Pionero de la Vacuna
que Salvó Millones
de Vidas: la Lucha
Contra la Tos
Ferina
Louis W. Sauer nació en
Cincinnati, Ohío, el 13 de agosto de 1885.
Fue un pediatra estadounidense
que se hizo conocido por perfeccionar la vacuna utilizada para prevenir
pertussis (tos ferina), salvando innumerables vidas alrededor del mundo.
Louis Sauer nació de madre italiana y padre alemán, ambos médicos en medicina alternativa, con la familia viviendo modestamente en Parque Oak, Illinois.
Louis W. Sauer realizó sus
estudios universitarios en medicina en Berlín.
En 1912 se casa con Lucia Mira
Seypelt en Berlín, mientras cursaba estudios en medicina.
En el año 1913 obtuvo su
título de médico en Rush Medical College en Chicago y comienza su práctica en
pediatría.
Posteriormente, obtiene su
título de médico en Berlín y un doctorado en patología en la Universidad de
Chicago.
Estos estudios avanzados en
medicina y patología le permitieron desarrollar una sólida carrera en pediatría
y su trabajo en la vacuna contra la tos ferina.
Louis W. Sauer estableció su
práctica pediátrica en Evanston Hospital, ubicado en Evanston, un suburbio de
Chicago, Illinois.
Este hospital fue el lugar
central donde desarrolló gran parte de su carrera en pediatría y desde donde
llevó adelante su investigación para perfeccionar la vacuna contra la tos
ferina.
Durante los primeros años de
su trabajo, Sauer utilizó un pequeño laboratorio en los terrenos del Evanston
Hospital, en una pequeña cabaña, para iniciar sus investigaciones sobre la
vacuna contra la tos ferina, con la ayuda de un único técnico mientras atendía
una extensa práctica clínica pediátrica.
Posteriormente, su laboratorio
se trasladó al edificio Abbott del hospital, y contó con financiamiento de
compañías farmacéuticas como Eli Lilly y Parke, Davis para continuar sus
investigaciones.
Además de su práctica clínica,
Sauer fue jefe de pediatría en Evanston Hospital y también profesor en la
Northwestern University Medical School, que está en Evanston.
Evanston Hospital, ya desde la
década de 1920, fue un centro médico importante en la región y ha evolucionado
hasta convertirse en un hospital con avanzada infraestructura, reconocida
también por la contribución de Sauer al desarrollo de la vacuna que salvó innumerables
vidas.
Evanston Hospital no solo fue
su lugar de trabajo clínico sino también el centro neurálgico donde Sauer
combinó la práctica médica con la investigación que condujo al desarrollo y
perfeccionamiento de la vacuna contra la tos ferina.
1922
En el año 1923, la tos ferina
alcanzó niveles epidémicos en Winnetka, un suburbio cercano a Evanston,
Illinois.
Este brote se produjo en un momento en que la
enfermedad todavía era una grave amenaza para la salud pública, especialmente
para los niños pequeños no vacunados o con vacunación incompleta.
Se caracteriza por ataques
violentos y repetitivos de tos que dificultan la respiración y pueden terminar
con un ruido estridente al inspirar, conocido como estridor inspiratorio.
En los niños, la enfermedad podía llevar a
complicaciones severas, incluyendo convulsiones, neumonía, daño neurológico o
incluso la muerte.
En esa época, la propagación
de la tos ferina ocurría con facilidad en comunidades cerradas y era frecuente
en primavera y verano. Dado que Winnetka estaba muy próximo a Evanston, donde
Louis W. Sauer estableció su práctica pediátrica, el brote epidémico fue un
incentivo crítico para sus investigaciones en el desarrollo de una vacuna
eficaz contra la tos ferina.
Este contexto epidémico en
1923 generó una necesidad urgente de intervención médica y desarrollos
científicos para controlar y prevenir la enfermedad, lo que impulsó el trabajo
de Sauer en el perfeccionamiento de la vacuna que comenzó poco después en 1925.
En el año 1925, Louis W. Sauer
regresó a Estados Unidos con cultivos vivos del bacilo causante de la tos
ferina (Bordetella pertussis), los cuales había llevado desde Europa tras sus
estudios y trabajo en el Instituto Pasteur de Bruselas y el Hospital de Tos
Ferina en Viena.
Este regreso marcó el inicio
de su investigación intensiva para desarrollar y perfeccionar una vacuna eficaz
contra la tos ferina.
Sauer estableció un pequeño
laboratorio en el hospital Evanston, en Illinois, donde comenzó a cultivar y
experimentar con estos microorganismos para formular una vacuna inactivada con
células enteras del bacilo.
Su enfoque estuvo en mejorar la efectividad de
las vacunas previas y reducir los efectos secundarios. Este trabajo pionero fue
crucial en un momento en que la tos ferina seguía siendo una gran amenaza,
especialmente para la infancia.
En paralelo, en 1925, el
médico danés Thorvald Madsen ya estaba probando una vacuna de células enteras
en gran escala en las Islas Feroe, controlando brotes epidémicos, lo que indica
que Sauer estaba trabajando en un ámbito global para lograr una solución
preventiva.
Entre los años1 928 y 1933,
Sauer logró formular una vacuna más potente y estable, que luego fue probada
clínicamente en diferentes hospitales y clínicas.
Finalmente, en 1934, su vacuna
contra la tos ferina se hizo disponible para el uso público.
Su desarrollo sentó las bases
para futuras vacunas combinadas DPT (difteria, tos ferina, tétanos), que
comenzaron a usarse en la siguiente década, aumentando la protección infantil y
reduciendo la mortalidad causada por estas enfermedades.
Así, 1925 fue un año clave en
el que Sauer, con sus cultivos traídos de Europa, inició una investigación que
revolucionaría la prevención de la tos ferina y salvaría innumerables vidas
infantiles.
Entre 1925 y 1929, en un
pequeño laboratorio en Evanston Hospital, desarrolla la vacuna contra la tos
ferina con la ayuda de un técnico.
En 1929, Louis W. Sauer
perfeccionó la vacuna contra la tos ferina tras varios años de investigación en
el hospital Evanston de Illinois. Su trabajo se centró en mejorar la eficacia y
la seguridad de la vacuna anterior mediante la selección cuidadosa de cepas
virulentas del bacilo Bordetella pertussis en fase I, las cuales inducen una
respuesta inmune fuerte y protectora.
Sauer desarrolló un método
para cultivar y estandarizar estas cepas con el fin de producir una vacuna más
potente y confiable. Este perfeccionamiento hizo posible una vacuna que
prevenía eficazmente la tos ferina, reduciendo la mortalidad infantil que era
muy alta en esa época debido a esta enfermedad.
Además, el trabajo de Sauer se
distinguió por el rigor en las pruebas y la estandarización del proceso, lo que
garantizó la calidad y consistencia de la vacuna para su uso clínico.
Este perfeccionamiento de la
vacuna marcó un hito crucial en la historia de la medicina preventiva, ya que
sentó las bases para el desarrollo posterior de la vacuna combinada DPT
(difteria, tos ferina y tétanos) que contribuyó a una inmunización más amplia y
efectiva en la infancia.
En 1931, comenzaron las
pruebas de la vacuna contra la tos ferina desarrollada por Louis W. Sauer en
diversas clínicas de salud y hospitales en Illinois. Estas pruebas iniciales se
llevaron a cabo en las clínicas de inmunización del Departamento de Salud de
Evanston, en la agencia de adopciones de Evanston llamada "The Cradle",
y en el Hospital St. Vincent en Chicago, donde Sauer también fungía como
director médico.
Estas pruebas clínicas fueron
cruciales para evaluar la eficacia y seguridad de la vacuna perfeccionada en
1929. Sauer y su equipo trabajaron para inocular a niños, especialmente
aquellos en riesgo de contraer la tos ferina, que en esa época era una de las
principales causas de mortalidad infantil en la región. Las pruebas en
contextos clínicos controlados permitieron confirmar la capacidad protectora de
la vacuna y pusieron en marcha su adopción gradual en la población.
La etapa de pruebas en 1931
fue un paso fundamental para que, tres años después, en 1934, la vacuna ya
estuviera disponible para el público general, marcando un hito importante en la
prevención de la tos ferina en Estados Unidos.
Además de su labor en la
práctica clínica, Sauer combinó la investigación con su rol de profesor y jefe
de pediatría, contribuyendo con su trabajo al avance de la medicina preventiva
pediátrica.
Las pruebas de
1931 representaron la validación clínica inicial de una vacuna que
revolucionaría la protección infantil contra la tos ferina y que se convertiría
en un componente esencial de los programas de inmunización pediátrica modernos.
En 1934, la vacuna contra la tos
ferina desarrollada y perfeccionada por Louis W. Sauer se hizo disponible al
público general. Este fue un hito muy importante en la medicina preventiva
pediátrica, ya que significó que la vacuna, tras años de investigación, pruebas
clínicas y perfeccionamiento, podía comenzar a ser utilizada ampliamente para
proteger a los niños contra esta grave enfermedad infecciosa.
La vacuna de células enteras
(whole-cell pertussis vaccine) que Sauer desarrolló en el Evanston Hospital,
basada en cepas seleccionadas del bacilo Bordetella pertussis, demostraba
eficacia y seguridad suficiente para su uso masivo. Al ser incorporada en los
programas de inmunización, contribuyó a la drástica reducción de la morbilidad
y mortalidad infantil causada por la tos ferina, que hasta ese momento era una
de las principales causas de muerte en la infancia.
La disponibilidad pública de
la vacuna contra la tos ferina en 1934 representó el paso concreto para que la
innovación médica de Sauer fuera aplicada en beneficio directo y masivo de la
salud infantil, salvando incontables vidas y contribuyendo a la inmunización
infantil efectiva.
Aunque Sauer perfeccionó originalmente la vacuna contra la tos ferina en la década de 1920 y 1930, la creación de la vacuna combinada DPT fue un avance realizado especialmente durante la década de 1940. Fue en 1942 cuando la científica estadounidense Pearl Kendrick, trabajando en el Departamento de Salud de Michigan, y Grace Eldering lograron combinar la vacuna de células enteras contra la tos ferina (basada en el trabajo de Sauer) con toxoides inactivados de difteria y tétanos. Esta combinación permitió administrar una sola vacuna que protegía simultáneamente contra las tres enfermedades, optimizando la inmunización infantil.
Este desarrollo fue muy significativo porque facilitó la vacunación, incrementó la cobertura y redujo el número de inyecciones necesarias para proteger a los niños, aportando gran valor a la salud pública. La vacuna DPT se convirtió en un estándar mundial y su uso se recomendó ampliamente a partir de los años 1940 y 1950.
Louis W. Sauer desarrolló la vacuna contra la tos ferina inicialmente.
Durante su carrera, fue
presidente de la Sociedad Pediátrica de Chicago, jefe de pediatría en Evanston
Hospital y profesor en la Northwestern University Medical School.
Además de su práctica clínica,
escribió dos libros sobre el cuidado infantil y mantuvo una columna mensual
para la publicación nacional de la Asociación de Padres y Maestros (PTA).
En 1953, Louis W. Sauer
decidió cerrar su laboratorio, considerando que su trabajo con la vacuna contra
la tos ferina estaba concluido.
Tras décadas de investigación,
desarrollo y perfeccionamiento desde su inicio en la década de 1920, Sauer
entendió que la vacuna contra la tos ferina había alcanzado un nivel de
eficacia y estabilidad adecuado para su uso generalizado y que ya no era
necesaria la continuidad de su laboratorio para innovaciones inmediatas en ese
campo específico.
El cierre del laboratorio
marcó el fin de su trabajo activo en la investigación de esta vacuna, aunque su
legado y contribuciones continuaron impactando la salud pública al mantener la
vacuna como una herramienta crucial en la prevención de la tos ferina, una
enfermedad grave que sigue siendo motivo de preocupación en la medicina
pediátrica.
La vacuna que desarrolló y
perfeccionó Sauer fue uno de los pilares en la lucha contra esta enfermedad
infecciosa, y su decisión en 1953 reflejó su satisfacción con los logros
alcanzados y su confianza en que la vacuna estaba lista para continuar salvando
vidas bajo el cuidado y administración de los sistemas de salud pública.
En 1959, Louis W. Sauer se
retiró del ejercicio activo de la medicina y se trasladó a Coral Gables,
Florida. Esta decisión marcó el fin de su carrera clínica y de investigación,
después de haber dedicado gran parte de su vida al desarrollo y
perfeccionamiento de la vacuna contra la tos ferina.
Su retiro no significó un
abandono del legado científico ni del impacto de su trabajo: la vacuna que él
perfeccionó siguió salvando innumerables vidas y permaneció como una contribución
fundamental en la prevención de esta enfermedad.
La elección de Coral Gables
como lugar de retiro también refleja una etapa tranquila y alejada de la
actividad médica intensa, donde pudo disfrutar de su vida personal después de
décadas de esfuerzo dedicado a la pediatría y la vacunología.
Aunque ya no estuvo activo
profesionalmente, el reconocimiento y la influencia de su trabajo continuaron
vigentes en la comunidad médica y en salud pública.
Sauer, con su humildad, no
buscó compensaciones económicas por su descubrimiento, y su retiro en 1959 fue
un cierre merecido a una carrera ejemplar en la historia de la medicina
preventiva.
En su vida personal,
disfrutaba del cultivo de rosas y orquídeas y practicaba la equitación, el
backgammon y el bridge.
En el año 1980, Louis W. Sauer
falleció el 10 de febrero en Coral Gables, Florida, a la edad de 94 años. Las
causas de su fallecimiento fueron neumonía y fallo cardiaco congestivo,
condiciones que suelen afectar a personas de avanzada edad.
Este acontecimiento marcó el
fin de la vida de un pionero en la medicina preventiva, cuya contribución
principal fue el perfeccionamiento de la vacuna contra la tos ferina, que ha
salvado innumerables vidas infantiles en todo el mundo. Tras un retiro tranquilo
en Coral Gables desde 1959, donde se alejó de la práctica médica activa, Sauer
dejó un legado duradero en la pediatría y la salud pública.
Su longevidad y su compromiso
profesional reflejaron no solo una extensa vida personal sino también una
carrera dedicada a mejorar la salud infantil con innovaciones médicas
sostenibles y accesibles. Su muerte cerró un capítulo importante en la historia
de la vacunología y la medicina preventiva, aunque su influencia sigue viva en
la práctica clínica y en los programas de vacunación modernos.
HOMENAJES
Su recuerdo se mantiene
principalmente a través de la inmensa importancia de su contribución médica: el
perfeccionamiento de la vacuna contra la tos ferina.
Este legado es reconocido en
la comunidad médica y de salud pública en forma de la continua utilización
mundial de la vacuna contra la tos ferina (incluida la vacuna combinada DPT que
desarrolló), que salva innumerables vidas infantiles.
La memoria de Louis W. Sauer
se preserva gracias a su impacto duradero en la pediatría y la prevención de
enfermedades, cimentado en la práctica clínica, la enseñanza universitaria y la
historia de la vacunación, aunque no se mencionan homenajes o conmemoraciones
detalladas como monumentos, premios o eventos públicos en las fuentes
accesibles.
LEGADO
El legado de Louis W. Sauer en
la medicina, que aún perdura, se centra principalmente en su desarrollo y
perfeccionamiento de la vacuna contra la tos ferina (pertussis).
Este es un aporte crucial que
ha salvado innumerables vidas infantiles en todo el mundo.
Perfeccionamiento de la vacuna
contra la tos ferina:
En la década de 1920 y
especialmente en 1929, Sauer logró mejorar la vacuna contra la tos ferina,
utilizando cepas virulentas seleccionadas y estandarizando la producción para
lograr una vacuna efectiva y relativamente segura.
Base para vacunas combinadas
modernas:
Su vacuna de células enteras
contra la tos ferina fue la base para el desarrollo posterior de vacunas
combinadas DPT (difteria, tos ferina y tétanos) que comenzaron a usarse a
partir de la década de 1940, facilitando la vacunación infantil con una sola
inyección.
Impacto en salud pública
global:
La vacunación contra la tos
ferina, iniciada con el trabajo de Sauer, ha reducido drásticamente la
morbilidad y mortalidad infantil asociada a esta enfermedad, considerada antes
una de las principales causas de muerte infantil. Las agencias como la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y
Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan la vacunación y reconocen la
importancia de estas vacunas.
Continuidad y evolución de la
vacuna:
Aunque la vacuna original de
células enteras tenía ciertos efectos secundarios, su desarrollo abrió el
camino para vacunas acelulares más seguras y tolerables desarrolladas en
décadas posteriores, utilizadas actualmente en muchas partes del mundo.
El legado de Louis W. Sauer es
un pilar fundamental en la medicina preventiva pediátrica moderna.
Su trabajo comenzó una nueva
era en la protección contra la tos ferina y estableció un estándar para la
producción de vacunas que ha evolucionado y sigue salvando vidas hoy en día.
FUENTES
https://en.wikipedia.org/wiki/Louis_W._Sauer
https://www.winnetkahistory.org/gazette/louis-wendlin-sauer/
https://www.redalyc.org/journal/535/53562084014/html/
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