miércoles, 13 de agosto de 2025

13 DE AGOSTO DE 1885 NACIA LOUIS W. SAUER

 

Pionero de la Vacuna

 que Salvó Millones

 de Vidas: la Lucha

 Contra la Tos

 Ferina



Louis W. Sauer nació en Cincinnati, Ohío, el 13 de agosto de 1885.

Fue un pediatra estadounidense que se hizo conocido por perfeccionar la vacuna utilizada para prevenir pertussis (tos ferina), salvando innumerables vidas alrededor del mundo.

Louis Sauer nació de madre italiana y padre alemán, ambos médicos en medicina alternativa, con la familia viviendo modestamente en Parque Oak, Illinois.

Louis W. Sauer realizó sus estudios universitarios en medicina en Berlín.

En 1912 se casa con Lucia Mira Seypelt en Berlín, mientras cursaba estudios en medicina.

En el año 1913 obtuvo su título de médico en Rush Medical College en Chicago y comienza su práctica en pediatría.

Posteriormente, obtiene su título de médico en Berlín y un doctorado en patología en la Universidad de Chicago.

Estos estudios avanzados en medicina y patología le permitieron desarrollar una sólida carrera en pediatría y su trabajo en la vacuna contra la tos ferina.

 

Louis W. Sauer estableció su práctica pediátrica en Evanston Hospital, ubicado en Evanston, un suburbio de Chicago, Illinois.

Este hospital fue el lugar central donde desarrolló gran parte de su carrera en pediatría y desde donde llevó adelante su investigación para perfeccionar la vacuna contra la tos ferina.

Durante los primeros años de su trabajo, Sauer utilizó un pequeño laboratorio en los terrenos del Evanston Hospital, en una pequeña cabaña, para iniciar sus investigaciones sobre la vacuna contra la tos ferina, con la ayuda de un único técnico mientras atendía una extensa práctica clínica pediátrica.

Posteriormente, su laboratorio se trasladó al edificio Abbott del hospital, y contó con financiamiento de compañías farmacéuticas como Eli Lilly y Parke, Davis para continuar sus investigaciones.

Además de su práctica clínica, Sauer fue jefe de pediatría en Evanston Hospital y también profesor en la Northwestern University Medical School, que está en Evanston.

Evanston Hospital, ya desde la década de 1920, fue un centro médico importante en la región y ha evolucionado hasta convertirse en un hospital con avanzada infraestructura, reconocida también por la contribución de Sauer al desarrollo de la vacuna que salvó innumerables vidas.

 

Evanston Hospital no solo fue su lugar de trabajo clínico sino también el centro neurálgico donde Sauer combinó la práctica médica con la investigación que condujo al desarrollo y perfeccionamiento de la vacuna contra la tos ferina.

 

1922

 

En el año 1923, la tos ferina alcanzó niveles epidémicos en Winnetka, un suburbio cercano a Evanston, Illinois.

 Este brote se produjo en un momento en que la enfermedad todavía era una grave amenaza para la salud pública, especialmente para los niños pequeños no vacunados o con vacunación incompleta.




 La tos ferina, causada por la bacteria Bordetella pertussis, es una infección aguda y altamente contagiosa de las vías respiratorias superiores.

Se caracteriza por ataques violentos y repetitivos de tos que dificultan la respiración y pueden terminar con un ruido estridente al inspirar, conocido como estridor inspiratorio.

 En los niños, la enfermedad podía llevar a complicaciones severas, incluyendo convulsiones, neumonía, daño neurológico o incluso la muerte.

En esa época, la propagación de la tos ferina ocurría con facilidad en comunidades cerradas y era frecuente en primavera y verano. Dado que Winnetka estaba muy próximo a Evanston, donde Louis W. Sauer estableció su práctica pediátrica, el brote epidémico fue un incentivo crítico para sus investigaciones en el desarrollo de una vacuna eficaz contra la tos ferina.

Este contexto epidémico en 1923 generó una necesidad urgente de intervención médica y desarrollos científicos para controlar y prevenir la enfermedad, lo que impulsó el trabajo de Sauer en el perfeccionamiento de la vacuna que comenzó poco después en 1925.

En el año 1925, Louis W. Sauer regresó a Estados Unidos con cultivos vivos del bacilo causante de la tos ferina (Bordetella pertussis), los cuales había llevado desde Europa tras sus estudios y trabajo en el Instituto Pasteur de Bruselas y el Hospital de Tos Ferina en Viena.

Este regreso marcó el inicio de su investigación intensiva para desarrollar y perfeccionar una vacuna eficaz contra la tos ferina.

Sauer estableció un pequeño laboratorio en el hospital Evanston, en Illinois, donde comenzó a cultivar y experimentar con estos microorganismos para formular una vacuna inactivada con células enteras del bacilo.

 Su enfoque estuvo en mejorar la efectividad de las vacunas previas y reducir los efectos secundarios. Este trabajo pionero fue crucial en un momento en que la tos ferina seguía siendo una gran amenaza, especialmente para la infancia.

En paralelo, en 1925, el médico danés Thorvald Madsen ya estaba probando una vacuna de células enteras en gran escala en las Islas Feroe, controlando brotes epidémicos, lo que indica que Sauer estaba trabajando en un ámbito global para lograr una solución preventiva.

 

Entre los años1 928 y 1933, Sauer logró formular una vacuna más potente y estable, que luego fue probada clínicamente en diferentes hospitales y clínicas.

Finalmente, en 1934, su vacuna contra la tos ferina se hizo disponible para el uso público.

 

Su desarrollo sentó las bases para futuras vacunas combinadas DPT (difteria, tos ferina, tétanos), que comenzaron a usarse en la siguiente década, aumentando la protección infantil y reduciendo la mortalidad causada por estas enfermedades.

 

Así, 1925 fue un año clave en el que Sauer, con sus cultivos traídos de Europa, inició una investigación que revolucionaría la prevención de la tos ferina y salvaría innumerables vidas infantiles.

Entre 1925 y 1929, en un pequeño laboratorio en Evanston Hospital, desarrolla la vacuna contra la tos ferina con la ayuda de un técnico.

 

En 1929, Louis W. Sauer perfeccionó la vacuna contra la tos ferina tras varios años de investigación en el hospital Evanston de Illinois. Su trabajo se centró en mejorar la eficacia y la seguridad de la vacuna anterior mediante la selección cuidadosa de cepas virulentas del bacilo Bordetella pertussis en fase I, las cuales inducen una respuesta inmune fuerte y protectora.

 

Sauer desarrolló un método para cultivar y estandarizar estas cepas con el fin de producir una vacuna más potente y confiable. Este perfeccionamiento hizo posible una vacuna que prevenía eficazmente la tos ferina, reduciendo la mortalidad infantil que era muy alta en esa época debido a esta enfermedad.

 

Además, el trabajo de Sauer se distinguió por el rigor en las pruebas y la estandarización del proceso, lo que garantizó la calidad y consistencia de la vacuna para su uso clínico.

 

Este perfeccionamiento de la vacuna marcó un hito crucial en la historia de la medicina preventiva, ya que sentó las bases para el desarrollo posterior de la vacuna combinada DPT (difteria, tos ferina y tétanos) que contribuyó a una inmunización más amplia y efectiva en la infancia.

En 1931, comenzaron las pruebas de la vacuna contra la tos ferina desarrollada por Louis W. Sauer en diversas clínicas de salud y hospitales en Illinois. Estas pruebas iniciales se llevaron a cabo en las clínicas de inmunización del Departamento de Salud de Evanston, en la agencia de adopciones de Evanston llamada "The Cradle", y en el Hospital St. Vincent en Chicago, donde Sauer también fungía como director médico.

 

Estas pruebas clínicas fueron cruciales para evaluar la eficacia y seguridad de la vacuna perfeccionada en 1929. Sauer y su equipo trabajaron para inocular a niños, especialmente aquellos en riesgo de contraer la tos ferina, que en esa época era una de las principales causas de mortalidad infantil en la región. Las pruebas en contextos clínicos controlados permitieron confirmar la capacidad protectora de la vacuna y pusieron en marcha su adopción gradual en la población.

 

La etapa de pruebas en 1931 fue un paso fundamental para que, tres años después, en 1934, la vacuna ya estuviera disponible para el público general, marcando un hito importante en la prevención de la tos ferina en Estados Unidos.

 

Además de su labor en la práctica clínica, Sauer combinó la investigación con su rol de profesor y jefe de pediatría, contribuyendo con su trabajo al avance de la medicina preventiva pediátrica.

 

Las pruebas de 1931 representaron la validación clínica inicial de una vacuna que revolucionaría la protección infantil contra la tos ferina y que se convertiría en un componente esencial de los programas de inmunización pediátrica modernos.

 

En 1934, la vacuna contra la tos ferina desarrollada y perfeccionada por Louis W. Sauer se hizo disponible al público general. Este fue un hito muy importante en la medicina preventiva pediátrica, ya que significó que la vacuna, tras años de investigación, pruebas clínicas y perfeccionamiento, podía comenzar a ser utilizada ampliamente para proteger a los niños contra esta grave enfermedad infecciosa.

 

La vacuna de células enteras (whole-cell pertussis vaccine) que Sauer desarrolló en el Evanston Hospital, basada en cepas seleccionadas del bacilo Bordetella pertussis, demostraba eficacia y seguridad suficiente para su uso masivo. Al ser incorporada en los programas de inmunización, contribuyó a la drástica reducción de la morbilidad y mortalidad infantil causada por la tos ferina, que hasta ese momento era una de las principales causas de muerte en la infancia.

 Este acceso público a la vacuna también sentó las bases para la creación de vacunas combinadas que protegieran simultáneamente contra difteria, tos ferina y tétanos (vacuna DPT), que fueron desarrolladas en la siguiente década. La introducción de esta vacuna, en 1934, marcó el inicio de un cambio decisivo en el control de la tos ferina a nivel mundial y estableció un estándar en vacunología pediátrica.

La disponibilidad pública de la vacuna contra la tos ferina en 1934 representó el paso concreto para que la innovación médica de Sauer fuera aplicada en beneficio directo y masivo de la salud infantil, salvando incontables vidas y contribuyendo a la inmunización infantil efectiva.

 La vacuna combinada DPT (difteria, tos ferina y tétanos), que protege contra estas tres enfermedades con una sola inyección, fue desarrollada más adelante a partir del trabajo iniciado por Louis W. Sauer.

Aunque Sauer perfeccionó originalmente la vacuna contra la tos ferina en la década de 1920 y 1930, la creación de la vacuna combinada DPT fue un avance realizado especialmente durante la década de 1940. Fue en 1942 cuando la científica estadounidense Pearl Kendrick, trabajando en el Departamento de Salud de Michigan, y Grace Eldering lograron combinar la vacuna de células enteras contra la tos ferina (basada en el trabajo de Sauer) con toxoides inactivados de difteria y tétanos. Esta combinación permitió administrar una sola vacuna que protegía simultáneamente contra las tres enfermedades, optimizando la inmunización infantil.

Este desarrollo fue muy significativo porque facilitó la vacunación, incrementó la cobertura y redujo el número de inyecciones necesarias para proteger a los niños, aportando gran valor a la salud pública. La vacuna DPT se convirtió en un estándar mundial y su uso se recomendó ampliamente a partir de los años 1940 y 1950.

 Con el tiempo, esta vacuna se fue perfeccionando. Originalmente contenía la vacuna de células enteras para la tos ferina, que, aunque eficaz, producía efectos secundarios en algunos niños. Más adelante, especialmente desde los años 1980, se desarrollaron las vacunas acelulares (DTaP), con componentes purificados de la tos ferina, que son más seguras y causan menos reacciones adversas, conservando la protección.

Louis W. Sauer desarrolló la vacuna contra la tos ferina inicialmente.

 En 1942, Pearl Kendrick y Grace Eldering crearon la vacuna combinada DPT utilizando la vacuna de células enteras de Sauer junto con toxoides de difteria y tétanos.

 La vacuna DPT permitió proteger contra tres enfermedades con una sola inyección, facilitando la inmunización.

 Posteriormente, la vacuna fue mejorada con formulaciones acelulares para reducir efectos secundarios.

 Este avance consolidó el legado de Sauer y permitió que la lucha contra estas enfermedades infecciosas fuera mucho más efectiva a nivel global.

Durante su carrera, fue presidente de la Sociedad Pediátrica de Chicago, jefe de pediatría en Evanston Hospital y profesor en la Northwestern University Medical School.

Además de su práctica clínica, escribió dos libros sobre el cuidado infantil y mantuvo una columna mensual para la publicación nacional de la Asociación de Padres y Maestros (PTA).

En 1953, Louis W. Sauer decidió cerrar su laboratorio, considerando que su trabajo con la vacuna contra la tos ferina estaba concluido.

Tras décadas de investigación, desarrollo y perfeccionamiento desde su inicio en la década de 1920, Sauer entendió que la vacuna contra la tos ferina había alcanzado un nivel de eficacia y estabilidad adecuado para su uso generalizado y que ya no era necesaria la continuidad de su laboratorio para innovaciones inmediatas en ese campo específico.

El cierre del laboratorio marcó el fin de su trabajo activo en la investigación de esta vacuna, aunque su legado y contribuciones continuaron impactando la salud pública al mantener la vacuna como una herramienta crucial en la prevención de la tos ferina, una enfermedad grave que sigue siendo motivo de preocupación en la medicina pediátrica.

 

La vacuna que desarrolló y perfeccionó Sauer fue uno de los pilares en la lucha contra esta enfermedad infecciosa, y su decisión en 1953 reflejó su satisfacción con los logros alcanzados y su confianza en que la vacuna estaba lista para continuar salvando vidas bajo el cuidado y administración de los sistemas de salud pública.

En 1959, Louis W. Sauer se retiró del ejercicio activo de la medicina y se trasladó a Coral Gables, Florida. Esta decisión marcó el fin de su carrera clínica y de investigación, después de haber dedicado gran parte de su vida al desarrollo y perfeccionamiento de la vacuna contra la tos ferina.

Su retiro no significó un abandono del legado científico ni del impacto de su trabajo: la vacuna que él perfeccionó siguió salvando innumerables vidas y permaneció como una contribución fundamental en la prevención de esta enfermedad.

La elección de Coral Gables como lugar de retiro también refleja una etapa tranquila y alejada de la actividad médica intensa, donde pudo disfrutar de su vida personal después de décadas de esfuerzo dedicado a la pediatría y la vacunología.

Aunque ya no estuvo activo profesionalmente, el reconocimiento y la influencia de su trabajo continuaron vigentes en la comunidad médica y en salud pública.

Sauer, con su humildad, no buscó compensaciones económicas por su descubrimiento, y su retiro en 1959 fue un cierre merecido a una carrera ejemplar en la historia de la medicina preventiva.

En su vida personal, disfrutaba del cultivo de rosas y orquídeas y practicaba la equitación, el backgammon y el bridge.

En el año 1980, Louis W. Sauer falleció el 10 de febrero en Coral Gables, Florida, a la edad de 94 años. Las causas de su fallecimiento fueron neumonía y fallo cardiaco congestivo, condiciones que suelen afectar a personas de avanzada edad.

Este acontecimiento marcó el fin de la vida de un pionero en la medicina preventiva, cuya contribución principal fue el perfeccionamiento de la vacuna contra la tos ferina, que ha salvado innumerables vidas infantiles en todo el mundo. Tras un retiro tranquilo en Coral Gables desde 1959, donde se alejó de la práctica médica activa, Sauer dejó un legado duradero en la pediatría y la salud pública.

Su longevidad y su compromiso profesional reflejaron no solo una extensa vida personal sino también una carrera dedicada a mejorar la salud infantil con innovaciones médicas sostenibles y accesibles. Su muerte cerró un capítulo importante en la historia de la vacunología y la medicina preventiva, aunque su influencia sigue viva en la práctica clínica y en los programas de vacunación modernos.

 

HOMENAJES

 

Su recuerdo se mantiene principalmente a través de la inmensa importancia de su contribución médica: el perfeccionamiento de la vacuna contra la tos ferina.

Este legado es reconocido en la comunidad médica y de salud pública en forma de la continua utilización mundial de la vacuna contra la tos ferina (incluida la vacuna combinada DPT que desarrolló), que salva innumerables vidas infantiles.

La memoria de Louis W. Sauer se preserva gracias a su impacto duradero en la pediatría y la prevención de enfermedades, cimentado en la práctica clínica, la enseñanza universitaria y la historia de la vacunación, aunque no se mencionan homenajes o conmemoraciones detalladas como monumentos, premios o eventos públicos en las fuentes accesibles.

 

 

 

 

 

LEGADO

 

El legado de Louis W. Sauer en la medicina, que aún perdura, se centra principalmente en su desarrollo y perfeccionamiento de la vacuna contra la tos ferina (pertussis).

Este es un aporte crucial que ha salvado innumerables vidas infantiles en todo el mundo.

 

Perfeccionamiento de la vacuna contra la tos ferina:

En la década de 1920 y especialmente en 1929, Sauer logró mejorar la vacuna contra la tos ferina, utilizando cepas virulentas seleccionadas y estandarizando la producción para lograr una vacuna efectiva y relativamente segura.

 

Base para vacunas combinadas modernas:

Su vacuna de células enteras contra la tos ferina fue la base para el desarrollo posterior de vacunas combinadas DPT (difteria, tos ferina y tétanos) que comenzaron a usarse a partir de la década de 1940, facilitando la vacunación infantil con una sola inyección.

 

Impacto en salud pública global:

La vacunación contra la tos ferina, iniciada con el trabajo de Sauer, ha reducido drásticamente la morbilidad y mortalidad infantil asociada a esta enfermedad, considerada antes una de las principales causas de muerte infantil. Las agencias como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan la vacunación y reconocen la importancia de estas vacunas.

 

Continuidad y evolución de la vacuna:

Aunque la vacuna original de células enteras tenía ciertos efectos secundarios, su desarrollo abrió el camino para vacunas acelulares más seguras y tolerables desarrolladas en décadas posteriores, utilizadas actualmente en muchas partes del mundo.

 

El legado de Louis W. Sauer es un pilar fundamental en la medicina preventiva pediátrica moderna.

Su trabajo comenzó una nueva era en la protección contra la tos ferina y estableció un estándar para la producción de vacunas que ha evolucionado y sigue salvando vidas hoy en día.

 

FUENTES

https://en.wikipedia.org/wiki/Louis_W._Sauer

https://www.winnetkahistory.org/gazette/louis-wendlin-sauer/

https://www.redalyc.org/journal/535/53562084014/html/

 https://magazine.nm.org/2023/04/27/savior-of-children/

 

 


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