filadelfia, comenzó Finlay por observar el aparato picador del mosquito,

Encontrando que es un instrumento muy adecuado

Para transportar el material infectante desde el interior de los vasos sanguíneos hasta el individuo susceptible; y agregó entusiasmado: "sería punto menos que imposible a nuestras manos imitar, con los instrumentos comparativamente toscos y groseros que puede producir el más hábil de nuestros artesanos".

Y en seguida, planteó su hipótesis de trabajo en los siguientes términos: "Tres condiciones serán indispensables para que la fiebre amarilla se propague:

1° Existencia de un enfermo de fiebre amarilla en cuyos capilares el mosquito pueda clavar sus lancetas e impregnarlas en partículas virulentas, en el período adecuado de la enfermedad;

 2º Prolongación de la vida del mosquito entre la picada hecha en el enfermo y la que deba reproducir la enfermedad;

y 3° Coincidencia de que sea un sujeto apto para contraer la enfermedad alguno de los que el mismo mosquito vaya a picar después".



Aedes Aegypti es el principal vector del virus de la fiebre amarilla.

En 1881 viajó a Washington, DC como representante del gobierno colonial ante la Conferencia Sanitaria Internacional donde, el 14 de agosto, presentó por primera vez su teoría de la transmisión de la fiebre amarilla por un agente intermediario, pero se abstuvo de indicar que el era mosquito 
Su hipótesis fue recibida con frialdad y total escepticismo y la ciencia continuó con la teoría de los "miasmas". .

A su regreso a Cuba, en junio de 1881, realizó experimentos con voluntarios y no sólo comprobó su hipótesis sino que descubrió que el individuo picado una vez por un mosquito infectado quedaba inmunizado contra futuros ataques de la enfermedad. 

De ahí nació el suero contra la fiebre amarilla. 

En agosto de ese mismo año presentó su trabajo de investigación a la Academia de Ciencias Médicas de La Habana.



La Comisión de Fiebre Amarilla de La Habana de la Junta Nacional de Salud de Estados Unidos. Esta fotografía fue tomada en el laboratorio de la Comisión en el Hotel San Carlos de La Habana en agosto de 1879. (De izquierda a derecha) Abraham Morejón, Auxiliar Médico; Coronel Thomas S. Hardee, Ingeniero Sanitario; Rudolph Matas, Auxiliar Médico; Henry C. Hall, Cónsul General de Estados Unidos en La Habana; George M. Sternberg, bacteriólogo; Stanford E. Chaille, presidente; Juan Guiteras y Gener, Patólogo; Daniel Burgess, inspector sanitario y de cuarentena de Estados Unidos en La Habana. Fotografía tomada de: Finlay, Carlos Eduardo. Carlos Finlay y la fiebre amarilla . Nueva York: Oxford University Press, 1940. pág. 55.




Larva del Aedes A egipto

Sin embargo, desde hace más de 20 años los postulados del Dr. Finlay fueron ignorados y solo después del final de la guerra hispano-cubano-estadounidense cuando el general Leonard Wood, gobernador de Cuba, pidió que se probara la teoría de Finlay fue cuando se revisó nuevamente su trabajo de investigación, así como los experimentos exitosos que había realizado durante todos estos años.


Por otro lado, el Dr. William Crawford Gorgas, médico militar que había realizado una encomiable labor sanitaria en Santiago de Cuba, pero que no había podido erradicar la fiebre amarilla, fue nombrado Jefe de Salud en La Habana en diciembre de 1898. 
Aunque no creía en la tesis de Finlay, parece haber sido un hombre recto y honesto: le dijo a Finlay honestamente. 

Por fin, en 1902 Carlos J. Finlay fue nombrado Jefe Superior de Sanidad. 

Desde su puesto, se enfrentó a la última epidemia de fiebre amarilla que hubo en La Habana, hacia 1905. 

La Habana se limpió, se sanitizó. 
Pero los casos de fiebre amarilla estaban aumentando en lugar de disminuir. Él no lo entendió. 
Le pidió a Finlay que lo ayudara a familiarizar a los médicos cubanos con la fiebre amarilla. 
Así se creó la Comisión Cubana de la Fiebre Amarilla, en la que participó Finlay, quien no logró convencer a Gorgas de aplicar sus preceptos: guerra contra los mosquitos y aislamiento de los enfermos. La enfermedad siguió progresando. 
Cuando Gorgas finalmente decidió probar (después de la comisión estadounidense) la fiebre amarilla desapareció de la isla en solo 7 meses.


1881 - Comienzan los trabajos de construcción del Canal de Panamá.

Plenamente convencido, Gorgas aplicó los mismos principios señalados por Finlay cuando fue enviado a limpiar el Istmo de Panamá, donde se construiría una de las mayores obras de ingeniería realizadas por el hombre: el Canal de Panamá. 
Había sido la iniciativa de un grupo de empresarios franceses. 
El grupo fracasó y quebró. 
En aquellos días, el istmo era uno de los peores focos infecciosos del mundo: fiebre amarilla, paludismo, peste bubónica.

Cuando el gobierno de los Estados Unidos adquirió el derecho en 1904 para construir el canal y operarlo, entendió que el área tendría que ser limpiada porque los trabajadores se enfermaban, morían o simplemente se negaban a arriesgarse a trabajar allí.
 
  
Siguiendo los preceptos de Finlay, para 1906 Gorgas había eliminado los mosquitos y con ellos la fiebre amarilla. 

La Conquista de la Fiebre Amarilla, de “La Historia de la Medicina”, pintura por Robert Thom mostrando los miembros del comité de la fiebre amarilla (Gorgas, Agarmonte, Finlay, Carroll, Kissinger, y Reed) en Cuba.

image © Collection of the University of Michigan Health System, Gift of Pfizer, Inc., UMHS.37.

Recibió la Orden Nacional de la Legión de Honor de Francia en 1908.

Su logro permitió que 1909 sea la última fecha de aparición de brotes de la enfermedad en Cuba.

El nivel de malaria se había reducido considerablemente en 1913.

El 15 de agosto de 1914, con las obras principales terminadas, el primer barco pasó del Océano Atlántico al Océano Pacífico a través del canal. Incluso la maravillosa obra del Canal de Panamá había llegado a la influencia del Dr. Carlos Finlay.

En honor al trabajo desplegado por Finlay en función de salvar a la humanidad de una de las más terribles epidemias que azotaba fue nominado al premio Nobel de Fisiología y Medicina en los años 1905, 1906, 1907,1912, 1913, 1914, y 1915 pero nunca lo ganó.


El Dr. Carlos Juan Finlay fallece en La Habana el 19 de agosto de 1915.


En el cuartel noroeste, cuadro 8 del campo común, en la Necrópolis Cristóbal Colón, existe un modesto panteón con cuatro bóvedas a los lados, osario y pedestal de forma escalonada, rematado por una cruz latina. Allí, inhumados en tierra como fuera su voluntad, con una pequeña lápida que destaca su quehacer científico, descansa Carlos Juan Finlay Barrés...



HOMENAJES




Después de su muerte, el gobierno cubano creó en su honor el Instituto Finlay de Investigaciones en Medicina Tropical.

Busto de en el exterior del Museo Histórico de las Ciencias Médicas «Carlos J. Finlay» de la Academia de Ciencias de Cuba, en La Habana.

Obelisco de Marianao en la intersección de la avenida 31 y calle 100. Este sitio emblemático del municipio Marianao, consiste en una rotonda que en el centro tiene una torre de 32 metros de alto. El obelisco de piedra jaimanita y bronce tiene forma de jeringuilla, a modo de eterna recordación a Finlay.

Varios países de Latinoamérica asumieron el 3 de diciembre como Día del Médico, por celebrarse en esa fecha el natalicio del eminente científico cubano Carlos J. Finlay.

En Uruguay  fue acordado en 1946 por la Confederación Médica Panamericana, el 3 diciembre como el Día Internacional del Médico, que reivindica el aporte del médico cubano Dr. Carlos J. Finlay, al descubrimiento del Aedes Aegipty como trasmisor de la Fiebre Amarilla.



Finlay integra el QUINTETO BENEFACTOR DE LA HUMANIDAD:

Edward Jenner(1749-1823), Británico;
Louis Pasteur(1822-95), Francés;
Joséph Lister(1827-1912) Británico;
CARLOS JUAN FINLAY(1833-1915)Cubano
Alexander Fleming(1881-1955), Británico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario